¿Por que? esa es la pregunta que nosotros pobres mortales nos hacemos desde el inicio de la humanidad. ¿Por que existimos?, ¿Por que morimos? ¿Por que, por que, por que al más puro estilo Mourinho nos calentamos los casquetes con semejantes preguntas?, nadie lo sabe. Quizás seamos solo un diminuto punto en el Universo infinito o quizás seamos lo único realmente con vida que hay en él. Sea lo que sea lo que está claro es que este film no te deja impertérrito, sino más bien nos muestra una ficción que bien alimentada con un guión espléndido hace que te replantees de nuevo la existencia de todo y empezando como no por la de uno mismo.

Para un profesional de la industria del séptimo arte, es muy difícil llegar a convertirse en director; en el caso de que lo logre, es a su vez muy complicado que la producción que dirige llegue a tener un buen nivel cinematográfico, ya que la labor de liderazgo y supervisión de todos y cada uno de los detalles es agotadora. Normalmente, esos pocos elegidos que llegan a ser directores con un nivel cinematográfico reseñable no conseguirán hacer nunca en su vida una película como The Man from Earth.
Esta película es el resultado de la conjunción de varios factores: por un lado, un reparto actoral lleno de talentosos actores relegados inexplicablemente al ostracismo por Hollywood, un montaje escueto y alejado de suntuosidades que, gracias a los 56.000 dólares de presupuesto, permiten centrar la atención en los cimientos del film, y un guión único comenzado a escribir en la década de los 60 y terminado por su autor, el genial Jerome Bixby, en su lecho de muerte en 1998. Todo ello entregado al misterioso Richard Schenkman, director de cortos del mundo independiente, quien volcó toda su ilusión en un proyecto no para recaudar dinero o conseguir fama y nombre, sino para crear una obra de arte consciente de que la oportunidad que se le brindó era de las que solo ocurren una vez. El trabajo que un director busca durante toda su vida.

Esta película es el ejemplo perfecto de que no hace falta un gran presupuesto para hacer una buena película.

- 8 actores, ninguno demasiado conocido, a lo mejor 1 o 2 con una trayectoria de estas de "ese me suena de tal peli" y ya.

-Un único escenario, una casa que va perdiendo mobiliario.

-Un maquillaje y vestuario minimalista.

-Nada de acción, ni efectos especiales, ni suspense, ni momentos memorables.

-Alguna broma sin más.

-Y un guion que es una absoluta maravilla en todos los sentidos. La película habla de TODO: De religiones, del amor, de la vida, de la muerte, del pasado, del presente y del futuro. Las conversaciones son atrapantes. Es como ver un podcast entre colegas donde divagan sobre la existencia misma. Es sencillamente genial. Y no le hace falta alargarse innecesariamente.

Y, como decía, me jode el cine español con su "es que dan poco dinero", anda ya. Esta es la prueba, como 12 Hombres sin piedad, de que se pueden hacer buenísimas películas sin medios. No hacen falta realmente. Solo tener una buena idea y saber contarla. Y como esa otra que menciono de los años '50, no hay NINGUNA peli española a este nivel, y es una lástima. Simplemente, en España no hay nivel para hacer ni siquiera esto.

La empece a ver con cierta reticencia, pero sin embargo me atrapo, reunidos en una habitación todos y cada uno de los puntos de vista acerca de la realidad estan ahí, como ácrata que soy, me gustó muchísimo, y cabe mencionar que no hicieron falta exteriores majestuosos, ni disparos, o derramamiento de sangre, un final de 10! la hacen una de mis favoritas.... quién asegura que no sea verdad?

Gran película, gran guión, grandes actores, no se puede pedir más, una película que te engancha de principio a fin, una vez que te metes dentro de la trama no puedes abandonarla. Recomiendo a todos que la veáis, no os defraudará.