New York, New York
1977 

6.8
5,293
Musical. Drama. Romance
Jimmy es un impetuoso y seductor saxofonista que aspira a formar parte de una gran banda. Francine es una tímida cantante de bar que sueña con ser famosa. Cuando se conocen el día que termina la Segunda Guerra Mundial, surge entre ellos una atracción inmediata y, cuando él toca y ella canta, consiguen hacer temblar los rascacielos. Es el comienzo de una tormentosa relación que pondrá a prueba su capacidad para encontrar el equilibrio ... [+]
24 de julio de 2006
24 de julio de 2006
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Simplemente, Genial.
Aunque se le puede entrever algun problema de consistencia en el guión, como si faltara metraje (cosa de la que ya se habla en mucho sitios, la productora obligo a Scorsese a recortar media hora de metraje). y algun que otro desfase en los planos contra plano.
Por lo demás... magnífica, los actores de primera y la musica Genial. Sobre todo ese New york New york del final.
un saludo
Aunque se le puede entrever algun problema de consistencia en el guión, como si faltara metraje (cosa de la que ya se habla en mucho sitios, la productora obligo a Scorsese a recortar media hora de metraje). y algun que otro desfase en los planos contra plano.
Por lo demás... magnífica, los actores de primera y la musica Genial. Sobre todo ese New york New york del final.
un saludo
26 de diciembre de 2010
26 de diciembre de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una época en la que todos los implicados de New York, New York vivía su mayor momento de gloria (con titulos esenciales en la historia del cine como Taxi Driver, El Cazador, Toro Salvaje, Cabaret), New York, New York es posiblemente una de las películas más controvertidas de todas sus carreras. Scorsese se embarcó con este film en la aventura de hacer un musical clásico de Hollywood aunando su pasión por el género y por el jazz en particular.
New York, New York es pues un ejercicio de estilo, una película cuya razón de ser es alcanzar el look visual y el aroma a clásico de una historia conocida por todos pero cuyas mayores virtudes están en lo técnico y lo metalinguístico. A su vez es la manera de entender los clásicos desde una mente revolucionaria (la de Scorsese), y una carta de amor a un estilo en particular y su influencia en el carácter de sus artistas. Por ello, es fácil disfrutar de New York, New York si uno se encuentra en alguno de estos tres grupos, o conoce sus orígenes e influencia en la cultura popular. En caso contrario, se encontrará ante una película de desarrollo caprichoso, ritmo irregular y visualidad indiscutible.
Al tratarse de una cinta tan personal, Scorsese no trata con New York, New York de hacer un musical al uso. La importancia dada a la visualidad de la historia, a la fastuosidad de los decorados (la mayoría de ellos construidos en estudio), el mimétrico diseño de vestuario, y por supuesto, el sonido y la selección musical, son las claves con las que el director escribe su carta de amor, una película especial y diferente, no apta para toda clase de públicos, con virtudes irreprochables pero también lastrada por el descuido de otros aspectos, que no la convirtieron, a diferencia de aquellas cintas antes citadas, en el clásico que pudo ser.
Las razones por las que un director tan meticuloso como Scorsese no pulió la relación entre sus dos protagonistas son un misterio. Esta relación es dramáticamente el eje de la trama, aunque Scorsese parece querer convertir el jazz en ese eje. Pero de cara a una empatía del espectador, al margen de sus gustos e intereses, la historia emocional de New York, New York, se supedita a la evolución del lazo entre De Niro y Minnelli. Y los implicados de la cinta no parecen preocuparse por ella. Poco sabemos del momento en que el amor hace acto de presencia, de una rutina real entre ambos, de las diferencias irreconciliables, de las consecuencias de los hechos que se nos cuentan en la historia de su relación. Parece como si no se hubiera querido profundizar en ello, lo que daña dramáticamente a la película, convirtiéndola tan solo en un espectaculo visual e intelectual, cuando podría haber sido lo que por ejemplo fue Tal como éramos al cine "de pareja" o Fanny Girl en su vertiente musical.
(Sigue sin Spoiler)
New York, New York es pues un ejercicio de estilo, una película cuya razón de ser es alcanzar el look visual y el aroma a clásico de una historia conocida por todos pero cuyas mayores virtudes están en lo técnico y lo metalinguístico. A su vez es la manera de entender los clásicos desde una mente revolucionaria (la de Scorsese), y una carta de amor a un estilo en particular y su influencia en el carácter de sus artistas. Por ello, es fácil disfrutar de New York, New York si uno se encuentra en alguno de estos tres grupos, o conoce sus orígenes e influencia en la cultura popular. En caso contrario, se encontrará ante una película de desarrollo caprichoso, ritmo irregular y visualidad indiscutible.
