Deseo, peligro
7.2
8,871
Thriller. Drama. Romance
Shanghai, 1942. La ciudad está ocupada por los japoneses. La señora Mak, una mujer rica y sofisticada, recuerda cómo empezó todo en 1938. Su verdadero nombre no es Mak, sino Wong Chia Chi. Poco antes de estallar la II Guerra Mundial (1939-1945), su padre huyó a Inglaterra y la dejó en China. Era estudiante universitaria y conoció a Kuang Yu Min, que acababa de fundar una compañía de teatro para fomentar el patriotismo. Wong Chia Chi se ... [+]
3 de junio de 2008
3 de junio de 2008
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admirable película, el último lanzamiento cinematográfico de Ang Lee. Fiel a su estudiado neoclasicismo, el taiwanés ofrece una vibrante historia de espionaje y amor fatal que reproduce exactamente la estructura de una partida de Mah Jong, juego que veremos practicar muchas veces a lo largo de la película y no siempre encima de una mesa. Más allá de otras cualidades fílmicas, el disfrute proviene en su mayor parte de la cantidad de significados, alegorías y lecturas que revisten de carne al esqueleto de una historia aparentemente arquetípica.
Comienza con un prólogo que muchos han calificado de innecesario y aburrido: pero que no es otra cosa que la disposición inicial del juego, el reparto de papeles entre los jugadores y la designación de los caracteres principales, la joven espía de la Resistencia y el colaborador de la ocupación. Es una introducción que puede llegar a resultar pesada pero que es necesaria para adquirir las claves del después. Además, añade el atractivo de introducirnos de lleno en la exquisita ambientación histórica, tan viva, respirable y casi palpable como si pudiésemos encontrárnosla a la vuelta de la esquina.
Una vez lanzados los dados, movimiento que culmina con una escena realmente estremecedora, comienza la partida propiamente dicha. La cazadora retoma el contacto con su presa: reanudan el juego iniciado de manera superficial en la primera fase. En un principio, desde su tapadera, es ella quién decide los movimientos, lo que en el juego llamaríamos Viento Este: pero en poco tiempo, será el otro jugador quién determine el rumbo de las siguientes jugadas hasta llegar a un punto que será imposible discernir quién es el verdadero ganador o perdedor de la partida.
Y ahora, un aparte para las celebérrimas escenas de sexo. Son extremadamente eróticas y viscerales y a un nivel meramente estético, resultan asombrosas. Más allá de ello, son imprescindibles para entender los cambios en el delicado equilibrio de poderes que se está produciendo entre los personajes. Pocas veces se puede encontrar en una película una verdadera subhistoria narrada a través del sexo: importantísimo pues, permanecer atentos a los movimientos, expresiones e incluso las posturas de los personajes para comprender el verdadero alcance de lo que se está desarrollando incluso por debajo de la trama principal. Nada de lo que ocurre entre ellos, en términos sexuales, es gratuito ni baladí, ni busca suscitar el morbo fácil. Sólo pensando de esta manera, se conseguirá captar el significado total de la película. Que por cierto, es magnífica, a pesar de sus debilidades.
Para recomendar a todos los seguidores de Lee, porque disfrutarán como nunca de un artista en plenitud de sus facultades.
Comienza con un prólogo que muchos han calificado de innecesario y aburrido: pero que no es otra cosa que la disposición inicial del juego, el reparto de papeles entre los jugadores y la designación de los caracteres principales, la joven espía de la Resistencia y el colaborador de la ocupación. Es una introducción que puede llegar a resultar pesada pero que es necesaria para adquirir las claves del después. Además, añade el atractivo de introducirnos de lleno en la exquisita ambientación histórica, tan viva, respirable y casi palpable como si pudiésemos encontrárnosla a la vuelta de la esquina.
Una vez lanzados los dados, movimiento que culmina con una escena realmente estremecedora, comienza la partida propiamente dicha. La cazadora retoma el contacto con su presa: reanudan el juego iniciado de manera superficial en la primera fase. En un principio, desde su tapadera, es ella quién decide los movimientos, lo que en el juego llamaríamos Viento Este: pero en poco tiempo, será el otro jugador quién determine el rumbo de las siguientes jugadas hasta llegar a un punto que será imposible discernir quién es el verdadero ganador o perdedor de la partida.
Y ahora, un aparte para las celebérrimas escenas de sexo. Son extremadamente eróticas y viscerales y a un nivel meramente estético, resultan asombrosas. Más allá de ello, son imprescindibles para entender los cambios en el delicado equilibrio de poderes que se está produciendo entre los personajes. Pocas veces se puede encontrar en una película una verdadera subhistoria narrada a través del sexo: importantísimo pues, permanecer atentos a los movimientos, expresiones e incluso las posturas de los personajes para comprender el verdadero alcance de lo que se está desarrollando incluso por debajo de la trama principal. Nada de lo que ocurre entre ellos, en términos sexuales, es gratuito ni baladí, ni busca suscitar el morbo fácil. Sólo pensando de esta manera, se conseguirá captar el significado total de la película. Que por cierto, es magnífica, a pesar de sus debilidades.
