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6.4
1,525
Drama
Historia de dos personas que toman caminos opuestos. Olga, una enfermera cansada de vivir con el dinero contado, deja atrás Ucrania y viaja hacia Occidente buscando una vida mejor. Esa vida mejor será en Viena como limpiadora y más adelante como modelo porno en internet. Paul ya está en Occidente, es austriaco, vive en Viena y es un guardia jurado en paro. Las chapuzas que le permiten ir tirando son cada vez más miserables y los amigos ... [+]
26 de noviembre de 2012
26 de noviembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un cine sin escrúpulos. Una autopsia de estética exquisita y de disección lenta de la Europa actual en plena deshumanización. Los protagonistas son tan solo seres que luchan por sobrevivir por todas las vías posibles. Al fin y al cabo, las carreteras generales y las secundarias pertenecen al mismo mapa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En mi modesta opinión, la escena final es una oportuna última pincelada de una metáfora objetiva y bien clara.
14 de mayo de 2009
14 de mayo de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verosimilitud con la realidad hace que pueda tener un guiño hacia el documental.
Lo mejor de todo son esos ambientes sórdidos, fríos, plagados de pena, que me han resultado fascinantes.
La recomiendo al 100%
Lo mejor de todo son esos ambientes sórdidos, fríos, plagados de pena, que me han resultado fascinantes.
La recomiendo al 100%
26 de octubre de 2011
26 de octubre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más desasogadoras que he visionado en los últimos tiempos. La luz mortecina de su fotografía, el racionalismo espartano de sus decorados y sus localizaciones, lo descarnado y frío de las relaciones humanas, sin apenas unas gotas de calor humano, los ancianos aparcados en el inhumano moridero, la ausencia de expectativas de ambos protagonistas... ¡Que frío interior y exterior hace en esta buena película!
11 de octubre de 2013
11 de octubre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Radiografía de la inmigración en la Europa actual: llega a Austria una joven ucraniana; una chica inocente y desamparada. El telón de acero cayó y desveló una inmensa pobreza. Muchos huyen de los países del Este y buscan una vida mejor en la supuesta prosperidad Occidental. La película va más allá y nos dice que en los países más ricos también hay ciudadanos de segundo nivel; grandes bolsas de parados que malviven con penosos trabajos temporales; endeudados y recurriendo a la picaresca más cutre; los otros dos protagonistas: el patético joven y su degradado y cruel padrastro.
De tono naturalista y desprejuiciado, bella, sobriamente filmada, y con cierto humor compasivo que ilumina el absurdo, la explotación y la bajeza.
La humillación, el abuso, la desigualdad y la injusticia no como excepciones grandilocuentes y denunciables al estilo "película necesaria" (Aranoa, Loach, Bollaín y demás concienciados), no como melodrama desgarrado y terrible, no, aquí todo lo más infame y vergonzoso está incrustado en la cotidianidad más banal e intranscendente; en el aburrimiento y la trivialidad: somos desalmados, sí, pero además ni siquiera tenemos grandeza, hasta en la maldad somos pequeños y ridículos, hasta en la cloaca damos pena y risa.
Mirada analítica que incluso en lo más desesperado encuentra alguna luz (la relación de la ucraniana con el viejo moribundo). Acercamiento sincero a la realidad que se deleita en la contemplación de la tragicomedia humana que no se practica en los grandes escenarios de la Historia; este director prefiere centrar su atención en lo que hacemos todos todos los días.
Desde lo doméstico hasta el corazón del infierno. Desde la tristeza y la pena hasta el humor y el cariño (en mucha menor medida); caben casi todas las experiencias humanas en esta película que, hay que reconocerlo, por momentos es deprimente y abúlica, pero que nunca pierde el sentido y la intención.
De tono naturalista y desprejuiciado, bella, sobriamente filmada, y con cierto humor compasivo que ilumina el absurdo, la explotación y la bajeza.
