Argentina, 1985
2022 

7.4
20,317
Thriller. Drama
Inspirada en la historia real del fiscal Julio Strassera, Luis Moreno Ocampo y su joven equipo jurídico que se atrevieron a acusar, contra viento y marea, a contrarreloj y bajo constante amenaza, a los altos mandos de la sangrienta dictadura militar argentina (1976-1983) en el llamado Juicio a las Juntas de mediados de los años 80. Una batalla de David contra Goliat, con los héroes menos esperados. (FILMAFFINITY)
8 de octubre de 2022
8 de octubre de 2022
41 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente film, incluso para alguien como yo, que había vivido esto de muchacho cuando vivía aún en mi Bariloche.
Me he sentado en la butaca junto a mi buen amigo catalán y su hijo de 15 años.
Como ambos desconocían el entorno político que inspiró la película, en el corto trayecto hasta el cine, intenté ponerlos un poco al tanto no solo del golpe de estado ocurrido el 26 de marzo de 1976 (si no me falla la memoria) y que permitió que 3 juntas militares gobernaran el país consecutivamente hasta diciembre de 1983, cuando volvió a presidir el país un demócrata : Raúl Alfonsín.
Crear la CONADEP (comisión nacional sobre la desaparición de personas) fue su primera decisión presidencial, luego de que el congreso democrático declarara nula la "ley de auto-amnistía" que se habían "sentenciado" a sí mismo los jueces militares.
A partir de aquí es cuando comienza su trabajo desde la justicia civil el fiscal general del estado : Julio Strassera quien debía preparar la base de la acusación, la dificultad de la cual, pasaba absolutamente por vincular el secuestro, tortura y muerte de miles de personas inocentes con la capacidad de mando de esas tres juntas militares que gobernaron el país durante siete años.
Ahora sí, ya podían mis amigos empezar no solo a ver la peli sino también a entenderla, porque si no es así, se corre el riesgo de pensar que este juicio se celebró mientras gobernaban los militares, lo cual no es así.
Por lo que la dificultad de hallar pruebas fehacientes de secuestros, torturas y asesinatos, está opuesta con la facilidad de destrucción de pruebas que tuvieron los militares, desde el final de la Guerra de las Malvinas hasta el abandono del gobierno : más de un año.
Sumado a eso, había un tema menos tangible pero igual de problemático : la poca voluntad de muchos testigos a declarar contra los poderosos que le habían estado metiendo el miedo en el body durante siete años.
Así, en este entorno es como comienza la peli, y a partir de aquí es que tendrán que verla.
Poco más puede decirse.
Tan solo que se te hará corta a pesar de tantos minutos, porque en ningún momento te sentirás viendo un juicio tostón, sino que el director mantiene un ritmo muy ágil y vivaz, que sabe involucrarte en el sufrimiento de tanta gente inocente que no tuvo nunca la posibilidad de defenderse de tanto abuso hasta entonces.
Darín está inmenso. Su hijo en la peli también. Norman Brisky no necesita más de diez minutos de película para hacerla subir diez peldaños. El resto del elenco lo borda también.
La valoro con la máxima puntuación porque lo vale.
Porque tiene vértigo sin ser vertiginosa.
Porque aunque conozcas la cara de Strassera, Darín se ocupa de hacértela olvidar un pocos minutos.
Porque me ha hecho reír mucho.
Porque me ha hecho llorar un poco,
y porque es una película hecha con seriedad.
Pocos directores se animan ha filmar un juicio fuera de USA, porque los norteamericanos sí tienen esa mecánica más por mano.
Sin embargo Santiago Mitre no deja que el interés decaiga en ningún momento, dándole la dosis justa de humor absurdo, valores morales, vergüenza ajena, llanto difícil y velocidad que no aburre.
Creo que puede transformarse en un clásico.
El tiempo lo dirá.
Pero estoy seguro que será una seria candidata al Oscar.
