El gabinete del Dr. Caligari
Terror
Sentado en un banco de un parque, Francis anima a su compañero Alan para que vayan a Holstenwall, una ciudad del norte de Alemania, a ver el espectáculo ambulante del doctor Caligari. Un empleado municipal que le niega al doctor el permiso para actuar, aparece asesinado al día siguiente. Francis y Alan acuden a ver al doctor Caligari y a Cesare, su ayudante sonámbulo, que le anuncia a Alan su porvenir: vivirá hasta el amanecer. (FILMAFFINITY) [+]
9 de noviembre de 2019
9 de noviembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni el mismo creador se debe haber imaginado el impacto a futuro de su obra cuando , durante la Primera Guerra Mundial, hizo esta obra.
Tan solo por ser el padre de las peliculas de terror junto a Nosferatu, ya merece una nota alta, pero no es eso, si no que es una de las cintas mudas mejor armadas , al menos a mi parecer. Sin sonido alguna logra contar una historia mas que interesante y un misterio que nos intriga hasta el ultimo minuto.
La decoración, el fondo, lo surrealista , lo gótico, el personaje de Cesar (Que ame en lo personal), todo da como resultado esta obra magna que dio origen a todas las películas de terror que conocemos hoy en día.
Recomendable para amantes del cine de terror y el cine de culto.
Tan solo por ser el padre de las peliculas de terror junto a Nosferatu, ya merece una nota alta, pero no es eso, si no que es una de las cintas mudas mejor armadas , al menos a mi parecer. Sin sonido alguna logra contar una historia mas que interesante y un misterio que nos intriga hasta el ultimo minuto.
La decoración, el fondo, lo surrealista , lo gótico, el personaje de Cesar (Que ame en lo personal), todo da como resultado esta obra magna que dio origen a todas las películas de terror que conocemos hoy en día.
Recomendable para amantes del cine de terror y el cine de culto.
21 de octubre de 2020
21 de octubre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
26 de febrero de 1920, Berlín presencia el estreno de un film que aún sin saberlo se convertiría en un ruido oscuro cuyo eco aún perdura míticamente en la historia del cinematógrafo: El gabinete del doctor Caligari. Escrita por Carl Mayer y Hans Janowitz a raíz del contacto de Mayer con la guerra y la tortura psiquiátrica puesta en manos de verdugos condecorados así como el desconcierto que el segundo sufriera al salir de una feria y ver entre las ramas a un misterioso desconocido cuyo rostro anunciaría al día siguiente la muerte violenta de una joven.
La guerra es una herida abierta para Alemania y la necesidad estética de hacerle frente es el espíritu de la película dirigida por Robert Wiene: el expresionismo. La retorcida historia cuenta que Caligari recorre las ferias de Alemania con Cesare, el sonámbulo que presagia el futuro. Desde su llegada han ocurrido misteriosos crímenes pero la sospecha comienza cuando Francis y Alan acuden al gabinete y el segundo, animado por una especie de ansiedad, pregunta: “’¿cuánto viviré?” a lo que Cesare responde: “Hasta mañana al amanecer”. De la muerte apenas vemos sombras, la película es el caos de la luz y las formas, el escenario dispuesto para la angustia, el temor y la desolación. Los ángulos torcidos, las ventanas y las puertas deformadas por el peso del espacio, el espacio como páramo donde mediante la escenografía sólo tiene lugar la representación. La libertad creadora asoma inquietante en los personajes: rostros que el maquillaje convierte en máscaras, movimientos y gestos que ‘dicen más que mil palabras’, vestuario sobrio que deja escapar algún secreto del que lo porta.
El cine nos deja mudos, pero algo dentro advierte su temblor musical, un destello punzante como el arma de Cesare y el último grito de todas las víctimas: la gloriosa música compuesta por Giuseppe Becce, uno de los mejores aciertos del film. Cerrados ojos hallarían conmoción entre sus notas pero al abrirlos y descubrir la unión de la trama y la composición todo ha quedado en su sitio.
