El hilo fantasma
2017 

6.8
17,750
Drama. Romance
En el Londres de la posguerra, en 1950, el famoso modisto Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y su hermana Cyril (Lesley Manville) están a la cabeza de la moda británica, vistiendo a la realeza y a toda mujer elegante de la época. Un día, el soltero Reynolds conoce a Alma (Vicky Krieps), una dulce joven que pronto se convierte en su musa y amante. Y su vida, hasta entonces cuidadosamente controlada y planificada, se ve alterada por la ... [+]
5 de enero de 2022
5 de enero de 2022
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es que no se puede de decir más claro, es que es así. Todo bien hecho, bien escogido, buenas interpretaciones una factura brillante, pero realmente... ¿a quién le interesa? Vacía y por momentos soporífera, con ganas de que acabara de una vez por no dejarla a medias.
14 de febrero de 2018
14 de febrero de 2018
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un claro ejemplo de mitificación e idealización de las relaciones que se supeditan al amor incondicional de un arte o unas capacidades, sin ser capaces de ver la cruda realidad. El director es capaz de enseñarnos lo justo como para estirar el hilo hasta casi romperlo, pero nunca perdiendo el control de lo que hilvana. Sus protagonistas no encallan en sus interpretaciones, navegan a velocidad de crucero sin perder el referente y siempre supeditados a un guion que dosifica información y actitudes, con giros de necesidades y necesitados cambiantes. El virtuosismo del intercambio de papeles en el guion es significativo, jugando con sus idas y venidas sin que la relación pueda correr peligro, sin perder de vista el verismo, la credibilidad. Además la fotografía, ambientación y vestuario llenan y dan realismo, crean la atmósfera idealizada tanto de clases sociales como de lugares descritos a la perfección. La música acompaña y al final la habilidad del director es hacernos ver que puede suceder, siendo artífice de unos sentimientos precocinados a fuego lento.
22 de febrero de 2018
22 de febrero de 2018
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anderson vuelve a sorprender. Lo hizo, nuevamente. Y como dije en el caso de un director ruso: este es un director! Cuando vemos la sinopsis y la clasificación de la película "El hilo invisible" (en español), vemos romance, drama y moda. Nos imaginamos cualquier clase de dramón, pero con Anderson, conociendo su cine, sus inquietudes y obsesiones, no podríamos esperar una película fácil y tradicional. La película, ambientada en los años 50, presenta a un reconocido modisto que viste a las mujeres más exclusivas de la época en Londres, quien trabaja y vive con su hermana, hasta que Reynolds se enamora de una joven, que se convierte en su musa y llega a cambiar su vida. También esa descripción parece muy tradicional, pero la película no lo es. Filmada con una estética y elegancia impecable, es una película de amor, pero un amor que se construye, que se cimenta, y en ocasiones se ayuda, así sea con mecanismos poco ortodoxos y éticos. También es una película que habla del oficio, lo que escogemos hacer, de los traumas, de la infancia y la familia. Pero algo particular en el cine de Anderson con esta película, es que a pesar de que el protagonista es un hombre, hay una gran fuerza y peso femenino en su historia. Una película exquisita, detallista, incisiva, profunda, introspectiva e incluso psicológica, con una excelente dirección, un notable guión y edición, y una bella y acorde banda sonora de Jonny Greenwood. Y sus actores, impecables, Daniel Day Lewis, en el último papel de su carrera, excelente. Y las dos mujeres, Lesley Manville y Vicky Krieps, estupendas. Fiel a su estilo, aunque realiza distintos guiños y homenajes a otros clásicos del cine. Una película magistral, bella, elegante, impecable, oscura, compleja y humana. Y Anderson sigue dando lecciones de cine, y en esta ocasión, además de dirigir y escribir el guión, se encarga de la fotografía, y todos los aspectos son impecables. Entra a amenazar mi top final de lo mejor del 2017.
