El terror no tiene forma
5.9
3,087
Fantástico. Ciencia ficción. Acción. Terror
Una malévola forma de vida viscosa irrumpe en un tranquilo pueblo de Arborville. No tiene problemas de conciencia ni inteligencia alguna, y sólo sabe hacer una cosa, pero es todo un experto en ello: comerse todo lo que se mueve... hombres, mujeres o niños. Remake de un conocido filme de 1958 ("The Blob", con Steve McQueen).
6 de marzo de 2011
6 de marzo de 2011
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remake de la película clásica de ciencia ficción “La masa devoradora” (1958, Irvin S. Yeaworth Jr.) , “The Blob”( conocida en España como “El Terror no tiene forma”), es un buen ejercicio de terror de serie B que supera con creces la versión original así como a la mayoría de películas de esta temática que actualmente copan los cines. Chuck Russell, que debutó con Pesadilla en Elm Street III, y también es conocido por otras películas como La Máscara (protagonizada por Jim Carrey) o Eraser (Arnold Swachenegger), dirige de forma más que correcta y nos regala un buen puñado de imágenes impactantes así como una historia mejor desarrollada y más adulta que su precursora del 58.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia se desarrolla en el tranquilo pueblo de Arborville, cuya quietud se verá rota cuando un supuesto meteorito se estrellé contra su suelo y una pequeña masa rosa comience a devorar a pasos agigantados a todo ser vivo que se cruce a su paso adquiriendo un tamaño descomunal. Serás dos jóveves, el rebelde Brian Flagg (Kevin Dillon) y la animadora Meg Penny (Shawnee Smith), los que planten cara al ente teratológico y traten de advertir a los habitantes de Arborville (que serán conscientes demasiado tarde) sobre el terrible peligro que les acecha.
Sobre estas sencillas premisas se desarrolla una historia cuyo punto fuerte son, sin duda, los efectos especiales, constituyendo estos el armazón sobre el que se sustenta la trama, presentándose muy logrados y destacando por sus altas dosis de bizarrismo; en ocasiones recuerdan y se deja notar la influencia de una obra cumbre del género como es “La Cosa” de John Carpenter. No es de extrañar que superen ampliamente a los de su predecesora, que precisamente adolece de una inocencia que alcanza el ridículo, e incluso a muchas de las producciones del género actuales; completamente diluidas en el uso de recursos digitales.
Escenas como la de la cocina, en la que un hombre es engullido por el fregadero del que violentamente saldrá la masa rosa y se erigirá desafiante en el techo, o la magnífica secuencia en el cine, en la que se juega con la metaficción al desarrollarse dos acciones paralelas entre lo que ocurre en la película que proyectan y lo que nosotros vemos en la película, son ejemplos de que pese a los tópicos sobre los que navega, “El terror no tiene forma” da un toque de distinción al género, acentuado por el tratamiento de sus personajes; “el chico bueno” será engullido por la masa a la primera de cambio mientras que “el chico malo” pasará a ser el protagonista.
Pero a pesar de ser un mero producto de entretenimiento, se puede barruntar claramente una crítica a las consecuencias de una experimentación científica exenta de toda ética y a un extremismo religioso dispuesto a todo con tal de demostrar la verdad de lo expuesto en las sagradas escrituras.
Sin duda una película infravalorada que merece una oportunidad.
Sobre estas sencillas premisas se desarrolla una historia cuyo punto fuerte son, sin duda, los efectos especiales, constituyendo estos el armazón sobre el que se sustenta la trama, presentándose muy logrados y destacando por sus altas dosis de bizarrismo; en ocasiones recuerdan y se deja notar la influencia de una obra cumbre del género como es “La Cosa” de John Carpenter. No es de extrañar que superen ampliamente a los de su predecesora, que precisamente adolece de una inocencia que alcanza el ridículo, e incluso a muchas de las producciones del género actuales; completamente diluidas en el uso de recursos digitales.
Escenas como la de la cocina, en la que un hombre es engullido por el fregadero del que violentamente saldrá la masa rosa y se erigirá desafiante en el techo, o la magnífica secuencia en el cine, en la que se juega con la metaficción al desarrollarse dos acciones paralelas entre lo que ocurre en la película que proyectan y lo que nosotros vemos en la película, son ejemplos de que pese a los tópicos sobre los que navega, “El terror no tiene forma” da un toque de distinción al género, acentuado por el tratamiento de sus personajes; “el chico bueno” será engullido por la masa a la primera de cambio mientras que “el chico malo” pasará a ser el protagonista.
Pero a pesar de ser un mero producto de entretenimiento, se puede barruntar claramente una crítica a las consecuencias de una experimentación científica exenta de toda ética y a un extremismo religioso dispuesto a todo con tal de demostrar la verdad de lo expuesto en las sagradas escrituras.
