Piso de soltero
8.4
83,823
Comedia. Romance. Drama
C.C. Baxter (Jack Lemmon) es un modesto pero ambicioso empleado de una compañía de seguros de Manhattan. Está soltero y vive solo en un discreto apartamento que presta ocasionalmente a sus superiores para sus citas amorosas. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley MacLaine) que resulta ser la amante de uno de los ... [+]
20 de enero de 2011
20 de enero de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al final de "Amadeus", un Salieri completamente enloquecido debido a su enfermiza envidia de Mozart, bendecía al resto de enfermos. "Mediocres del mundo, yo os absuelvo". Nada hay peor en esta vida que la mediocridad. Ver como pasan los días, las semanas, y uno sigue siendo completamente irrelevante, un minúsculo efebo al que nadie echaría en falta si un día no estuviese. O mejor dicho, la gente si que echaría en falta algo si C.C. Baxter se evaporase de la noche a la mañana. Su apartamento.
El Apartamento es una película tristísima, y jodidísima. Y aunque el final es feliz (eso sí, no parece que a Baxter le espere un prometedor futuro), en toda ella hay un rastro de insignificancia, de mediocridad, de un personaje abocado a la más absoluta nada. Baxter es un tipo que ayuda a su despreciable jefe a quedarse con la mujer a la que ama, que rehuye las situaciónes delicadas (memorable la escena en la que Baxter se encuentra con Frank y le dice que ya ha quedado con una mujer) prefiriendo esconderse del problema y continuar viviendo en la más absoluta mediocridad. Mucha más comodidad, y mucha más infelicidad, por supuesto.
Maravillosa película del maestro Wilder. Un dominio de la imagen muy bueno, dejando obsoletas las críticas de su poco uso de la imagen en las películas, ya lo había demostrado en Sunset Boulevard con algunos sensacionales planos y aquí deja para el recuerdo estampas como la de Baxter mirando el espejo roto con cara de circunstancias, o la de el jefe mirando al asiento vacío que segundos antes ocupaba Frank. Un gran guión como siempre de Wilder, y algunos secundarios memorables como el del médico. Una película para ver una y otra vez.
El Apartamento es una película tristísima, y jodidísima. Y aunque el final es feliz (eso sí, no parece que a Baxter le espere un prometedor futuro), en toda ella hay un rastro de insignificancia, de mediocridad, de un personaje abocado a la más absoluta nada. Baxter es un tipo que ayuda a su despreciable jefe a quedarse con la mujer a la que ama, que rehuye las situaciónes delicadas (memorable la escena en la que Baxter se encuentra con Frank y le dice que ya ha quedado con una mujer) prefiriendo esconderse del problema y continuar viviendo en la más absoluta mediocridad. Mucha más comodidad, y mucha más infelicidad, por supuesto.
Maravillosa película del maestro Wilder. Un dominio de la imagen muy bueno, dejando obsoletas las críticas de su poco uso de la imagen en las películas, ya lo había demostrado en Sunset Boulevard con algunos sensacionales planos y aquí deja para el recuerdo estampas como la de Baxter mirando el espejo roto con cara de circunstancias, o la de el jefe mirando al asiento vacío que segundos antes ocupaba Frank. Un gran guión como siempre de Wilder, y algunos secundarios memorables como el del médico. Una película para ver una y otra vez.
25 de septiembre de 2008
25 de septiembre de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de hacer una crítica suelo leer las que ya han escrito los hambrientos de cine, como yo. Esta vez son tan exactas, tan perfectas (te recomiendo leerlas, siempre después de ver la película, claro está) que puedo añadir muy poco. Anoche revisé esta película con mi marido, que está trabajando duro en esto de la cinefilia. Ya me dijo que no iba a ser difícil que le gustara porque estaba hecha por dios Wilder y porque la protagonizaba J. Lemmon. Se sorprendió al encontrarse con una increíble S. MacLaine, con la perfección de la historia y con los magistrales diálogos. Yo volví a llorar y volví a reir, volvi a recordar lo que se siente cuando no te quieren, cuando te engañan una y otra vez, cuando se te va de las manos una situación, cuando el mundo se divide en víctimas y aprovechados. Qué peliculón.
