Día de lluvia en Nueva York
2019 

6.3
15,865
Romance. Comedia
Gatsby Welles (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning) son una joven pareja enamorada de universitarios que se dispone a pasar un fin de semana en la ciudad de Nueva York. Ella va a entrevistar al reconocido cineasta Roland Pollard (Liev Schreiber), que pasa por un momento de crisis creativa, y durante su azarosa aventura conocerá al cautivador actor Francisco Vega (Diego Luna). Por su parte, Gatsby también conocerá a una joven, ... [+]
14 de junio de 2020
14 de junio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enseguida se advierte que estamos ante una película especial en la que cada asunto se trata con sencillez formal y con aparente trivialidad.
Pero tras ellas se oculta un trasfondo de fina percepción psicológica y un dominio absoluto de la narración cinematográfica.
La elección de los protagonistas, la cadencia del ritmo, la matización de los detalles o la oportunidad de unos diálogos cargados de intención representan otros tantos rasgos de perspicacia y de ingenio de un magnífico guionista y de un director singular.
El octogenario W. Allen se reinventa manteniéndose fiel a sí mismo y es capaz de acreditar la misma frescura de ideas, los guiños cautivadores y la desenvoltura característicos de su obra anterior.
Aunque no tiene que ver con la película propiamente dicha, hay que reseñar que el doblaje al español de E. Fanning resulta poco adecuado porque caricaturiza en exceso al personaje que la actriz representa.
Pero tras ellas se oculta un trasfondo de fina percepción psicológica y un dominio absoluto de la narración cinematográfica.
La elección de los protagonistas, la cadencia del ritmo, la matización de los detalles o la oportunidad de unos diálogos cargados de intención representan otros tantos rasgos de perspicacia y de ingenio de un magnífico guionista y de un director singular.
El octogenario W. Allen se reinventa manteniéndose fiel a sí mismo y es capaz de acreditar la misma frescura de ideas, los guiños cautivadores y la desenvoltura característicos de su obra anterior.
Aunque no tiene que ver con la película propiamente dicha, hay que reseñar que el doblaje al español de E. Fanning resulta poco adecuado porque caricaturiza en exceso al personaje que la actriz representa.
21 de junio de 2020
21 de junio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Woody Allen es el rey de las películas de relaciones humanas no es ningún secreto ni un descubrimiento. Desde sus primeras cintas, le gusta escucharse a través de sus personajes, a los que enfrenta a situaciones a veces disparatadas, casi siempre divertidas, nunca aburridas y en todo momento sorprendentes.
Nuevamente nos lleva a su plató habitual, Nueva York, esta vez de la mano de dos jóvenes que se prometen pasar un día inolvidable en la gran capital del mundo sin sospechar que sus destinos sufrirán numerosos vaivenes a lo largo de la jornada.
Entre los actores destaca sobremanera la actuación de Elle Fanning, que encarna a una joven insegura, ingenua, inocente hasta los límites de lo intolerable. La contrapartida se la da el verdadero protagonista de la película, Timothée Chalamet, a quien vimos actuar con maestría en "Mujercitas", un joven que busca encontrar su hueco bajo el sol y que este viaje a Nueva York marcará un antes y un después en su vida.
Tomas largas, naturales, diálogos intensos, siempre estrambóticos, siempre Allen. Si el nudo es bueno, el desenlace es mejor. A mí particularmente me pareció uno de los mejores de sus últimas películas. Por supuesto, la música de ambiente es una de las grandes bazas de la película, algo que sabe manejar porque las décadas de buen cine dejan un poso imposible de borrar. Nos reiremos, nos emocionaremos, viviremos con este día de lluvia en Nueva York.
Nuevamente nos lleva a su plató habitual, Nueva York, esta vez de la mano de dos jóvenes que se prometen pasar un día inolvidable en la gran capital del mundo sin sospechar que sus destinos sufrirán numerosos vaivenes a lo largo de la jornada.
Entre los actores destaca sobremanera la actuación de Elle Fanning, que encarna a una joven insegura, ingenua, inocente hasta los límites de lo intolerable. La contrapartida se la da el verdadero protagonista de la película, Timothée Chalamet, a quien vimos actuar con maestría en "Mujercitas", un joven que busca encontrar su hueco bajo el sol y que este viaje a Nueva York marcará un antes y un después en su vida.
