Todas las mujeres
2013 

6.2
3,221
Drama. Comedia
Cuenta la historia de Nacho, un veterinario, que se enfrenta a las mujeres que han significado algo en su vida. Ante él aparece su amante, su madre, su psicóloga, su compañera, su ex-novia y su cuñada. Con todas ellas tiene cuentas pendientes y a todas ellas se tiene que enfrentar para resolverlas. (FILMAFFINITY)
12 de febrero de 2014
12 de febrero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mariano Barroso apuesta por una puesta en escena muy teatral (pocos escenarios, decorados funcionales, muy pocos personajes y actores) sin renunciar a la esencia cinematográfica (atención a los primeros planos) para contar en Todas las mujeres una doble historia: la del problema legal de Nacho y su odisea para solucionarlo y la de las relaciones que mantiene con diversas mujeres de su familia y su entorno sentimental. El resultado es una película irregular, con momentos de mucha intensidad y otros de tedio, en la que los personajes están muy bien desarrollados con apenas unos pocos trazos (atención a la psicóloga a la que da vida la siempre excelente Nathalie Poza) pero sus conversaciones no son siempre interesantes.
Lo que sí es interesante es el recital de María Morales, Petra Martínez, Marta Larralde, Lucía Quintana, Michelle Jenner (en un personaje diametralmente opuesto al que interpreta en Isabel) y la mencionada Poza, todas excelentes al servicio de un Eduard Fernández sobrenatural. Fernández es uno de esos actores que nunca fallan, todo verdad, naturalidad y arrollador talento, pero esta es quizá su mejor interpretación y eso es decir muchísimo.
En definitiva, una propuesta notable de diálogos y actores, la base de toda historia.
Lo mejor: Eduard Fernández y las actrices. Todas sin excepción. Y por supuesto algunos diálogos, aunque terminen por resultar algo extenuantes.
Lo peor: No deja poso como lo dejan otras películas de estructura similar, como Una pistola en cada mano, de Cesc Gay.
Lo que sí es interesante es el recital de María Morales, Petra Martínez, Marta Larralde, Lucía Quintana, Michelle Jenner (en un personaje diametralmente opuesto al que interpreta en Isabel) y la mencionada Poza, todas excelentes al servicio de un Eduard Fernández sobrenatural. Fernández es uno de esos actores que nunca fallan, todo verdad, naturalidad y arrollador talento, pero esta es quizá su mejor interpretación y eso es decir muchísimo.
En definitiva, una propuesta notable de diálogos y actores, la base de toda historia.
Lo mejor: Eduard Fernández y las actrices. Todas sin excepción. Y por supuesto algunos diálogos, aunque terminen por resultar algo extenuantes.
Lo peor: No deja poso como lo dejan otras películas de estructura similar, como Una pistola en cada mano, de Cesc Gay.
17 de mayo de 2014
17 de mayo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo en DVD "Todas las mujeres" la película que, Mariano Barroso presenta tres años después de la serie de televisión de igual título. Quizá el hecho de que el realizador rodara la serie como si se tratara de una película y luego la partiera en los seis episodios, es lo que determina que al film parezca que le falta el comienzo (al llegar el veterinario a casa, su esposa le propone hacer un viaje de fin de semana a Marbella en un último intento para salvar un matrimonio que va a la deriva), y que, en torno al minuto 10, la cámara ofrezca esos primeros planos y esos saltos de imágenes tan innecesarios. A pesar de que la interpretación de Eduard Fernández y de cada una de las protagonistas femeninas que aparecen en los distintos capítulos, es acertada y, a pesar de que el guión es aceptable, el confuso principio hace que me cueste entrar en esta historia de un personaje que engaña y manipula a las 6 mujeres de su vida. Excelentes diálogos, tono teatral, bonita fotografía, buena música y un acertado casting hacen de esta obra una película de actores.
17 de octubre de 2013
17 de octubre de 2013
11 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estrenada en el festival de Málaga con cierto éxito de crítica, llega ahora la nueva película de Mariano Barroso, Todas las mujeres, que adapta al formato de largometraje la miniserie de 6 episodios con el mismo título que el mismo Barroso dirigió para el canal de pago TNT.
Todas las mujeres nos presenta una trama protagonizada por Eduard Fernández, el cual hace de un veterinario llamado Nacho, un caradura e inmaduro que pretende robar unos novillos a su jefe pero que el asunto acaba saliendo mal y deberá apañárselas para evadir la cárcel. Para ello pedirá consejo a varias mujeres que han significado mucho en su vida.