Al tratarse de una cinta tan personal, Scorsese no trata con New York, New York de hacer un musical al uso. La importancia dada a la visualidad de la historia, a la fastuosidad de los decorados (la mayoría de ellos construidos en estudio), el mimétrico diseño de vestuario, y por supuesto, el sonido y la selección musical, son las claves con las que el director escribe su carta de amor, una película especial y diferente, no apta para toda clase de públicos, con virtudes irreprochables pero también lastrada por el descuido de otros aspectos, que no la convirtieron, a diferencia de aquellas cintas antes citadas, en el clásico que pudo ser.
Las razones por las que un director tan meticuloso como Scorsese no pulió la relación entre sus dos protagonistas son un misterio. Esta relación es dramáticamente el eje de la trama, aunque Scorsese parece querer convertir el jazz en ese eje. Pero de cara a una empatía del espectador, al margen de sus gustos e intereses, la historia emocional de New York, New York, se supedita a la evolución del lazo entre De Niro y Minnelli. Y los implicados de la cinta no parecen preocuparse por ella. Poco sabemos del momento en que el amor hace acto de presencia, de una rutina real entre ambos, de las diferencias irreconciliables, de las consecuencias de los hechos que se nos cuentan en la historia de su relación. Parece como si no se hubiera querido profundizar en ello, lo que daña dramáticamente a la película, convirtiéndola tan solo en un espectaculo visual e intelectual, cuando podría haber sido lo que por ejemplo fue Tal como éramos al cine "de pareja" o Fanny Girl en su vertiente musical.
(Sigue sin Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De Niro y Minelli, como es habitual, están a la altura de su talento. Aunque ese fallo de intenciones no les deje desarrollar unas interpretaciones perfectas, la presencia de verdadera estrella de ambos facilita la construcción de sus personajes, que aunque se han efocado de una pieza (ella, tímida, sumisa; él, celoso, ambicioso) ambos consiguen profundizar allí donde el director o el guión no lo hacen: Minelli, cantando, revela su verdadera naturaleza de talento descomunal y fuerza más allá de las circunstancias; y De Niro, en los fugaces instantes de vulnerabilidad muestra las grietas de un carácter antipático y complicado, las inseguridades del hombre de hierro.
8 de octubre de 2013
8 de octubre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
New York, New York de Martin Scorsese, es un drama musical que no cala prácticamente en ningún momento. Dirigida con un ritmo lento, y lejos de su cine habitual, se hace larga y tediosa para el espectador, ya que carece de sustancia y gancho, y es innecesariamente larga.
La fotografía, es sensacional y llamativa, resaltando notablemente los decorados alusivos a los lugares y época en cuestión, de fiestas y salones, muy atractivos y encantadores para el público. Y musicalmente, es fantástica e inigualable, con sonidos sugestivos y rítmicos de jazz, muy pegadizos, sensacionales y espléndidos, resaltando el tema final New York, New York.
Las actuaciones, son competentes y apropiadas, aunque no de las mejores de los protagonistas. Con Robert De Niro muy persuasivo y con personalidad manipuladora, y Liza Minnelli sentida, emotiva y encantadora. Usando diálogos espontáneos y ocurrentes, Y unos vestuarios y caracterizaciones bien trabajados en los personajes y orquestas.
Los movimientos y planos, son excelentes y acertados, resaltando los decorados y puestas en escena. Pero el guion, sin embargo, tiene carencia de gancho y pasión, y se limita a contar la historia argumentada de modo insípido e incluso soporífero, haciendo el film largo e interminable para el público.
En conclusión, lo considero un película musical prescindible e innecesaria. Con momentos musicales e interpretativos estupendos, pero excesivamente larga y carente de gancho y carisma. Por lo que, dentro de la filmografía del director es redundante y sobrante.
La fotografía, es sensacional y llamativa, resaltando notablemente los decorados alusivos a los lugares y época en cuestión, de fiestas y salones, muy atractivos y encantadores para el público. Y musicalmente, es fantástica e inigualable, con sonidos sugestivos y rítmicos de jazz, muy pegadizos, sensacionales y espléndidos, resaltando el tema final New York, New York.
Las actuaciones, son competentes y apropiadas, aunque no de las mejores de los protagonistas. Con Robert De Niro muy persuasivo y con personalidad manipuladora, y Liza Minnelli sentida, emotiva y encantadora. Usando diálogos espontáneos y ocurrentes, Y unos vestuarios y caracterizaciones bien trabajados en los personajes y orquestas.
Los movimientos y planos, son excelentes y acertados, resaltando los decorados y puestas en escena. Pero el guion, sin embargo, tiene carencia de gancho y pasión, y se limita a contar la historia argumentada de modo insípido e incluso soporífero, haciendo el film largo e interminable para el público.
