Import/Export
6.4
1,525
Drama
Historia de dos personas que toman caminos opuestos. Olga, una enfermera cansada de vivir con el dinero contado, deja atrás Ucrania y viaja hacia Occidente buscando una vida mejor. Esa vida mejor será en Viena como limpiadora y más adelante como modelo porno en internet. Paul ya está en Occidente, es austriaco, vive en Viena y es un guardia jurado en paro. Las chapuzas que le permiten ir tirando son cada vez más miserables y los amigos ... [+]
16 de abril de 2009
16 de abril de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está muy bien, que a veces al espectador nos hagan sentir incómodos con lo que nos muestran, pero igual esta película se sobrepasa...
Seidl nos muestra la crudeza de la realidad, en concreto la que viven dos personas; un chico austriaco y una chica ucraniana, ahogados los dos por el sistema.
Todos los actores de la película están estupendos. Sus actuaciones convencen, aunque todo lo que nos muestra está tan deshumanizado que no conmueve, sino que produce el efecto contrario: repele.
Seidl nos muestra la crudeza de la realidad, en concreto la que viven dos personas; un chico austriaco y una chica ucraniana, ahogados los dos por el sistema.
Todos los actores de la película están estupendos. Sus actuaciones convencen, aunque todo lo que nos muestra está tan deshumanizado que no conmueve, sino que produce el efecto contrario: repele.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Todo lo que les pasa a los dos protagonistas es tan terrible, o tan desolador que no queda lugar ni para una sonrisa.
El tratamiento que se le da al sexo es tan cruel que debo admitir que esta película contiene la escena de sexo que más me ha incomodado en el cine de los últimos años. Es desagradable, inhumana y hasta dolorosa. Una secuencia que casi se basa únicamente en la palabra... Yo te pago pues te trato como me da la gana y vas a hacer lo que yo quiera, sobre todo el ridículo... Es tan incomoda esta secuencia que casi te hace aborrecer haber visto la película.
El final es tan súbito y cortante como toda la película. Nos ha mostrado un trozo de la vida de estos dos seres humanos y ya. Se acabó. Hasta aquí os cuento.
El chico anda cargado con su maleta por un camino lleno de nieve, hace auto-stop, nadie le recoge, los coches pasan por su lado ignorándolo.
La chica está sentada a una mesa, con el resto de sus compañeras con las que limpia en un hospital/geriátrico. Han acabado de comer. Todas ríen. Al fin uno de los protagonistas ríe en la película.
El tratamiento que se le da al sexo es tan cruel que debo admitir que esta película contiene la escena de sexo que más me ha incomodado en el cine de los últimos años. Es desagradable, inhumana y hasta dolorosa. Una secuencia que casi se basa únicamente en la palabra... Yo te pago pues te trato como me da la gana y vas a hacer lo que yo quiera, sobre todo el ridículo... Es tan incomoda esta secuencia que casi te hace aborrecer haber visto la película.
El final es tan súbito y cortante como toda la película. Nos ha mostrado un trozo de la vida de estos dos seres humanos y ya. Se acabó. Hasta aquí os cuento.
El chico anda cargado con su maleta por un camino lleno de nieve, hace auto-stop, nadie le recoge, los coches pasan por su lado ignorándolo.
La chica está sentada a una mesa, con el resto de sus compañeras con las que limpia en un hospital/geriátrico. Han acabado de comer. Todas ríen. Al fin uno de los protagonistas ríe en la película.
19 de enero de 2009
19 de enero de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Este y el Oeste, Ucrania y Austria, dos destinos, dos direcciones opuestas. La película comienza con imágenes del frio y gris invierno ucraniano. Algunas escenas más tarde, también nieva y la gente se congela en Austria, como en Ucrania. Dos mundos diferentes que cada vez tienden a parecerse más. El Este se parece más y más al mundo occidental; el Oeste, a la Europa Oriental. Guste o no, es la actual transformación de Europa: Olga (Ekateryna Rak) viaja desde Ucrania a Austria para encontrar trabajo y una vida quizás mejor; Paul (Paul Hofman) traslada su negocio desde Austria hasta Estonia o Ucrania huyendo del paro y las deudas. Inquebrantable retrato de la nueva Europa, radiografía vil y deprimente de nuestra sociedad que, al tiempo que disuelve sus fronteras económicas uniformiza su realidad social aumentando sus injustas desigualdades en vez de encaminarse a resolverlas; una película pegada al terreno como pocas, descorazonadora, pesimista a pesar de los momentos de humor, escasos. El austriaco Ulrich Seidl mueve su desarrollo entre la ficción, la comedia de humor negro, por momentos una road movie y por otros el puro estilo documental, para seguir el viaje de dos personas que cruzan sus fronteras con el único objetivo de la búsqueda de medios para vivir.