Tomas largas, naturales, diálogos intensos, siempre estrambóticos, siempre Allen. Si el nudo es bueno, el desenlace es mejor. A mí particularmente me pareció uno de los mejores de sus últimas películas. Por supuesto, la música de ambiente es una de las grandes bazas de la película, algo que sabe manejar porque las décadas de buen cine dejan un poso imposible de borrar. Nos reiremos, nos emocionaremos, viviremos con este día de lluvia en Nueva York.
4 de julio de 2020
4 de julio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca podré dar gracias suficientes a los dioses por ser contemporáneo de alguien de la imaginación, el talento y el esfuerzo del viejo Woody, y poder disfrutar así de esos ratos de magia en los que su genio nos introduce en su cápsula del tiempo ,aislándonos de una realidad tenebrosa implantada por una casta de sacerdotes del altar de los leds, que con el blindaje de la soberanía popular y los índices de audiencia, cargan sobre sus ciudadanos todas las iniquidades e ignominias posibles, con el único fin de no sufrirlas ellos mismos en sus propias y mefíticas almas.
La peli sólo puede calificarse de deliciosa, técnicamente muy bien, con los viejos juegos de manos ya conocidos, que funcionan como siempre, actores muy bien, y con una fotografía fantástica y por momentos fascinarte.
La peli sólo puede calificarse de deliciosa, técnicamente muy bien, con los viejos juegos de manos ya conocidos, que funcionan como siempre, actores muy bien, y con una fotografía fantástica y por momentos fascinarte.
19 de septiembre de 2020
19 de septiembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me recuerda Woody Allen y New York a aquel ingeniero aeroespacial que se refugiaba en Calabuch y que Berlanga le ponía a hacer cohetes huyendo de su propia vida, sus obligaciones, de su vida.
No hay pocas cosas en sus haberes y deberes en esa cabeza tan brillante y compleja del amigo Woody . Debe ser un alivio que vuelva a su patio, a su recreo en su última película.
Mientras , que no hay que olvidarlo ,en esos días del estreno le iban cayendo encima falsas acusaciones, puritanismos de siempre y una sociedad de señalar al ajeno que no hay por dónde cogerla.
Sí ,un año más ,y van 45!, me veo su última película: “Un día de lluvia en New York”.
Un fin de semana de dos personajes que van mojándose (literalmente) por la ciudad , por los ambientes que aspiran/desean/anhelan; por las familias , amigos y personas que desprecian. Un paseo por la vida de poco más de 48 horas.
Seguramente me pasa a mi y algunos ajenos que habrá por ahí, pero cada vez que veo una película de este hombre en cada temporada es como si todo eso que has visto 45 veces me hace volver a cosas que me gustan siempre. Y no me canso.
Dirán que se repite, que esos temas mundanos de hombres y mujeres que sufren las inclemencias del ser humano está todo muy visto.Que no tiene la lucidez de la época de Manhattn o Annie Hall, la profundidad de Match Point, los desastres humanos de Delitos y Faltas. Se le compara con todas (oiga que son 45.. Alguna no saldrá tan redonda…).
Pero ya por lo que te enseña….esas calles de NY que parece que las hicieron para ser filmadas cuando las hicieron; esos hoteles que dan a Central Park ; esas entradas elegantes con esos toldos de 5th Av; cada intervalo de la película que se marca con esas piezas musicales nosésabedondesalen (qué gusto tiene este hombre! ); esos personajes absurdos; reales, irreales, caprichosos, alocados, perdidos.
Cómo pone la cámara (los soles anaranjados que cruzan trasversalmente en esta película algunos planos gentileza de Storaro son preciosos). Las eternas historias de desamor. Y que están mas emparejados todos. El amor que no triunfa o sí.
Y esa sonrisa que se te queda en los títulos finales cuando suena la pieza de jazz. Por cierto ,los títulos de crédito con ese fondo negro son un tipo de letra EF Windsor Elongated . Solo ha dejado de usarlo una vez (en Interiores ) y cuentan que un tipógrafo Ed Benguiat se lo sopló comiendo al director en el año 77 . Y hasta hoy.
Llámame nostálgico. Sobreviviente a lo clásico o lo antiguo; que prefiere lo de atrás . O como se hacía antes todo y ahora unos pocos, muy pocos, lo hacen
Pero qué quieres que te diga! me va imaginar estar en esos sitios, esas fiestas medio arreglado tirando a elegante y hablando de ná y de tó; esos restaurantes que nunca se habla de lo bueno que se come y que parecen espectaculares, qué ganas te entran siempre de volver a esa ciudad y estar en ese parque o esa calle. Y cómo no , encontrarme con un Michael Caine preocupado en un esquina después de dejar a su amante o ir al Carlyle a escuchar cantar y tocar a Errol Garner.
