Vals con BashirAnimación
7.5
23,589
Animación. Drama. Bélico
Documental animado sobre la matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila (Líbano) en 1982. Una noche, en un bar, un viejo amigo le cuenta a Folman una pesadilla recurrente en la que le persiguen siempre 26 perros. Los dos hombres llegan a la conclusión de que la pesadilla tiene que ver con una misión que realizaron para el ejército israelí durante la primera guerra con el Líbano a principios de los años ochenta. A Folman le ... [+]
29 de mayo de 2009
29 de mayo de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque uno no sea especialmente aficionado al cine de animación, "Vals con Bashir" tiene la capacidad de inquietar y conmover tanto como cualquier otra película. La realización técnica no es espectacular, (aunque hay planos de cierta belleza) ni tampoco importante, sino más bien lo que se cuenta y el punto de vista totalmente sincero y redentor de cómo se analiza el tema.
Un acierto en todos los sentidos, y quizás un comienzo de un nuevo cine (con "Persépolis" como principal impulsor) donde la animación sirve como telón de fondo para contar historias de denuncia, reivindicaciones o simplemente interés general que de otra forma sería más complicado contar o tendrían menos aceptación.
Bienvenidos a otro tipo de animación. Bienvenidos a un nuevo cine.
Un acierto en todos los sentidos, y quizás un comienzo de un nuevo cine (con "Persépolis" como principal impulsor) donde la animación sirve como telón de fondo para contar historias de denuncia, reivindicaciones o simplemente interés general que de otra forma sería más complicado contar o tendrían menos aceptación.
Bienvenidos a otro tipo de animación. Bienvenidos a un nuevo cine.
20 de junio de 2009
20 de junio de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su uso de la animación y su denuncia de la barbarie del conflicto libanés, y la conjunción entre estos dos elementos, son la gran baza de Vals con Bashir, la película israelí que impresionó al mundo entero hace unos meses. Su historia gira en torno a la incapacidad por parte de algunos antiguos soldados de recordar su participación en aquella guerra inhumana y enloquecida. Uno de ellos comenzará a indagar a partir de un sueño que se le repite una y otra vez: le persiguen 26 perros, exactamente 26. Como si de un falso documental se tratara, irá recogiendo testimonios de otros compañeros para desentrañar toda la verdad.
Aunque la película de Folman puede a veces caer en cierto retoricismo, es un ejemplo estremecedor de cómo el cine sirve para cerrar heridas y buscar una explicación a hechos que han marcado vidas enteras. El protagonista, al principio, se muestra escéptico respecto a los efectos terapéuticos del cine; tras recabar todos los testimonios, su opinión ya no puede ser la misma, porque ha podido revivir su propia experiencia en boca de otros y ha podido dar sentido a muchos de sus tormentos. El resultado de todo ello es este Vals con Bashir, donde las nuevas tecnologías de animación no se utilizan, como cabría esperar, con fines pirotécnicos u onanísticos, sino para elaborar una firme denuncia de uno de los muchos genocidios que la mano del hombre ha perpetrado a lo largo del siglo XX.
Como producto cinematográfico, Vals con Bashir es novedosa, original y con un planteamiento muy interesante. Aunque a veces resulte un poco árida, su valor reside mayormente en las reflexiones que pueda suscitar, en su proyección como vehículo de debate y reflexión. Aun así, es muy atractiva de ver, con una gran cantidad de imágenes memorables. En unos años, película de culto (si no lo es ya).
Aunque la película de Folman puede a veces caer en cierto retoricismo, es un ejemplo estremecedor de cómo el cine sirve para cerrar heridas y buscar una explicación a hechos que han marcado vidas enteras. El protagonista, al principio, se muestra escéptico respecto a los efectos terapéuticos del cine; tras recabar todos los testimonios, su opinión ya no puede ser la misma, porque ha podido revivir su propia experiencia en boca de otros y ha podido dar sentido a muchos de sus tormentos. El resultado de todo ello es este Vals con Bashir, donde las nuevas tecnologías de animación no se utilizan, como cabría esperar, con fines pirotécnicos u onanísticos, sino para elaborar una firme denuncia de uno de los muchos genocidios que la mano del hombre ha perpetrado a lo largo del siglo XX.
Como producto cinematográfico, Vals con Bashir es novedosa, original y con un planteamiento muy interesante. Aunque a veces resulte un poco árida, su valor reside mayormente en las reflexiones que pueda suscitar, en su proyección como vehículo de debate y reflexión. Aun así, es muy atractiva de ver, con una gran cantidad de imágenes memorables. En unos años, película de culto (si no lo es ya).
8 de julio de 2009
8 de julio de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buen trabajo de Ari Folman. Documental plasmado a través de la animación, lo que permite mezclar en un mismo nivel dramático las vivencias reales y la reconstrucción de los recuerdos o las historias contadas a través de los testigos de las mismas, articulando una narración perfectamente integrada de las piezas usadas (entrevistas, recuerdos y sucesos). Esto, junto con un guión bien estructurado, presenta una historia muy bien contada en forma y fondo.
El nivel de la película hace para mí que la importancia de qué es real y qué es falso en la narración sea irrelevante. El propio Folman pone la venda en la herida con sus avisos sobre la memoria y la facilidad con la que ésta es manipulada no necesariamente de manera voluntaria.
El riesgo de la animación en este caso podría haber estado en no alcanzar el nivel dramático o "impactante" de un documental convencional, algo que Folman resuelve, aunque se reserva las imágenes reales de las consecuencias de la matanza quizá en un intento de evitar dejar su propuesta en un relato finalmente perceptible como irreal.
Fantástico todo el aspecto artístico de la animación.