A través de estos encuentros, vamos conociendo a Nacho, el entramado y su personalidad.
Mariano Barroso (director, entre otras de Éxtasis, Los lobos de Washington, Hormigas en la boca o Lo mejor de Eva) ha encontrado el método ideal para sacar el máximo partido a su trabajo: hacer un 2x1. Se saca de la manga una película utilizando el metraje de la serie, recortando minutos pero sin aportar nada nuevo grabado para la ocasión. Reciclado 100%. A mí, personalmente, por mucho que diga que la serie ya estaba rodada pensando en cine más que en televisión, me parece muy poco creativo e inútil estrenar una película que ya has presentado, además en versión extendida, en televisión. Es como si de una novela de unas 300 páginas sacaran una versión reducida para gente con poco tiempo.
Que sí, es una forma “barata” de hacer cine, pero si no aportas nada nuevo... ¿de qué sirve? Ni siquiera creo que sirva para acceder a más público, pues supongo que su distribución será bastante minoritaria.
Pero dejando de lado la queja formal de su “adaptación”, vayamos a lo que importa, el resultado como película en sí, con el cual tampoco estoy satisfecho.
Lejos del thriller que quiere vender el tráiler, nos encontramos con un drama de tintes cómicos (por eso de atenuar las penas...) con un tono teatral muy marcado y centrando la historia en el personaje de Eduard Fernández, Nacho. Más allá del dilema de los novillos, que me acaban importando bien poco, la trama nos va introduciendo distintas mujeres que formaron o forman parte de la vida de Nacho, y nos van dibujando su psique, esperando que el espectador empatice con él, un vividor mujeriego, embaucador, mentiroso, egoísta pero majete, para que nos caiga bien.
“El personaje de Eduard hace lo que en España es el deporte nacional: echarle la culpa a los demás. A pesar de todos sus defectos, todos nos reconocemos un poco en él". Comentaba Barroso en el festival de Málaga. Pues perdona, Barroso, pero si tengo que identificarme con semejante personaje, lo llevas claro.
Y, pese a que vaya de menos a más y al final acabe interesándome un poco la redención del sujeto, lo cierto es que ni empatizo, ni me da pena y mucho menos me deja huella para el recuerdo.
Y no porque Eduard Fernández no se trabaje su papel (que viene a ser lo mejor de la película), sino porque el guión creo que no aguanta el traslado de la tv a la gran pantalla, y al personaje le faltan detalles más humanos para borrarme de la cabeza que es un cabroncete que deja a las mujeres a la altura del betún, y éstas, más idiotas aún, le siguen ayudando y dando consejos.
Pero no sólo el personaje es lo que falla, la narrativa partida en mini episodios de la serie aquí se lleva a rajatabla, cuando la trama no lo requiere y lastra el ritmo y el interés del espectador. Lo cierto es que la película desde que empieza no puede quitarse el tufillo de telefilm de encima, desde la estética hasta la historia o los diálogos, pretendidamente reflexivos pero que son tan locuaces como vacíos e impersonales. Se supone que van cargados de ironías y con cierto humor, pero quitando un par de ocasiones, todo suena a oído una y mil veces. Y es que pienso que el problema del cine español es que la labor del guionista pasa muy desapercibida, y de los tres que trabajan de ello, dos hacen siempre el mismo con los mismos tics y fallos.
Cómo no, tampoco es capaz de escapar de escenas gratuitas y ridículas como la escena de sexo con Marta Larralde o ciertos fallos de raccord.
Dentro del reparto femenino, destaca Nathalie Poza y, en menor medida, Marta Larralde. El resto, o pasan bastante desapercibidas (Michelle Jenner sobre todo) o directamente desearías que desaparecieran (Petra Martínez).
Si hubiera que destacar algo, sería el último episodio, que aporta cierto interés a la aburrida trama, pero cuando todo lo demás no te aporta mucho, destacar es algo relativamente fácil.
Mariano Barroso, contento con el resultado, confesó planear ya una segunda parte junto a Eduard Fernández (lo que no sabemos aún es si de la serie o también en 2x1).
Quizás hasta le echa huevos, la llama “Todos los hombres” y hace lo mismo pero cambiando los roles... todo es posible.
Todas las mujeres nos presenta una trama protagonizada por Eduard Fernández, el cual hace de un veterinario llamado Nacho, un caradura e inmaduro que pretende robar unos novillos a su jefe pero que el asunto acaba saliendo mal y deberá apañárselas para evadir la cárcel. Para ello pedirá consejo a varias mujeres que han significado mucho en su vida.
