New York, New York
1977 

6.8
5,293
Musical. Drama. Romance
Jimmy es un impetuoso y seductor saxofonista que aspira a formar parte de una gran banda. Francine es una tímida cantante de bar que sueña con ser famosa. Cuando se conocen el día que termina la Segunda Guerra Mundial, surge entre ellos una atracción inmediata y, cuando él toca y ella canta, consiguen hacer temblar los rascacielos. Es el comienzo de una tormentosa relación que pondrá a prueba su capacidad para encontrar el equilibrio ... [+]
16 de marzo de 2014
16 de marzo de 2014
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Scorsese deja atrás los dramas humanos, con gente que lucha por escapar de su pasado y salir adelante que tan bien le habían funcionado hasta el momento ('Alicia ya no vive aquí' o 'Taxi Driver'), para meterse prematuramente en géneros más complejos.
- La película como drama, insiste en mostrar una parte mísera y desgraciada de sus personajes que el guión se empeña en no dar.
- La película como musical, queda muy descafeinada. La imagen no le aporta ningún ritmo adicional a la música, y tampoco se muestra apenas el lujo y la parte colorida de la fama que este género siempre ha necesitado. Además, la visión que se da de 'la ciudad que nunca duerme' no despierta el más mínimo interés.
La historia queda en tierra de nadie, con un metraje XXL como colofón, al que nuestro Martin le cojerá el gusto y con el que (a pesar de en este caso no responderle demasiado bien en taquilla) seguirá insistente e innecesariamente jugando hasta el fin de sus días.
Aún con todo esto, la peli consigue aprobar gracias a: las intenciones de Minnelli y De Niro de salvar el guión, la ambientación y la canción final. Pero ningún incondicional del director le dirá que es una mala película. Para ellos (al igual que para los fans de otros directores sectarios), sus películas sólo se dividen en 'muy buenas' y 'buenas'.
- La película como drama, insiste en mostrar una parte mísera y desgraciada de sus personajes que el guión se empeña en no dar.
- La película como musical, queda muy descafeinada. La imagen no le aporta ningún ritmo adicional a la música, y tampoco se muestra apenas el lujo y la parte colorida de la fama que este género siempre ha necesitado. Además, la visión que se da de 'la ciudad que nunca duerme' no despierta el más mínimo interés.
La historia queda en tierra de nadie, con un metraje XXL como colofón, al que nuestro Martin le cojerá el gusto y con el que (a pesar de en este caso no responderle demasiado bien en taquilla) seguirá insistente e innecesariamente jugando hasta el fin de sus días.
Aún con todo esto, la peli consigue aprobar gracias a: las intenciones de Minnelli y De Niro de salvar el guión, la ambientación y la canción final. Pero ningún incondicional del director le dirá que es una mala película. Para ellos (al igual que para los fans de otros directores sectarios), sus películas sólo se dividen en 'muy buenas' y 'buenas'.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una pena que no existiesen todavía los Razzie para poder reconocer la ardua tarea de Earl Mac Rauch & Mardik Martin.
Ejemplo (el hijo no conociendo prácticamente a su padre):
+ Jimmy: A quién te pareces más, ¿a mí o a tu madre?
- Niño: A tí
+ Jimmy: ¿A mí?
- Niño: Sí, procuro no parecerme a las chicas.
Ejemplo (el hijo no conociendo prácticamente a su padre):
+ Jimmy: A quién te pareces más, ¿a mí o a tu madre?
- Niño: A tí
+ Jimmy: ¿A mí?
- Niño: Sí, procuro no parecerme a las chicas.
2 de septiembre de 2006
2 de septiembre de 2006
16 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver esta película, es tomar una clase de actuación gratuita a cargo de la Minnelli. Es maravilloso su trabajo y como muestra los 16 "No", cada uno en un tono diferente y convincente. Adoro "But the world...", porque asisto a un acto de "posesión": la Minnelli es poseida por la Garland. El número final es ma-ra-vi-llo-so !!!!! Una vez mas Liza nos enseña como se debe actuar en el Siglo XX-XXI. Además, podemos constatar que el director también se interesa por temas, tratamientos y estilos que otros desprecian.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La re-edición de la película, nos permite conocer los dos finales en los que originalmente pensó el director: juntos y separados. La historia es un reflejo pleno de quienes nos dedicamos al Teatro y a esas cosas maravillosas... El rescate de las secuencias eliminadas en 1977 para su estreno mundial, la fortifican. El resultado del romance que existió en ese tiempo entre Scorsese y la Minnelli, queda perfectamente planteado a lo largo de la pelicula. En verdad los invito a que la disfruten, si es que les gustan los musicales.
