Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)
Comedia. Drama
Después de hacerse famoso interpretando en el cine a un célebre superhéroe, la estrella Riggan Thomson (Michael Keaton) trata de darle un nuevo rumbo a su vida, luchando contra su ego, recuperando a su familia y preparándose para el estreno de una obra teatral en Broadway que le reafirme en su prestigio profesional como actor. (FILMAFFINITY)
13 de enero de 2015
13 de enero de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que cualquier otra cosa, Birdman o La Inesperada Virtud de la Ignorancia (Alejandro González Iñárritu, 2014) es un filme antipático. Su puesta en escena lo convierte con toda intención en un producto claustrofóbico, agobiante y con un tono general decadente. Una propuesta, sin embargo, no exenta de comicidad, aunque se trate de un humor cínico, ácido, autorreferencial y bastante pasado de vueltas en tanto que derivado de la trivial caricaturización del show business como un entorno deshumanizado. Un ámbito donde las personas situadas en el lado del business actúan, en el mejor de los casos, por capricho u orgullo, mientras que los ilustres integrantes del show pasean su inmadurez, egolatría e inestabilidad emocional allá por donde van.
Desde el punto de vista técnico y actoral, Birdman se antoja una auténtica maravilla. Michael Keaton, Edward Norton, Emma Stone y Naomi Watts rinden con la brillantez habitual, mientras que Zach Galifianakis sorprende por su eficacia en un registro situado a años luz de sus exigencias habituales. La banda sonora, compuesta en su mayoría por instrumentos de percusión, subraya magistralmente tanto el carácter obsesivo de los personajes como lo limítrofe de sus estados mentales. La dirección, concebida en un único plano secuencia falseado, borra de manera elocuente la frontera entre vida y teatro, dos esferas en continua interalimentación. Mientras que el primoroso montaje y la excelsa fotografía, otorgan seriedad al engaño.
Birdman es, como se deduce de todo lo anterior, una película extrema. Y, precisamente por ello, difícil de sostener. El guión incluye un abanico de personajes monomaníacos a los que no se saca todo el jugo, abundantes diálogos á la Raymond Carver menos ingeniosos de lo que sus responsables pensaban y un puñado de temas tratados únicamente de manera superficial. Todo esto provoca que el ritmo se resienta y la película parezca, a ratos, reiterativa e hinchada. Pero no cabe duda que Iñárritu consigue transmitir con claridad la postura óptima que, a su juicio, debe mantenerse ante la vida y el arte. Una visión de auteur poderosa y agresiva donde la técnica se pone al servicio del discurso. Algo tan difícil de encontrar hoy en día en el mainstream hollywoodiense que, simplemente por ello, ya se gana nuestra estima. A pesar de sus defectos.
Desde el punto de vista técnico y actoral, Birdman se antoja una auténtica maravilla. Michael Keaton, Edward Norton, Emma Stone y Naomi Watts rinden con la brillantez habitual, mientras que Zach Galifianakis sorprende por su eficacia en un registro situado a años luz de sus exigencias habituales. La banda sonora, compuesta en su mayoría por instrumentos de percusión, subraya magistralmente tanto el carácter obsesivo de los personajes como lo limítrofe de sus estados mentales. La dirección, concebida en un único plano secuencia falseado, borra de manera elocuente la frontera entre vida y teatro, dos esferas en continua interalimentación. Mientras que el primoroso montaje y la excelsa fotografía, otorgan seriedad al engaño.
Birdman es, como se deduce de todo lo anterior, una película extrema. Y, precisamente por ello, difícil de sostener. El guión incluye un abanico de personajes monomaníacos a los que no se saca todo el jugo, abundantes diálogos á la Raymond Carver menos ingeniosos de lo que sus responsables pensaban y un puñado de temas tratados únicamente de manera superficial. Todo esto provoca que el ritmo se resienta y la película parezca, a ratos, reiterativa e hinchada. Pero no cabe duda que Iñárritu consigue transmitir con claridad la postura óptima que, a su juicio, debe mantenerse ante la vida y el arte. Una visión de auteur poderosa y agresiva donde la técnica se pone al servicio del discurso. Algo tan difícil de encontrar hoy en día en el mainstream hollywoodiense que, simplemente por ello, ya se gana nuestra estima. A pesar de sus defectos.