Sin duda una película infravalorada que merece una oportunidad.
3 de marzo de 2009
3 de marzo de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una cinta muy ochentera. Cae una bicho en un pueblecito y se lia la cosa. Con eso se puede resumir el guión. El resto se lo pueden imaginar, muertes, mocos, romance adolescente, algún desnudo y sangre. No se puede decir que sea muy original pero es superior a las porquerias que se hacen actualmente. Los efectos especiales están muy logrados y la banda sonora como la música de aquella época es muy buena. Recomendable para los amantes del terror ochentero como una de las famosas y mejores cintas.
5 de julio de 2015
5 de julio de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Según yo, una película de terror es eficaz cuando:
a) Crea un ambiente tan malsano y tenso que desespera.
b) Muestra cosas muy horribles y repulsivas
Está muy claro que el terror actual no es eficaz, ya que estos elementos no los tiene. Todo se ve a la legua hecho con CGI, y la verdad es que no asusta ni un carajo, y son tan previsibles que se sabe al tiro cuando van a tirar el sonido fuerte, que según la época actual es lo único que asusta, y la verdad solo es molesto.
Pues bien, a lo que quería llegar es que esta película es 100% terrorífica, la película más terrorífica que he visto en mi vida. Es cierto que no tiene mucha tensión ni es malsana (los actores con sus ropitas y los lugares en que pasa la acción parecen de comedieta barata) pero las escenas que muestra son bien desagradables, con muertes muy escabrosas (cadáveres deformados, hechos pedazos, los ojos blancos, gente sintiendo dolor antes de morir...en verdad no escatima en mostrar sufrimiento). Para mí ese es terror auténtico, ese que hace sentir repulsión e incomodidad, incluso una vez terminada la sensación igual dura.
La vi por primera vez (bueno, no alcancé a verle el final) a los 7 años. Me dejó un trauma severo, que me hizo soñar pesadillas por años. A los 20 volví a verla, para poder superarlo, y pese a que ya me liberé de aquel terror infantil igual veo que sus escenas son muy fuertes (y eso que estos años me han curtido de todo). Por eso siento que es notable, porque da lo que debe. En la actualidad deberían tomar nota de todo lo que este filme ofrece si quieren hacer terror de calidad.
a) Crea un ambiente tan malsano y tenso que desespera.
b) Muestra cosas muy horribles y repulsivas
Está muy claro que el terror actual no es eficaz, ya que estos elementos no los tiene. Todo se ve a la legua hecho con CGI, y la verdad es que no asusta ni un carajo, y son tan previsibles que se sabe al tiro cuando van a tirar el sonido fuerte, que según la época actual es lo único que asusta, y la verdad solo es molesto.
Pues bien, a lo que quería llegar es que esta película es 100% terrorífica, la película más terrorífica que he visto en mi vida. Es cierto que no tiene mucha tensión ni es malsana (los actores con sus ropitas y los lugares en que pasa la acción parecen de comedieta barata) pero las escenas que muestra son bien desagradables, con muertes muy escabrosas (cadáveres deformados, hechos pedazos, los ojos blancos, gente sintiendo dolor antes de morir...en verdad no escatima en mostrar sufrimiento). Para mí ese es terror auténtico, ese que hace sentir repulsión e incomodidad, incluso una vez terminada la sensación igual dura.
La vi por primera vez (bueno, no alcancé a verle el final) a los 7 años. Me dejó un trauma severo, que me hizo soñar pesadillas por años. A los 20 volví a verla, para poder superarlo, y pese a que ya me liberé de aquel terror infantil igual veo que sus escenas son muy fuertes (y eso que estos años me han curtido de todo). Por eso siento que es notable, porque da lo que debe. En la actualidad deberían tomar nota de todo lo que este filme ofrece si quieren hacer terror de calidad.
18 de febrero de 2015
18 de febrero de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas del género fantástico que puedes ver. Chuck Russell da un producto con una calidad impropia de la época y, sin renunciar a la esencia de la serie B, hace un remake espectacular de The Blob.
Y es que en la actualidad es bastante común ver películas que intentan salirse de una determinada estructura para sorprender. Hay demasiadas películas y pocas ganas de volver a ver lo mismo, por lo que es algo normal, pero en 1988 la cosa era bien distinta. The Blob es especialmente buena por ser especialmente diferente, presentando personajes menos estereotipados e incluso poniéndoles en un peligro real. No quiero destripar nada, pero me llamó la atención que determinados personajes sí murieran durante la película, y eso es algo poco inusual en los 80.
