Esta chica es un desastre
5.1
9,580
Comedia. Drama. Romance
Desde pequeña, Amy ha oído a su padre decir que la monogamia no es un estado realista. La periodista vive de acuerdo con las creencias de su padre, disfrutando de una vida sin ataduras, libre de aburridas promesas románticas. Sin embargo, ha llegado a un punto muerto. Cuando descubre que se está enamorando del hombre al que dedica un artículo, un encantador y exitoso médico deportivo llamado Aaron Conners, Amy se replantea sus creencias ... [+]
24 de agosto de 2015
24 de agosto de 2015
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si lo que quieres ver es una romcom pero Meg Ryan y la estética de los noventa no te va, y sin embargo te encantan los chistes de penes, esta es tu película. La película no deja de ser un clásico, chic@ que va a la deriva en la vida, encuentra a chic@ que es el no va más de la estabilidad, se enamoran inexplicablemente en dos días, al cuarto tienen crisis, ¡y al final el amor triunfa!
No he visto nada de la transgresión que prometía en ningún sentido, de hecho hasta la pareja final es bastante convencional, y creo que los mejores personajes de la película son los secundarios, de hecho. ¡Viva Lebron!
No he visto nada de la transgresión que prometía en ningún sentido, de hecho hasta la pareja final es bastante convencional, y creo que los mejores personajes de la película son los secundarios, de hecho. ¡Viva Lebron!
30 de agosto de 2015
30 de agosto de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Judd Apatow está sobrevalorado, ni sus guiones son para tanto, ni ha realizado una película digna. Todas duran más de lo necesario y carecen de base argumental para mantener el interés. Como mucho consigue un par de gag aislados. En este caso se termina en el momento que presenta la anécdota argumental; "¿Te gusta tu muñeca? ¿Serías capaz de jugar siempre con ella y renunciar a tener otra el resto de tu vida?" Pues esto es lo más divertido y original que os encontraréis en "Y de repente tú"
Ni siquiera es tan provocativa, por lo menos para un español que tiene eso mismo en las televisiones privadas 20 horas al día, si quitamos los informativos.
Contiene un insípido homenaje o parodia a Woody Allen y su "Manhattan".
Ni siquiera es tan provocativa, por lo menos para un español que tiene eso mismo en las televisiones privadas 20 horas al día, si quitamos los informativos.
Contiene un insípido homenaje o parodia a Woody Allen y su "Manhattan".
17 de octubre de 2015
17 de octubre de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los directores que renovó la comedia norteamericana hace ahora mancuerna con una de las actrices y guionistas más interesantes de la televisión hoy en día, el resultado es una comedia romántica con todos los convencionalismos del género pero nada convencional.
Con algunos puntos en común con ‘Bridemaids’, producida por Apatow y escrita por su protagonista Kristen Wiig, se distancia desde su planteamiento del resto de comedias románticas destacando el rol que juega la mujer en la historia.
En este caso se trata de Amy, interpretada por la misma Amy Schumer, una mujer independiente que vive su vida casi como cualquier hombre, con una libertad absoluta para manejar sus relaciones sin llegar a involucrarse del todo.
Pero todo cambia cuando empieza a romper sus propias reglas con Bob (Bill Hader), un exitoso médico deportivo al que debe entrevistar para desarrollar un reportaje para la revista en la que trabaja.
El motor de la película es Amy Schumer, una poderosa actriz y guionista que consigue dotar de verosimilitud a su personaje, con gracia, encanto y con la capacidad de mover a la reflexión sin abandonar nunca un tono desenfadado y que roza lo escatológico pero con una mirada inédita del rol de la mujer en las relaciones de pareja, bastante lejos de cualquier comedia romántica convencional.
Bill Hader se convierte en el acompañante perfecto para Amy, dos intérpretes lejos de los estándares de belleza establecidos que dotan de otro nivel de aceptación al relato, y que junto a un reparto por demás cumplidor que incluye a una sorpresiva Tilda Swinton, Brie Larson, John Cena y LeBron James, consiguen una de las más divertidas películas de lo que va del año.
http://tantocine.com/esta-chica-es-un-desastre-de-judd-apatow/
Con algunos puntos en común con ‘Bridemaids’, producida por Apatow y escrita por su protagonista Kristen Wiig, se distancia desde su planteamiento del resto de comedias románticas destacando el rol que juega la mujer en la historia.
En este caso se trata de Amy, interpretada por la misma Amy Schumer, una mujer independiente que vive su vida casi como cualquier hombre, con una libertad absoluta para manejar sus relaciones sin llegar a involucrarse del todo.
