Terrifier 3: Payaso siniestro
2024 

5.8
3,769
Terror
El payaso Art desata el caos entre los desprevenidos habitantes del condado de Miles mientras duermen plácidamente en Nochebuena. Tras sobrevivir a la masacre de Halloween perpetrada por el peor asesino en serie desde Jack el Destripador, Sienna y su hermano se esfuerzan por reconstruir sus vidas destrozadas. A medida que se acercan las fiestas de Navidad, intentan abrazar el espíritu navideño y dejar atrás los horrores del pasado. Pero ... [+]
31 de octubre de 2024
31 de octubre de 2024
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Justo ahora, que se cumplen cincuenta años de 'La Matanza de Texas', conviene tanto recordar, como celebrar, que la obra maestra de Tobe Hooper, un auténtico ejemplo de cómo generar auténtico horror, con un manejo de la cámara privilegiado, y un estilo sádico y extremadamente agresivo con el espectador, sentó las bases del slasher para que infinidad de títulos, más o menos afortunados, ocuparan su espacio en el género de terror, particularmente en la década de los ochenta, donde llegó incluso a reinar, gracias a títulos que rápidamente se convertían en sagas kilométricas, como el más solicitado y deseado por el público.
Con la misma vocación por participar, y elevar incluso la apuesta, Damien Leone ha conseguido con Terrifier, emparentarse con ese cine de Serie B tan característico, a poco que ha tenido un presupuesto más decente para sus dos últimas entregas, evolucionando a partir de un aspecto más primitivo y modesto, originalmente desde el mundo del cortometraje, hasta el primer largo, 'La víspera de Halloween' (2013), dirigido, montado y escrito de manera episódica por Leone, a mayor gloria de un Art entonces interpretado por Mike Giannelli, y donde ya se vislumbraba, pese a sus limitaciones, ese gusto por el exceso perturbador que 'Terrifier' (2016) iba a explotar, ya si con un rostro más adecuado y las formas del actor David Howard Thornton, para incidir con mayor énfasis tan peculiar y degradado universo de fantasía gore.
Tras recibir con Terrifier 2 (2022), apoyos tan notables como los del binomio Doctor Sueño, formado por el realizador Mike Flanagan y el escritor Stephen King, y por encima a de todo, el entusiasmo del respetable, era de esperar el regreso de Art, sobre todo tras el final abierto de dicha entrega, lo que da lugar a un nuevo episodio, en el que los habitantes del condado de Miles, en especial Sienna y Jonathan, supervivientes de la última oleada de horror clown, vuelven a verse sacudidos por esa figura de genuina maldad, situados en esta ocasión en la víspera de Nochebuena.
Si algo positivo se puede decir del trabajo de Leone y su equipo, es la voluntad por evolucionar e ir mejorando con cada nueva entrega, Terrifier 3 mantiene sus imperfecciones, casi todas inherentes al peaje que sufre un producto de tales características, pero sigue jugando sucio en el buen sentido, sorprendiendo con sus excesos gore, incluso cuando el espectador ya conoce a que se expone, recurriendo a pequeños homenajes a grandes películas del género, e incluso a escenas muy previsibles, recubiertas de los típicos clichés de terror, las cuales retuerce con enorme crueldad, para mayor deleite de los amantes a las experiencias fuertes en la gran pantalla.
Otro acierto, es llevar la acción al periodo navideño, unas fiestas generalmente infumables, cuya vocación comercial justifica volar por los aires su esencia, en una explosión de sangre que algo de crítica lleva implícito en su exposición, por mucho que lo intención real de Leone sea excederse y provocar, tampoco deja de lado seguir apuntando detalles sobre su aspecto sobrenatural, el cual parece dejar mejor dibujado, a la espera de una nueva entrega, que quizá promete abrir las mismísimas puertas del infierno.
