"El Señor de los Anillos: Las Dos Torres", dirigida por Peter Jackson y basada en la obra maestra de J.R.R. Tolkien, es el segundo capítulo de la trilogía de películas que se ha convertido en un hito del cine épico y fantástico. Esta entrega continúa la odisea de Frodo Bolsón y su compañía mientras avanzan hacia Mordor para destruir el Anillo Único.

La película comienza justo donde terminó "La Comunidad del Anillo" y, desde el principio, sumerge a los espectadores en un mundo de fantasía lleno de peligros y maravillas. A medida que la trama se desarrolla, se presenta una serie de subtramas igualmente cautivadoras: la valiente defensa de Helm's Deep contra las fuerzas de Saruman, el crecimiento del vínculo entre Frodo y Sam, y la introducción del astuto Gollum, una creación digital sorprendente que se ha convertido en un ícono cinematográfico.

"Las Dos Torres" es una película visualmente impresionante. Desde los vastos paisajes de la Tierra Media hasta las batallas épicas, la cinematografía y el diseño de producción son excepcionales. La dirección de Peter Jackson es magistral, y su capacidad para equilibrar la acción con momentos de desarrollo de personajes y exploración de la mitología de la Tierra Media es impresionante.

El elenco continúa entregando actuaciones de alta calidad. Elijah Wood y Sean Astin siguen siendo convincentes como Frodo y Sam, respectivamente, mientras que Viggo Mortensen, como Aragorn, lidera con carisma y determinación. El elenco también incluye a notables actores como Ian McKellen, Orlando Bloom y Andy Serkis (quien interpreta a Gollum).

Una de las fortalezas clave de esta película, al igual que en toda la trilogía, es su habilidad para crear un mundo creíble y rico en detalles. Los personajes, las culturas y las criaturas de la Tierra Media se sienten auténticos y tienen profundidad.

Sin embargo, "Las Dos Torres" también enfrenta algunos desafíos. La película se centra en múltiples tramas, lo que puede hacer que la narrativa se sienta un poco fragmentada en momentos. Además, para los espectadores que no están familiarizados con la historia, podría ser un desafío seguir todos los hilos de la trama.

En última instancia, "El Señor de los Anillos: Las Dos Torres" es una continuación sólida de la trilogía que amplía y profundiza en la narrativa, los personajes y el mundo de la Tierra Media. Aunque puede no ser tan autónoma como la primera película, contribuye significativamente al poderoso viaje que culmina en "El Retorno del Rey".

Nota: 9/10

La única manera que pude ver esta película fue atado a la butaca del cine.
Siempre por navidades cuando regresaba a casa para estar con mi familia, ésta me torturó durante los años que duró la terrible trilogía y sobre todo con la segunda parte, una película larga, sin ritmo y repetitiva, temas poco interesantes para la narración de la película.

Es posible que en el ritmo todo funcione bien y resulta interesante pero con el libro puedes cerrarlo y volverlo a retomar al día siguiente, en el cine no.
Resultó ser la película más larga que haya podido ver y que tanto me aburriese, sin duda, larga.

Hay temas que podrían ser interesantes como la ambición del hombre por tener más poder, la lucha de poderes, el bien y el mal pero todo queda como una sobra lejana ya que en esta película solamente existen peleas, batalla y más batallas, terriblemente aburrida.

En mi vida solo tengo conciencia de haberme dormido con una película en tres ocasiones: la primera vez que vi Stargate, la segunda vez que vi Stargate (vale, no lo he vuelto a intentar) y recientemente en mi segundo visionado de Las dos Torres. 14 años más tarde de mi primer contacto con Las dos Torres no he conseguido verla del tirón y mi opinión de la película no ha cambiado en exceso.

Pero comencemos destacando cosas buenas: técnicamente mejor incluso que la primera; Jackson ha hecho un trabajo realmente serio en la película y se nota por sus cuatro costados; la música de Howard Shore es realmente buena (sus “pecados” son los mismos que los de la película) y… y hasta aquí puedo leer. Bueno, vale, la pareja del enano y el elfo resulta muy graciosa, Viggo Mortensen está a un nivel muy superior al de la película (partiendo que no tengo gran estima por la película no es muy complicado) y Andy Serkins literalmente revoluciona el mundo del cine con su Gollum y su tesoro.
Lo demás, larga, innecesariamente larga y repite otra vez muchas, demasiadas cosas, que en un lenguaje cinematográfico se acaba convirtiendo en un querer y un poder donde personajes, historias y todo se juntan y uno no sabe al final que es Gondor,Isengard, Mordor, Riventel, el rey tal, sus hijos, quien es cada de los elfos, quien es cada uno de los hombres y, sobretodo, sigo sin saber porque dura tanto la batalla de Helm y sigo sin entender porqué la interrumpen con los árboles parlanchines hablando de sí van o no a la guerra. Pero todo resulta muy confuso sí no eres un adepto a la secta de Tolkien.
Dicho esto, la cinta no es mala, pero dista la maravilla que muchos pretenden.