30 de junio de 2017
30 de junio de 2017
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
133/22(27/06/17) Errado film del maestro Scorsese, un fallido homenaje al cine musical clásico que se queda en algo plano y aburrido por mor de su plano guión, de Mardik Martin (“Malas calles” o “Toro salvaje”) y Earl Mac Rauch basado en una historia del segundo, con un relato que solo gustará a los entusiastas del jazz y d ela música de bandas de salón, por lo que es en la historia es de un naif y nula conexión con el espectador, con una pareja protagonista con la química de Chiquito de la calzada y Angelina Jolie, con una delineación del personaje masculino (Robert DeNiro a Tommy Dorsey) insoportable, de un neurótico que da grima, parece poseído por una bipolaridad chirriante, inverosímil que la dulce y autosuficiente se enamore de tal zoquete inaguantable, si ya partimos de esa base el resto del artificioso romance es idas y venidas entre ello, resultan jartibles y cansinos en sus relaciones impostadas. Tampoco se entiende el título de la película, uno espera (y más viniendo del militante neoyorkino Scorsese) una oda a la mítica ciudad, a sus gentes, sus rincones, sus edificios, sus calles, su clima, pero nada de esto está presente, apenas se atisba la icónica urbe, podría llamarse cualquier otra ciudad y nadie lo notaría, ejemplo de lo que es hacer un tributo a New York es Woody Allen con su obra maestra “Manhattan” (1979), con postales impresionantes, pero el italoamericano director se olvida del susodicho título para centrarse en una narración de interiores opresiva, con lo que el potencial hermoso telón de fondo queda anulado. Scorsese es un melómano mayúsculo, con varias obras musicales a sus espaldas, y con selecciones de temas que marcan a fuego el metraje de sus films, el realizador hace una mirada melancólica al pasado del Hollywood Dorado del género musical, en este apartado sobresalen las canciones de John Kander y Fred Ebb.
La historia comienza en el día de la victoria en 1945. Una celebración masiva en un club nocturno de Nueva York está en marcha, música a cargo de la orquesta Tommy Dorsey. Una vez allí, Jimmy Doyle (De Niro), intenta “ligar” con una chica, Francine Evans (Minnelli), pero la táctica agresiva de Jimmy repele a la chica. Al final, como era previsible, los dos terminan juntos la noche. Él es un saxofonista y ella una cantante.
En lo positivo quedan algunos tramos musicales bien trabajados, como cuando Tommy observa de pie sobre una plataforma elevada de metro, a un marinero y una chica bailando, con claros efluvios a Fred y Ginger, o ese plano desde una grúa en que vemos a Tommy tocar un tema al saxofón de noche bajo una farola, o su potente tramo final, coronado con la sublime interpretación de Liza Minnelli del homérico “New York, New York”. Posee una ambientación remarcadamente falsa como queriendo homenajear al cine de los 30 y 40, esos decorados que cantaban a distancia, o esa iluminación hiperrealista que sirve como leit motive de los estados de ánimo de los protagonistas, rojo en las rabiosas interpretaciones a saxo de Jimmy, o el azul para emitir la tristeza de Francine. También es estimable como los temas musicales sirven para hacer evolucionar la historia (ramplonamente), y no como parches metidos con calzador. Asimismo es loable el manejo de elementos para ayudar a infundir emociones, como las luces de neón (como las flechas), los espejos, las reuniones siempre catárquicas entre Francine y Jimmy en coches (discusiones, y hasta ruptura de aguas).