En los apartados técnicos, señalar el uso del sintetizador en la música, para emparentar aún más al film con los mencionados clásicos del slasher ochentero, así como un destacado trabajo de maquillaje artesanal, con un breve cameo incluido de esa leyenda llamada Tom Savini, que en suma se erige como la mejor forma de exponer, o al menos de manera más autentica, un estilo gráfico y agresivo protegido por ingentes cantidades de sangre y carne mutilada, cultivada en genuina piel del látex.
Del reparto, y esto podría extenderse a cualquier entrega de 'Terrifier', resulta curioso como la mayoría de los actores, independientemente de su edad, parecen directamente sacados del cine para adultos, o estar a un paso de entrar en él, algo que no eleva la calidad de la cinta, aunque si la emparenta con un género del que no se encuentra demasiado lejos, potenciando ese espíritu burlón y artísticamente despreocupado, que parece dominar dicha faceta de la producción.
Finalmente, Damien Leone ha conseguido insertar su obra macabra en la cultura popular, recuperando viejas esencias de aquel cine de terror de Serie B tan característico, y alcanzando ese logro tan valioso para el género, que consiste en convertir la codiciada máscara de su protagonista, en un nuevo referente para la noche de Halloween, mientras cinematográficamente avanza firme como saga, protegido tanto por nostálgicos de la vieja escuela, como por las nuevas generaciones, la mejor prueba del éxito de tan particular producto de horror y fantasía.
< Lee ésta crítica, y muchas más,en fusionfreakweb.blogspot.com >
Con la misma vocación por participar, y elevar incluso la apuesta, Damien Leone ha conseguido con Terrifier, emparentarse con ese cine de Serie B tan característico, a poco que ha tenido un presupuesto más decente para sus dos últimas entregas, evolucionando a partir de un aspecto más primitivo y modesto, originalmente desde el mundo del cortometraje, hasta el primer largo, 'La víspera de Halloween' (2013), dirigido, montado y escrito de manera episódica por Leone, a mayor gloria de un Art entonces interpretado por Mike Giannelli, y donde ya se vislumbraba, pese a sus limitaciones, ese gusto por el exceso perturbador que 'Terrifier' (2016) iba a explotar, ya si con un rostro más adecuado y las formas del actor David Howard Thornton, para incidir con mayor énfasis tan peculiar y degradado universo de fantasía gore.
Tras recibir con Terrifier 2 (2022), apoyos tan notables como los del binomio Doctor Sueño, formado por el realizador Mike Flanagan y el escritor Stephen King, y por encima a de todo, el entusiasmo del respetable, era de esperar el regreso de Art, sobre todo tras el final abierto de dicha entrega, lo que da lugar a un nuevo episodio, en el que los habitantes del condado de Miles, en especial Sienna y Jonathan, supervivientes de la última oleada de horror clown, vuelven a verse sacudidos por esa figura de genuina maldad, situados en esta ocasión en la víspera de Nochebuena.
Si algo positivo se puede decir del trabajo de Leone y su equipo, es la voluntad por evolucionar e ir mejorando con cada nueva entrega, Terrifier 3 mantiene sus imperfecciones, casi todas inherentes al peaje que sufre un producto de tales características, pero sigue jugando sucio en el buen sentido, sorprendiendo con sus excesos gore, incluso cuando el espectador ya conoce a que se expone, recurriendo a pequeños homenajes a grandes películas del género, e incluso a escenas muy previsibles, recubiertas de los típicos clichés de terror, las cuales retuerce con enorme crueldad, para mayor deleite de los amantes a las experiencias fuertes en la gran pantalla.
Otro acierto, es llevar la acción al periodo navideño, unas fiestas generalmente infumables, cuya vocación comercial justifica volar por los aires su esencia, en una explosión de sangre que algo de crítica lleva implícito en su exposición, por mucho que lo intención real de Leone sea excederse y provocar, tampoco deja de lado seguir apuntando detalles sobre su aspecto sobrenatural, el cual parece dejar mejor dibujado, a la espera de una nueva entrega, que quizá promete abrir las mismísimas puertas del infierno.