En conclusión, lo considero un película musical prescindible e innecesaria. Con momentos musicales e interpretativos estupendos, pero excesivamente larga y carente de gancho y carisma. Por lo que, dentro de la filmografía del director es redundante y sobrante.
8 de junio de 2008
8 de junio de 2008
31 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tan interminable como una doble sesión de Ben-Hur y Sátántangó.
Tan vacía como un concierto de Raúl.
Tan cansina como pelar patatas.
Tan emocionante como los ponys de la feria.
Tan irritante como el chirrido de un tenedor contra un plato.
Tan espectacular como un caleidoscopio fabricado con cartulina.
Tan insípida como el helado a euro del Mercadona.
Tan imbécil como llevarte tres años pintando cacahuetes.
Tan entretenida como un tebeo en braille.
Tan elegante como un burro con corbata.
Tan dinámica como el tocado de la infanta Elena.
Tan jovial como un esputo con purpurina.
Tan dicharachera como una pandereta de trapo.
Tan original como el vello púbico.
Más larga que la cuaresma, que una meada cuesta abajo, que un capítulo de Hostal Royal Manzanares… o como dirían nuestras abuelas: más larga que un día sin pan.
A pesar de todo, tiene sus momentos; haberlos, haylos. La única pega es que hay menos que punkies en la oficina del INEM.
HEIFER & Una_de_ellos
Tan vacía como un concierto de Raúl.
Tan cansina como pelar patatas.
Tan emocionante como los ponys de la feria.
Tan irritante como el chirrido de un tenedor contra un plato.
Tan espectacular como un caleidoscopio fabricado con cartulina.
Tan insípida como el helado a euro del Mercadona.
Tan imbécil como llevarte tres años pintando cacahuetes.
Tan entretenida como un tebeo en braille.
Tan elegante como un burro con corbata.
Tan dinámica como el tocado de la infanta Elena.
Tan jovial como un esputo con purpurina.
Tan dicharachera como una pandereta de trapo.
Tan original como el vello púbico.
Más larga que la cuaresma, que una meada cuesta abajo, que un capítulo de Hostal Royal Manzanares… o como dirían nuestras abuelas: más larga que un día sin pan.
A pesar de todo, tiene sus momentos; haberlos, haylos. La única pega es que hay menos que punkies en la oficina del INEM.
HEIFER & Una_de_ellos
31 de julio de 2013
31 de julio de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
New York, New York... la ciudad que nunca duerme.
Martin Scorsese brinda un gran homenaje al jazz y a sus gloriosos años, con esta gran película. Y que mejor forma de hacerlo que junto al que le ha acompañado en la mayoría de sus mejores películas, Robert de Niro.
La película trata de mostrar la dificultad de combinar el amor que sienten los dos protagonistas entre ellos, con el amor que comparten ambos por la música. Lo cierto es que, cuando uno ama verdaderamente a la música, la ama por encima de todo. Y eso pretende plasmar Scorsese. La verdad es que la película va dirigida sobretodo hacia los fans del jazz. Y es que cuando suenan esas maravillosas canciones, uno se olvida de todo y se sumerge junto a esas melodías completamente en la película. Increíble la forma de tocar el saxo del personaje interpretado por de Niro, y bueno, también gran interpretación por su parte, para variar. Destacar también la espectacular interpretación por parte de Liza Minnelli, que a decir verdad, lo hace incluso mejor que de Niro.
New York, New York... yo también querría un día despertar en la ciudad que nunca duerme, en los gloriosos años del jazz.
Martin Scorsese brinda un gran homenaje al jazz y a sus gloriosos años, con esta gran película. Y que mejor forma de hacerlo que junto al que le ha acompañado en la mayoría de sus mejores películas, Robert de Niro.
La película trata de mostrar la dificultad de combinar el amor que sienten los dos protagonistas entre ellos, con el amor que comparten ambos por la música. Lo cierto es que, cuando uno ama verdaderamente a la música, la ama por encima de todo. Y eso pretende plasmar Scorsese. La verdad es que la película va dirigida sobretodo hacia los fans del jazz. Y es que cuando suenan esas maravillosas canciones, uno se olvida de todo y se sumerge junto a esas melodías completamente en la película. Increíble la forma de tocar el saxo del personaje interpretado por de Niro, y bueno, también gran interpretación por su parte, para variar. Destacar también la espectacular interpretación por parte de Liza Minnelli, que a decir verdad, lo hace incluso mejor que de Niro.
New York, New York... yo también querría un día despertar en la ciudad que nunca duerme, en los gloriosos años del jazz.
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