24 de enero de 2015
24 de enero de 2015
14 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta era mi página. Aquí venía a menudo para ver opiniones inteligentes, documentadas y profundas, pero creo que buscaré otro sitio. Sí, Nilaween, no te conozco pero estoy completamente de acuerdo contigo. No obstante, no sé como le das un 4, yo le doy un 0. He mirado 100 veces el reloj. Muchos pensaréis que no tengo paladar. Pues bien, es posible, pero he visto mucho cine en mi ya larga vida. Probablemente no soy capaz de apreciar la pedantería inmensa que destila esta peli. La enorme grandilocuencia y el mirarse el ombligo y mira que me gusta Iñaárritu. ,(es de mis preferidos). Ahora bien, esto es estomagante. Las críticas que leo aquí me retrotraen a otros tiempos de cineclubes universitarios, donde siempre hallábamos algunos ilustrados que nos enseñaban qué era el cine. Y lo peor es que se creían que estaban salvando a los demás de su ignorancia. Lástima de dos horas que perdí. Un absoluto dislate. Y ver a Edward Norton ahí, agggg, con lo buenísimo que es. No tengo palabras.
Bueno he visto que un 0 no se puede poner.
Bueno he visto que un 0 no se puede poner.
18 de febrero de 2015
18 de febrero de 2015
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Birdman es la típica película que regularmente nos recuerda que no entendemos nada de cine y que la excelencia de sus 9 nominaciones a los Oscar, 2 Globos de Oro, 10 nominaciones BAFTA, etc. está al alcance de muy pocos afortunados.
Alejandro González Iñárritu nos presenta una atmósfera desconcertante, inconexa e intrascendente. Personajes desdibujados, vacuos, superficiales y extremadamente aburridos. El irritante Riggan Thomson (Michael Keaton) naufraga en este mar de sin sentidos, abandonado a la deriva por el resto del elenco. Ni una notable dirección, buena fotografía y otros aspectos técnicos salvarán del olvido este experimento anticomercial del director mexicano.
http://cine100palabras.blogspot.com.es/
Alejandro González Iñárritu nos presenta una atmósfera desconcertante, inconexa e intrascendente. Personajes desdibujados, vacuos, superficiales y extremadamente aburridos. El irritante Riggan Thomson (Michael Keaton) naufraga en este mar de sin sentidos, abandonado a la deriva por el resto del elenco. Ni una notable dirección, buena fotografía y otros aspectos técnicos salvarán del olvido este experimento anticomercial del director mexicano.
http://cine100palabras.blogspot.com.es/
9 de febrero de 2015
9 de febrero de 2015
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez más Iñárritu demuestra que es un director sobrevalorado, que hace las cosas de cara a los premios y da la espalda al espíritu esencial de sus primeras películas. Supongo que está película se podría haber quedado al "otro lado de la frontera" junto con la cuidadora y el niño de Babel.
Sólo se salva Emma Stone, que demuestra que es la mejor actriz de su generación, cada película que hace es una roba escenas, como en Spider-Woman, que tendría que haberse llamado así.
Batacazo de cara a los Oscars
Sólo se salva Emma Stone, que demuestra que es la mejor actriz de su generación, cada película que hace es una roba escenas, como en Spider-Woman, que tendría que haberse llamado así.
Batacazo de cara a los Oscars
24 de noviembre de 2014
24 de noviembre de 2014
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable comedia que constituye de nuevo para Alejandro González Inárritu un trabajo ambicioso de dirección a través de complicados planos secuencia al mejor estilo de Martin Scorsese o Quentin Tarantino. Si bien la película no tardo más de treinta días en filmarse, el trabajo de preproducción y postproducción también es relevante a través de un sólido guión lleno de acertados y delirantes diálogos, que no sólo parte de ser una comedia sino también ser una reflexión filosófica del arte en general, ya que a veces parecemos olvidar que el cine también es un arte, sobre todo gracias a la poderosa meca del cine. Por otro lado Iñárritu desiste su fotógrafo habitual Rodrigo Prieto, para dar paso a una gran colaboración con el “Chivo” Lubezki (ambos habían trabajado en 2007 en un cortometraje que se hizo para los sesenta años del Festival de Cannes), quien indudablemente se convierte en su mano derecha, y quien realiza un trabajo soberbio de nuevo merecedor a varios premios, lo que convierte a Lubezki fácilmente en uno de los mejores directores de fotografía del mundo.
