Relatos salvajes
2014 

7.7
69,986
23 de octubre de 2014
23 de octubre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada relato funcionaría de forma independiente como cortometraje. Pero el conjunto es el que da una dimensión de análisis de la sociedad en la que vivimos en cualquier país occidental. Los protagonistas de estas historias son personas normales en situaciones que todos reconoceremos como ordinarias. En todas ellas salta una chispa también habitual (una grúa que se lleva nuestro coche, un rifi rafe al volante con otro conductor o una infidelidad). Lo que tienen en común todos estos personajes es que de repente estallan. Y lo hacen de forma salvaje y desproporcionada. Esto es lo que genera las carcajadas en los espectadores del film, la dimensión que llegan a tomar estos problemas habituales cuando una persona no aguanta más y revienta como una bomba. A pesar de lo aparentemente subrreal de las situaciones, conseguimos sentirnos identificados con cualquiera de sus personajes. Incluso sentimos un oscuro deseo de, como ellos, estallar más de vez en cuando.
http://www.ciudadanoskine.com/2014/10/critica-de-relatos-salvajes.html
http://www.ciudadanoskine.com/2014/10/critica-de-relatos-salvajes.html
23 de octubre de 2014
23 de octubre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabe dios que la naturaleza es sabia, y en esa infinita sabiduría, decidió inventar un mecanismo que preservara la existencia de un reino carente de raciocinio de sus propios peligros; un mecanismo conocido como instinto de supervivencia. Una serie de comportamientos inherentes a las especies animales que les permiten adaptarse a su entorno y extraer de él el máximo beneficio para su bienestar, sin la necesidad de observar los diferentes campos de acción y decidir de manera coherente cual podría ser la opción más correcta según los dictados de la ética o la moral que nos otorga nuestra perspectiva humana y racional. Hechos innatos que convierten al reino animal en un gigantesco mundo salvaje conformado a base de complejos entramados de relaciones simbióticas, parásitas, ofensivas y afectivas. Por otro lado, en la cúspide de la evolución definida por Darwin y sus sucesores, nos encontramos nosotros, la especie humana, una raza fruto de la selección natural que ha conseguido desarrollar comportamientos y métodos de actuación basados en procesos psicológicos y biológicos más complejos que el simple instinto de supervivencia. Una especie dotada de razón, que ha sabido crecer en gigantescas comunidades gobernadas por unos principios éticos superiores que han buscado garantizar la supervivencia de la humanidad durante el devenir de los siglos. Sin embargo, el pasado y el presente están ahí para demostrarnos que, pese a esa supuesta superioridad frente a nuestros compañeros de planeta menos evolucionados, en más de una ocasión, la razón es olvidada a merced de un instinto destructor carente de lógica y sentido que nos ha sumido en auténticos periodos de caos, y que diariamente se materializa en nuestras vidas en episodios de apocalipsis vital que nos convierte en seres más peligrosos que el más violento de los animales.
Con esa premisa por bandera, el argentino Damián Szifrón, nos propone un safari por los rincones más perturbados de la psique humana, en una película estructurada en seis relatos que, sin tener conexión directa unos con otros, giran todos alrededor de esa idea superior que dota al conjunto de una coherencia global sobrecogedora. A los mandos de la dirección, y con un guión soberbio entre las manos, Szifrón nos ofrece en esas 6 fábulas satíricas, una ventana a nuestros comportamientos más irracionales, con una película que sirve de espejo de nuestros fantasmas más violentos y de nuestros deseos más ocultos. Como si de un proceso de catarsis se tratara, cada una de estas historias se adentra de lleno en los terrenos de las fantasías más pecaminosas del ser humano: la venganza, la lujuria, la ira, la violencia, el odio... son recorridos por una colección de personajes que funcionan como galería de antihéroes que cometen en pantalla todos aquellos actos que siempre han pasado por nuestra cabeza como impulsos fugaces, pero que la razón mantiene retenidos en lo más profundo de nuestra mente demente, mejor dotada para la hipocresía que para la liberación de las presiones. Manejando de manera sublime los distintos tonos que el film requiere, Szifrón se pasea por la ironía, el esperpento, la comedia salvaje, el relato de suspense, o por momentos el cine costumbrista, obteniendo de cada uno de esos estilos, los ingredientes perfectos para redondear una obra que, gracias a un reparto totalmente volcado a la causa, se disfruta en un suspiro, convirtiendo este viaje al infierno del ser humano en una montaña rusa que, lejos de suponer un tormento, se disfruta desde el primer segundo al último.