Me he sentado en la butaca junto a mi buen amigo catalán y su hijo de 15 años.
Como ambos desconocían el entorno político que inspiró la película, en el corto trayecto hasta el cine, intenté ponerlos un poco al tanto no solo del golpe de estado ocurrido el 26 de marzo de 1976 (si no me falla la memoria) y que permitió que 3 juntas militares gobernaran el país consecutivamente hasta diciembre de 1983, cuando volvió a presidir el país un demócrata : Raúl Alfonsín.
Crear la CONADEP (comisión nacional sobre la desaparición de personas) fue su primera decisión presidencial, luego de que el congreso democrático declarara nula la "ley de auto-amnistía" que se habían "sentenciado" a sí mismo los jueces militares.
A partir de aquí es cuando comienza su trabajo desde la justicia civil el fiscal general del estado : Julio Strassera quien debía preparar la base de la acusación, la dificultad de la cual, pasaba absolutamente por vincular el secuestro, tortura y muerte de miles de personas inocentes con la capacidad de mando de esas tres juntas militares que gobernaron el país durante siete años.
Ahora sí, ya podían mis amigos empezar no solo a ver la peli sino también a entenderla, porque si no es así, se corre el riesgo de pensar que este juicio se celebró mientras gobernaban los militares, lo cual no es así.
Por lo que la dificultad de hallar pruebas fehacientes de secuestros, torturas y asesinatos, está opuesta con la facilidad de destrucción de pruebas que tuvieron los militares, desde el final de la Guerra de las Malvinas hasta el abandono del gobierno : más de un año.
Sumado a eso, había un tema menos tangible pero igual de problemático : la poca voluntad de muchos testigos a declarar contra los poderosos que le habían estado metiendo el miedo en el body durante siete años.
Así, en este entorno es como comienza la peli, y a partir de aquí es que tendrán que verla.
Poco más puede decirse.
Tan solo que se te hará corta a pesar de tantos minutos, porque en ningún momento te sentirás viendo un juicio tostón, sino que el director mantiene un ritmo muy ágil y vivaz, que sabe involucrarte en el sufrimiento de tanta gente inocente que no tuvo nunca la posibilidad de defenderse de tanto abuso hasta entonces.
Darín está inmenso. Su hijo en la peli también. Norman Brisky no necesita más de diez minutos de película para hacerla subir diez peldaños. El resto del elenco lo borda también.
La valoro con la máxima puntuación porque lo vale.
Porque tiene vértigo sin ser vertiginosa.
Porque aunque conozcas la cara de Strassera, Darín se ocupa de hacértela olvidar un pocos minutos.
Porque me ha hecho reír mucho.
Porque me ha hecho llorar un poco,
y porque es una película hecha con seriedad.
Pocos directores se animan ha filmar un juicio fuera de USA, porque los norteamericanos sí tienen esa mecánica más por mano.
Sin embargo Santiago Mitre no deja que el interés decaiga en ningún momento, dándole la dosis justa de humor absurdo, valores morales, vergüenza ajena, llanto difícil y velocidad que no aburre.
Creo que puede transformarse en un clásico.
El tiempo lo dirá.
Pero estoy seguro que será una seria candidata al Oscar.
27 de septiembre de 2022
27 de septiembre de 2022
26 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues seguramente, y en términos generales, la mejor película en el reciente Festival Internacional de Cine de Donostia/San Sebastián 2022.
Una cinta basada en hechos reales, lo que le confiere más credibilidad (por más que, como siempre pasa en el cine, se dramaticen hechos y personajes para darle mayor empaque dramático).
Lo primero, dentro del plano positivo, que se nota es que, a pesar de su muy larga duración, no solamente no cansa nada sino que el interés del argumento va en aumento a cada minutos, siendo muy entretenida e incluso apasionante.
Con drama y también humor, se combinan de forma atractiva, diversos géneros como el judicial, el político, el social, el thriller, el biográfico y el histórico.