Frases y Diálogos de la película:
http://frasesdecineparaelrecuerdo.blogspot.com.co/2018/02/frases-pelicula-phantom-thread-paul-thomas-anderson.html
Frases y Diálogos de la película:
http://frasesdecineparaelrecuerdo.blogspot.com.co/2018/02/frases-pelicula-phantom-thread-paul-thomas-anderson.html
18 de marzo de 2018
18 de marzo de 2018
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien el film es la historia sobre un modisto inglés, a mediados de los 50, la historia puede ser analizada desde diferentes ángulos que abarcan tanto lo social como político, e incluso lo filosófico.
En primer término se trata de una delicada reflexión sobre el arte y la soledad del artista. De cómo la moda marca una época, y de cómo un hombre es capaz de transformar el gusto de la gente a través del arte. Pero también algo más tangible, concreto. Se trata de un análisis de la evolución política y social inglesa, sus grandes cambios en un momento dado de la historia, aquellos que transcurren ente fines de los 40 y principios de los 50.
Se trata de la descripción de un hombre solitario, un tal Reynolds Woodcock, interpretado por Daniel Day Lewis, que vive con su hermana Cyril (Leslie Manville), encerrado en una casa taller de un barrio de Londres donde pasa la mayor parte de su vida diseñando y realizando vestidos que hacen sentir su influencia sobre la clase alta y la realeza. Pero lo de Reynolds no es simplemente la tarea de un modisto. Reynolds es un artista que impone tendencias. Una especie de rey que se acerca a una deidad en el mundo de la moda.
Resulta muy interesante la idea de cómo un hombre solitario, alguien que vive en su mansión alejado del mundanal ruido, es capaz de imponer cambios a través de sus trabajo. Es que el propio taller de Reynolds respeta un orden jerárquico tradicional, el orden victoriano de la misma sociedad inglesa con Reynolds como cabeza visible de ese orden y su hermana Cyril encargándose de la confección, la administración y manutención de la clientela. Es un paralelismo del orden imperante. Reynolds es el Rey mientras que su hermana es la Primer Ministro. Dentro de esa organización, Reynolds opera, además, como una deidad a la que todos le rinden tributo y adoración.
Todo este orden se altera de repente cuando aparece en su vida otra mujer, Alma (Vicky Crieps), una camarera de un bar, de una condición social menor. Esa muchacha de clase baja de la cual Reynolds se enamora idílicamente es el pueblo. Con ella mantendrá una relación muy particular. La llevará a vivir a su casa e incluso le dará diversas tareas dentro del taller de costura. Pero habitarán en cuartos separados y Alma disputará con Cyril el control de la casa y del negocio. Es el momento en que el laborismo ingles derrota a Churchill, y los paralelismos observan que Inglaterra pierde su supremacía en el mundo y los Estados Unidos se convierten en la nueva gran potencia.
Consecuencia de ello, todo aquel orden comienza a resquebrajarse paulatinamente. Tal vez, el inició de ello haya sido la muerte de la propia madre de Reynolds, una reina madre (acaso la Reina Victoria cuyo reinado dejó huellas suficientes para generar una era) que había iniciado un estilo de vida en la cual lo hacía sentir que el rey era su hijo. Todo está comenzando a cambiar. Y existe esa presión por el cambio por el cual Reynolds, finalmente, acepta casarse con Alma. Esto provocará más que una unión, modificaciones en la estructura y cambios inexorables en su vida que coinciden con los cambios sociales que se observan en la propia sociedad inglesa.
La vida hogareña de Reynolds comenzará a imponerse sobre su vida profesional. Su éxito profesional comenzará a serle esquivo. Sufrirá perdida de clientela que buscara a los nuevos diseñadores y las nuevas tendencias. Es el comienzo del derrumbe del orden victoriano a mediados de los 50. La aparición de nuevas costumbres, los cambios en la música, la aparición de la minifalda, el desacartonamiento de la enseñanza, la perdida de rigidez y la permeabilidad en las condiciones sociales.
Esta es la segunda colaboración de Daniel Day Lewis en una película de Paul Thomas Anderson. Anteriormente, había estado en Petróleo Sangriento, trabajo que le valió un Oscar en el año 2007. Decir que Lewis es uno de los mejores actores de su generación es redundante. Lo cierto es que a partir de su creación de Reynolds la película cobra vida y genera interés, y sin lugar a dudas, es otra de sus grandes actuaciones.