Y aunque, como suele pasar en este tipo de películas, concebidas en base a relatos independientes, existen un par de historias descompensadas en comparación con las demás, y que pueden resultar menos interesantes, observadas, eso sí,desde la perspectiva objetiva que otorga el disfrutar de la obra completa, todas funcionan individualmente a las mil maravillas durante el visionado de la obra, regalando seis pequeñas joyas que invitan a su constante revisionado, y a la incesante reflexión sobre los defectos más interiores y menos superficiales de una raza que parece desear dirigirse a su propia extinción a marchas forzadas llevándose por delante todo aquello que se interponga en su camino. Cine divertido, con contenido y rodado con una calidad que convierten a "Relatos salvajes" en una experiencia inolvidable que funciona como juego prohibido entre la pantalla, el espectador y sus fantasías más prohibidas.
Con esa premisa por bandera, el argentino Damián Szifrón, nos propone un safari por los rincones más perturbados de la psique humana, en una película estructurada en seis relatos que, sin tener conexión directa unos con otros, giran todos alrededor de esa idea superior que dota al conjunto de una coherencia global sobrecogedora. A los mandos de la dirección, y con un guión soberbio entre las manos, Szifrón nos ofrece en esas 6 fábulas satíricas, una ventana a nuestros comportamientos más irracionales, con una película que sirve de espejo de nuestros fantasmas más violentos y de nuestros deseos más ocultos. Como si de un proceso de catarsis se tratara, cada una de estas historias se adentra de lleno en los terrenos de las fantasías más pecaminosas del ser humano: la venganza, la lujuria, la ira, la violencia, el odio... son recorridos por una colección de personajes que funcionan como galería de antihéroes que cometen en pantalla todos aquellos actos que siempre han pasado por nuestra cabeza como impulsos fugaces, pero que la razón mantiene retenidos en lo más profundo de nuestra mente demente, mejor dotada para la hipocresía que para la liberación de las presiones. Manejando de manera sublime los distintos tonos que el film requiere, Szifrón se pasea por la ironía, el esperpento, la comedia salvaje, el relato de suspense, o por momentos el cine costumbrista, obteniendo de cada uno de esos estilos, los ingredientes perfectos para redondear una obra que, gracias a un reparto totalmente volcado a la causa, se disfruta en un suspiro, convirtiendo este viaje al infierno del ser humano en una montaña rusa que, lejos de suponer un tormento, se disfruta desde el primer segundo al último.
Y aunque, como suele pasar en este tipo de películas, concebidas en base a relatos independientes, existen un par de historias descompensadas en comparación con las demás, y que pueden resultar menos interesantes, observadas, eso sí,desde la perspectiva objetiva que otorga el disfrutar de la obra completa, todas funcionan individualmente a las mil maravillas durante el visionado de la obra, regalando seis pequeñas joyas que invitan a su constante revisionado, y a la incesante reflexión sobre los defectos más interiores y menos superficiales de una raza que parece desear dirigirse a su propia extinción a marchas forzadas llevándose por delante todo aquello que se interponga en su camino. Cine divertido, con contenido y rodado con una calidad que convierten a "Relatos salvajes" en una experiencia inolvidable que funciona como juego prohibido entre la pantalla, el espectador y sus fantasías más prohibidas.
23 de octubre de 2014
23 de octubre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Relatos salvajes' es una película muy buena que va claramente de menos a más. Y eso que ya comienza impactando con una primera historia de altos vuelos pero cada nuevo relato consigue superar al anterior, tanto en complejidad como en duración. La calidad aumenta a cada paso y al final sales de la sala con la sensación de haber visto una gran obra de 2 horas que incluso pueden saber a poco.
Lo he leído en otras críticas y lo recalco, a 'Relatos salvajes' no le sobra nada. Y añado que faltar, le falta muy poco. Eso sí, creo que el espectador argentino la disfrutará más que ningún otro. Es lo mismo que pasa, por ejemplo, con 'Ocho apellidos vascos': la forma de expresarse de los actores españoles es más familiar para el público español. Un momento cómico en 'Ocho apellidos vascos' se convierte en carcajada para la mayoría de los espectadores españoles. Un momento cómico en 'Relatos salvajes' no conecta exactamente igual aquí pero también se agradece.
Aún así, creo que no es una película para reírse constantemente. Lleva una crítica muy fuerte a la sociedad actual: las sonrisas hipócritas, el ''primero pagas y luego te quejas'', los altos cargos y cómo se mueven...