Otro acierto es el magnífico reparto representado principalmente la lucha de egos entre Michael Keaton y Edward Norton Es de hacer notar que la película es también una reflexión de lo absurdo del cine norteamericano actual que se mueve más en términos comerciales y de una profunda doble moral, cuyo caso más concreto es el cine de superhéroes que ha llevado no sólo a saturar las salas de medio mundo sino también a un drogadicto y mediocre actor al superestrellato (¿algún guiño a una igualmente mediocre autobiografía de Chaplin?). También es irónico el reparto ya que Keaton que llegó a ser el primer "Batman", no es el único inmerso en este género, sino también Norton que hizo lo mismo con "Hulk" y Emma Stone con "Spiderman".
Otra lectura de la película está relacionada con un existencialismo más optimista o lo que Herman Hesse denominaba “La Ruta Interior”. Precisamente Iñárritu busca la autoreflexión como un camino para la salvación del personaje de Riggan en aspectos como la meditación, el monólogo interior, la renuncia a sí mismo, el acercamiento a la naturaleza o tal vez más importante aún, el acercamiento al arte, que es la máxima representación del ser humano: El arte por el arte. El arte basada en discernimiento, sentimientos encontrados o disertaciones más no en superhéroes “buenos” que vencen siempre al final a los “malos”. Creo que esto se está bien representado en el dialogo entre Riggan y Tabitha, la crítica del “New York Times”. Finalmente el ser humano no necesita de nombres, etiquetas, armaduras o de una cuenta bancaria en Suiza para emprender el vuelo hacía esta ruta interior.
El año pasado fue Alfonso Cuarón quien sorprendió con un gran dominio de la técnica acaparando elogios y premios. Un año después, también en Venecia, Iñárritu logra consagrarse con una película de gran forma y contenido que para muchos es hasta ahora su mejor obra.
Otro acierto es el magnífico reparto representado principalmente la lucha de egos entre Michael Keaton y Edward Norton Es de hacer notar que la película es también una reflexión de lo absurdo del cine norteamericano actual que se mueve más en términos comerciales y de una profunda doble moral, cuyo caso más concreto es el cine de superhéroes que ha llevado no sólo a saturar las salas de medio mundo sino también a un drogadicto y mediocre actor al superestrellato (¿algún guiño a una igualmente mediocre autobiografía de Chaplin?). También es irónico el reparto ya que Keaton que llegó a ser el primer "Batman", no es el único inmerso en este género, sino también Norton que hizo lo mismo con "Hulk" y Emma Stone con "Spiderman".
Otra lectura de la película está relacionada con un existencialismo más optimista o lo que Herman Hesse denominaba “La Ruta Interior”. Precisamente Iñárritu busca la autoreflexión como un camino para la salvación del personaje de Riggan en aspectos como la meditación, el monólogo interior, la renuncia a sí mismo, el acercamiento a la naturaleza o tal vez más importante aún, el acercamiento al arte, que es la máxima representación del ser humano: El arte por el arte. El arte basada en discernimiento, sentimientos encontrados o disertaciones más no en superhéroes “buenos” que vencen siempre al final a los “malos”. Creo que esto se está bien representado en el dialogo entre Riggan y Tabitha, la crítica del “New York Times”. Finalmente el ser humano no necesita de nombres, etiquetas, armaduras o de una cuenta bancaria en Suiza para emprender el vuelo hacía esta ruta interior.
El año pasado fue Alfonso Cuarón quien sorprendió con un gran dominio de la técnica acaparando elogios y premios. Un año después, también en Venecia, Iñárritu logra consagrarse con una película de gran forma y contenido que para muchos es hasta ahora su mejor obra.
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