Fondo y forma se aúnan para mostrar unos hechos que no se deben olvidar y el realizador Santiago Mitre lo hace mostrando el dolor y lucha de unos generosos y valientes personajes que intentaron y lograron sacar la verdad.
A veces con emoción contenida, otras también previsibles (el final ya se sabe de antemano), la cinta gusta mucho y logra al final de su proyección los aplausos de un público entregado.
Premiada como la mejor película por el público en el Festival de Donostia 2022, queda como un film "necesario", con múltiples virtudes y alguna que otra "cosilla" no tan conseguida pero importante para darle un mayor dramatismo y fuerza.
Merece mucho la pena.
Merece mucho la pena y es un verdadero gusto ver en pantalla a un inmenso Ricardo Darín y al resto del gran elenco interpretativo.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Una cinta basada en hechos reales, lo que le confiere más credibilidad (por más que, como siempre pasa en el cine, se dramaticen hechos y personajes para darle mayor empaque dramático).
Lo primero, dentro del plano positivo, que se nota es que, a pesar de su muy larga duración, no solamente no cansa nada sino que el interés del argumento va en aumento a cada minutos, siendo muy entretenida e incluso apasionante.
Con drama y también humor, se combinan de forma atractiva, diversos géneros como el judicial, el político, el social, el thriller, el biográfico y el histórico.
Fondo y forma se aúnan para mostrar unos hechos que no se deben olvidar y el realizador Santiago Mitre lo hace mostrando el dolor y lucha de unos generosos y valientes personajes que intentaron y lograron sacar la verdad.
A veces con emoción contenida, otras también previsibles (el final ya se sabe de antemano), la cinta gusta mucho y logra al final de su proyección los aplausos de un público entregado.
Premiada como la mejor película por el público en el Festival de Donostia 2022, queda como un film "necesario", con múltiples virtudes y alguna que otra "cosilla" no tan conseguida pero importante para darle un mayor dramatismo y fuerza.
Merece mucho la pena.
Merece mucho la pena y es un verdadero gusto ver en pantalla a un inmenso Ricardo Darín y al resto del gran elenco interpretativo.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
25 de octubre de 2022
25 de octubre de 2022
24 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
El muy politizado director Santiago Mitre nos ofrece una película de tema político, claro, basada en los devastadores hechos reales que las diferentes juntas militares de los años setenta y primeros ochenta marcaron a sangre y fuego Argentina.
Es una película agradecida, en cuanto en tanto la historia interesa y conmueve en ocasiones a los espectadores, todos además muy predispuestos a ponerse del lado de la justicia y la democracia, faltaría más.
La parte más atractiva de la película, y ahí está el problema, son sin duda las magníficas actuaciones de todos y cada uno de los intérpretes que aparecen en escena, desde el muy protagónico Darín hasta el último de los secundarios, todos en la línea que marca la sensacional cantera de actores argentinos. Un aparte merece el niño que interpreta la hijo de Ricardo Darín, espectacular en cada gesto, se come la pantalla.
Y el problema es que las buenas actuaciones están flotando sobre una historia a la que le falta guión y le sobran buenas intenciones: adolece de diálogos con fuerza, de imágenes impactantes. No tiene perdón que un material tan bueno como son las atrocidades y vejaciones que sufrieron las víctimas de la dictadura, la prepotencia de los milicos, la sucesión de hechos terribles acaecidos en esos años, no se corresponda con una tensión narrativa que solo asoma de cuando en cuando.
El juicio, que ocupa gran parte del metraje y es la razón de ser central de la historia, tampoco llega a extremos de grandeza cinematográfica, algo esperable por el material del que parte.
Con todo, la película emociona a ratos, conmueve a ratos, interesa siempre y la entrada al cine está más que justificada por cualquiera de las tremendas actuaciones de un reparto estelar, bien elegido y que maravilla en cuanto a parecido con los protagonistas reales de esta tremenda historia que muchos seguimos con avidez en la prensa de entonces.
