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Todas las mujeres

Drama. Comedia Cuenta la historia de Nacho, un veterinario, que se enfrenta a las mujeres que han significado algo en su vida. Ante él aparece su amante, su madre, su psicóloga, su compañera, su ex-novia y su cuñada. Con todas ellas tiene cuentas pendientes y a todas ellas se tiene que enfrentar para resolverlas. (FILMAFFINITY)
Críticas 40
Críticas ordenadas por utilidad
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9
17 de octubre de 2013
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda una hábil interpretación del personaje principal (sin ánimo de menospreciar a sus cambiantes acompañantes, que lo bordan). La desesperación en los ojos, los ticks nerviosos, el modo de coger un cigarro o simplemente esa indecisión entre mentir para tapar la mentira o decir la verdad por primera vez quedan completamente representados en el papel.

El clasificarla en comedia dramática la deja totalmente en su posición, ya que las lágrimas de risa nerviosa ante la desesperación de la vida del protagonismo saldrán para, creo yo, cualquiera que comprenda la situación en la que este hombre se ha metido.

A caballo entre la desesperación y el humor macabro esta película da no sólo un muy buen rato en la sala, sino un punto de reflexión para todos en este país...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...¿Saltarse las normas para huir de nuestro presente? Para algunos en estos momentos, la única solución. Y cuando al protagonista se le tuerce la treta para vender los novillos del padre de su mujer en Portugal arranca la película, en el enredo que él mismo hace de la situación para intentar salir de ella.
6
12 de junio de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nacho tiene problemas con las mujeres. Bueno, en realidad los problemas los tiene consigo mismo, pero cuando recurre a las mujeres de su vida para que le saquen las castañas del fuego se encuentra con la enorme sorpresa de que no le comprenden, vaya por dios. Todas lo consideran inmaduro, manipulador, egoísta e irresponsable. Por qué será. El secreto está en esos 90 minutos de diálogo constante que llenan la película.

Mariano Barroso escribe y dirige esta historia que por lo visto fue antes una serie de televisión poco exitosa, aunque muy sabiamente el director consideró que había partes aprovechables de todo lo grabado y montó esta cinta de metraje moderado con una estructura claramente teatral que ha funcionado bastante mejor que la serie original.

Gran parte del logro se debe al magnífico trabajo de Eduard Fernández, que una vez más se supera a sí mismo. Teniendo en cuenta que la cámara es obsesiva con él y no le da tregua a base de tercos primeros planos, el actor afronta el reto con gallardía y realiza toda una exhibición de sus artes interpretativas, que son muchas. Al final, a pesar de lo impresentable y caradura del personaje casi se le coge cariño.

Y luego están las mujeres de Nacho: su amante becaria veinteañera, su exnovia abogada, su cuñada, su madre, su psicóloga y ese personaje casi elíptico pero continuamente presente que es su mujer. Todas ellas interpretadas por estupendas actrices que se enfrentan al brillante Fernández sin achantarse, llevando a cabo trabajos impecables, aunque yo destacaría a la siempre interesante Nathalie Poza y a una acertadísima Petra Martínez, que derrocha ironía a raudales a través de su personaje de madre harta de hacer de niñera de ese Peter Pan que es Nacho.
8
25 de octubre de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi hace dos días en el cine casi por casualidad, y me quedé francamente prendado con la historia que cuenta.

La vi con una amiga, y no fue ni una ni dos las veces que nos miramos y nos dijimos, todo sea dicho, ambos aficionados.... "dios mio la fotografía no puede ser tan mala" .....y es que realmente lo era. Algo nefasto que te apartaba del hilo argumental sin justificación alguna. Por otra parte la cinematografía es en general algo tan tedioso como Martin H lo fué en su día o la de las pistolas de Ces Gay, o muchos otros ejemplos a los que podría remitirme y no solo en el cine nacional. El cine mola cuando es lenguaje cinematográfico y esto es el anticine. Sin embargo todas ellas son cuando menos interesantes.

Salvando esos imperdonables errores es maravillosa.

Y no voy a ser yo el que diga por qué. Pero creo que he visto todas las películas que hay en cartelera ahora mismo y pongo la mano en el fuego jurando que sin duda alguna es la más divertida y controvertida, la historia más humana y profunda de entre todas ellas. A mi me ha cautivado y aunque de una manera un tanto esperpéntica discurre en la linde del universo masculino. Que ya va siendo hora de que empecemos a hablar de ello
saludos
7
24 de octubre de 2013 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película intima, cercana y sencilla. La mayor parte de la trama sucede en el mismo lugar: el hogar del protagonista. La historia gira alrededor de un cuarentón fracasado, mentiroso y manipulador llamado Nacho (interpretado por Eduard Fernández) que esta completamente cansado de su vida, y decide robar unos novillos de la granja de su suegro para venderlos en Portugal con la ayuda de su joven amante (Una Michelle Jenner que cada vez progresa más como actriz) para comenzar juntos una nueva vida, pero todo se tuerce, y Nacho tiene un encuentro con las mujeres más importantes de su vida para intentar encontrar una solución su situación. Pero esta no es una película de acción, no vemos el robo de los novillos ni como sale mal dicho plan, sino que se nos cuenta. Ya que el verdadero protagonista de este largometraje es la palabra.