La historia, se dice, pretendía contar los crímenes atroces de un asesino, pero el impacto que esto causaría en una época inestable fue manipulado por el productor y el que se esperaba fuera en un inicio el director del film: Fritz Lang, al añadir un prólogo y un epílogo que convertían en un desvarío onírico los sucesos aportando de este modo al film el tema de la locura y dejando entre tanta confusión la llave del entendimiento en las manos del espectador. El gabinete del doctor Caligari es un fósforo encendido cuya sombra proyectada en los muros del tiempo esconde como abismo esos intentos superficiales ya comunes de hacer buen cine.
La guerra es una herida abierta para Alemania y la necesidad estética de hacerle frente es el espíritu de la película dirigida por Robert Wiene: el expresionismo. La retorcida historia cuenta que Caligari recorre las ferias de Alemania con Cesare, el sonámbulo que presagia el futuro. Desde su llegada han ocurrido misteriosos crímenes pero la sospecha comienza cuando Francis y Alan acuden al gabinete y el segundo, animado por una especie de ansiedad, pregunta: “’¿cuánto viviré?” a lo que Cesare responde: “Hasta mañana al amanecer”. De la muerte apenas vemos sombras, la película es el caos de la luz y las formas, el escenario dispuesto para la angustia, el temor y la desolación. Los ángulos torcidos, las ventanas y las puertas deformadas por el peso del espacio, el espacio como páramo donde mediante la escenografía sólo tiene lugar la representación. La libertad creadora asoma inquietante en los personajes: rostros que el maquillaje convierte en máscaras, movimientos y gestos que ‘dicen más que mil palabras’, vestuario sobrio que deja escapar algún secreto del que lo porta.
El cine nos deja mudos, pero algo dentro advierte su temblor musical, un destello punzante como el arma de Cesare y el último grito de todas las víctimas: la gloriosa música compuesta por Giuseppe Becce, uno de los mejores aciertos del film. Cerrados ojos hallarían conmoción entre sus notas pero al abrirlos y descubrir la unión de la trama y la composición todo ha quedado en su sitio.
La historia, se dice, pretendía contar los crímenes atroces de un asesino, pero el impacto que esto causaría en una época inestable fue manipulado por el productor y el que se esperaba fuera en un inicio el director del film: Fritz Lang, al añadir un prólogo y un epílogo que convertían en un desvarío onírico los sucesos aportando de este modo al film el tema de la locura y dejando entre tanta confusión la llave del entendimiento en las manos del espectador. El gabinete del doctor Caligari es un fósforo encendido cuya sombra proyectada en los muros del tiempo esconde como abismo esos intentos superficiales ya comunes de hacer buen cine.
4 de junio de 2021
4 de junio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que me ha generado dudas el cómo puntuar esta antigua película. Y si algo he tratado de no tener en cuenta, son todos los méritos que la misma tiene respecto a la innovación, a de lo que resulta pionera. Porque aunque sean méritos valorables, yo solo trato de tener en cuenta las impresiones directas que me produce la visión inmediata.
El elemento que más valoro de todo el conjunto es la idea en que está basada, y que sólo se resuelve al final. Hago referencia en el spoiler. Esta idea es de 10, maravilloso su desarrollo.
El cine antiguo tiene una magia muy particular, hay que quitarse prejuicios para apreciarlo: esa potencia de los gestos, ese hablar con el cuerpo, esa simplificación del sentimiento. Para mí, esto se refleja mostrando en la pantalla dos valores importantes: sinceridad e intensidad.
He bajado algo la nota final porque hay algo en el ritmo que me ha enlentecido la película algo más de lo necesario. Podría ser un error mío, tendré que verla de nuevo más adelante.
Me ha parecido, en su desarrollo, una película muy básica, que tiene potencia de imagen pero que el argumento por momentos parece que tiene poco que contar. Cierto es que el final eleva el tono de manera importante.
No podría decir que las actuaciones me han parecido dignas de especial subrayado. Por contra, la historia en sí evoca un sentimiento de simpatía, de empatía hacia un argumento sin artificios.