La película está tan bien hecha que parece más cercana a principios de los 90. Es cierto que a veces todo se ve maquetero, pero el 90 % de los efectos especiales que vemos son de una factura asombrosa. A destacar esa vertiente gore presente en toda la película que hará las delicias de los que buscan algo mucho más potente visualmente dentro de este subgénero del terror.
Una película diferente dentro de un género plagado en la comercialidad de los 80. Su personalidad la ha hecho sobrevivir y a día de hoy se ve como una película difícilmente superable en su arte.
Y es que en la actualidad es bastante común ver películas que intentan salirse de una determinada estructura para sorprender. Hay demasiadas películas y pocas ganas de volver a ver lo mismo, por lo que es algo normal, pero en 1988 la cosa era bien distinta. The Blob es especialmente buena por ser especialmente diferente, presentando personajes menos estereotipados e incluso poniéndoles en un peligro real. No quiero destripar nada, pero me llamó la atención que determinados personajes sí murieran durante la película, y eso es algo poco inusual en los 80.
La película está tan bien hecha que parece más cercana a principios de los 90. Es cierto que a veces todo se ve maquetero, pero el 90 % de los efectos especiales que vemos son de una factura asombrosa. A destacar esa vertiente gore presente en toda la película que hará las delicias de los que buscan algo mucho más potente visualmente dentro de este subgénero del terror.
Una película diferente dentro de un género plagado en la comercialidad de los 80. Su personalidad la ha hecho sobrevivir y a día de hoy se ve como una película difícilmente superable en su arte.
25 de agosto de 2015
25 de agosto de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de ser totalmente absurdo que una masa gelatinosa gigante se coma a la gente, esta película es bastante divertida si no nos la tomamos demasiado en serio.
Creo que es un remake de una que hizo Steve McQueen, cuando los extraterrestres simbolizaban a la Unión Soviética y campaban a sus anchas en el cine.
¿Cómo un bicho sin ojos ni órganos sensoriales puede ser tan malo y tan listo? Pues no tiene sentido, pero en la naturaleza existen bichos casi tan raros como éste (las medusas, por ejemplo).
Una cosa que me ha gustado es que le han dado una explicación a su origen. Puede que no sea muy convincente, pero al principio pensé que no iban a decir nada y resulta que sí que tiene algo de sentido la existencia de esta gelatina malvada.
Una vez que nos presentan a los personajes, llega el bicho y empieza la acción, que no para hasta el final. El hermano de Matt Dillon y la (muy posteriormente) participante en los juegos de “Puzzle” en la saga “Saw”, van corriendo de acá para allá para huir de este flan rosa.
Lo cierto es que los efectos especiales están bastante bien. Faltaban algunos años para la revolución informática, y a pesar de eso la película no ha envejecido nada mal.
El truco es verla sin demasiadas expectativas. Esto no es cine de Óscar ni lo pretende. Homenajea a las viejas películas de bichos que tuvieron sendas modas en los 50 y los 80. Es cortita, entretenida y fácil de ver siempre y cuando sepamos dejarnos llevar.
De hecho, he visto entre sus créditos ni más ni menos que a Frank Darabont, que no es decir poco.
Por cierto, es muy graciosa la situación con el farmacéutico y los condones. Todo un chiste bien representado.
Creo que es un remake de una que hizo Steve McQueen, cuando los extraterrestres simbolizaban a la Unión Soviética y campaban a sus anchas en el cine.
¿Cómo un bicho sin ojos ni órganos sensoriales puede ser tan malo y tan listo? Pues no tiene sentido, pero en la naturaleza existen bichos casi tan raros como éste (las medusas, por ejemplo).
Una cosa que me ha gustado es que le han dado una explicación a su origen. Puede que no sea muy convincente, pero al principio pensé que no iban a decir nada y resulta que sí que tiene algo de sentido la existencia de esta gelatina malvada.
Una vez que nos presentan a los personajes, llega el bicho y empieza la acción, que no para hasta el final. El hermano de Matt Dillon y la (muy posteriormente) participante en los juegos de “Puzzle” en la saga “Saw”, van corriendo de acá para allá para huir de este flan rosa.
Lo cierto es que los efectos especiales están bastante bien. Faltaban algunos años para la revolución informática, y a pesar de eso la película no ha envejecido nada mal.
El truco es verla sin demasiadas expectativas. Esto no es cine de Óscar ni lo pretende. Homenajea a las viejas películas de bichos que tuvieron sendas modas en los 50 y los 80. Es cortita, entretenida y fácil de ver siempre y cuando sepamos dejarnos llevar.
De hecho, he visto entre sus créditos ni más ni menos que a Frank Darabont, que no es decir poco.
Por cierto, es muy graciosa la situación con el farmacéutico y los condones. Todo un chiste bien representado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final, como suele suceder en estos casos, es abierto. A un bicho así no se le podía derrotar completamente de manera sencilla.
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