La humillación, el abuso, la desigualdad y la injusticia no como excepciones grandilocuentes y denunciables al estilo "película necesaria" (Aranoa, Loach, Bollaín y demás concienciados), no como melodrama desgarrado y terrible, no, aquí todo lo más infame y vergonzoso está incrustado en la cotidianidad más banal e intranscendente; en el aburrimiento y la trivialidad: somos desalmados, sí, pero además ni siquiera tenemos grandeza, hasta en la maldad somos pequeños y ridículos, hasta en la cloaca damos pena y risa.
Mirada analítica que incluso en lo más desesperado encuentra alguna luz (la relación de la ucraniana con el viejo moribundo). Acercamiento sincero a la realidad que se deleita en la contemplación de la tragicomedia humana que no se practica en los grandes escenarios de la Historia; este director prefiere centrar su atención en lo que hacemos todos todos los días.
Desde lo doméstico hasta el corazón del infierno. Desde la tristeza y la pena hasta el humor y el cariño (en mucha menor medida); caben casi todas las experiencias humanas en esta película que, hay que reconocerlo, por momentos es deprimente y abúlica, pero que nunca pierde el sentido y la intención.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El chusco entrenamiento y puesta en práctica de lo aprendido por el protagonista al principio de la película parece un resumen (por supuesto inconsciente y en un contexto completamente diferente), un homenaje-chiste al entrenamiento riguroso y enloquecido de "La chaqueta metálica", con igualdad de pésimos resultados.
9 de abril de 2010
9 de abril de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Semi-documental de fuerte carga sociológica que puede llegar a sorprender a quien vive con los ojos cerrados, aunque dudo de su acceso a esta obra, pero que tampoco descubre nada nuevo al resto de la galaxia y además lo hace de manera cansina y con excesivo minutaje.
Vive de sus escenas de crudeza que, no voy a decir que sean innecesarias, pero tampoco creo que esto sea un halago. Su ritmo se me ha hecho muy lento y peca de recrearse demasiado tiempo en cada secuencia, sin aportar más que refocilamiento, pues la idea se capta con rapidez y alargar la agonía continuamente, carece de sentido común, el cual es mucho más importante que el cinematográfico o artístico, o mejor dicho, estos últimos deberían ir englobados dentro del primero.
Nada que reprochar a las más que correctas interpretaciones ni a una fotografía que consigue transmitir con creces esa realidad latente, germen de la historia, pero lo cierto es que, más que nada me he aburrido y he terminado con la sensación de que habría hecho bastante mejor, habiendo gastado el tiempo limpiando los cristales de las ventanas, por ejemplo.
Mucho Cannes y todo eso, pero hoy día creo que estamos ya en condiciones de exigir una mayor inteligencia en las medidas, tanto en la puesta en escena como en la guionización de secuencias y no premiar cualquier cosa, por mucho que sea sumamente loable la temática tratada, si en realidad comete los mismos errores que cualquier otro producto superficial o comercial fallido e igual de pesado.
Vive de sus escenas de crudeza que, no voy a decir que sean innecesarias, pero tampoco creo que esto sea un halago. Su ritmo se me ha hecho muy lento y peca de recrearse demasiado tiempo en cada secuencia, sin aportar más que refocilamiento, pues la idea se capta con rapidez y alargar la agonía continuamente, carece de sentido común, el cual es mucho más importante que el cinematográfico o artístico, o mejor dicho, estos últimos deberían ir englobados dentro del primero.
Nada que reprochar a las más que correctas interpretaciones ni a una fotografía que consigue transmitir con creces esa realidad latente, germen de la historia, pero lo cierto es que, más que nada me he aburrido y he terminado con la sensación de que habría hecho bastante mejor, habiendo gastado el tiempo limpiando los cristales de las ventanas, por ejemplo.
Mucho Cannes y todo eso, pero hoy día creo que estamos ya en condiciones de exigir una mayor inteligencia en las medidas, tanto en la puesta en escena como en la guionización de secuencias y no premiar cualquier cosa, por mucho que sea sumamente loable la temática tratada, si en realidad comete los mismos errores que cualquier otro producto superficial o comercial fallido e igual de pesado.
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