Estremecedora si es vista con enfoque de traducción "animación-realidad" y muy recomendable independientemente del conocimiento de los sucesos o del interés existente en el conflicto árabe-israelí.
El nivel de la película hace para mí que la importancia de qué es real y qué es falso en la narración sea irrelevante. El propio Folman pone la venda en la herida con sus avisos sobre la memoria y la facilidad con la que ésta es manipulada no necesariamente de manera voluntaria.
El riesgo de la animación en este caso podría haber estado en no alcanzar el nivel dramático o "impactante" de un documental convencional, algo que Folman resuelve, aunque se reserva las imágenes reales de las consecuencias de la matanza quizá en un intento de evitar dejar su propuesta en un relato finalmente perceptible como irreal.
Fantástico todo el aspecto artístico de la animación.
Estremecedora si es vista con enfoque de traducción "animación-realidad" y muy recomendable independientemente del conocimiento de los sucesos o del interés existente en el conflicto árabe-israelí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quizá la pega es la exculpación del propio Folman en los sucesos de la matanza, que independientemente de lo sucedido en la realidad se presenta de manera algo chocante y suena más a final feliz donde el protagonista no interviene que a parte necesaria del documental, aunque realmente el conocer el hecho es lo que motiva la búsqueda y por lo tanto la película.
25 de julio de 2009
25 de julio de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de esas noticias del telediario, una matanza por aquí, una guerra por allá… un suma y sigue que nos hace ver las noticias como algo casi irreal, pero… ¿Podría ser de otra forma? ¿Cuál es la capacidad de cada uno de soportar las desgracias y tragedias?
Un recurso de la mente es la abstracción llegando hasta la amnesia, creo que comprensible y en el caso del protagonista de Vals con Bashir razonable y puede que inevitable. Lo bueno de la historia es el afán de conocer la verdad aunque no oculta su preocupación (y si lo que voy a descubrir no me gusta), con esta premisa se arrastra al espectador que va de la mano conociendo la historia, los hechos no se juzgan, personalmente pienso que son tan obvios que no es necesario, los hechos son mostrados ya sean reales o recuerdos oníricos.
La música acertadísima y la técnica de animación sobrecogedora.
Un detalle que me gusta mucho son los últimos segundos donde se muestran imágenes reales, yo personalmente lo interpreto como: “La película es de animación, pero que esto no haga olvidar que los hechos son reales”
Un recurso de la mente es la abstracción llegando hasta la amnesia, creo que comprensible y en el caso del protagonista de Vals con Bashir razonable y puede que inevitable. Lo bueno de la historia es el afán de conocer la verdad aunque no oculta su preocupación (y si lo que voy a descubrir no me gusta), con esta premisa se arrastra al espectador que va de la mano conociendo la historia, los hechos no se juzgan, personalmente pienso que son tan obvios que no es necesario, los hechos son mostrados ya sean reales o recuerdos oníricos.
La música acertadísima y la técnica de animación sobrecogedora.
Un detalle que me gusta mucho son los últimos segundos donde se muestran imágenes reales, yo personalmente lo interpreto como: “La película es de animación, pero que esto no haga olvidar que los hechos son reales”
20 de diciembre de 2009
20 de diciembre de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como en Persépolis, otra gran película contada bajo la capa de la animación realizada sólo un año antes, este Vals con Bashir nos relata los desastres y las secuelas de la guerra. Se centra en el genocidio ocurrido el 14 de septiembre de 1982 conocido como la masacre de Sabra y Chatila. Aunque eso, para mí, es lo de menos, ya que una vez más una cinta cinematográfica es capaz de transmitir el horror de la muerte causada por la mano humana.
La utilización de la técnica de la animación, mezclada con imágenes reales, ayuda a tomar distancia del conflicto a la vez que se centra en unos hechos muy concretos, protagonizados por personajes reales que cuentan su testimonio.
Me ha parecido un gran trabajo periodístico y documental, servido en formato cinematográfico, que contribuye a generar una consciencia antibelicista. Además, creo que hay grandes dosis de autocrítica hacia lo que los gobernantes -personajes distantes que rara vez se ensangrentan las manos- obligan a hacer a su población en el nombre de no se sabe muy bien qué.
Precisamente, y al compararla con Persépolis (cinta a la que me remite ésta constantemente), mientras allí el transfondo sociopolítico era la base de la historia, aquí se prescinde de eso, en aras de dar protagonismo a las personas, que actúan sin ser dueñas de su voluntad y que caen en un olvido de lo ocurrido como medida de autoprotección. De ahí que Vals con Bashir recupere esa tan necesaria memoria histórica que las personas somos incapaces de mantener de forma individual.
La utilización de la técnica de la animación, mezclada con imágenes reales, ayuda a tomar distancia del conflicto a la vez que se centra en unos hechos muy concretos, protagonizados por personajes reales que cuentan su testimonio.
Me ha parecido un gran trabajo periodístico y documental, servido en formato cinematográfico, que contribuye a generar una consciencia antibelicista. Además, creo que hay grandes dosis de autocrítica hacia lo que los gobernantes -personajes distantes que rara vez se ensangrentan las manos- obligan a hacer a su población en el nombre de no se sabe muy bien qué.
Precisamente, y al compararla con Persépolis (cinta a la que me remite ésta constantemente), mientras allí el transfondo sociopolítico era la base de la historia, aquí se prescinde de eso, en aras de dar protagonismo a las personas, que actúan sin ser dueñas de su voluntad y que caen en un olvido de lo ocurrido como medida de autoprotección. De ahí que Vals con Bashir recupere esa tan necesaria memoria histórica que las personas somos incapaces de mantener de forma individual.
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