La película no tiene como fin gratificar al espectador, sino mostrar sin artificios y de modo bastante honesto una realidad sin cosmética sentimental, sin moraleja de ninguna clase. Y la verdad es que, hasta ahora, nadie había mostrado en el cine tan claramente las diferencias/semejanzas entre el Este y el Oeste de Europa a pie de calle, la alineación, la indefensión y la precariedad en el trabajo, que tiende a ser la misma tanto en Viena como en Kiev. Un film que interroga la vida política, las fronteras sociales y las fuerzas económicas que moldean hoy la vida en Europa, pero cuyo objetivo es sólo mostrar esa realidad, sin entrar a juzgarla. Import/Export puede parecer una película excesivamente dramática y sombría sobre nuestro presente, pero no es así. La razón por la que tiene tanta fuerza es porque describe esa realidad sin obviar su lado humano, pero también sin adornos que la entretengan o distorsionen, limitándose sólo a contar lo que es verdad. Necesariamente, el tono ha de ser documental, porque a ningún guionista se le ocurriría escribir una historia así, un drama, a la vez que una tragedia y un melodrama con historias humanas descorazonadoras, pero también un relato magnífico de la vida en Europa muy revelador de hacia dónde nos dirigimos… por si se diera el caso de no haber caído en la cuenta de que estamos asistiendo al inicio del fin de aquello que llamaron sociedad del bienestar. Sin duda, completamente recomendable.
La película no tiene como fin gratificar al espectador, sino mostrar sin artificios y de modo bastante honesto una realidad sin cosmética sentimental, sin moraleja de ninguna clase. Y la verdad es que, hasta ahora, nadie había mostrado en el cine tan claramente las diferencias/semejanzas entre el Este y el Oeste de Europa a pie de calle, la alineación, la indefensión y la precariedad en el trabajo, que tiende a ser la misma tanto en Viena como en Kiev. Un film que interroga la vida política, las fronteras sociales y las fuerzas económicas que moldean hoy la vida en Europa, pero cuyo objetivo es sólo mostrar esa realidad, sin entrar a juzgarla. Import/Export puede parecer una película excesivamente dramática y sombría sobre nuestro presente, pero no es así. La razón por la que tiene tanta fuerza es porque describe esa realidad sin obviar su lado humano, pero también sin adornos que la entretengan o distorsionen, limitándose sólo a contar lo que es verdad. Necesariamente, el tono ha de ser documental, porque a ningún guionista se le ocurriría escribir una historia así, un drama, a la vez que una tragedia y un melodrama con historias humanas descorazonadoras, pero también un relato magnífico de la vida en Europa muy revelador de hacia dónde nos dirigimos… por si se diera el caso de no haber caído en la cuenta de que estamos asistiendo al inicio del fin de aquello que llamaron sociedad del bienestar. Sin duda, completamente recomendable.
17 de enero de 2009
17 de enero de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título no es mío, es una frase de la crítica de 'Cahiers du Cinéma-España' (nº 19, enero 2009) que me parece que ilustra a la perfección lo que significa la película. De una sordidez extrema, una "frontalidad a veces insoportable" debido a unos encuadres asfixiantes y un sarcasmo cruel, la película muestra la dificultad de las condiciones de vida y retrata la prostitución, la falta de alicientes, la inmigración, el deterioro de la vejez...