Pero… lo principal que debe enganchar de una película es su argumento y guión, y este se centra exclusivamente en un romance atormentado, donde ya se inicia de modo adusto, y de ahí en adelante nada me mueve a mostrar interés por una pareja que no me creo, no veo pasión o amor entre ellos, se han enamorado por que lo dice el guión, pero orgánicamente cruje más que el Titanic partiéndose, se suma una arritmia que llega a producir tedio, y es que lo que cuenta podría haberse contado con una hora menos, con lo que su excesiva duración repercute en una sensación de languidez y redundancia constante, donde solo algún número musical te puede sacar del sopor (si te gusta este género musical). Y es que es una cinta carente de frescura, con una historia poco (siendo benévolo) atractiva, con una evolución letárgica, provocando un drama en el que me da igual lo que les pase a sus protagonistas. Ya sé que habla de las obsesiones, de los sacrificios por tu vocación, de los amores difíciles, de los celos profesionales, de intentar compaginar tu vida familiar y artística, pero todo ello me llega metido a empujones, de forma insípida e inane, con lo que cuando se llega a su supuesto trémulo final, me deja más frío que el Iceberg con el que chocó el susodicho Titanic.
Robert DeNiro parece estar aún con el piloto automático del Travis Bickle de “Taxi driver” (1976), y parece un extraterrestre frente a la dulce Liza, parecen estar en películas distintas uno frente al otro, y el actor queda fatal en una sobreactuación grimante, aunque cumple de maravilla en los momentos en que toca (falsamente) el saxo; Liza Minnelli hace lo que puede con un rol de enternecedora chica cantante, a la que (al igual que a Jimmy) le falta hondura y fondo dramático, pues nada sabremos del antes de empezar el relato, al igual que a Jimmy sus vidas parecen empezar de cero con la película, con lo que resta (y mucho) dimensión a los personajes; otra tara es que no hay secundarios que den fuerza y apoyo a los protagonistas, no pasan de figuras que llegan y se van.
(sigue en spoiler sin spoiler)
La historia comienza en el día de la victoria en 1945. Una celebración masiva en un club nocturno de Nueva York está en marcha, música a cargo de la orquesta Tommy Dorsey. Una vez allí, Jimmy Doyle (De Niro), intenta “ligar” con una chica, Francine Evans (Minnelli), pero la táctica agresiva de Jimmy repele a la chica. Al final, como era previsible, los dos terminan juntos la noche. Él es un saxofonista y ella una cantante.
En lo positivo quedan algunos tramos musicales bien trabajados, como cuando Tommy observa de pie sobre una plataforma elevada de metro, a un marinero y una chica bailando, con claros efluvios a Fred y Ginger, o ese plano desde una grúa en que vemos a Tommy tocar un tema al saxofón de noche bajo una farola, o su potente tramo final, coronado con la sublime interpretación de Liza Minnelli del homérico “New York, New York”. Posee una ambientación remarcadamente falsa como queriendo homenajear al cine de los 30 y 40, esos decorados que cantaban a distancia, o esa iluminación hiperrealista que sirve como leit motive de los estados de ánimo de los protagonistas, rojo en las rabiosas interpretaciones a saxo de Jimmy, o el azul para emitir la tristeza de Francine. También es estimable como los temas musicales sirven para hacer evolucionar la historia (ramplonamente), y no como parches metidos con calzador. Asimismo es loable el manejo de elementos para ayudar a infundir emociones, como las luces de neón (como las flechas), los espejos, las reuniones siempre catárquicas entre Francine y Jimmy en coches (discusiones, y hasta ruptura de aguas).
Pero… lo principal que debe enganchar de una película es su argumento y guión, y este se centra exclusivamente en un romance atormentado, donde ya se inicia de modo adusto, y de ahí en adelante nada me mueve a mostrar interés por una pareja que no me creo, no veo pasión o amor entre ellos, se han enamorado por que lo dice el guión, pero orgánicamente cruje más que el Titanic partiéndose, se suma una arritmia que llega a producir tedio, y es que lo que cuenta podría haberse contado con una hora menos, con lo que su excesiva duración repercute en una sensación de languidez y redundancia constante, donde solo algún número musical te puede sacar del sopor (si te gusta este género musical). Y es que es una cinta carente de frescura, con una historia poco (siendo benévolo) atractiva, con una evolución letárgica, provocando un drama en el que me da igual lo que les pase a sus protagonistas. Ya sé que habla de las obsesiones, de los sacrificios por tu vocación, de los amores difíciles, de los celos profesionales, de intentar compaginar tu vida familiar y artística, pero todo ello me llega metido a empujones, de forma insípida e inane, con lo que cuando se llega a su supuesto trémulo final, me deja más frío que el Iceberg con el que chocó el susodicho Titanic.