Humor negro, violencia (en unos relatos más que en otros), personajes muy definidos y un guión potentísimo por el que hay que dejarse llevar (especialmente en los tres últimos relatos).
Lo dicho, ¡qué gran salvajada!
Lo he leído en otras críticas y lo recalco, a 'Relatos salvajes' no le sobra nada. Y añado que faltar, le falta muy poco. Eso sí, creo que el espectador argentino la disfrutará más que ningún otro. Es lo mismo que pasa, por ejemplo, con 'Ocho apellidos vascos': la forma de expresarse de los actores españoles es más familiar para el público español. Un momento cómico en 'Ocho apellidos vascos' se convierte en carcajada para la mayoría de los espectadores españoles. Un momento cómico en 'Relatos salvajes' no conecta exactamente igual aquí pero también se agradece.
Aún así, creo que no es una película para reírse constantemente. Lleva una crítica muy fuerte a la sociedad actual: las sonrisas hipócritas, el ''primero pagas y luego te quejas'', los altos cargos y cómo se mueven...
Humor negro, violencia (en unos relatos más que en otros), personajes muy definidos y un guión potentísimo por el que hay que dejarse llevar (especialmente en los tres últimos relatos).
Lo dicho, ¡qué gran salvajada!
27 de octubre de 2014
27 de octubre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala leche y cachondeo negro para seis cuentos sobrios y milimétricamente precisos que nos soplan en la oreja inteligente aires de broma pesada, sombrío desencanto, polvorienta violencia de western carreteril (parido a las frescas sombras de Spielberg y de Peckinpah), impotencia revulsiva, avaricia tortuosa y dolorosa pasión amenazadora, para hablarnos de la venganza que brota de la ruptura de lo cotidianamente penoso, exhibiendo sin ningún pudor (como debe ser) nuestra propia, amarga y verosímilmente miserable condición humana.
En resumen: imprescindible.
En resumen: imprescindible.
28 de octubre de 2014
28 de octubre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
- ¿Porqué un 8 y no un 7?: Porque no es solo una buena película. Es fresca, radiante, absorbente, y todo ello sin la más mínima pretensión.
- ¿Porqué un 8 y no un 9 ó un 10?: Porque en si misma, no es una película completa. Hablamos de 6 relatos (con mayor o menor impacto cada uno) que no guardan conexión (salvo en las reacciones humanas), que no brillan con la misma intensidad, pese a no desmerecer ninguno. No obstante...., no es una historia completa.
-¿Merece la pena?: Por supuesto. Tanto para auténticos críticos cinefilos, (que disfrutarán de la inmensa calidad de su guión, sus más que correctas interpretaciones, una dirección sin fisuras y unas cámaras, planos y fotografía que hacen que el séptimo arte parezca sencillo), como para aquellos que visitan ocasionalmente cine y no analizan técnicamente las proyecciones.
Es una pelicula para disfrutar, para reirse, para sentirse reconocido, para apostar por "¿que será lo siguiente?" y sentir la decepción de que no haya otro relato más.
Una película para ver una, dos, tres y cuarenta veces. Para ponerla en casa con tus amigos una sobremesa. Para volver a visionar solo en casa y pensar "joder, que bien están cuidados todos los detalles". Otra de esas joyas que nos deja el cine Argentino.
Lo mejor: Todo.
Lo peor: Que se termine.
- ¿Porqué un 8 y no un 9 ó un 10?: Porque en si misma, no es una película completa. Hablamos de 6 relatos (con mayor o menor impacto cada uno) que no guardan conexión (salvo en las reacciones humanas), que no brillan con la misma intensidad, pese a no desmerecer ninguno. No obstante...., no es una historia completa.
-¿Merece la pena?: Por supuesto. Tanto para auténticos críticos cinefilos, (que disfrutarán de la inmensa calidad de su guión, sus más que correctas interpretaciones, una dirección sin fisuras y unas cámaras, planos y fotografía que hacen que el séptimo arte parezca sencillo), como para aquellos que visitan ocasionalmente cine y no analizan técnicamente las proyecciones.
Es una pelicula para disfrutar, para reirse, para sentirse reconocido, para apostar por "¿que será lo siguiente?" y sentir la decepción de que no haya otro relato más.
Una película para ver una, dos, tres y cuarenta veces. Para ponerla en casa con tus amigos una sobremesa. Para volver a visionar solo en casa y pensar "joder, que bien están cuidados todos los detalles". Otra de esas joyas que nos deja el cine Argentino.
Lo mejor: Todo.
Lo peor: Que se termine.
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