Para recomendar a todos los seguidores de Lee, porque disfrutarán como nunca de un artista en plenitud de sus facultades.
10 de enero de 2008
10 de enero de 2008
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trata de la trama de un grupo de jóvenes universitarios, (que trabajan como actores teatrales)
que en la China ocupada por Japón intentan asesinar a un alto cargo chino, presuntamente colaboracionista de los japoneses.
Con toques del mejor cine de suspense visto en los últimos años, unido a un tempo de seducción y enamoramiento exquisito, y con unos planos de sexo explícito necesarios y estéticamente maravillosos.
El maestro Ang Lee nos da muestras de todo su genio detrás de la cámara, filmando planos llenos de emoción, intensidad, crueldad y ternura en su más de tres horas de duración.
Mención aparte merecen los dos actores protagonistas sumamente creíbles, y con una química que raramente aparecen en el cine actual (para nuestra desgracia), esto hace que anhelemos y deseemos su encuentro clandestino y nos da entender que el deseo esta por encima de lo ético.
También es destacable su dirección artística, trasladandonos a la China de los años 40 de una forma veraz y con un hincapié en los detalles de un virtuosismo extraordinario. En fin sin lugar a dudas un filme completísimo y de lo mejorcito de los últimos años.
que en la China ocupada por Japón intentan asesinar a un alto cargo chino, presuntamente colaboracionista de los japoneses.
Con toques del mejor cine de suspense visto en los últimos años, unido a un tempo de seducción y enamoramiento exquisito, y con unos planos de sexo explícito necesarios y estéticamente maravillosos.
El maestro Ang Lee nos da muestras de todo su genio detrás de la cámara, filmando planos llenos de emoción, intensidad, crueldad y ternura en su más de tres horas de duración.
Mención aparte merecen los dos actores protagonistas sumamente creíbles, y con una química que raramente aparecen en el cine actual (para nuestra desgracia), esto hace que anhelemos y deseemos su encuentro clandestino y nos da entender que el deseo esta por encima de lo ético.
También es destacable su dirección artística, trasladandonos a la China de los años 40 de una forma veraz y con un hincapié en los detalles de un virtuosismo extraordinario. En fin sin lugar a dudas un filme completísimo y de lo mejorcito de los últimos años.
29 de diciembre de 2007
29 de diciembre de 2007
36 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y claro, con unas aficiones tan raritas, el global es una peli extraña, extraña, extraña... yo creía que ya me iba a topar con otra "El libro negro", pero sin tanto thriller y con más drama intimista de ese que tanto gusta en oriente, sin embargo, el resultado general es una cinta que por momentos posee el tono adecuado, pero durante gran parte del metraje puede llegar a resultar aborrecible a más de uno.
Recapitulemos, "Deseo, peligro" comienza con un prólogo, aunque algo desabrido y un poco espeso, eficiente de sobras para presentar los personajes que serán el eje central de esta historia: La joven Wong Chia Chi y Mr. Yee.
Acto seguido, obtenemos un ligero esbozo introductorio a toda la actividad que da como resultado ese encuentro entre ambos protagonistas, y el film empieza a emerger y envolvernos con sumo pulso en una historia de miradas, gestos y entendimiento sin tan siquiera palparse.
Sin embargo, es cuando la cinta toma otro cauce, el momento a partir del cual me parece desangelada, sin fondo y demasiado forzada, pero es en ese preciso instante, donde parece que todo va a irse por la borda sin posibilidad de remisión alguna, que el trabajo será lapidado sin piedad por un cuasi incomprensible nexo, cuando sale a relucir la figura de Wei Tang que, con una interpretación repleta de poderío y capacidad dramática nos vuelve a inmiscuir en este pequeño relato y se nos atraganta cualquier atisbo de haber podido llegar a pensar si realmente podía ser o no creible el conjunto.
La conclusión y esa última secuencia, donde verdaderamente captamos a donde quería llegar Ang Lee con su trabajo, es el indicante de que todo ha ido medianamente bien y no se ha echado a perder una propuesta que, aunque podría haber sido mejor, finalmente reluce por la interpretación de su protagonista y un global que llega al lugar pretendido, haciendo entender al espectador por qué el tramo recorrido ha valido la pena al final.
Recapitulemos, "Deseo, peligro" comienza con un prólogo, aunque algo desabrido y un poco espeso, eficiente de sobras para presentar los personajes que serán el eje central de esta historia: La joven Wong Chia Chi y Mr. Yee.
Acto seguido, obtenemos un ligero esbozo introductorio a toda la actividad que da como resultado ese encuentro entre ambos protagonistas, y el film empieza a emerger y envolvernos con sumo pulso en una historia de miradas, gestos y entendimiento sin tan siquiera palparse.