Robert DeNiro parece estar aún con el piloto automático del Travis Bickle de “Taxi driver” (1976), y parece un extraterrestre frente a la dulce Liza, parecen estar en películas distintas uno frente al otro, y el actor queda fatal en una sobreactuación grimante, aunque cumple de maravilla en los momentos en que toca (falsamente) el saxo; Liza Minnelli hace lo que puede con un rol de enternecedora chica cantante, a la que (al igual que a Jimmy) le falta hondura y fondo dramático, pues nada sabremos del antes de empezar el relato, al igual que a Jimmy sus vidas parecen empezar de cero con la película, con lo que resta (y mucho) dimensión a los personajes; otra tara es que no hay secundarios que den fuerza y apoyo a los protagonistas, no pasan de figuras que llegan y se van.
(sigue en spoiler sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La puesta en escena resulta buena en el sentido de homenajear al género musical clásico, con un diseño de producción de Boris Leven (“Sonrisas y lágrimas” o “West Side Story”) muy falsete en el modo en que (casi) todo está rodados en interiores, en platós de estudios (mucha pared de cartón), filmándose en Los Ángeles (Biltmore Hotel, Downtown, Los Ángeles Theatre, Park Plaza Hotel), y los Metro-Goldwyn-Mayer Studios en Culver City (California), recreando en sus clubs el clima bohemio del momento, esto filtrado por la fotografía del húngaro László Kovács (“Easy Rider” o “Los Cazafantasmas”), con un cromatismo alegórico (mencionado arriba), con travellings incisivos, con obturaciones del objetivo, con movimientos de cámara alusivos a cada personalidad, cuando canta Francine todo es pausado y cuando toca Jimmy todo se vuelve más rítmico y acelerado. La música y sus números musicales son el verdadero fuerte del film, de melodías punzantes y canciones sugerentes, con extenso, variado y notable repertorio de temas ya existentes previamente, con aportaciones del compositor John Kander y del letrista Fred Ebb, destacando sus tres composiciones para el film cantadas por liza Minnelli, “But the World Goes ‘Round”, “Happy Endings” y, por supuesto el icónico “New York, New York”, también sobresalen otros dos temadas cantados por la co-protagonista, el compuesto por los Gershin “The Man I Love”, hay más. Mencionar a Ralph Burns como director de orquesta y arreglista de las melodías para adaptarlas al ritmo electrizante de Jimmy Doyle y Georgie Auld como el verdadero saxofonista cuando DeNiro finge tocar, en realidad es Auld.
En conjunto me queda una pasable película de scorsese, que demuestra que no todos los genios lo hacen todo bien, soy un gran admirador de su cine, pero no soy un dogmático. Fuerza y honor!!!
En conjunto me queda una pasable película de scorsese, que demuestra que no todos los genios lo hacen todo bien, soy un gran admirador de su cine, pero no soy un dogmático. Fuerza y honor!!!
1 de febrero de 2011
1 de febrero de 2011
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quinto largometraje de Scorsese en los 70 ("El tren de Bertha", "Mallas Calles", "Alicia ya no vive aquí" y "Taxi driver"), sexta en total, para un aún joven pero ya más que consolidado director. Rodada entre la personal e intimista "Taxi driver" y la completa y más comercial" Toro salvaje", el personaje de De Niro toma aspectos de los personajes de sus anteriores colaboraciones con Scorsese y deja pistas sobre el carácter del que sería su futuro personaje en "Toro salvaje". Así, Jimmy Doyle, presenta un carácter díscolo y alocado como Jhonny Boy en "Malas Calles", se muestra inestable e inadaptado al igual que Travis en "Taxi driver", y con comportamiento violento, posesivo y machista como lo sería Jack LaMotta en "Toro Salvaje".
Aún faltando las referencias religiosas, un tema clásico en Scorsese, "New York, New York", presenta todos los demás temas scorsianos por excelencia, a saber: Los años 40, por los que tiene una nostalgia casi obsesiva, en los que el director se encuentra como en casa y los ambienta como nadie; el jazz, a menudo presente en sus bandas sonoras; Nueva York, su ciudad-musa, por la que siente especial debilidad; y las tormentosas relaciones amor-odio entre sus protagonistas. La diferencia es que en "New York, New York" las relaciones no son entre amigos, en los que Scorsese es un maestro, sino que son relaciones de pareja, en las que el director se siente menos hábil. También cabe destacar la presencia de momentos realmente cómicos (la escena de aparcamiento es cojonuda), poco frecuentes en esta etapa inicial de Scorsese.