La historia se divide en varios “capítulos” con sus respectivos títulos (seguro que viene de la serie de televisión de la que se origino este proyecto), y en cada uno de ellos, Nacho, cigarro en mano, tiene un cara a cara con varias mujeres (Su amante, su mujer, su abogada, su cuñada, su madre y su psicóloga) en los que quedan marcadas las diferencias entre el protagonista y cada una de ellas, sirviendo poco a poco a dibujar la personalidad de Nacho, donde Eduard Fernández hace actuación impecable. Aunque también es cierto que todas y cada una de las actrices consiguen no quedar ensombrecidas, cosa que tiene mucho merito, ya que el actor catalán brilla aquí con luz propia, convirtiéndose en lo mejor de la película. Aunque, también es cierto que quitando las fantásticas actuaciones este film quedaría reducido a la minima expresión, pero la elección el casting no podría haber estado más acertado.
6
19 de octubre de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como si de una prolongación de aquel hermano caradura y filibustero al que daba vida con sobrada perfección Juanjo Puigcorbé en la estimulante ópera prima de Mariano Barroso Mi hermano del alma (1994), este Nacho, protagonista absoluto de Todas las mujeres, parece una vuelta de tuerca sobre el poder manipulador y defraudador del hombre en confrontación, en este caso, con la mujer y no precisamente por un ejercicio de poder, sino más bien por una falta de escrúpulos apabullante o, como ocurre en esta ocasión, por una falta de madurez alarmante que impide al "macho alfa" afrontar de cara y con todas sus consecuencias los problemas derivados de sus propios actos. Para la ocasión, Barroso ha condensado el material filmado como formato para una serie de televisión de seis episodios (para la TNT, bajo el mismo nombre, en 2010) y nos lo sirve ahora en pantalla grande, en una película dividida también en capítulos, y cuyo hilo conductor es la torpe búsqueda de ayuda de un hombre para sortear con el menor daño posible una condena de cárcel por un delito recién cometido.



En esta angustiada y desesperada odisea, Nacho recurre a todas las mujeres importantes en su vida para hallar el consejo adecuado y, algunas veces, algo más que eso, echando mano de su inquebrantable desfachatez para, a través de sutiles chantajes emocionales, lograr sus propósitos. El problema es la infravaloración del macho sobre la hembra y la feliz constatación de que éstas, seres más aventajados que el Nacho de la función, no se parecen ni por asomo a la Caperucita del cuento. De ahí surge el leit-motiv de un relato estricta y impunemente teatral, donde prima el diálogo sobre la acción, ésta última prácticamente inexistente. Teatral también por la utilización del (casi) espacio único donde se desarrolla la práctica totalidad de la trama, Todas las mujeres pone toda la carne en el asador en los duelos verbales que entabla el protagonista con cada una de las mujeres a las que acude en busca de auxilio. Pero por muy brillantes que estos puedan llegar a ser (según el caso) y por muy negro que pueda ser también el ligero humor que destilan algunas réplicas, no son pilares suficientes para sostener un producto cinematográfico.



Y es que la opción de puesta en escena escogida por el director se desentiende completamente de los fundamentos cinematográficos y se adhiere con autocomplaciencia a los parámetros de un 'teatro filmado', reposando toda la estructura de la película en el trabajo de los intérpretes con el texto, no aportando la cámara de Barroso absolutamente nada al transcurrir de la película. Con una fotografía de grano, debido a la escasa iluminación natural utilizada, y rodada con cámara al hombro, lo que aporta un componente incluiso 'feísta' a toda la función, en Todas las mujeres se desprecia la técnica cinematográfica en favor de una servidumbre meramente funcional al trabajo de los intérpretes, lo que puede ser una opción más que segura dado el saber hacer de todo el elenco, pero que estando dirigida por quien lo está, en Todas las mujeres se nos antoja una pobre y acomodaticia elección que lo único que consigue es desaprovechar el alcance que podría haber tenido un texto como éste de haber sido filmado con algo más de ingenio y ambición por parte de su director.



En suma, habría que hablar de Todas las mujeres como una película fallida más del Cine Español del momento si no fuera porque, como mencionábamos en el párrafo anterior, la labor de prácticamente todo el elenco de la película eleva por encima de la media el resultado de este teatral artefacto, conducido con mano diestra, segura y fascinante por un Eduard Fernández en absoluto estado de gracia. El intérprete se permite el lujazo de pasearse sin tapujos por todos los vericuetos de su personaje, ahondando incluso en los más desagradables, y hacerlo además desde una sublime precisión, matizando y depurando hasta el extremo cada uno de los rasgos (físicos, psíquicos y emocionales) de su personaje, logrando que tan impresentable protagonista no solo nos resulte simpático sino que, para más inri, nos induzca a no poca compasión. Eso sí, en su pletórica exhibición interpretativa colabora el sugestivo juego dialéctico y la química mutante que logra establecer con todas sus oponentes. Desde una desconocida Lucía Quintana, en brevísima pero emotiva aparación, hasta una excelsa Nathalie Poza, en un trabajo cargado de fina ironía, el ramillete de actrices que pululan por la pantalla pone el listón bastante alto: María Morales aporta contundencia y severidad a la absurda pretensión de su oponente, Petra Martínez destila mala uva con una clase y elegancia desbordantes y Marta Larralde logra una agradecida naturalidad a pesar de lo impostado de algunos momentos que protagoniza. Sólo Michelle Jenner parece no encajar del todo, aunque más por falta de precisión en el dibujo de su personaje que por un error de interpretación.

http://actoressinverguenza.blogspot.com.es/2013/10/barroso-filma-excelentes-actores-y-no.html
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