Sé que hay ciertas contradicciones en mis reflexiones, pero solo refiriendo las sensaciones que me ha evocado "el gabinete" puedo aproximarme a una crítica sincera.
Gran parte de la película parece tener un perfil demasiado infantil, pero pienso que como es una visión subjetiva de el personaje central, puede ser una justificación de la línea seguida.
En resumen, una obra con encanto como lo son las películas antiguas de cine mudo de calidad, que no defraudará a los amantes de este tipo de cine. Le pongo un 7 revisable.
El elemento que más valoro de todo el conjunto es la idea en que está basada, y que sólo se resuelve al final. Hago referencia en el spoiler. Esta idea es de 10, maravilloso su desarrollo.
El cine antiguo tiene una magia muy particular, hay que quitarse prejuicios para apreciarlo: esa potencia de los gestos, ese hablar con el cuerpo, esa simplificación del sentimiento. Para mí, esto se refleja mostrando en la pantalla dos valores importantes: sinceridad e intensidad.
He bajado algo la nota final porque hay algo en el ritmo que me ha enlentecido la película algo más de lo necesario. Podría ser un error mío, tendré que verla de nuevo más adelante.
Me ha parecido, en su desarrollo, una película muy básica, que tiene potencia de imagen pero que el argumento por momentos parece que tiene poco que contar. Cierto es que el final eleva el tono de manera importante.
No podría decir que las actuaciones me han parecido dignas de especial subrayado. Por contra, la historia en sí evoca un sentimiento de simpatía, de empatía hacia un argumento sin artificios.
Sé que hay ciertas contradicciones en mis reflexiones, pero solo refiriendo las sensaciones que me ha evocado "el gabinete" puedo aproximarme a una crítica sincera.
Gran parte de la película parece tener un perfil demasiado infantil, pero pienso que como es una visión subjetiva de el personaje central, puede ser una justificación de la línea seguida.
En resumen, una obra con encanto como lo son las películas antiguas de cine mudo de calidad, que no defraudará a los amantes de este tipo de cine. Le pongo un 7 revisable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El descubrir al final que el protagonista era un loco más del manicomio, y que toda la historia contada era fruto de su mente perturbada, me pareció genial. Es inevitable reflexionar sobre quiénes son los locos, sobre los puntos de vista de una misma realidad, sobre las distintas interpretaciones que, según te enfoques, puedes encontrar en el mundo tangible.
23 de enero de 2022
23 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definitivamente El gabinete del Dr. Caligari (1920) es una de las películas más mágicas jamás hecha. Me parece simplemente fascinante como un universo tan "falso", puede contener tanta veracidad, y con falso me refiero a que está alejado de lo que conocemos como verdadero, pero a pesar de ello, no deja de contener tanta verdad sobre el ser humano y sobre el lado más oscuro de nuestra condición.
Valorar una película de vanguardia con valores preestablecidos aplicables al resto de películas "normales" es siempre un dilema, me pasó la primera vez que vi una película surrealista y que me di cuenta de que decir si era "buena" o "mala" era banalizar lo que la película tenía que aportarme. Con las películas expresionistas creo que pasa un poco lo mismo, aunque en menor medida que el cine surrealista, pues es bastante más narrativo y "convencional". El gabinete del Dr. Caligari es casi de manera unánime, la película fundacional del expresionismo alemán, la vanguardia cinematográfica que dio inicio a los movimientos vanguardistas en el séptimo arte. Esta película es, por sí misma, la definición de expresionismo alemán; la distorsión de la realidad para la exaltación de las emociones. Los fondos pintados, el maquillaje pronunciados, las actuaciones exageradas, las sombras prominentes, todo en esta película está puesto para transmitir la sensación que produce ver el mundo deformado, un mundo corrompido estética y moralmente.