A través de estos encuentros, vamos conociendo a Nacho, el entramado y su personalidad.
Mariano Barroso (director, entre otras de Éxtasis, Los lobos de Washington, Hormigas en la boca o Lo mejor de Eva) ha encontrado el método ideal para sacar el máximo partido a su trabajo: hacer un 2x1. Se saca de la manga una película utilizando el metraje de la serie, recortando minutos pero sin aportar nada nuevo grabado para la ocasión. Reciclado 100%. A mí, personalmente, por mucho que diga que la serie ya estaba rodada pensando en cine más que en televisión, me parece muy poco creativo e inútil estrenar una película que ya has presentado, además en versión extendida, en televisión. Es como si de una novela de unas 300 páginas sacaran una versión reducida para gente con poco tiempo.
Que sí, es una forma “barata” de hacer cine, pero si no aportas nada nuevo... ¿de qué sirve? Ni siquiera creo que sirva para acceder a más público, pues supongo que su distribución será bastante minoritaria.
Pero dejando de lado la queja formal de su “adaptación”, vayamos a lo que importa, el resultado como película en sí, con el cual tampoco estoy satisfecho.
Lejos del thriller que quiere vender el tráiler, nos encontramos con un drama de tintes cómicos (por eso de atenuar las penas...) con un tono teatral muy marcado y centrando la historia en el personaje de Eduard Fernández, Nacho. Más allá del dilema de los novillos, que me acaban importando bien poco, la trama nos va introduciendo distintas mujeres que formaron o forman parte de la vida de Nacho, y nos van dibujando su psique, esperando que el espectador empatice con él, un vividor mujeriego, embaucador, mentiroso, egoísta pero majete, para que nos caiga bien.
“El personaje de Eduard hace lo que en España es el deporte nacional: echarle la culpa a los demás. A pesar de todos sus defectos, todos nos reconocemos un poco en él". Comentaba Barroso en el festival de Málaga. Pues perdona, Barroso, pero si tengo que identificarme con semejante personaje, lo llevas claro.
Y, pese a que vaya de menos a más y al final acabe interesándome un poco la redención del sujeto, lo cierto es que ni empatizo, ni me da pena y mucho menos me deja huella para el recuerdo.
Y no porque Eduard Fernández no se trabaje su papel (que viene a ser lo mejor de la película), sino porque el guión creo que no aguanta el traslado de la tv a la gran pantalla, y al personaje le faltan detalles más humanos para borrarme de la cabeza que es un cabroncete que deja a las mujeres a la altura del betún, y éstas, más idiotas aún, le siguen ayudando y dando consejos.
Pero no sólo el personaje es lo que falla, la narrativa partida en mini episodios de la serie aquí se lleva a rajatabla, cuando la trama no lo requiere y lastra el ritmo y el interés del espectador. Lo cierto es que la película desde que empieza no puede quitarse el tufillo de telefilm de encima, desde la estética hasta la historia o los diálogos, pretendidamente reflexivos pero que son tan locuaces como vacíos e impersonales. Se supone que van cargados de ironías y con cierto humor, pero quitando un par de ocasiones, todo suena a oído una y mil veces. Y es que pienso que el problema del cine español es que la labor del guionista pasa muy desapercibida, y de los tres que trabajan de ello, dos hacen siempre el mismo con los mismos tics y fallos.
Cómo no, tampoco es capaz de escapar de escenas gratuitas y ridículas como la escena de sexo con Marta Larralde o ciertos fallos de raccord.
Dentro del reparto femenino, destaca Nathalie Poza y, en menor medida, Marta Larralde. El resto, o pasan bastante desapercibidas (Michelle Jenner sobre todo) o directamente desearías que desaparecieran (Petra Martínez).
Si hubiera que destacar algo, sería el último episodio, que aporta cierto interés a la aburrida trama, pero cuando todo lo demás no te aporta mucho, destacar es algo relativamente fácil.
Mariano Barroso, contento con el resultado, confesó planear ya una segunda parte junto a Eduard Fernández (lo que no sabemos aún es si de la serie o también en 2x1).
Quizás hasta le echa huevos, la llama “Todos los hombres” y hace lo mismo pero cambiando los roles... todo es posible.