En los apartados técnicos, señalar el uso del sintetizador en la música, para emparentar aún más al film con los mencionados clásicos del slasher ochentero, así como un destacado trabajo de maquillaje artesanal, con un breve cameo incluido de esa leyenda llamada Tom Savini, que en suma se erige como la mejor forma de exponer, o al menos de manera más autentica, un estilo gráfico y agresivo protegido por ingentes cantidades de sangre y carne mutilada, cultivada en genuina piel del látex.
Del reparto, y esto podría extenderse a cualquier entrega de 'Terrifier', resulta curioso como la mayoría de los actores, independientemente de su edad, parecen directamente sacados del cine para adultos, o estar a un paso de entrar en él, algo que no eleva la calidad de la cinta, aunque si la emparenta con un género del que no se encuentra demasiado lejos, potenciando ese espíritu burlón y artísticamente despreocupado, que parece dominar dicha faceta de la producción.
Finalmente, Damien Leone ha conseguido insertar su obra macabra en la cultura popular, recuperando viejas esencias de aquel cine de terror de Serie B tan característico, y alcanzando ese logro tan valioso para el género, que consiste en convertir la codiciada máscara de su protagonista, en un nuevo referente para la noche de Halloween, mientras cinematográficamente avanza firme como saga, protegido tanto por nostálgicos de la vieja escuela, como por las nuevas generaciones, la mejor prueba del éxito de tan particular producto de horror y fantasía.
< Lee ésta crítica, y muchas más,en fusionfreakweb.blogspot.com >
31 de octubre de 2024
31 de octubre de 2024
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Superando en taquilla doméstica a Joker: Folie à Deux, con un presupuesto de 200 millones, y a Megalópolis, con 120 millones, se presenta Terrifier 3, con solo 2 millones invertidos, que ya han sido multiplicados en taquilla por 27.
Con estos datos tan impactantes y con una campaña de publicidad bastante potente, Art el payaso se consagra como un ícono del cine de terror, si es que todavía no lo era después de su predecesora.
Con una notable mejora en calidad cinematográfica, Damien Leone consigue eso que él quería: poder cruzar ciertas líneas rojas del mundo del entretenimiento y, aun así, lograr un notable éxito global.
Por otro lado, en esta entrega me ha costado más conectar con ese universo, con esa narrativa demoníaca que rodea al villano; aun así, me genera interés cómo cerrará esta historia su director.
Sigue destacando en su uso de la violencia gráfica como aliciente, cruzando franjas a las que no está acostumbrado el espectador medio. Sin embargo, como espectador habitual de este tipo de cintas, he sentido una pérdida de impacto en ciertas escenas, aunque sí es cierto que sigue teniendo ideas tan macabras como originales.
Finalizo recomendándola para quien va dirigida, porque hacerlo para todos sería cándido. No es una película para todos, pero todos hablan de ella.
Con estos datos tan impactantes y con una campaña de publicidad bastante potente, Art el payaso se consagra como un ícono del cine de terror, si es que todavía no lo era después de su predecesora.
Con una notable mejora en calidad cinematográfica, Damien Leone consigue eso que él quería: poder cruzar ciertas líneas rojas del mundo del entretenimiento y, aun así, lograr un notable éxito global.
Por otro lado, en esta entrega me ha costado más conectar con ese universo, con esa narrativa demoníaca que rodea al villano; aun así, me genera interés cómo cerrará esta historia su director.
Sigue destacando en su uso de la violencia gráfica como aliciente, cruzando franjas a las que no está acostumbrado el espectador medio. Sin embargo, como espectador habitual de este tipo de cintas, he sentido una pérdida de impacto en ciertas escenas, aunque sí es cierto que sigue teniendo ideas tan macabras como originales.
Finalizo recomendándola para quien va dirigida, porque hacerlo para todos sería cándido. No es una película para todos, pero todos hablan de ella.