Y por encima de todo: escuchar, y no perderme ni una palabra de lo que escribe y dicen sus actores. No es lo ocurrente que sea o no.. es lo que se dice y la reflexión humana que palpita en cada frase. Ese trasfondo que utiliza este artista para mter la historia que explica por muy banal que sea.
Algunas son vacías, lo admito (Vicky Cristina Barcelona o la de Roma daban vergüenza ajena)…pero ya solo por cómo las cuenta y filma, aprendes.
Cuando la terminé de ver me dije : ¿Cuando no esté este hombre quién va hacer lo que hace? escribir sus/nuestras realidades, miserias , el espejo que nos pone a todos?
Quien dirigirá así de esa manera atropellada y elegante, esos tonos pastel con los planos tan limpios, sencillos?
Qué voz habrá en una película americana de cosas que se sienten perfectamente por el resto del mundo?
Nos estamos quedando solos , old chap.
Viendo lo que hay… poco hay.
No hay pocas cosas en sus haberes y deberes en esa cabeza tan brillante y compleja del amigo Woody . Debe ser un alivio que vuelva a su patio, a su recreo en su última película.
Mientras , que no hay que olvidarlo ,en esos días del estreno le iban cayendo encima falsas acusaciones, puritanismos de siempre y una sociedad de señalar al ajeno que no hay por dónde cogerla.
Sí ,un año más ,y van 45!, me veo su última película: “Un día de lluvia en New York”.
Un fin de semana de dos personajes que van mojándose (literalmente) por la ciudad , por los ambientes que aspiran/desean/anhelan; por las familias , amigos y personas que desprecian. Un paseo por la vida de poco más de 48 horas.
Seguramente me pasa a mi y algunos ajenos que habrá por ahí, pero cada vez que veo una película de este hombre en cada temporada es como si todo eso que has visto 45 veces me hace volver a cosas que me gustan siempre. Y no me canso.
Dirán que se repite, que esos temas mundanos de hombres y mujeres que sufren las inclemencias del ser humano está todo muy visto.Que no tiene la lucidez de la época de Manhattn o Annie Hall, la profundidad de Match Point, los desastres humanos de Delitos y Faltas. Se le compara con todas (oiga que son 45.. Alguna no saldrá tan redonda…).
Pero ya por lo que te enseña….esas calles de NY que parece que las hicieron para ser filmadas cuando las hicieron; esos hoteles que dan a Central Park ; esas entradas elegantes con esos toldos de 5th Av; cada intervalo de la película que se marca con esas piezas musicales nosésabedondesalen (qué gusto tiene este hombre! ); esos personajes absurdos; reales, irreales, caprichosos, alocados, perdidos.
Cómo pone la cámara (los soles anaranjados que cruzan trasversalmente en esta película algunos planos gentileza de Storaro son preciosos). Las eternas historias de desamor. Y que están mas emparejados todos. El amor que no triunfa o sí.
Y esa sonrisa que se te queda en los títulos finales cuando suena la pieza de jazz. Por cierto ,los títulos de crédito con ese fondo negro son un tipo de letra EF Windsor Elongated . Solo ha dejado de usarlo una vez (en Interiores ) y cuentan que un tipógrafo Ed Benguiat se lo sopló comiendo al director en el año 77 . Y hasta hoy.
Llámame nostálgico. Sobreviviente a lo clásico o lo antiguo; que prefiere lo de atrás . O como se hacía antes todo y ahora unos pocos, muy pocos, lo hacen
Pero qué quieres que te diga! me va imaginar estar en esos sitios, esas fiestas medio arreglado tirando a elegante y hablando de ná y de tó; esos restaurantes que nunca se habla de lo bueno que se come y que parecen espectaculares, qué ganas te entran siempre de volver a esa ciudad y estar en ese parque o esa calle. Y cómo no , encontrarme con un Michael Caine preocupado en un esquina después de dejar a su amante o ir al Carlyle a escuchar cantar y tocar a Errol Garner.
Y por encima de todo: escuchar, y no perderme ni una palabra de lo que escribe y dicen sus actores. No es lo ocurrente que sea o no.. es lo que se dice y la reflexión humana que palpita en cada frase. Ese trasfondo que utiliza este artista para mter la historia que explica por muy banal que sea.