Es una película agradecida, en cuanto en tanto la historia interesa y conmueve en ocasiones a los espectadores, todos además muy predispuestos a ponerse del lado de la justicia y la democracia, faltaría más.
La parte más atractiva de la película, y ahí está el problema, son sin duda las magníficas actuaciones de todos y cada uno de los intérpretes que aparecen en escena, desde el muy protagónico Darín hasta el último de los secundarios, todos en la línea que marca la sensacional cantera de actores argentinos. Un aparte merece el niño que interpreta la hijo de Ricardo Darín, espectacular en cada gesto, se come la pantalla.
Y el problema es que las buenas actuaciones están flotando sobre una historia a la que le falta guión y le sobran buenas intenciones: adolece de diálogos con fuerza, de imágenes impactantes. No tiene perdón que un material tan bueno como son las atrocidades y vejaciones que sufrieron las víctimas de la dictadura, la prepotencia de los milicos, la sucesión de hechos terribles acaecidos en esos años, no se corresponda con una tensión narrativa que solo asoma de cuando en cuando.
El juicio, que ocupa gran parte del metraje y es la razón de ser central de la historia, tampoco llega a extremos de grandeza cinematográfica, algo esperable por el material del que parte.
Con todo, la película emociona a ratos, conmueve a ratos, interesa siempre y la entrada al cine está más que justificada por cualquiera de las tremendas actuaciones de un reparto estelar, bien elegido y que maravilla en cuanto a parecido con los protagonistas reales de esta tremenda historia que muchos seguimos con avidez en la prensa de entonces.
4 de noviembre de 2022
4 de noviembre de 2022
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se aborda a nivel fílmico un hecho real muy conocido, se está ante dos peligros: el hacer un documental sin vida; o ficcionalizarlo en búsqueda de emociones y que sus licencias lo alejen de los hechos verdaderos.
‘Argentina,1985’ no termina de resolver esta cuestión. Película interesante, se ve con agrado, pone en conocimiento el asunto al que no lo conozca, y lo rememora al que lo vivió. Pero acierta y falla a la vez en ambas cosas: en el rigor histórico, y en la narración cinematográfica con argumento atractivo y movilizador.
El rigor histórico: aunque se quieran diluir responsabilidades con la aclaración ‘Inspirada en hechos reales’, en este relato SÍ es imprescindible y es inevitable, porque aborda de lleno el Juicio y a sus protagonistas, con fechas exactas y nombres muy precisos. Tiene como punto positivo la reconstrucción de situaciones casi exactas y milimétricas, demostrando una investigación y búsqueda de fuentes encomiable, y también un muy elogiable y acertado rescate de época (vestuario, ambientación y escenarios), algo bastante infrecuente en el cine argentino.
Pero es imperdonable la omisión a la férrea e inflexible voluntad política de Alfonsín y su gobierno de llevar a cabo el Juicio (que se pone en duda de manera injusta en su ministro Tróccoli, y en un sugerente desentendimiento del Presidente bajo el argumento ‘independencia de poderes’); es imperdonable también la escasa mención al previo trabajo titánico de la CONADEP sin el cual el Juicio hubiera sido impensable y que fue iniciativa del Presidente casi sin apoyo de otras fuerzas políticas; la película hace un silencio benevolente y un inexplicable olvido con la ‘no colaboración’ del Partido Justicialista en la CONADEP y su oposición a la realización del Juicio; y sobre todo, desacertada y exagerada la insistencia de mostrar a Strassera como un superhéroe solitario quien, con Moreno Ocampo y con el equipo de jóvenes entusiastas pero inexpertos, va a poner ‘preso a Videla’, en medio de la indiferencia general de los que tienen el poder.
