Entretenida historia que en manos de un muy convincente Pacino y un sorprendente Reeves supera todas las expectativas. Una cosa es clara, si el diablo existiera sería sin ninguna duda Pacino.

Esta claro que Taylor Hackford compone una película que es apasionadamente, moralista y peculiar. A mi persona, puede llegar incluso a lo más profundo de tu conciencia, preguntándote que esta bien y mal.
Al pacino interpreta a un Diablo cuyo poder surge de todo conocimiento humano, como la vanidad, "la vanidad, es definitivamente mi pecado preferido" odio, rencor y dando un papel relevante al olvido de lo que es realmente lo más importante de nuestras vidas, lo que realmente queremos.

Quisiera dar hincapié a esta crítica, teniendo en cuenta todo el sublime de Keanu Reeves y Al Pacino, la majestuosa magia de Charlize Theron por una esposa completamente poseída por la soledad y descuido total de su marido (Keanu Reeves), ya que muchos ni lo han mencionado.

El film, un tanto dramático, ambientado en la ciudad de Nueva York de los años 90, junto al guión, la música de James Newton Howard, y el reparto protagonizado por estos grandiosos actores, lo único que podemos hacer es dejarnos llevar a una condena infinita de ansiedad, agobio y tensión.
Puramente llegadera, nos advierte que la maldad existe y que esta, maldad, la alimentamos nosotros mismos con nuestros pensamientos. Hablo de una maldad totalmente humana.(7)

Un thriller muy peculiar.
El argumento va a su ritmo. Es tranquila pero poco a poco nos va absorbiendo sin que podamos dejar de verla. Del ambicioso mundo de los abogados de Nueva York, al advenimiento del Anticristo. Mezcla drama, intriga y tiene algunos toques de terror. Combina muy bien varias líneas argumentales de manera que ni siquiera se hace larga.
Pero lo que hace buena a la película es la presencia descomunal de Al Pacino. En su papel como mentor de Keanu Reeves, le ofrece el mundo en bandeja a cambio de su total sumisión. El mejor momento es el monólogo que se marca al final. Es digno de verse muchas veces, tanto por lo que dice por cómo lo dice. Su actuación es magistral.
Keanu Reeves no está tan mal como otras veces. Y descubrimos a una joven Charlize Theron en uno de sus primeros títulos. Una esposa adorable, que no entendemos bien como puede ser olvidada poco a poco por el protagonista.
La banda sonora tiene momentos bastante buenos.
Una película sobre el diablo un tanto atípica, pero interesante.
Nota: 7,5

“Please allow me to introduce myself
I´m a man of wealth and taste.”
Sympathy for the devil.
El diablo y Dios tienen sucursales y atienden en las grandes ciudades, y este film es un claro ejemplo de ello. Un diablo preocupado por su futuro, encarnado por Al Pacino de la mejor manera, trabajando entre nosotros y nada menos que en una de las profesiones más cuestionadas y con tantos adeptos en el mundo.
Pero no es el diablo el protagonista, sino un joven promesa que tiene en su haber nada más y nada menos que el éxito y todo lo que ello conlleva.
Una fábula con tintes de tragedia griega, con efectos a la altura de estos días y una trama que atrapa y uno no sabe en qué terminará.

Sin duda no es la mejor película de nadie de ese elenco; pero el quid no es ese, el guión es anodino y fast food y no pasa el test de Bechdel-Wallace ni de broma. Hasta me parece de mal gusto lo que le hacen hacer a ella, a todas ellas.
El quid es la capa de abajo. Todo son referencias a literatura barroca británica. El demonio es el mismísimo John Milton, el político meapilas y misógino que escribió “Paradise Lost”, la obra cumbre en calidad de la superstición cristiana. Sin contar la subrepticia constante referencia al manual de la superstición cristiana.

Hay que saber mucho para darse cuenta. La película no es gran cosa, el mensaje moralista sí.

Me ha gustado.