Valorar una película de vanguardia con valores preestablecidos aplicables al resto de películas "normales" es siempre un dilema, me pasó la primera vez que vi una película surrealista y que me di cuenta de que decir si era "buena" o "mala" era banalizar lo que la película tenía que aportarme. Con las películas expresionistas creo que pasa un poco lo mismo, aunque en menor medida que el cine surrealista, pues es bastante más narrativo y "convencional". El gabinete del Dr. Caligari es casi de manera unánime, la película fundacional del expresionismo alemán, la vanguardia cinematográfica que dio inicio a los movimientos vanguardistas en el séptimo arte. Esta película es, por sí misma, la definición de expresionismo alemán; la distorsión de la realidad para la exaltación de las emociones. Los fondos pintados, el maquillaje pronunciados, las actuaciones exageradas, las sombras prominentes, todo en esta película está puesto para transmitir la sensación que produce ver el mundo deformado, un mundo corrompido estética y moralmente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es por ello que ver las perspectivas forzadas y la arquitectura imposible puede resultar tan natural, no sólo porque se presenta como algo verosímil en el mundo que vemos, sino porque sabemos que las acciones que acontecen pertenecen al mundo de la película, un mundo que inspiraría en toda su forma y fondo a cineastas como Tim Burton.
En El gabinete del Dr. Caligari, las acciones de un sonámbulo de nombre Cesare (Conrad Veidt), secuaz y marioneta del verdadero criminal, el Dr. Caligari (Werner Krauss), cobran relevancia a partir de que misteriosos asesinatos empiezan a suceder en esta tierra sin nombre. No recuerdo en donde leí, pero estoy casi seguro que fue en Cine y vanguardias artísticas de Vicente Sánchez-Biosca, en donde se sugería una lectura interpretativa de la película que, casi con toda seguridad, debe ser la intención detrás de Carl Meyer, guionista del film. Según Sánchez-Biosca, el Dr. Caligari representaba al Estado alemán que de manera autoritaria, orillaba a sus ciudadanos a realizar actos terribles, cómo asesinar. La forma inconsciente de los ciudadanos para realizar dichas atrocidades es por lo que Meyer escribe al personaje del sonámbulo, como ese ser casi zombieficado que actúa sin pensar, producto de la inercia. Estoy casi seguro que es lo que Meyer intentaba al respecto, porque según recuerdo, la película se vio en la obligación de alterar su final donde era todavía más evidente está critica social, y por eso nos quedamos con el final donde Francis (Friedrich Feher) despierta en medio del manicomio, como si fuera un loco más.
El expresionismo alemán al final fue una respuesta a la guerra, a las atrocidades que acababan de suceder apenas un año antes en Alemania. El cine, como arte, siempre busca la manera de hablar y manifestarse y es por eso que películas como El gabinete del Dr. Caligari, logran tener tanto impacto hasta el día de hoy; por su tremenda honestidad y fuerza detrás de su realización. Sin duda, un clásico del cine, y no queda de más agregar que personalmente, es de las películas que más me han inspirado a conocer las posibilidades del cine.
En El gabinete del Dr. Caligari, las acciones de un sonámbulo de nombre Cesare (Conrad Veidt), secuaz y marioneta del verdadero criminal, el Dr. Caligari (Werner Krauss), cobran relevancia a partir de que misteriosos asesinatos empiezan a suceder en esta tierra sin nombre. No recuerdo en donde leí, pero estoy casi seguro que fue en Cine y vanguardias artísticas de Vicente Sánchez-Biosca, en donde se sugería una lectura interpretativa de la película que, casi con toda seguridad, debe ser la intención detrás de Carl Meyer, guionista del film. Según Sánchez-Biosca, el Dr. Caligari representaba al Estado alemán que de manera autoritaria, orillaba a sus ciudadanos a realizar actos terribles, cómo asesinar. La forma inconsciente de los ciudadanos para realizar dichas atrocidades es por lo que Meyer escribe al personaje del sonámbulo, como ese ser casi zombieficado que actúa sin pensar, producto de la inercia. Estoy casi seguro que es lo que Meyer intentaba al respecto, porque según recuerdo, la película se vio en la obligación de alterar su final donde era todavía más evidente está critica social, y por eso nos quedamos con el final donde Francis (Friedrich Feher) despierta en medio del manicomio, como si fuera un loco más.