Anderson es un guionista y director experimentado, uno de los pocos que puede ser llamado autor en el cine americano. Su primer film estrenado en Argentina es Boogie Nights que data de 1997. A lo largo de estos años estrenó sólo seis trabajos más incluidos el presente estreno: Magnolia, Embriagado de Amor, Petróleo Sangriento, The Master, y Puro Vicio. Su cine, generalmente, en los últimos años, ha girado en torno a un personaje principal alrededor del cual se desarrollan todos los acontecimientos. En ese aspecto, la elección de Daniel Day Lewis y su notable actuación es clave en el éxito de la película.
El Hilo Fantasma es aquel que marca el curso de los acontecimientos. El que nadie lo ve, pero que está detrás de los grandes cambios. En la película, siempre, por más insignificante que sea, está ocurriendo algo. La historia no se detiene como no se detiene nuestro mundo que gira en forma permanente. El tiempo pasa, marcamos momentos en la vida, envejecemos, y después morimos. Todo pasa, algunas cosas quedan, pero el cambio es permanente. Un comentario final para la música de la película. Se trata de una gran banda de sonido que subraya toda la película sin molestar. En una de las escenas del principio encontramos a My Foolish Heart y My Ship por Oscar Peterson, acompañado por la orquesta de Nelson Riddle. Dos joyas del jazz moderno.
En primer término se trata de una delicada reflexión sobre el arte y la soledad del artista. De cómo la moda marca una época, y de cómo un hombre es capaz de transformar el gusto de la gente a través del arte. Pero también algo más tangible, concreto. Se trata de un análisis de la evolución política y social inglesa, sus grandes cambios en un momento dado de la historia, aquellos que transcurren ente fines de los 40 y principios de los 50.
Se trata de la descripción de un hombre solitario, un tal Reynolds Woodcock, interpretado por Daniel Day Lewis, que vive con su hermana Cyril (Leslie Manville), encerrado en una casa taller de un barrio de Londres donde pasa la mayor parte de su vida diseñando y realizando vestidos que hacen sentir su influencia sobre la clase alta y la realeza. Pero lo de Reynolds no es simplemente la tarea de un modisto. Reynolds es un artista que impone tendencias. Una especie de rey que se acerca a una deidad en el mundo de la moda.
Resulta muy interesante la idea de cómo un hombre solitario, alguien que vive en su mansión alejado del mundanal ruido, es capaz de imponer cambios a través de sus trabajo. Es que el propio taller de Reynolds respeta un orden jerárquico tradicional, el orden victoriano de la misma sociedad inglesa con Reynolds como cabeza visible de ese orden y su hermana Cyril encargándose de la confección, la administración y manutención de la clientela. Es un paralelismo del orden imperante. Reynolds es el Rey mientras que su hermana es la Primer Ministro. Dentro de esa organización, Reynolds opera, además, como una deidad a la que todos le rinden tributo y adoración.
Todo este orden se altera de repente cuando aparece en su vida otra mujer, Alma (Vicky Crieps), una camarera de un bar, de una condición social menor. Esa muchacha de clase baja de la cual Reynolds se enamora idílicamente es el pueblo. Con ella mantendrá una relación muy particular. La llevará a vivir a su casa e incluso le dará diversas tareas dentro del taller de costura. Pero habitarán en cuartos separados y Alma disputará con Cyril el control de la casa y del negocio. Es el momento en que el laborismo ingles derrota a Churchill, y los paralelismos observan que Inglaterra pierde su supremacía en el mundo y los Estados Unidos se convierten en la nueva gran potencia.