1 de noviembre de 2024
1 de noviembre de 2024
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reza el dicho popular que "rectificar es de sabios" y, siendo sinceros, pocas cosas sientan mejor que hacer las paces con uno mismo y el universo y entonar el mea culpa en un texto que, emulando al emérito, podría resumirse con un sencillo "lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir". Para Juancar, lo de equivocarse siguió estando a la orden del día, pero os aseguro que, en mi caso, no hay vuelta atrás. Pongámonos en situación.
Después de ver en su momento la primera 'Terrifier', que no deja de ser un producto hijo de su limitadísimo presupuesto, y de desistir en mi primer intento de visionado con una 'Terrifier 2' que se me terminó indigestando por la combinación de una duración excesiva, un fandom machacón y una retahíla de noticias diarias que nos recordaban los vómitos que provocaban sus truculentas escenas, perdí todo el interés en la saga de Damien Leone.
Por supuesto, con esta animadversión —ahora sé que infundada— hacia el que, sin duda, es uno de los grandes fenómenos del cine de terror reciente, no tenía intención alguna de entregarme a los presuntos placeres de una 'Terrifier 3' que ha arrasado la taquilla estadounidense en un milagro digno de celebración y que puso patas arriba el Festival de Sitges. Pero fue entonces cuando un alegato inesperado a favor de Art el Payaso me hizo cambiar de perspectiva.
Un amigome dio un consejo después de escuchar mi desdén hacia la trilogía de slashers. Más o menos fue algo como: "Vuelve a ver la segunda pero con otra perspectiva. Mira detrás del gore, ve al pase de la tercera y después me cuentas". Pocos días después, tras maratonear 'Terrifier 2' y 'Terrifier 3', le escribí un mensaje que ahora yace enterrado entre memes y reels de lo más grotescos: "ULTRAFAN DE TERRIFIER. Salgo de la 3 levitando".
Y es que, en efecto, estaba observando 'Terrifier' desde el ángulo equivocado. Tras dejar de arquear la ceja y liberarme de prejuicios vi claramente que lo verdaderamente importante de la trilogía y, especialmente, en sus dos últimas entregas, no radica en sus salvajes escenas de asesinatos ni en el repertorio de animaladas que el señor Leone proyecta en pantalla —que, por cierto, son geniales—. La miga, y lo que me ha hecho caer rendido ante ella, es la construcción paulatina de un universo interesantísimo.
La verdad es que llevábamos mucho, pero que mucho tiempo sin ver una saga del subgénero que se esforzase tanto por crear un lore que eclipsase a las toneladas de carne cercenada, vísceras y hemoglobina que salpican su metraje y a un villano con aura de icono pop de la talla de Art. 'Terrifier' lo ha hecho poquito a poquito, plantando semillas en la secuela que han empezado a germinar en una 'Terrifier 3' mucho más grande, mucho más ambiciosa y muchísimo mejor.
No es difícil trazar líneas entre el hitazo de 2024 y una 'Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño' que en nos enseñó que las peripecias de Freddy iban mucho más allá de su creatividad para triturar adolescentes en sueños, cautivando gracias a una mitología que comenzó a crecer inesperadamente en 1987.
Demonios del inframundo, maldiciones proféticas y un componente paranormal que parece guiñar el ojo a Sam Raimi han elevado a una 'Terrifier 3' que, por otro lado, atesora muchas más virtudes; comenzando por una protagonista que va más allá del tropo de la final girl para alzarse como un personaje con cara y ojos y que refleja todo lo que debería haber sido la Laurie Strode entrada en años de la última trilogía de 'Halloween', pero en versión veinteañera.
A todo esto, no podemos obviar lo bien que le ha sentado a la producción tener un presupuesto muchísimo más holgado —2 millones de dólares frente a los 250.000 de la anterior—. Esto ha permitido confeccionar un gore cinco tenedores para gourmets de las carnicerías fílmicas y envolver el relato con un empaque visual mucho más refinado que, combinando las capacidades de la ARRI Alexa 35 con lentes Panavision —y un buen proceso de color grading—, evoca a clásicos como 'Navidades negras' o 'El asesino de Rosemary'.
