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Corazón silencioso

Drama Tres generaciones de una familia se reúnen un fin de semana. Las hermanas, Sanne y Hedidi, han aceptado que su madre, enferma terminal, desee poner fin a su vida antes de que su estado empeore. Pero según transcurre el fin de semana, la decisión de la madre resulta cada vez más difícil de aceptar y viejos conflictos salen a la superficie. (FILMAFFINITY)
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7
6 de febrero de 2017 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bille August tras “Pelle el conquistador” y “Las mejores intenciones” con guión de Ingmar Bergman se convirtió en el mejor discípulo del cine heredado del maestro sueco, luego atravesó un periodo irregular e incierto con su etapa americana, “La casa de los espíritus”, “Smila, misterio en la nieve” y la excelente “Los miserables”. Tras su vuelta al cine europeo destaca este drama humano conmovedor, volviendo a las raíces de su cine más propio e interesante. Excepcional película por su calidad descriptiva que sintetiza espléndidamente uno de los pasajes más crudos y dolorosos en la vida de una familia danesa. “Corazón silencioso” tiene la virtud de saber plantear y resolver una temática harto delicada como es la eutanasia, y haciéndolo además con rigor y sobriedad, huyendo de fáciles sentimentalismos estridentes. Esther (Ghita Norbi) es un entrañable anciana que padece una enfermedad incurable y degenerativa, aprovechando la Navidad reúne a sus seres queridos en su casa de campo que comparte con su marido Poul (Morten Grunwald) para comunicarles un acuerdo mutuo.

A la vivienda acuden sus dos hijas de ideas antagónicas: la mayor, Heidi (excelente Paprika Steen), acompañada de su esposo Michael y su hijo adolescente Jonathan, representando un matrimonio adulto y acomodado; y la menor, Sanne (Danica Curcic), que se presenta con su novio Dennis, una pareja atípica. También se persona Lisbeth, una vieja amiga de la infancia de Esther. El propósito de la reunión familiar que durará un par de días, es despedirse de todos ellos una vez celebrado el día de Navidad, y una vez que vuelvan a sus asuntos, junto a su esposo con el que ya tiene acordado un plan, es llevarlo a cabo de la forma más natural posible. Sin ser un film exclusivamente sobre la eutanasia, no cabe duda de que opera como detonante dramático de lo que plantea, que no es otra cosa, que un relato sobre las relaciones familiares en una situación límite.

A lo largo de esos días, a ratos alegre pero siempre sombrío, los personajes realizan un profundo examen de conciencia, influidos por la situación crítica a la que se enfrentan, cada uno de ellos arrastra sus propios problemas personales que irán apareciendo a medida que transcurren los días de convivencia mutua. August nos muestra una puesta en escena académica y arraigada con el paisaje con una fotografía hermosa, aunque puede parecer previsible, la película está cargada de aliento humano y poético. Con un estilo inspirado en el maestro sueco, nos recuerda la misma suntuosidad escénica, la misma concentración en retablos, idénticas crispaciones familiares, contrastes luminosos, la influencia del clima y el paisaje con una deslumbrante fotografía. La fluidez de la progresión emocional, deriva hacia un planteamiento en el que el espectador saque libremente sus conclusiones sobre lo planteado, porque el cineasta se limita a exponerlo sin tomar partido. Cine europeo de calidad, lleno de sensibilidad y realismo para espectadores adultos que buscan algo más que entretenimiento.
9
26 de junio de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En lo personal, disiento de la eutanasia, y entre las razones que me animan a invitar a las personas a seguir soportando con la mayor entereza los padecimientos que ahora las embargan, sin dejar de luchar para superarlos, puedo argüir el enorme crecimiento personal y espiritual que se gana con la resistencia al dolor. Con la huida del sufrimiento (la muerte) uno se quita el problema de encima… pero no aprende, ni se da la oportunidad de merecer la sorprendente y maravillosa compensación que, seguramente, se produce tras el acrisolamiento. Si el diamante no soportara los golpes de cincel que recibe cuando es una áspera roca, no sería luego la resplandeciente y estética piedra que vemos después.

Entre las cosas que hicieron grandes a Jesucristo, Gandhi, Espartaco, Papillon, Menahem Menden Beilis y otros tantos personajes de la historia y la literatura, ha sido, precisamente, su capacidad de resistencia al maltrato y al dolor. Aguantaron hasta el último aliento, y al final, se convirtieron en poderosas lecciones de vida para toda la humanidad. Jamás desearon morir y ahora viven para siempre. Y tú, ¿Te sentirás finalmente a gusto al no haber probado tu capacidad de resistir? En aquellos, para quienes has sido ejemplo, ¿no quedará la pobre idea de que es mejor renunciar a los grandes retos que atreverse a perseverar? ¿Qué te habrás perdido al eludir la gran prueba que te ofrece la existencia? y ¿Si será que hay más certeza en la opinión de un simple médico que en los infinitos poderes del Universo?