Narración cinematográfica: En cuanto a lo narrativo, la película no termina de despertar grandes emociones; a partir de la mitad se va haciendo más lenta y larga; y la parte del 'juicio y el alegato final', el corazón de la historia, es correcta pero no termina de entusiasmar, no despierta esa vibración que el cine sabe dar cuando aborda estas historias reales.
El trabajo de los actores es muy bueno, aunque el director debió darle al ‘Darín – Strassera’ un carácter algo más antiguo, porteño y enojón, que el fiscal no ocultaba, por eso su sobrenombre 'el Loco', y que se observa en los archivos televisivos. ‘Lanzani - Moreno Ocampo’ y el resto están muy bien. Y los comandantes lucen algo caricaturizados.
En conclusión, la película es correcta, interesante, está bien contada, pero navega en una indefinición y tibieza quizás empujada por la sensibilidad del tema y por querer conformar a todos. Conformar las distintas miradas políticas que existen hoy en Argentina, y conformar tanto a los que quieren en la película reconstrucciones precisas como a los que se acercan al film en búsqueda de emociones. Y por eso 'Argentina, 1985' posee una rara paradoja: es histórica pero no del todo, con licencias y olvidos imperdonables; pero tampoco despierta grandes emociones, porque cuando debe hacerlo, la ficción se ata con cierta rigidez a los hechos tal cual sucedieron y no toma vuelo.
Nota: 6
‘Argentina,1985’ no termina de resolver esta cuestión. Película interesante, se ve con agrado, pone en conocimiento el asunto al que no lo conozca, y lo rememora al que lo vivió. Pero acierta y falla a la vez en ambas cosas: en el rigor histórico, y en la narración cinematográfica con argumento atractivo y movilizador.
El rigor histórico: aunque se quieran diluir responsabilidades con la aclaración ‘Inspirada en hechos reales’, en este relato SÍ es imprescindible y es inevitable, porque aborda de lleno el Juicio y a sus protagonistas, con fechas exactas y nombres muy precisos. Tiene como punto positivo la reconstrucción de situaciones casi exactas y milimétricas, demostrando una investigación y búsqueda de fuentes encomiable, y también un muy elogiable y acertado rescate de época (vestuario, ambientación y escenarios), algo bastante infrecuente en el cine argentino.
Pero es imperdonable la omisión a la férrea e inflexible voluntad política de Alfonsín y su gobierno de llevar a cabo el Juicio (que se pone en duda de manera injusta en su ministro Tróccoli, y en un sugerente desentendimiento del Presidente bajo el argumento ‘independencia de poderes’); es imperdonable también la escasa mención al previo trabajo titánico de la CONADEP sin el cual el Juicio hubiera sido impensable y que fue iniciativa del Presidente casi sin apoyo de otras fuerzas políticas; la película hace un silencio benevolente y un inexplicable olvido con la ‘no colaboración’ del Partido Justicialista en la CONADEP y su oposición a la realización del Juicio; y sobre todo, desacertada y exagerada la insistencia de mostrar a Strassera como un superhéroe solitario quien, con Moreno Ocampo y con el equipo de jóvenes entusiastas pero inexpertos, va a poner ‘preso a Videla’, en medio de la indiferencia general de los que tienen el poder.
Narración cinematográfica: En cuanto a lo narrativo, la película no termina de despertar grandes emociones; a partir de la mitad se va haciendo más lenta y larga; y la parte del 'juicio y el alegato final', el corazón de la historia, es correcta pero no termina de entusiasmar, no despierta esa vibración que el cine sabe dar cuando aborda estas historias reales.
El trabajo de los actores es muy bueno, aunque el director debió darle al ‘Darín – Strassera’ un carácter algo más antiguo, porteño y enojón, que el fiscal no ocultaba, por eso su sobrenombre 'el Loco', y que se observa en los archivos televisivos. ‘Lanzani - Moreno Ocampo’ y el resto están muy bien. Y los comandantes lucen algo caricaturizados.