22 de enero de 2015
22 de enero de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comenzaré mi crítica reivindicando las "medias-notas", que a mi juicio, es lo único que le faltaría a filmaffinity para ser mejor aún si cabe! me explico, esta peli para mi más que un 8 es un 7,5. Sin embargo me decanto por darle un 8 en lugar de un 7 por la siguiente razón:
Siempre me ha molestado cuando el cine español intenta imitar otros estilos, concretamente cuando intentamos imitar el estilo americano y nos "flipamos", lo único que conseguimos son chapuzas que se quedan a medio cocer y casi pegajosas, por ejemplo "EVA" o "los Cronocrímenes".
No estoy diciendo que no debamos hacer cine de ciencia ficción, pero en este género creo que España aún está verde y todavía tiene que encontrar su propia huella, en vez de intentar imitar.
En cuánto a cine Español se refiere, me gustan más los estilos "caseros" por llamarlo de alguna manera; tipo Almodóvar, Ferando León De Aranóa, Juan Antonio Bardém, Berlanga, etc.
Esto por supuesto solo es un gusto personal y totalmente subjetivo, pero objetivamente si creo que sus películas, -técnicamente hablando- son mucho mejores, pues son muchísimo menos pretenciosas. Concentran su talento en el guión en lugar de tanta parafernalia.
También creo que definen mejor el carácter de los españoles, o al menos de su gran masa; somos gente llana, sencillos, afables, campechanos y muy familiares, por eso veo más interés en el cine español que habla de sus gentes, que del cine español que quiere ser yanqui, pero no puede...
Y esto es justo lo que me he encontrado en esta película, una buena trama bien desarrollada, un guión muy teatral, unos cuántos actores realizando un óptimo trabajo, personajes interesantes y tres o cuatro escenarios.
Un don Juan de campo, liante, feote pero con una labia del copón, mentiroso, machista, victimísta y manipulador.. sin embargo es humano, tan simple y llanamente humano, que aún sabiendo que es un cabronazo que no cambiará nunca, al final de la película no puedes evitar cogerle cariño.
El protagonista basa su relación con las mujeres en la posibilidad de llevárselas a la cama, a todas, incluso a la madre! ( por supuesto muy indirectamente, pero vamos que tiene un peazo complejo de Edipo el pobre...) parece que es lo único que le interesa de ellas, o mejor dicho, la única forma que conoce para relacionarse con ellas, simplemente no sabe hacerlo de otra manera, es bruto, y se le escapa la delicadeza de simplemente intimar y conectar con una persona del sexo opuesto sin la necesidad de satisfacer a su cerebro inferior. durante todo el desfile de mujeres a lo largo del film, Nacho las lía y enreda a todas de tal manera que dan ganas de cortarle los huevos, pero al final de la historia, vemos a la persona, sin más, ni hombre ni mujer, tan solo un ser abatido por la vida, por las circunstancias, que intenta buscar una salida que nunca aparece, una persona por quien la vida pasa castigando con trabajo duro y pocas ganancias, si...la vida y sus circunstancias, ni más, ni menos.
Sin aires de grandeza, le ha salido un gran film a Mariano Barroso, y Eduard Fernández...Chapó!
Siempre me ha molestado cuando el cine español intenta imitar otros estilos, concretamente cuando intentamos imitar el estilo americano y nos "flipamos", lo único que conseguimos son chapuzas que se quedan a medio cocer y casi pegajosas, por ejemplo "EVA" o "los Cronocrímenes".
No estoy diciendo que no debamos hacer cine de ciencia ficción, pero en este género creo que España aún está verde y todavía tiene que encontrar su propia huella, en vez de intentar imitar.
En cuánto a cine Español se refiere, me gustan más los estilos "caseros" por llamarlo de alguna manera; tipo Almodóvar, Ferando León De Aranóa, Juan Antonio Bardém, Berlanga, etc.
Esto por supuesto solo es un gusto personal y totalmente subjetivo, pero objetivamente si creo que sus películas, -técnicamente hablando- son mucho mejores, pues son muchísimo menos pretenciosas. Concentran su talento en el guión en lugar de tanta parafernalia.
También creo que definen mejor el carácter de los españoles, o al menos de su gran masa; somos gente llana, sencillos, afables, campechanos y muy familiares, por eso veo más interés en el cine español que habla de sus gentes, que del cine español que quiere ser yanqui, pero no puede...
Y esto es justo lo que me he encontrado en esta película, una buena trama bien desarrollada, un guión muy teatral, unos cuántos actores realizando un óptimo trabajo, personajes interesantes y tres o cuatro escenarios.
Un don Juan de campo, liante, feote pero con una labia del copón, mentiroso, machista, victimísta y manipulador.. sin embargo es humano, tan simple y llanamente humano, que aún sabiendo que es un cabronazo que no cambiará nunca, al final de la película no puedes evitar cogerle cariño.