El expresionismo alemán al final fue una respuesta a la guerra, a las atrocidades que acababan de suceder apenas un año antes en Alemania. El cine, como arte, siempre busca la manera de hablar y manifestarse y es por eso que películas como El gabinete del Dr. Caligari, logran tener tanto impacto hasta el día de hoy; por su tremenda honestidad y fuerza detrás de su realización. Sin duda, un clásico del cine, y no queda de más agregar que personalmente, es de las películas que más me han inspirado a conocer las posibilidades del cine.
12 de enero de 2024
12 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que agradecer su trabajo a los que se han dedicado a restaurar joyas como ésta o, entre otras, Nosferatu, buscando por los rincones del mundo las mejores copias o negativos conservados, seleccionando de distintas versiones, recuperando, no se sabe cómo, trozos perdidos, etc., y aplicando la mejor tecnología moderna para digitalizarlas, respetando los tintados que tuvieron, etc., etc., para que se puedan disfrutar de la forma más parecida a como se crearon.
El cine había aparecido no hacía mucho y me causa asombro la perfección técnica y artística de las comedias de Chaplin y Keaton, de los films de Eisenstein, Pudovkin y otros, sobre todo, rusos, alemanes y estadounidenses, y me causa asombro esta obra, Caligari, con su magnífico argumento, sus inverosímiles caracterizaciones y, sobre todo, sus luces y la geometría alucinante de sus prodigiosos decorados.
Se ha dicho ya mucho. Quizá el arte, y esto es arte con mayúsculas, puede plasmar el hondo subconsciente de una época. Quizá estas extrañas, visionarias y fascinantes pesadillas como Caligari o Nosferatu, esbozaban una siniestra premonición de lo que iba a empezar a pasar en Alemania a partir de los años treinta. Quizá el cine se sumó aquí, por un momento, a otros movimientos artísticos de vanguardia que corrían parejos a, por ejemplo, la relatividad y la mecánica cuántica, en pleno desarrollo entonces y que daban resultados que parece que atentan contra nuestro sentido común y, sin embargo, muchas veces comprobados e inapelables. Aguas profundas.
En cualquier caso, varias de estas obras mudas marcaron, ya desde la infancia del cine, una cumbre, y siguen siendo objeto de delectación, admiración y estudio. Otro usuario, en su buena crítica, de alguna muy acertada manera, se ha acordado de Goya, y dice que le hubiera gustado esta película. Seguro que sí.
El cine había aparecido no hacía mucho y me causa asombro la perfección técnica y artística de las comedias de Chaplin y Keaton, de los films de Eisenstein, Pudovkin y otros, sobre todo, rusos, alemanes y estadounidenses, y me causa asombro esta obra, Caligari, con su magnífico argumento, sus inverosímiles caracterizaciones y, sobre todo, sus luces y la geometría alucinante de sus prodigiosos decorados.
Se ha dicho ya mucho. Quizá el arte, y esto es arte con mayúsculas, puede plasmar el hondo subconsciente de una época. Quizá estas extrañas, visionarias y fascinantes pesadillas como Caligari o Nosferatu, esbozaban una siniestra premonición de lo que iba a empezar a pasar en Alemania a partir de los años treinta. Quizá el cine se sumó aquí, por un momento, a otros movimientos artísticos de vanguardia que corrían parejos a, por ejemplo, la relatividad y la mecánica cuántica, en pleno desarrollo entonces y que daban resultados que parece que atentan contra nuestro sentido común y, sin embargo, muchas veces comprobados e inapelables. Aguas profundas.
En cualquier caso, varias de estas obras mudas marcaron, ya desde la infancia del cine, una cumbre, y siguen siendo objeto de delectación, admiración y estudio. Otro usuario, en su buena crítica, de alguna muy acertada manera, se ha acordado de Goya, y dice que le hubiera gustado esta película. Seguro que sí.
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