En conclusión, la película es correcta, interesante, está bien contada, pero navega en una indefinición y tibieza quizás empujada por la sensibilidad del tema y por querer conformar a todos. Conformar las distintas miradas políticas que existen hoy en Argentina, y conformar tanto a los que quieren en la película reconstrucciones precisas como a los que se acercan al film en búsqueda de emociones. Y por eso 'Argentina, 1985' posee una rara paradoja: es histórica pero no del todo, con licencias y olvidos imperdonables; pero tampoco despierta grandes emociones, porque cuando debe hacerlo, la ficción se ata con cierta rigidez a los hechos tal cual sucedieron y no toma vuelo.
Nota: 6
1 de octubre de 2022
1 de octubre de 2022
22 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
El jueves pude asistir después de mucho tiempo, al estreno de "Argentina 1985" en el querido complejo de Cines del Centro en la ciudad de Rosario. Enorme producción del cine Nacional. El análisis podría dividirse en dos partes. Por un lado el aspecto artístico de la película que es impecable: La producción, el montaje, la contextualización histórica y el guión son irreprochables. Un drama judicial de alta escuela con dosis homeopáticas de humor que caen sobre algunas escenas como un bálsamo descontracturante. Un manejo magistral de la tensión narrativa que es doblemente meritoria cuando la sorpresa no puede ser utilizada como recurso ya que se trata de una historia basada en hechos históricos reales que son de público conocimiento. Las actuaciones están más que a la altura de lo que se esperaba con esta producción, y así como en algún momento pensé que Ricardo Darín (en el papel de Julio Cesar Strassera) comenzaba a repetirse a si mismo, debo decir que en esta película vuelve a demostrar porque es uno de los mejores actores latinoamericanos contemporáneos. Uno de los desafíos de esta película era también sobreponerse a la necesidad de conocer el contexto de la Historia argentina reciente para poder comprender los hechos que narra (sobre todo si hablamos de público extranjero), y ese objetivo lo cumple con creces (Quizá en esto radique la aceptación del público en los festivales de cine europeos). Y en este punto es donde aparece la segunda parte del análisis, que es el análisis histórico.
Personalmente creo que este segundo aspecto del análisis (El del contexto histórico) es mucho menos importante que el primero (relacionado a lo artístico), ya que ninguna película guionada en base a hechos reales o históricos puede prescindir del recurso de lo ficcional si intenta hacer cine-arte, de lo contrario allí está el género documental para satisfacer esta demanda de “verdades” históricas que tanto irrita a cierta parte del público. De todas maneras la película también supera sin dificultades este aspecto del análisis ya que narra con mucha efectividad (sobre todo emocional) una parte vital de la historia política argentina de los años ochenta: esta parte de la historia argentina es ni más ni menos que la cocina del juicio a la Juntas militares responsables de la violación a los derechos humanos durante los años 1976 a 1983 y el rol ejercido por la fiscalía a cargo de la acusación de aquel proceso histórico. Sin duda alguna, un gran salto de calidad del género histórico del cine argentino.
Personalmente creo que este segundo aspecto del análisis (El del contexto histórico) es mucho menos importante que el primero (relacionado a lo artístico), ya que ninguna película guionada en base a hechos reales o históricos puede prescindir del recurso de lo ficcional si intenta hacer cine-arte, de lo contrario allí está el género documental para satisfacer esta demanda de “verdades” históricas que tanto irrita a cierta parte del público. De todas maneras la película también supera sin dificultades este aspecto del análisis ya que narra con mucha efectividad (sobre todo emocional) una parte vital de la historia política argentina de los años ochenta: esta parte de la historia argentina es ni más ni menos que la cocina del juicio a la Juntas militares responsables de la violación a los derechos humanos durante los años 1976 a 1983 y el rol ejercido por la fiscalía a cargo de la acusación de aquel proceso histórico. Sin duda alguna, un gran salto de calidad del género histórico del cine argentino.
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