Pero, de la misma manera que creo esto, y a sabiendas de que no sé, exactamente, como actuaría ante semejante situación, pues, desconozco el alcance de mi voluntad y los niveles a los que puede llegar el dolor, también soy capaz de mirar con absoluto respeto a las personas que determinan morir antes que padecer la tortura de los síntomas que conllevan ciertas enfermedades. No todos los ánimos son fuertes, no todo el mundo nace preparado para la resistencia al dolor, por lo tanto no tenemos derecho alguno a juzgar o a reprimir. Se debe acudir a la persuasión, pero invalidada esta, cada ser humano tiene derecho a tomar la decisión que considere pertinente para su vida. Esto es libre albedrío.

Sobre este tema, el director danés Bille August, nos trae con su última película, <<CORAZÓN SILENCIOSO>>, una conmovedora y muy humana historia sobre, Esther (magnífica, Ghita Nørby), una gran dama con esposo, hijas y nieto que, afectada de una esclerosis lateral amiotrófica (enfermedad degenerativa que puede llevar a la parálisis total), ha optado –mediante decisión acordada con su familia- por terminar con su vida, siendo su propio esposo médico quien deberá practicarle la eutanasia.

Una reunión de familia en navidad, será ocasión para la despedida y entonces podremos conocer las fortalezas, el pensamiento liberal y adulto que emana de algunos personajes… y también los puntos por resolver que se abrirán en el proceso. Un guion muy bien consolidado por Christian Torpe, sirve a August para perfilar a unos personajes de caracteres un tanto disímiles que, a su manera, lucen bien adelantados algunos y otros todavía dependientes, pero juntos, terminarán dejándonos una lección de vida que vale la pena sopesar.

La historia transcurre en una casa de campo en la que, esplendorosos paisajes, servirán para exaltar la belleza de este mundo al tiempo que, un puñado de vidas, se debate con la decisión que han tomado y que, de pronto, va mostrando fisuras que hasta ahora nadie había considerado. ¿Se llevará a cabo el propósito que los convoca? ¿Habrá sólidas razones para echar reversa a lo planeado por “todos”? ¿Qué lección nos deja lo que finalmente ocurre entre aquella singular familia?

<<CORAZÓN SILENCIOSO>>, posee una historia muy adulta que puede dar lugar a concienzudas reflexiones… y una cosa es absolutamente segura: No deja indiferente a nadie con su especial planteamiento. Otra notable película para sumar a la brillante filmografía de ese gran director que sigue siendo, Bille August.
6
9 de abril de 2019 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resulta un cine al que no accedo porque frecuentemente está mal realizado. Aquí, con gran sopresa para mí, se inspira en los propios acontecimientos, tratándolos con el rigor necesario.

Brillante interpretación de la madre que desea poner fin a su vida. Acontecimiento que transmite a través de esa contenida entrega, lejana, desgarrada y triste... que no doliente.

Todos los actores están inspirados, y bien dirigidos por la mano firme de Bille August.
7
7 de septiembre de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las reuniones familiares en una casa para tomar una decisión importante o en que una celebración da pie a discusiones y afloran sentimientos siempre es materia jugosa en las obras de ficción. El director Bille August, que hace años fue premiado con dos Palmas de Oro por "Belle, el conquistador" y "Las mejores intenciones", por la que también logró el Oscar, y que en los últimos años habían perdido el buen pulso (su anterior película "Tren de noche a Lisboa" obtuvo malas críticas"), sabe bien que este mecanismo de personajes reunidos en un lugar funciona. En este caso además hay como tema de fondo el de una anciana madre que ha decidido dejar de vivir antes que ver cómo su irreversible enfermedad la deja sin mobilidad. Sus dos hijas, en un principio, tienen actitudes diferentes ante la despedida: mientras que la hija mayor acepta lo que va a ocurrir haciéndose la fuerte e intentando controlar la situación, su hermana más joven no quiere que su abuela fallezca antes de tiempo. A medida que avanza el trascurso del último fin de semana todos en familia antes del triste desenlace, el comportamiento de las hijas evolucionará. En este sentido, este cambio de actitud al revés me recuerda un poco al que tienen las dos hermanas protagonistas de "Melancholia" de Lars von Trier, aunque en ese caso tenía lugar ante un hecho catastrófico fuera del alcance humano. La cámara de August deja observar a sus personajes sin un tratamiento afectado en el que podría haber caído este tipo de historia, no toma partido ante un tema como la eutanasia, lo trata con cierta delicadeza. Aunque está realizada de manera convencional y sabemos de antemano el final que ha preparado el matrimonio de abuelos, podemos apreciar la manera en que se suceden los hechos hacia el tramo final en que está en peligro el objetivo acordado. Por otro lado, el elenco actoral hace un buen trabajo, sobre todo las actrices: Ghita Norby como la madre enferma que mantiene si dignidad y Paprika Steen y Danica Curcic como la hermana mayor y la menor, hacen creíbles sus personajes, si bien esta última tiene una carga más dramática de puertas para afuera. El director parece recuperar parte de su talento en esta cinta que fue bien recibida en el festival de San Sebastián del año pasado y logró entrar en el palmarés con el premio de interpretación a la actriz P. Steen (vista en films dogma de Vinterberg como "Celebración") que bien podría haber compartido con su madre en la ficción. Esta es una película sensible que habla de la vida y hace pensar en los seres queridos que podemos perder.