29 de octubre de 2009
29 de octubre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente y memorable retrato de las relaciones de pareja y la ambición personal. Con gran humor e ironía (propias del gran Billy Wilder), esta película es divertídisima e hilarante. Los personajes son justo al revés de lo que parecen (el protagonista mujeriego es en realidad una víctima de la que se aprovechan sus compañeros, el doctor cascarrabias es un filántropo, la chica segura de sí misma e inalcanzabe está envuelta en una destructiva relación sentimental, etc...), y los actores están en estado de gracia. Quedan para el recuerdo historias inolvidables (verbigracia: cómo Buddy se disparó en la rodilla) y momentos de gran tensión emocional (por ejemplo, el espejo roto). El final es una incógnita: ¿es un "happy end" o no lo es? Queda la duda, porque al final se quiere o no se quiere, es cuestión de gustos.
22 de diciembre de 2009
22 de diciembre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
C.C. 'Bud' Baxter (Jack Lemmon) es un modesto empleado de una gran compañía de seguros que asciende de posición en la empresa por prestar su pequeño apartamento a sus jefes para que lleven a sus amantes a las citas eróticas.
Todo cambia cuando se enamora de la bella ascensorista Fran Kubelik (Shirley MacLaine), una chica de buen corazón que es la amante de uno de los jefes de Baxter, el director de la compañia Jeff D. Sheldrake (Fred MacMurray).
El film es una crítica a la sociedad americana de los años 60, aunque hay cosas que no cambian nunca. Nos presenta las relaciones de poder que se establecen entre las personas.
C.C. 'Bud' Baxter hace todo lo que puede para escalar peldaños en la empresa, dispuesto incluso a quedarse en la calle mientras sus jefes utilizan su apartamento como casa de citas. El principio es sencillo: conseguir el éxito a cualquier precio.
El film trata los más profundos sentimientos, como la envidia, la ambición, el engaño, la bondad y sobre todo el amor.
La película tuvo un presupuesto $3 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $25 millones, más $9,3 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió 30 nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano 22 de ellos, incluyendo el Oscar, el “Golden Globe” y el “BAFTA” a la mejor película del año.
Todo cambia cuando se enamora de la bella ascensorista Fran Kubelik (Shirley MacLaine), una chica de buen corazón que es la amante de uno de los jefes de Baxter, el director de la compañia Jeff D. Sheldrake (Fred MacMurray).
El film es una crítica a la sociedad americana de los años 60, aunque hay cosas que no cambian nunca. Nos presenta las relaciones de poder que se establecen entre las personas.
C.C. 'Bud' Baxter hace todo lo que puede para escalar peldaños en la empresa, dispuesto incluso a quedarse en la calle mientras sus jefes utilizan su apartamento como casa de citas. El principio es sencillo: conseguir el éxito a cualquier precio.
El film trata los más profundos sentimientos, como la envidia, la ambición, el engaño, la bondad y sobre todo el amor.
La película tuvo un presupuesto $3 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $25 millones, más $9,3 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió 30 nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano 22 de ellos, incluyendo el Oscar, el “Golden Globe” y el “BAFTA” a la mejor película del año.
13 de marzo de 2010
13 de marzo de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace tiempo oí decir que esta película es un cuento de hadas trágico. No estoy de acuerdo, pienso que es una gran mezcla de drama y comedia.
Claro que hay tristeza (por ejemplo, la señorita Kubelik conserva un espejo roto porque así se ve tal como se siente) y mucha, pero también hay esperanza. Baxter aprende por fin que nunca compensa ascender a cualquier precio, y que no es buena manera de darle sabor a la vida ayudar a otros a poner los cuernos. Y la ascensorista aprende, por fin también, a enamorarse de quien debe.
Una gran historia protagonizada por dos actores perfectos para sus papeles (Jack Lemmon y Shirley MacLaine), con un guión estupendo y el sello de Wilder en la dirección.
Mi momento preferido: cuando Baxteer deja en la mesa de su jefe una llave, que no es la del visitadísimo apartamento, sino la del lavabo de los ejecutivos.
Claro que hay tristeza (por ejemplo, la señorita Kubelik conserva un espejo roto porque así se ve tal como se siente) y mucha, pero también hay esperanza. Baxter aprende por fin que nunca compensa ascender a cualquier precio, y que no es buena manera de darle sabor a la vida ayudar a otros a poner los cuernos. Y la ascensorista aprende, por fin también, a enamorarse de quien debe.
Una gran historia protagonizada por dos actores perfectos para sus papeles (Jack Lemmon y Shirley MacLaine), con un guión estupendo y el sello de Wilder en la dirección.
Mi momento preferido: cuando Baxteer deja en la mesa de su jefe una llave, que no es la del visitadísimo apartamento, sino la del lavabo de los ejecutivos.
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