Probablemente, la mayor pega que pueda poner a 'Terrifier 3' es su condición de capítulo de transición hacia una inevitable —tanto a nivel narrativo como puramente industrial— cuarta parte que, de seguir con la tendencia vista hasta ahora, podría convertirse en una catedral del slasher que recordarán las futuras generaciones de aficionados. Esos que, como un servidor, aplauden y estallan en carcajadas al ver a un payaso eviscerar a un universitario con una sierra mecánica después de asesinar a unos cuantos niños inocentes sin ningún tipo de piedad —y con bastante cachondeo, claro—.
Puntuación: 7 sobre 10.
Después de ver en su momento la primera 'Terrifier', que no deja de ser un producto hijo de su limitadísimo presupuesto, y de desistir en mi primer intento de visionado con una 'Terrifier 2' que se me terminó indigestando por la combinación de una duración excesiva, un fandom machacón y una retahíla de noticias diarias que nos recordaban los vómitos que provocaban sus truculentas escenas, perdí todo el interés en la saga de Damien Leone.
Por supuesto, con esta animadversión —ahora sé que infundada— hacia el que, sin duda, es uno de los grandes fenómenos del cine de terror reciente, no tenía intención alguna de entregarme a los presuntos placeres de una 'Terrifier 3' que ha arrasado la taquilla estadounidense en un milagro digno de celebración y que puso patas arriba el Festival de Sitges. Pero fue entonces cuando un alegato inesperado a favor de Art el Payaso me hizo cambiar de perspectiva.
Un amigome dio un consejo después de escuchar mi desdén hacia la trilogía de slashers. Más o menos fue algo como: "Vuelve a ver la segunda pero con otra perspectiva. Mira detrás del gore, ve al pase de la tercera y después me cuentas". Pocos días después, tras maratonear 'Terrifier 2' y 'Terrifier 3', le escribí un mensaje que ahora yace enterrado entre memes y reels de lo más grotescos: "ULTRAFAN DE TERRIFIER. Salgo de la 3 levitando".
Y es que, en efecto, estaba observando 'Terrifier' desde el ángulo equivocado. Tras dejar de arquear la ceja y liberarme de prejuicios vi claramente que lo verdaderamente importante de la trilogía y, especialmente, en sus dos últimas entregas, no radica en sus salvajes escenas de asesinatos ni en el repertorio de animaladas que el señor Leone proyecta en pantalla —que, por cierto, son geniales—. La miga, y lo que me ha hecho caer rendido ante ella, es la construcción paulatina de un universo interesantísimo.
La verdad es que llevábamos mucho, pero que mucho tiempo sin ver una saga del subgénero que se esforzase tanto por crear un lore que eclipsase a las toneladas de carne cercenada, vísceras y hemoglobina que salpican su metraje y a un villano con aura de icono pop de la talla de Art. 'Terrifier' lo ha hecho poquito a poquito, plantando semillas en la secuela que han empezado a germinar en una 'Terrifier 3' mucho más grande, mucho más ambiciosa y muchísimo mejor.
No es difícil trazar líneas entre el hitazo de 2024 y una 'Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño' que en nos enseñó que las peripecias de Freddy iban mucho más allá de su creatividad para triturar adolescentes en sueños, cautivando gracias a una mitología que comenzó a crecer inesperadamente en 1987.
Demonios del inframundo, maldiciones proféticas y un componente paranormal que parece guiñar el ojo a Sam Raimi han elevado a una 'Terrifier 3' que, por otro lado, atesora muchas más virtudes; comenzando por una protagonista que va más allá del tropo de la final girl para alzarse como un personaje con cara y ojos y que refleja todo lo que debería haber sido la Laurie Strode entrada en años de la última trilogía de 'Halloween', pero en versión veinteañera.
A todo esto, no podemos obviar lo bien que le ha sentado a la producción tener un presupuesto muchísimo más holgado —2 millones de dólares frente a los 250.000 de la anterior—. Esto ha permitido confeccionar un gore cinco tenedores para gourmets de las carnicerías fílmicas y envolver el relato con un empaque visual mucho más refinado que, combinando las capacidades de la ARRI Alexa 35 con lentes Panavision —y un buen proceso de color grading—, evoca a clásicos como 'Navidades negras' o 'El asesino de Rosemary'.