Sin embargo, es cuando la cinta toma otro cauce, el momento a partir del cual me parece desangelada, sin fondo y demasiado forzada, pero es en ese preciso instante, donde parece que todo va a irse por la borda sin posibilidad de remisión alguna, que el trabajo será lapidado sin piedad por un cuasi incomprensible nexo, cuando sale a relucir la figura de Wei Tang que, con una interpretación repleta de poderío y capacidad dramática nos vuelve a inmiscuir en este pequeño relato y se nos atraganta cualquier atisbo de haber podido llegar a pensar si realmente podía ser o no creible el conjunto.
La conclusión y esa última secuencia, donde verdaderamente captamos a donde quería llegar Ang Lee con su trabajo, es el indicante de que todo ha ido medianamente bien y no se ha echado a perder una propuesta que, aunque podría haber sido mejor, finalmente reluce por la interpretación de su protagonista y un global que llega al lugar pretendido, haciendo entender al espectador por qué el tramo recorrido ha valido la pena al final.
7 de julio de 2009
7 de julio de 2009
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprende en un excelente narrador como Ang Lee un inicio tan errático y difuso. Sorprende, sí. Pero cualquiera que consiga superar con éxito ese fláccido preámbulo constatará enseguida un dato irrebatible: “Deseo, peligro” es una peli que avanza lentamente, pero con paso firme y seguro. Una de esas pelis que va de menos a más, vaya. A mi juicio, un punto de inflexión esencial en la película es la visita de Mr. Yee y Wong Chia Chi al sastre. A partir de ese momento parece como si la trama argumental fuera tomando cierto cuerpo y -al tiempo que afloran tintes genuinamente hitchcockianos (las referencias a “Encadenados” son tangibles y palmarias)- una densa, densísima, atmósfera erótica (morbosa, diría yo) se apodera del espectador hasta los títulos de crédito finales. Sin piedad. Todo ello, claro está, rodado con ese sutil toque oriental que tan bien sabe administrar Ang Lee. Un cineasta que, manteniéndose fiel a su propio adn artístico, constituye un magnífico paradigma de la pervivencia del cine de corte clásico en pleno s. XXI. Huelga decir, sin embargo, que quien espere degustar un ejercicio ágil y vibrante como los que acostumbraba a ofertarnos tito Hitch, desista. La peli dura más de dos horas y media y trepidante, trepidante, no es. Aún así, quien esté dispuesto a invertir ese tiempo en la peli de Lee se verá recompensado con un trabajo impecable. No sólo por su cuidada estética y por las tremendas interpretaciones del dúo protagonista (Tony Leung y la debutante Tang Wei), sino por tres o cuatro secuencias de cine en mayúsculas. Me la recomendaron y la recomiendo. Que siga la rueda.
16 de diciembre de 2007
16 de diciembre de 2007
22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es esta una película que cautive desde el principio. De hecho, cuesta entrar en ella hasta bien entrada la segunda hora. Como cualquier película rodada al estilo clásico (porque pese a las salvajes escenas sexuales que incluye, es una película narrada en un estilo clásico), lo que debe llegar al espectador es la idea que el filme intenta trasnmitir así como la capacidad del director y del guionista para transmitirla(quizás sea eso lo que distingue este cine del cine de autor, que cautiva en un principio pero que a veces, se pierde en sus propios rizamientos del rizo ejemplo: el infumable Werner Herzog o algunas propuestas del genial Godard).
Cuando la protagonista empieza a mantener una tortuosa relación con el general sádico e insensible que de manera apabullante borda el actor fetiche de Wong Kar-Wai, Tony Leung, es el momento en que Ang Lee empieza a contar lo que realmente quiere contar, dejándo de un lado el petardismo al que apuntaba la película en su primera media hora. De ahí en adelante, "Deseo, peligro", se convierte en un auténtico derroche de buen cine, de pequeños detalles y de grandes momentos que dejan en ridículo las escenas de mayor tensión cinematográfica que haya podido rodar hasta la fecha el director.
Quizás uno de sus grandes méritos es que poca gente recuerde esta película por sus explícitas escenas de cama, algo que dice mucho teniendo en cuenta que lo visto en cintas como "Instinto básico" se queda corto en comparación con lo que se ve en "Deseo, peligro". En definitiva, es en mi opinión una de las mejores películas del año.
Cuando la protagonista empieza a mantener una tortuosa relación con el general sádico e insensible que de manera apabullante borda el actor fetiche de Wong Kar-Wai, Tony Leung, es el momento en que Ang Lee empieza a contar lo que realmente quiere contar, dejándo de un lado el petardismo al que apuntaba la película en su primera media hora. De ahí en adelante, "Deseo, peligro", se convierte en un auténtico derroche de buen cine, de pequeños detalles y de grandes momentos que dejan en ridículo las escenas de mayor tensión cinematográfica que haya podido rodar hasta la fecha el director.
Quizás uno de sus grandes méritos es que poca gente recuerde esta película por sus explícitas escenas de cama, algo que dice mucho teniendo en cuenta que lo visto en cintas como "Instinto básico" se queda corto en comparación con lo que se ve en "Deseo, peligro". En definitiva, es en mi opinión una de las mejores películas del año.
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