Consecuencia de ello, todo aquel orden comienza a resquebrajarse paulatinamente. Tal vez, el inició de ello haya sido la muerte de la propia madre de Reynolds, una reina madre (acaso la Reina Victoria cuyo reinado dejó huellas suficientes para generar una era) que había iniciado un estilo de vida en la cual lo hacía sentir que el rey era su hijo. Todo está comenzando a cambiar. Y existe esa presión por el cambio por el cual Reynolds, finalmente, acepta casarse con Alma. Esto provocará más que una unión, modificaciones en la estructura y cambios inexorables en su vida que coinciden con los cambios sociales que se observan en la propia sociedad inglesa.
La vida hogareña de Reynolds comenzará a imponerse sobre su vida profesional. Su éxito profesional comenzará a serle esquivo. Sufrirá perdida de clientela que buscara a los nuevos diseñadores y las nuevas tendencias. Es el comienzo del derrumbe del orden victoriano a mediados de los 50. La aparición de nuevas costumbres, los cambios en la música, la aparición de la minifalda, el desacartonamiento de la enseñanza, la perdida de rigidez y la permeabilidad en las condiciones sociales.
Esta es la segunda colaboración de Daniel Day Lewis en una película de Paul Thomas Anderson. Anteriormente, había estado en Petróleo Sangriento, trabajo que le valió un Oscar en el año 2007. Decir que Lewis es uno de los mejores actores de su generación es redundante. Lo cierto es que a partir de su creación de Reynolds la película cobra vida y genera interés, y sin lugar a dudas, es otra de sus grandes actuaciones.
Anderson es un guionista y director experimentado, uno de los pocos que puede ser llamado autor en el cine americano. Su primer film estrenado en Argentina es Boogie Nights que data de 1997. A lo largo de estos años estrenó sólo seis trabajos más incluidos el presente estreno: Magnolia, Embriagado de Amor, Petróleo Sangriento, The Master, y Puro Vicio. Su cine, generalmente, en los últimos años, ha girado en torno a un personaje principal alrededor del cual se desarrollan todos los acontecimientos. En ese aspecto, la elección de Daniel Day Lewis y su notable actuación es clave en el éxito de la película.
El Hilo Fantasma es aquel que marca el curso de los acontecimientos. El que nadie lo ve, pero que está detrás de los grandes cambios. En la película, siempre, por más insignificante que sea, está ocurriendo algo. La historia no se detiene como no se detiene nuestro mundo que gira en forma permanente. El tiempo pasa, marcamos momentos en la vida, envejecemos, y después morimos. Todo pasa, algunas cosas quedan, pero el cambio es permanente. Un comentario final para la música de la película. Se trata de una gran banda de sonido que subraya toda la película sin molestar. En una de las escenas del principio encontramos a My Foolish Heart y My Ship por Oscar Peterson, acompañado por la orquesta de Nelson Riddle. Dos joyas del jazz moderno.
18 de febrero de 2018
18 de febrero de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hilo invisible no deja de ser la historia de unos antipáticos con los que es imposible empatizar. Él un anoréxico emocional que va del ensimismamiento al histerismo en cero coma y ella una pánfila con "Münchhausen Syndrome' eso sí, perfectamente interpretada, y entre los dos y como de lado la hermana del modisto, tan antipática cómo la pareja, papel que borda la actriz Lesley Manville .
Estéticamente es muy armoniosa y la fotografía un personaje más. Sin embargo la banda sonora resulta un poco irritante con el sonido del piano en ocasiones robando plano a los protagonistas.
Pero la historia aunque parezca lenta prende en los espectadores que asistimos al diálogo a tres y a los movimientos de las costureras, a la vida del taller y a la alta sociedad que lleva la ropa del famoso modista.
Y además de todo esta Daniel Day-Levis que siempre enriquece el producto y es garantía de calidad. El es un diez.
Estéticamente es muy armoniosa y la fotografía un personaje más. Sin embargo la banda sonora resulta un poco irritante con el sonido del piano en ocasiones robando plano a los protagonistas.
Pero la historia aunque parezca lenta prende en los espectadores que asistimos al diálogo a tres y a los movimientos de las costureras, a la vida del taller y a la alta sociedad que lleva la ropa del famoso modista.
Y además de todo esta Daniel Day-Levis que siempre enriquece el producto y es garantía de calidad. El es un diez.
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