Valoración: 7
Lo mejor: el planteamiento de la historia y el trabajo de G. Norby y P. Steen.
Lo peor: la realización de August no va más allá de ser correcta.

http://josh-cine.blogspot.com.es/
6
10 de septiembre de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esther padece de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y ha decidido quitarse la vida antes de que el desarrollo de la enfermedad le imposibilite valerse por sí misma. La anciana mujer ha decidido convocar a sus dos hijas y el resto de su familia para que le brinden una buena despedida en su casa, como un último recuerdo que llevarse de ella antes de que llegue el momento de la verdad. Una reunión que a priori no es del todo placentera, habida cuenta de los viejos problemas que arrastran entre los miembros de la familia, pero todos intentarán dejarlos atrás por unos días para que Esther abandone este mundo con una sonrisa en la boca.

Corazón silencioso es la última película de Bille August, cineasta danés que dentro de su versatilidad siempre ha otorgado una especial atención al prisma de las relaciones humanas en el sentido dramático, como ya vimos en su reciente Tren de noche a Lisboa o la adaptación de Los miserables que realizó allá por 1998, sin olvidarnos por supuesto de la que ha supuesto su cima como cineasta: Las mejores intenciones, con la que ganó la Palma de Oro en Cannes. No es un hombre que se cuente entre los grandes del cine europeo contemporáneo, sobre todo después de que tras una brillante etapa inicial su carrera fuese poblándose de películas intrascendentes o muy por debajo de las expectativas.

En esta ocasión, parte de un tema muy similar al de anteriores trabajos como los ya citados: la muerte, entendida en un ámbito personal como la aceptación del destino propio que cada ser humano debe realizar y, desde una perspectiva social, acerca de que asimismo tenemos que aceptar el destino de nuestros allegados. Esta es la cuestión que tienen que remediar Heidi y Sanne, las dos hijas de Esther: aceptar el deseo de su madre y dejarla marchar, con independencia de que médicamente pueda seguir en vida durante varios años.

Así, Corazón silencioso se convierte en un ejercicio casi psicológico sobre cómo el ser humano reacciona ante la proximidad de la muerte. La tensa espera que atraviesa al espectador hasta saber si a Esther le llega o no el momento de ejecutar o no su decisión, tiene su origen en el aumento progresivo en el nerviosismo de sus allegados, hasta tal punto de que entre ellos se comienzan a sacar los trapos sucios del pasado. Por tanto, la obra también se encamina a este terreno de análisis de las relaciones de familia, en especial las fraternales.

Es interesante como August consigue narrar todo ello desde una perspectiva noble y exenta de morbo. Sabe transmitir la cuestión con credibilidad pero sin perder pasión, hace que nos preocupe lo que le pasa a los personajes. Maneja con habilidad su pasado, no suelta las cosas gratuitamente sino que va administrándolo en pequeñas dosis. Cuenta a favor con el siempre interesante tema (cinematográficamente hablando, claro) de cómo esperar a un suceso ya previsto y que es tan malo como irremediable, una cuestión en la que servidor siempre toma como referencia La última noche (25th Hour, Spike Lee), aunque lógicamente es muy diferente tanto en temática como ejecución de esta producción danesa.

Quizá a veces se pierde un poco en el exceso buenrollista, siendo el paradigma de ello la trama del hijo de Heidi, un personaje carente de relevancia. Tampoco August arriesga en demasía al darle otro enfoque a la trastornada Sanne, quizá por temor a alejarse del tema principal. Un aspecto que, en Corazón silencioso, el cineasta resuelve con bastante tino al tratarlo de una manera tan cercana, siendo amable con el espectador pero a la vez dejándole claro lo que le quiere transmitir.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
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