Pero todo cambia cuando empieza a romper sus propias reglas con Bob (Bill Hader), un exitoso médico deportivo al que debe entrevistar para desarrollar un reportaje para la revista en la que trabaja.
El motor de la película es Amy Schumer, una poderosa actriz y guionista que consigue dotar de verosimilitud a su personaje, con gracia, encanto y con la capacidad de mover a la reflexión sin abandonar nunca un tono desenfadado y que roza lo escatológico pero con una mirada inédita del rol de la mujer en las relaciones de pareja, bastante lejos de cualquier comedia romántica convencional.
Bill Hader se convierte en el acompañante perfecto para Amy, dos intérpretes lejos de los estándares de belleza establecidos que dotan de otro nivel de aceptación al relato, y que junto a un reparto por demás cumplidor que incluye a una sorpresiva Tilda Swinton, Brie Larson, John Cena y LeBron James, consiguen una de las más divertidas películas de lo que va del año.
http://tantocine.com/esta-chica-es-un-desastre-de-judd-apatow/
22 de agosto de 2015
22 de agosto de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos maneras de ver 'Y de repente tú': 1) conociendo la filmografía de su director, o 2) no habiendo disfrutado previamente de joyas como 'Virgen a los 40', 'Lío Embarazoso', o 'Hazme Reír'. De acuerdo, no deberíamos enjuiciar ninguna película en función de los trabajos anteriores de su máximo responsable, pero cuando se trata de Judd Apatow, revitalizador oficial de la comedia americana del S. XXI, la comparación no sólo es inevitable sino totalmente justificada.
La primera pregunta que surge al concluir su visionado es: ¿estamos ante un producto de la famosa factoría Apatow, o se trata de un vehículo hecho a medida de Amy Schumer, protagonista femenina y autora en solitario de su guión? Y es que la personalidad de la creadora, y alma mater, de 'Inside Amy Schumer' se percibe en cada plano de 'Y de repente tú', circunstancia que puede ser considerada positiva o negativa según seas capaz de digerir su egocentrismo.
Para comprender las intenciones de este film, convendría prestar especial atención a la brillante secuencia inicial, en la que el padre de Amy y Kim (una encantadora Brie Larson, que exige insistentemente un papel a la altura de su enorme talento) comunica a sus hijas la separación del matrimonio. Disponiendo de esta información, podríamos interpretar el personaje de Amy, devoradora de hombres y sentimentalmente incapacitada para mantener una relación estable, como la consecuencia inevitable de un trauma infantil, y el amor que encuentra accidentalmente en Aaron (Bill Hader), como el único antídoto posible para hacerlo desaparecer.
Por lo tanto, la película transgresora a la que asistimos durante la primera mitad del metraje, se convierte en una muestra más del conservadurismo 'made in Apatow'. A medida que transcurren los minutos, la figura de Schumer pierde peso en favor de Bill Hader, y el torpe discurso inicial sobre la liberación sexual de la mujer es anulado automáticamente por una serie de lecciones de moralidad que llaman la atención por su falta de sutileza. Pasamos de un extremo de la balanza al opuesto, sin apenas solución de continuidad y enarbolando desvergonzadamente la bandera del maniqueísmo más insultante.
Sibilinamente, el director alecciona al espectador sobre los objetivos que debería perseguir para ser considerado una persona "normal". Por un lado, muestra el destino final: una familia con hijos, representada por la hermana de Amy, su marido, y un hijo del anterior matrimonio de éste (Apatow intenta disimular, pero se le ve el plumero). Al mismo tiempo, establece el itinerario ideal para alcanzar su concepto de la felicidad: encontrar una pareja estable, consolidar la relación, y plantearse un futuro juntos.
Una vez rebasada la primera media hora de metraje, el factor sorpresa hace mutis por el foro y vamos tropezando con el abc de la dramedia romántica. En ocasiones, la experiencia es acompañada por excelentes líneas de diálogo y situaciones relativamente originales. Sin embargo, durante la mayor parte del tiempo la rutina se apodera del desarrollo de los acontecimientos.
No estamos ante una mala película, simplemente ante un largometraje que aspiraba a ser diferente y se ha quedado anclado en el habitual conformismo hollywoodiense. A una película de Judd Apatow deberíamos pedirle mucho más que la confirmación de Bill Hader como una de los grandes figuras de la comedia americana moderna, la presencia de una hilarante Tilda Swinton, y la insospechada vis cómica de Lebron James. Quizás esta alianza con Amy Schumer (media película para ti, media película para mi) haya desviado parcialmente al director de su interesante trayectoria, pero siempre hay tiempo para rectificar.
www.bandejadeplata.com
La primera pregunta que surge al concluir su visionado es: ¿estamos ante un producto de la famosa factoría Apatow, o se trata de un vehículo hecho a medida de Amy Schumer, protagonista femenina y autora en solitario de su guión? Y es que la personalidad de la creadora, y alma mater, de 'Inside Amy Schumer' se percibe en cada plano de 'Y de repente tú', circunstancia que puede ser considerada positiva o negativa según seas capaz de digerir su egocentrismo.