Mención a parte merece el tandem Scorsese-De Niro. Pueden gustar más o menos, pero lo que es innegable es que han dado momentos inolvidables en el cine. Además de su talento, De Niro es un gran hacedor de imágenes únicas. De especial calidad son sus trabajos en estos años 70, donde asume personajes muy distintos y en todos borda sus papeles y los convierte casi en leyendas (Vito Corelone joven, Travis, Jimmy Doyle, Jack LaMotta...) En sólo unos años, De Niro consigue una extraordinaria variedad de personajes que el 95% de los actores no conseguirán en toda su carrera.
También destaca la actuación de Liza Minelli, que es la única acompañante femenina de De Niro que en estos años aguanta el poderío interpretativo de el del Bronx, algo que ni la intermitente Cybill Shepherd en "Taxi driver" ni la guapa pero inexpresiva Cathy Moriarty en "Toro salvaje" consiguieron. Claro, que al ser un musical, es díficil restar importancia a la Minelli, con esa cascada de voz que demuestra. Pero lo cierto es que entre ellos hay química, la cámara los quiere, una complicidad con una compañera femenina que sólo se aprecia en los pocos minutos que comparte De Niro con una joven Jodie Foster en "Taxi Driver" (Descubierta por el propio Scorsese, no en éste, sino en su anterior trabajo "Alicia ya no vive aquí").
Aún faltando las referencias religiosas, un tema clásico en Scorsese, "New York, New York", presenta todos los demás temas scorsianos por excelencia, a saber: Los años 40, por los que tiene una nostalgia casi obsesiva, en los que el director se encuentra como en casa y los ambienta como nadie; el jazz, a menudo presente en sus bandas sonoras; Nueva York, su ciudad-musa, por la que siente especial debilidad; y las tormentosas relaciones amor-odio entre sus protagonistas. La diferencia es que en "New York, New York" las relaciones no son entre amigos, en los que Scorsese es un maestro, sino que son relaciones de pareja, en las que el director se siente menos hábil. También cabe destacar la presencia de momentos realmente cómicos (la escena de aparcamiento es cojonuda), poco frecuentes en esta etapa inicial de Scorsese.
Mención a parte merece el tandem Scorsese-De Niro. Pueden gustar más o menos, pero lo que es innegable es que han dado momentos inolvidables en el cine. Además de su talento, De Niro es un gran hacedor de imágenes únicas. De especial calidad son sus trabajos en estos años 70, donde asume personajes muy distintos y en todos borda sus papeles y los convierte casi en leyendas (Vito Corelone joven, Travis, Jimmy Doyle, Jack LaMotta...) En sólo unos años, De Niro consigue una extraordinaria variedad de personajes que el 95% de los actores no conseguirán en toda su carrera.
También destaca la actuación de Liza Minelli, que es la única acompañante femenina de De Niro que en estos años aguanta el poderío interpretativo de el del Bronx, algo que ni la intermitente Cybill Shepherd en "Taxi driver" ni la guapa pero inexpresiva Cathy Moriarty en "Toro salvaje" consiguieron. Claro, que al ser un musical, es díficil restar importancia a la Minelli, con esa cascada de voz que demuestra. Pero lo cierto es que entre ellos hay química, la cámara los quiere, una complicidad con una compañera femenina que sólo se aprecia en los pocos minutos que comparte De Niro con una joven Jodie Foster en "Taxi Driver" (Descubierta por el propio Scorsese, no en éste, sino en su anterior trabajo "Alicia ya no vive aquí").
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A pesar de todo, al ahondar en una relación de pareja, con claros altibajos y lagunas importantes en el guión, y estar todo enfocado al lucimiento de un género que al abajo firmante no es de su especial agrado, el musical, es por ello no puedo considerar a esta película como una joya, pero desde luego sí que merece una oportunidad.
1 de febrero de 2015
1 de febrero de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No digo que sea mala pero esta película a mi no me gustó, empezando porque la historia se me hizo poco atractiva (Y el jazz no me gusta) no me gustó tampoco el personaje o mejor dicho el comportamiento de De Niro cuando andaba con o detrás de la Minnelli. También se me hizo eterna esta película, demasiado larga para lo poco interesante que me resultó, pero en fin, para gustos colores.
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