Sin duda, la película está destinada a frikis (con mayúscula) y sé que me ganaré pocos amigos (todo lo contrario) por estas palabras (pero un buen friki ha de estar orgulloso de serlo). Y yo lo soy, adoro Star Trek y Conan el Bárbaro me parece una de las mejores películas de la historia, pero aquí me aburro. Y lo peor es que buena parte del mundo friki encima se enfadó con Jackson por no ser lo suficientemente original al texto de Tolkien (cuando yo lo habría recortado, recortado y recortado).

Como ya expuse en la crítica a la primera parte, "La comunidad del anillo", esta trilogía supone una de las mejores adaptaciones que se han hecho de obras literarias. Tengo que alabar el excelente y esforzado trabajo de Peter Jackson y todo su equipo.
En el apartado técnico, esta película se mantiene al mismo nivel que la primera, y los actores y actrices continúan en la misma línea.
En esta segunda entrega, la Comunidad del Anillo ha quedado dividida y esparcida. Frodo y su fiel sirviente Sam continúan solos, y también los demás sufrirán contratiempos que harán que la Comunidad termine de romperse. Mientras tanto, Saruman el Blanco, un mago de gran poder, cobra gran protagonismo. Los componentes de la antigua comunidad continuarán accidentadamente sus caminos separados y seguirán sucediendo hechos increíbles, fascinantes y muy peligrosos; la acción y la adrenalina llegan a dispararse en ciertos momentos.
Se están gestando grandes batallas, y muchos se preparan para participar en ellas. Intervendrán nuevos personajes, algunos de ellos muy peculiares, y todo se encamina hacia la guerra, mientras Frodo y Sam continúan su terrible pero inexorable viaje hacia el Monte del Destino, en Mordor, la tierra de Sauron.
Repleta de impresionantes escenas épicas y de batallas, esta segunda parte no desmerece en absoluto de la primera.
Si vieron "La comunidad del anillo" y les gustó, no se pierdan ésta.

No estaban muertos, estaban de parranda.
Esta me tumbó, lo reconozco, mi debilidad, mea máxima culpa, (no) lo asumo, me pudo, ni modo, a puro huevo y no, por goleada me ganó, me noqueó, en shock, no tan anafiláctico, técnico kao, más que verla diría que la soñé junto a Morfeo, mucho mejor amigo del hombre que el perro, duermevela, en estado de vigilia, como la noche antes de la definitiva batalla, la de reyes, la de Pascua, la de bodas, la del muere, la más oscura, la mitad de mi alma vagaba por Orión y Ganímedes, de las esferas la música, en pleno apogeo reposo responso, relajo, descanso, del guerrero, como en invierno un oso, y la otra inmersa en un dificultoso ominoso pringoso letargo, en el puro fango, la ciénaga, arenas movedizas, atrapado, sin salida, hasta el cuello, de arena o lo que sea. Es plúmbea, tediosa, aparatosa, inflada, espesa y eterna. Música estruendosa a ratos ¿étnica?, ¿new age?, primeros planos de ojos azules como el mar azules, gente que anda (Gerry), (El discreto encanto de la burguesía), en medio de la nada, existencialismo bruto, o de acampada (Picnic) de fin de semana con la tartera, la bota de vino (el pi piripipi pi) y el de tortilla gran bocata, y buenos muy buenos y blancos (ay cómo hemos cambiado, en apenas veinte años la piel y el alma se nos han ido oscureciendo a dios gracias, a pasos agigantados, ahora todavía somos mejores si cabe, el progreso) y malos muy feos y desagradables y horrorosos y no tan inmaculados y deformes y cetrinos (ese racismo y esa fobia a lo diferente y rechazo al discapacitado que ni con lejía se iba, vamos, Mr. Proper, limpia, higieniza).
En fin, infinita.
Religión para el que anhela del domingo la misa con la abuela y toda la familia, justo antes del vermut y Carlos con las rabas.