Para comprender las intenciones de este film, convendría prestar especial atención a la brillante secuencia inicial, en la que el padre de Amy y Kim (una encantadora Brie Larson, que exige insistentemente un papel a la altura de su enorme talento) comunica a sus hijas la separación del matrimonio. Disponiendo de esta información, podríamos interpretar el personaje de Amy, devoradora de hombres y sentimentalmente incapacitada para mantener una relación estable, como la consecuencia inevitable de un trauma infantil, y el amor que encuentra accidentalmente en Aaron (Bill Hader), como el único antídoto posible para hacerlo desaparecer.
Por lo tanto, la película transgresora a la que asistimos durante la primera mitad del metraje, se convierte en una muestra más del conservadurismo 'made in Apatow'. A medida que transcurren los minutos, la figura de Schumer pierde peso en favor de Bill Hader, y el torpe discurso inicial sobre la liberación sexual de la mujer es anulado automáticamente por una serie de lecciones de moralidad que llaman la atención por su falta de sutileza. Pasamos de un extremo de la balanza al opuesto, sin apenas solución de continuidad y enarbolando desvergonzadamente la bandera del maniqueísmo más insultante.
Sibilinamente, el director alecciona al espectador sobre los objetivos que debería perseguir para ser considerado una persona "normal". Por un lado, muestra el destino final: una familia con hijos, representada por la hermana de Amy, su marido, y un hijo del anterior matrimonio de éste (Apatow intenta disimular, pero se le ve el plumero). Al mismo tiempo, establece el itinerario ideal para alcanzar su concepto de la felicidad: encontrar una pareja estable, consolidar la relación, y plantearse un futuro juntos.
Una vez rebasada la primera media hora de metraje, el factor sorpresa hace mutis por el foro y vamos tropezando con el abc de la dramedia romántica. En ocasiones, la experiencia es acompañada por excelentes líneas de diálogo y situaciones relativamente originales. Sin embargo, durante la mayor parte del tiempo la rutina se apodera del desarrollo de los acontecimientos.
No estamos ante una mala película, simplemente ante un largometraje que aspiraba a ser diferente y se ha quedado anclado en el habitual conformismo hollywoodiense. A una película de Judd Apatow deberíamos pedirle mucho más que la confirmación de Bill Hader como una de los grandes figuras de la comedia americana moderna, la presencia de una hilarante Tilda Swinton, y la insospechada vis cómica de Lebron James. Quizás esta alianza con Amy Schumer (media película para ti, media película para mi) haya desviado parcialmente al director de su interesante trayectoria, pero siempre hay tiempo para rectificar.
www.bandejadeplata.com
1 de agosto de 2020
1 de agosto de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encasillada erróneamente como comedia romántica, “Y de repente tú” es más bien una comedia sexual de la factoría Apatow. A ver, ojo, aclaro para que no haya confusión, no es una película pornográfica cómica, sino una comedia donde la gracia no están en situaciones derivadas de confusiones sobre si a A le mola B pero la cosa se enreda porque ya sale con C, sino que el humor consiste en chistes sexuales, dobles sentidos picantones y situaciones sexuales comprometidas. Todo el rato. Algunos gags tienen su aquel, pero la mayoría sólo dan apuro y vergüenza ajena, aunque claro que esto es subjetivo y depende de dónde tenga cada uno su listón. Lo que es innegable es que nueve de cada diez no son sketches trabajados, son simplemente soltar alguna grosería en un momento inoportuno.
Como supuesta novedad tenemos una supuesta óptica femenina en el desarrollo de la película y, por extensión, en su sentido de la comedia. “Y de repente tú” ofrece una curiosa interpretación de lo que algunos entienden como empoderamiento femenino que consiste en que una chica/mujer tenga trabajo, sea independiente, pueda correrse las juergas que le apetezca y acostarse las veces que quiera con quien le dé la gana cuando le brote. Y si decide ser infiel a su pareja, es su decisión. En ese sentido, hablando de una película de 2015, cabe hablar de ciertas habilidades proféticas anticipándose 5 años a lo que ha sido este año 2020 el eslogan del día de la mujer (“sola y borracha quiero llegar a casa”). No sé. Es complicado entrar en estos temas sin herir sensibilidades ni terminar siendo acusado de apología machista. Personalmente yo creo que la idea de un mundo igual entre hombres y mujeres que tenían en mente las primeras sufragistas o Clara Campoamor iba más allá de beber hasta perder el conocimiento, pero qué sabré yo. Que no digo que una chica no tenga derecho a beber hasta el vómito igual que un chico, o zumbarse a tres a la vez, igual que un chico, pero sí me parece algo preocupante (igual de preocupante en ella y en él) que se asocien esas prácticas a conceptos como libertad o empoderamiento, en el sentido de ser derechos que te hacen menos hombre/mujer el no ejerecerlos y obviando el riesgo que suponen.