Probablemente, la mayor pega que pueda poner a 'Terrifier 3' es su condición de capítulo de transición hacia una inevitable —tanto a nivel narrativo como puramente industrial— cuarta parte que, de seguir con la tendencia vista hasta ahora, podría convertirse en una catedral del slasher que recordarán las futuras generaciones de aficionados. Esos que, como un servidor, aplauden y estallan en carcajadas al ver a un payaso eviscerar a un universitario con una sierra mecánica después de asesinar a unos cuantos niños inocentes sin ningún tipo de piedad —y con bastante cachondeo, claro—.
Puntuación: 7 sobre 10.
6 de noviembre de 2024
6 de noviembre de 2024
17 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película claramente de serie B, con malas actuaciones, un guión ridículo y sin sentido. La única finalidad de esta saga es ver como descuartizan, decapitan, castran y demás barbaridades a hombres, mujeres y niños.
No tiene absolutamente nada más esta saga. Me salí de la sala antes del final porque era totalmente repugnante.
Veo que a mucha gente le gusta y me preocupa, la verdad. No sé muy bien que dice de una persona el que disfrute viendo como descuartizan a niños... No lo entiendo.
A no ser que te guste ver descuartizamientos, castraciones, decapitaciones y sangre, evita ver este engendro.
No tiene absolutamente nada más esta saga. Me salí de la sala antes del final porque era totalmente repugnante.
Veo que a mucha gente le gusta y me preocupa, la verdad. No sé muy bien que dice de una persona el que disfrute viendo como descuartizan a niños... No lo entiendo.
A no ser que te guste ver descuartizamientos, castraciones, decapitaciones y sangre, evita ver este engendro.
17 de noviembre de 2024
17 de noviembre de 2024
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a haceros una confesión: Pocas cosas me dan más miedo que un payaso sádico. Puede que los muñecos y muñecas tipo Chucky, esos si que me dan verdadero «acojone», pero un payaso con la cara, aspecto y sadismo del que hace gala Art era para que estuviera debajo de la cama durante las dos horas que dura cada una de las aventuras ideadas por Damien Leone.
Lamentablemente, todo está muy lejos de la realidad. Leone, confunde dar miedo con la violencia más extrema y el derroche de gore puro y duro. Hay sangre, mucha sangre, queda claro en su prólogo y se certifica escena tras escena. Pero lo que se dice terror, puro y duro, no lo hay y, tras dos secuelas en las que se vende más de lo mismo, ni se le espera.
Aunque el argumento podría dar mucho de sí, Leone se va por los fueros para intentar generar la mayor dosis de violencia posible. Realmente, no le interesa crear una heroína, dotar de carisma a su terrible creación, Art, ni nada por el estilo. Llega un momento en el que todo es violencia por violencia y terminas harto, cansado.
Le he dado tres oportunidades, y ninguna de las tres me ha convencido lo más mínimo. Creo que es el momento de bajarme del carro.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Lamentablemente, todo está muy lejos de la realidad. Leone, confunde dar miedo con la violencia más extrema y el derroche de gore puro y duro. Hay sangre, mucha sangre, queda claro en su prólogo y se certifica escena tras escena. Pero lo que se dice terror, puro y duro, no lo hay y, tras dos secuelas en las que se vende más de lo mismo, ni se le espera.
Aunque el argumento podría dar mucho de sí, Leone se va por los fueros para intentar generar la mayor dosis de violencia posible. Realmente, no le interesa crear una heroína, dotar de carisma a su terrible creación, Art, ni nada por el estilo. Llega un momento en el que todo es violencia por violencia y terminas harto, cansado.
Le he dado tres oportunidades, y ninguna de las tres me ha convencido lo más mínimo. Creo que es el momento de bajarme del carro.
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