Es bastante dura de ver, pero no debido a su duración, pues, aunque no es especialmente dinámica, la historia interesa y entretiene. Pero aquello que muestra, degradado hasta la extenuación, merece que el espectador vaya sobre aviso. Con todo, había visto películas semejantes, y al final lo sórdido, mostrado en todos sus ángulos, distancia, quizá por exagerado. Los fácilmente impresionables o no habituados a este tipo de cine sentirán que han asistido a una revelación, aunque a mí me parece quizá demasiado tremendista en su sensacionalismo
Es bastante dura de ver, pero no debido a su duración, pues, aunque no es especialmente dinámica, la historia interesa y entretiene. Pero aquello que muestra, degradado hasta la extenuación, merece que el espectador vaya sobre aviso. Con todo, había visto películas semejantes, y al final lo sórdido, mostrado en todos sus ángulos, distancia, quizá por exagerado. Los fácilmente impresionables o no habituados a este tipo de cine sentirán que han asistido a una revelación, aunque a mí me parece quizá demasiado tremendista en su sensacionalismo
23 de abril de 2009
23 de abril de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Olga y Paul no se conocen, no hablan el mismo idioma, no tienen un futuro, y son víctimas de su entorno, cada uno a su manera. Olga huye de el frío, de un bajo salario en un trabajo digno, de un trabajo indigno con un buen salario, de la falta de perspectivas, de la ausencia de optimismo y de una total carencia de integración en un entorno social; su huida a Austria le va a reportar: una ciudad extraña y un entorno extraño, una lengua que desconoce, un trabajo en el que tiene que tragar carros y carretas y donde sufre el ambiente xenófobo, junto a otro trabajo de limpiadora en un geriátrico donde contempla que los enfermeros están deshumanizados, comprobando horrorizada que no puede ejercer su profesión de enfermera mientras los que si la ejercen no disfrutan como lo haría ella. Paul huye de su ineptitud, de su incompetencia, de las deudas y de la incapacidad de adaptarse a un modelo de sociedad que no tolera la ley del mínimo esfuerzo. Su padrastro la acoge y se va con el a Ucrania a llevar máquinas tragaperras. La sumisa adaptación de Olga choca contra la inadaptación de Paul, que será un infeliz en cualquier parte, con una personalidad débil arrollada por su padrastro, que muestra al prepotente austriaco que puede humillar a cualquiera fuera de su país.
La crudeza es el hilo narrativo en la película, mostrando las duras condiciones de vida en Ucrania, los guettos gitanos, el mundo del porno por cámara web, con mano de obra barata en Ucrania vía Internet hacia Austria, los matrimonios por conveniencia, la xenofobia y el sexo fácil a cambio de dinero.
Todo esto es Import/Export, una para mi creo que gran película desde el punto de vista de denuncia de un tipo de situaciones que cada día se van a hacer más comunes en Europa.
La crudeza es el hilo narrativo en la película, mostrando las duras condiciones de vida en Ucrania, los guettos gitanos, el mundo del porno por cámara web, con mano de obra barata en Ucrania vía Internet hacia Austria, los matrimonios por conveniencia, la xenofobia y el sexo fácil a cambio de dinero.
Todo esto es Import/Export, una para mi creo que gran película desde el punto de vista de denuncia de un tipo de situaciones que cada día se van a hacer más comunes en Europa.
21 de enero de 2009
21 de enero de 2009
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy pocas veces se puede ver una película con una sensación tan grande de verosimilitud, de autenticidad.
Parece un documental. No hay actrices estrellas, no hay presentación nudo y desenlace, nos muestra la realidad tal cual.
Se nota que es un director muy experimentado en documentales.
El dolor que muestra es muy dificil de soportar por lo auténtico.
Es un fresco nada complaciente, muy duro y una denuncia interesantísima.
Película no apta para los que aprecian los insulsos masajes hollywoodenses.
Imprescindible. Preciosa.
Parece un documental. No hay actrices estrellas, no hay presentación nudo y desenlace, nos muestra la realidad tal cual.
Se nota que es un director muy experimentado en documentales.
El dolor que muestra es muy dificil de soportar por lo auténtico.
Es un fresco nada complaciente, muy duro y una denuncia interesantísima.
Película no apta para los que aprecian los insulsos masajes hollywoodenses.
Imprescindible. Preciosa.
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