Lo mejor de la película es algún gag que otro - por ejemplo el monólogo inicial sobre la monogamia- y el cameo de Lebron James, muy suelto él y bien trabajado su papel para no ser la típica aparición de una frase inane metida con calzador. Lo peor, que no es una película para todos los públicos. Para entrar en el universo Apatow se necesita cierta falta de escrúpulos de la que yo ando sobrado. Una falta de escrúpulos necesaria para escuchar hablar todo el rato de pollas, chochos y follar sin que algo chirríe en tu interior o para considerar normal que todo el mundo hable de sexo con todo el mundo en cualquier momento. También se necesita cierta complicidad con el humor corporal poco sutil de Amy Schumer, a la que esta película puso en el candelero en plan: «mira que transgresores somos que ponemos de protagonista a una chica con un cuerpo normal y una cara normal como nuevo icono femenino».
Como película, normalita, poca cosa más allá de los enredos habituales y los lugares comunes. Como alegato feminista ha envejecido regular, yo creo que ya en su estreno resultaba de una transgresión algo trasnochada. ¿Una chica que lleva las riendas de su vida incluso en el sexo? No era un concepto especialmente novedoso en 2015. Y como comedia, para gustos. A mí el humor Apatow, tanto en su vertiente masculina como femenina, me cansa, se me hace bola. A otros a lo mejor les gusta, no les juzgo.
Como supuesta novedad tenemos una supuesta óptica femenina en el desarrollo de la película y, por extensión, en su sentido de la comedia. “Y de repente tú” ofrece una curiosa interpretación de lo que algunos entienden como empoderamiento femenino que consiste en que una chica/mujer tenga trabajo, sea independiente, pueda correrse las juergas que le apetezca y acostarse las veces que quiera con quien le dé la gana cuando le brote. Y si decide ser infiel a su pareja, es su decisión. En ese sentido, hablando de una película de 2015, cabe hablar de ciertas habilidades proféticas anticipándose 5 años a lo que ha sido este año 2020 el eslogan del día de la mujer (“sola y borracha quiero llegar a casa”). No sé. Es complicado entrar en estos temas sin herir sensibilidades ni terminar siendo acusado de apología machista. Personalmente yo creo que la idea de un mundo igual entre hombres y mujeres que tenían en mente las primeras sufragistas o Clara Campoamor iba más allá de beber hasta perder el conocimiento, pero qué sabré yo. Que no digo que una chica no tenga derecho a beber hasta el vómito igual que un chico, o zumbarse a tres a la vez, igual que un chico, pero sí me parece algo preocupante (igual de preocupante en ella y en él) que se asocien esas prácticas a conceptos como libertad o empoderamiento, en el sentido de ser derechos que te hacen menos hombre/mujer el no ejerecerlos y obviando el riesgo que suponen.
Lo mejor de la película es algún gag que otro - por ejemplo el monólogo inicial sobre la monogamia- y el cameo de Lebron James, muy suelto él y bien trabajado su papel para no ser la típica aparición de una frase inane metida con calzador. Lo peor, que no es una película para todos los públicos. Para entrar en el universo Apatow se necesita cierta falta de escrúpulos de la que yo ando sobrado. Una falta de escrúpulos necesaria para escuchar hablar todo el rato de pollas, chochos y follar sin que algo chirríe en tu interior o para considerar normal que todo el mundo hable de sexo con todo el mundo en cualquier momento. También se necesita cierta complicidad con el humor corporal poco sutil de Amy Schumer, a la que esta película puso en el candelero en plan: «mira que transgresores somos que ponemos de protagonista a una chica con un cuerpo normal y una cara normal como nuevo icono femenino».
Como película, normalita, poca cosa más allá de los enredos habituales y los lugares comunes. Como alegato feminista ha envejecido regular, yo creo que ya en su estreno resultaba de una transgresión algo trasnochada. ¿Una chica que lleva las riendas de su vida incluso en el sexo? No era un concepto especialmente novedoso en 2015. Y como comedia, para gustos. A mí el humor Apatow, tanto en su vertiente masculina como femenina, me cansa, se me hace bola. A otros a lo mejor les gusta, no les juzgo.
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