Emocionante, inquietante, perturbadora y original. El principio de una nueva era del libre albedrío, donde la imaginación va a tender hacia el infinito y donde habrá muchos derramamientos de té sobre el ordenador.

Una idea fascinante e innovadora embebida en el guión perfecto. Un libro basado en la toma de deciciones inspira al personaje en crear un videojuego basado en la toma de deciciones que a su vez está siendo controlado por el espectador en algo nunca antes visto que es una película basada en la toma de deciciones.

Sencillamente BRILLANTE.

Poca cosa se puede decir de esta miniserie que ahora la produce Netflix.

En principio parece tener el mismo estilo que la Black Mirror original pero... al poco de ver cada episodio el guión discurre por senderos mucho más lábiles, fáciles y por lo tanto poco inteligentes. De tal manera la miniserie parece "Black Mirror" pero no lo es simplemente porque la novedad, inteligencia y la propuesta de la original son inexistentes en esta fallida continuación que produce enteramente Netflix.

En fin Black Mirror Bandersnatch es Netflix y por lo tanto no puede ser otra cosa que una degradación al nivel de basura audiovisual.

¿Estamos ante la mayor obra maestra jamás vista en televisión (o, para el caso, plataforma de streaming)?
Probablemente.
No quieran saber el efecto que causa en el espectador poder ir escogiendo, como en los libros de "elige tu propia aventura", las cosas que van a ir ocurriendo en la historia de Stefan Butler, joven programador trabajando en un rompedor videojuego. De hecho, va a ser necesario "ver" el filme varias veces para poder explorar todas sus posibilidades. Además, David Slade ha hecho un trabajo soberbio de realización, y los actores están fabulosos, especialmente Fionn Whitehead y Will Poulter.
Y casi es mejor dejar el comentario aquí... descubran ustedes todo lo que es Bandersnatch, el ¿primer" producto audiovisual interactivo, o al menos el primero que vemos de forma tan mainstream. La pena es que este sistema implica costes de producción y rodajes mucho más caros y complicados, porque así debería ser a partir de ahora toda la televisión.
Charlie Brooker, una vez más, a la vanguardia. Larga vida a Black Mirror.

Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada