Película un tanto rara, en el sentido de que no es de terror, pero sale el mismo diablo. Narra una historia que bien podría ser real, pero suceden cosas paranormales. Una mezcla, creo que bien conseguida, que hace que esta historia te la crear como algo real y no de ficción.

Es quizás, una de esas películas con una gran moraleja: el mal no es tan malo como parece, siempre puedes elegir el camino, nadie te empuja, quizás te muestran el caramelo, pero tú decides si lo coges o no.

El final, quizás para acabar con buen sabor de boca metieron "eso", pero para mí sobraba...

Me siento decepcionado con esta película porque me habían hablado muy bien de ella y me ha resultado muy lenta y en ocasiones aburrida.

Solo la gran actuación de Al Pacino interpretando al mismísimo Satán y las dos chicas protagonistas Connie Nielsen y Charlize Theron que están de sobresaliente también logran que no maldiga las casi dos horas y media que he perdido viendo esta película.

Keanu Reeves pocas veces me gusta y esta no es una excepción, muy simple y pobre su actuación.

La película es original, pero la trama discurre lenta y aburrida lo cual hace que esta película para mí no pase de un 6.

Tiene la solvencia y calidad del cine de hace 3 décadas, antes de que nos invadieran las temáticas que apetecen a los nuevos consumidores de entretenimiento visual, siendo abandonado por una industria, que ante todo es eso... INDUSTRIA.

Con un surtido de varios registros fusionados con evidente solvencia por Taylor Hackford, presenta una historia retorcida, apasionante, a la que me había enfrentado hace diez años. Ahora la he visionado de nuevo, y la valoraría exactamente igual.

Keanu Reeves y Al Pacino, en sus mejores momentos para defender unos personajes que se ajustan extraordinariamente, a sus destrezas interpretativas. Charlize Theron, muy bonita y decorativa. De una charla con sus "amigas" surgió el título de mi reseña.

La vi hace bastantes años, y cada vez que la he revisionado me ha gustado igual que la primera vez. Existe en ella algo mágico, o tal vez demoníaco... ambas me sirven.

Una de las películas donde varios géneros se integran con solvencia, dando como resultado una pieza exquisitamente turbia, ambientada con luminosidad; haciéndose acompañar de una adecuada banda sonora que potencia hasta sus más recónditas secuencias.

Taylor Hackford, ha conseguido extraer de un guion bien tramado, una cuidada construcción artística y narrativa. Keanu Reeves, Al Pacino, Charlize Theron, se diluyen para potenciarse, consiguiendo un regio resultado. Muy larga, pero ampliamente disfrutable.

Es muy importante la ética que debe tener toda persona en el ejercicio de su profesión, y por supuesto la abogacía no es la excepción. Todos estamos expuestos a las tentaciones, sea poder, dinero, sexo, u otra cosa, y por esas cosas uno puede realizar acciones que atentan con la ética y la moralidad, el cual puede dañar tu alma. Todo esto es justamente es lo que vive Kevin Lomax, quien prácticamente vende su alma al diablo por querer obtener todo, pero eso tiene un costo muy alto.

Es cine de suspenso, pero en el fondo es un análisis al tema de la ética y moralidad, elementos muchas veces menospreciados, pero jamás serán innecesarios en la vida del ser humano.

La película es entretenida, tiene un buen ritmo, bien dirigida, con buenos diálogos, y con una buena cuota de suspenso. Por supuesto de las actuaciones Pacino es quien más sobresale, sin ser una de sus mejores actuaciones. Keanu Reeves no es un gran actor, pero creo que estuvo bien en su papel. Y Charlize Theron y el resto de los secundarios también hacen un buen trabajo.

Buena película, para ver y disfrutar.