Algunas son vacías, lo admito (Vicky Cristina Barcelona o la de Roma daban vergüenza ajena)…pero ya solo por cómo las cuenta y filma, aprendes.
Cuando la terminé de ver me dije : ¿Cuando no esté este hombre quién va hacer lo que hace? escribir sus/nuestras realidades, miserias , el espejo que nos pone a todos?
Quien dirigirá así de esa manera atropellada y elegante, esos tonos pastel con los planos tan limpios, sencillos?
Qué voz habrá en una película americana de cosas que se sienten perfectamente por el resto del mundo?
Nos estamos quedando solos , old chap.
Viendo lo que hay… poco hay.
21 de septiembre de 2020
21 de septiembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No suelo faltar a la cita anual con este genio del séptimo arte y película tras película es un goce y disfrute para los sentidos, eso sí con las sempiternas y manidas historias de encuentros y desencuentros que nos ofrece el de Manhattan, los cuales normalmente ocurren en su querida ciudad.
Partimos de la base de que todos los films de WOODY ALLEN, están muy bien realizados, cuentan con buenos guiones y con un elenco de actores que casi nunca defrauda y en DIA DE LLUVIA EN NUEVA YORK no iba a ser menos, ese no es el problema pero si que hay que analizar porqué hay directores que parecen intocables o no se les puede criticar, de todas maneras ello no es óbice para comentar que hay cosas demasiado reiterativas en sus historias y que llegan a cansar un poco.
Otro tema es el que se den tantas casualidades arbitrarias en la película, donde más que andar y vivir los protagonistas por una gran urbe poblada por millones de habitantes, más bien parecen hacernos creer que todo se desarrolla en un pueblo pequeñito, con situaciones tan inverosímiles como personas encontrándose en el mismo taxi a la vuelta de la esquina, u otra escena que no me ha gustado nada como es la de una amigo director de cine rodando en plena calle, y que sin ton ni son hace actuar al personaje de TIMOTHEE CHALAMET allí mismo.
Pero claro todos estos pequeños detalles no son nada si al final todo lo que ves te parece tan deliciosamente encantador, marca de la casa con esos detalles tan suyos como son la fotografía de VITORIO STORARO, cómplice habitual de Allen últimamente, o un nuevo viaje guiado a Nueva york, descubriendo nuevos rincones, galerías o museos, amén de una gran banda sonora.
Como cada peli que nos regala este pequeño gran director, siempre se usa la coletilla, de que no es el mejor de sus trabajos, pero esta claro que bendita sea cada una de esas aventuras fílmicas, que conforman una de las carreras más brillantes, y prolíficas del actual cine.
Partimos de la base de que todos los films de WOODY ALLEN, están muy bien realizados, cuentan con buenos guiones y con un elenco de actores que casi nunca defrauda y en DIA DE LLUVIA EN NUEVA YORK no iba a ser menos, ese no es el problema pero si que hay que analizar porqué hay directores que parecen intocables o no se les puede criticar, de todas maneras ello no es óbice para comentar que hay cosas demasiado reiterativas en sus historias y que llegan a cansar un poco.
Otro tema es el que se den tantas casualidades arbitrarias en la película, donde más que andar y vivir los protagonistas por una gran urbe poblada por millones de habitantes, más bien parecen hacernos creer que todo se desarrolla en un pueblo pequeñito, con situaciones tan inverosímiles como personas encontrándose en el mismo taxi a la vuelta de la esquina, u otra escena que no me ha gustado nada como es la de una amigo director de cine rodando en plena calle, y que sin ton ni son hace actuar al personaje de TIMOTHEE CHALAMET allí mismo.
Pero claro todos estos pequeños detalles no son nada si al final todo lo que ves te parece tan deliciosamente encantador, marca de la casa con esos detalles tan suyos como son la fotografía de VITORIO STORARO, cómplice habitual de Allen últimamente, o un nuevo viaje guiado a Nueva york, descubriendo nuevos rincones, galerías o museos, amén de una gran banda sonora.
Como cada peli que nos regala este pequeño gran director, siempre se usa la coletilla, de que no es el mejor de sus trabajos, pero esta claro que bendita sea cada una de esas aventuras fílmicas, que conforman una de las carreras más brillantes, y prolíficas del actual cine.
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