El protagonista basa su relación con las mujeres en la posibilidad de llevárselas a la cama, a todas, incluso a la madre! ( por supuesto muy indirectamente, pero vamos que tiene un peazo complejo de Edipo el pobre...) parece que es lo único que le interesa de ellas, o mejor dicho, la única forma que conoce para relacionarse con ellas, simplemente no sabe hacerlo de otra manera, es bruto, y se le escapa la delicadeza de simplemente intimar y conectar con una persona del sexo opuesto sin la necesidad de satisfacer a su cerebro inferior. durante todo el desfile de mujeres a lo largo del film, Nacho las lía y enreda a todas de tal manera que dan ganas de cortarle los huevos, pero al final de la historia, vemos a la persona, sin más, ni hombre ni mujer, tan solo un ser abatido por la vida, por las circunstancias, que intenta buscar una salida que nunca aparece, una persona por quien la vida pasa castigando con trabajo duro y pocas ganancias, si...la vida y sus circunstancias, ni más, ni menos.
Sin aires de grandeza, le ha salido un gran film a Mariano Barroso, y Eduard Fernández...Chapó!
22 de febrero de 2014
22 de febrero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre harto de su vida, harto de aguantar una situación inútil en la que no puede demostrar nada a nadie, ni demostrárselo a sí mismo, decide llevar a efecto un golpe de autoridad para sanar su conciencia y poder cambiar el rumbo de su vida. Su sueño se convierte en pesacilla, nada sale bien y su meta se torna de aquello que podría haber sido, hacia la realidad con la que ahora se choca y debe lidiar. Sus pecados son ahora el motivo que debe zanjar y en su búsqueda de una escapatoria intentará saldarlos con más pecados. Todas aquellas mujeres que han sido importantes para él pasarán ahora para mostrarle algo que él sólo no es capaz de ver, para ponerle un espejo ante los ojos y que pueda verse reflejado.
Es una película que llama más la atención por sus actuaciones que por su calidad cinematográfica. El contexto obliga a crear un guión que mantenga entretenido a aquellos a los que el principio les puede hacer esperar una película sin miga alguna. Por suerte, la miga surge más de las interpretaciones que de cualquier otro aspecto. Eduard Fernández consigue hacer consistente un personaje cuyas líneas podían haberse leído de otras mil maneras menos convincentes y todas y cada una de las mujeres con las que se sienta a hablar nos convencen de que lo que estamos viendo no está tan mal.
Algún buen toque de humor, personajes coherentes y situaciones bien argumentadas, pero con un enlace algo flojo. Su aspecto teatral no es un impedimento, pero sí la monotonía y la falta de aprecio por la imagen que muestran, en la que se puede contar más de un fallo técnico, así como el descuido de aspectos como la iluminación, por no hablar de la ridícula escena de cama entre las sábanas cuando no venía a cuento algo así. Surge de ello una desproporción entre la calidad del elenco actoral y la calidad de la propia película. Puedes reírte con ella, cada uno de los personajes que aparecen tienen un propósito para que el protagonista sea aún más auténtico, pero no es capaz de sobrepasar la barrera impuesta por esa falta de compensación a la hora de llevarla a efecto.
CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
Es una película que llama más la atención por sus actuaciones que por su calidad cinematográfica. El contexto obliga a crear un guión que mantenga entretenido a aquellos a los que el principio les puede hacer esperar una película sin miga alguna. Por suerte, la miga surge más de las interpretaciones que de cualquier otro aspecto. Eduard Fernández consigue hacer consistente un personaje cuyas líneas podían haberse leído de otras mil maneras menos convincentes y todas y cada una de las mujeres con las que se sienta a hablar nos convencen de que lo que estamos viendo no está tan mal.
Algún buen toque de humor, personajes coherentes y situaciones bien argumentadas, pero con un enlace algo flojo. Su aspecto teatral no es un impedimento, pero sí la monotonía y la falta de aprecio por la imagen que muestran, en la que se puede contar más de un fallo técnico, así como el descuido de aspectos como la iluminación, por no hablar de la ridícula escena de cama entre las sábanas cuando no venía a cuento algo así. Surge de ello una desproporción entre la calidad del elenco actoral y la calidad de la propia película. Puedes reírte con ella, cada uno de los personajes que aparecen tienen un propósito para que el protagonista sea aún más auténtico, pero no es capaz de sobrepasar la barrera impuesta por esa falta de compensación a la hora de llevarla a efecto.
CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
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