Un día perfecto
2015 

6.6
16,792
Drama
En una zona en guerra, en la que los cascos de las Naciones Unidas tratan de controlar la situación, varios personajes viven sus propios conflictos; Sophie (Mélanie Thierry) quiere ayudar a la gente, Mambrú (Benicio del Toro) quiere volver a casa, y Katya (Olga Kurylenko) quiso una vez a Mambrú. Por su parte Damir (Fedja Stukan) quiere que la guerra termine, Nikola (Eldar Residovic) quiere un balón de fútbol, y B (Tim Robbins) no sabe ... [+]
21 de junio de 2016
21 de junio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con unas interpretaciones realmente buenas y una historia que te interesa y quieres terminar de ver, aunque estés con más ganas de coger la cama que otra cosa. Todos los actores del film hacen una labor muy buena y acabas encariñándote con algún que otro personaje porque son cercanos y accesibles. Del Toro y Robbins destacan, sobre todo, aunque la labor de Mélanie Thierry, Kurylenko y Stukan no se queda atrás.
Una buena historia llena de generosos sentimientos y con una ambientación extraordinaria. Realmente parece que han estado filmando en Albania, igual lo han hecho, no sé, yo aparte de poner su bandera en mi perfil no tengo idea de como es este país perdido de la mano de Dios. El guión crece mucho para el inicio tan rácano que tiene: Un tipo que han tirado a un pozo potable con el cual se abastece a una pequeña población rural. Pues ese inicio tan simplista, pero llamativo sirve para desarrollar una historia de guerra, pero sin guerra y que posee momentos realmente ingeniosos. Y no sólo hablo de las ingeniosas frases del personaje interpretado por un genial Tim Robbins, sino de alguna presentación llamativa (como la de Olga Kurylenko), que da un caríz especial a una historia que parecía no tener una buena chicha. Porque con esa aparición se afianzan lazos sentimentales sin atar y se trabajan más los personajes. Me gustó la existencia de la ayudante de los encargados de sanear el agua, la actriz Mélanie Thierry, porque muestra ese afán por resolver el mundo que una nueva en eso tiene, porque aún no ha chocado con la triste realidad que los envuelve. El film es muy bueno y es recomendable para todo aquel que le gusten las historias de personajes y no tanto de acción. A mí me ha gustado hasta Sergi López, y eso que con lo de ser catalanista ya me caía mal, pero el tipo cumple como miembro externo de este grupo de "potabilizadores de aguas" (por llamarlos de alguna manera), ¡qué hasta habla en Español!.. Francamente me alegra mucho que León de Aranoa, que es español, pueda hacer films tan buenos y con tan buenos actores. Hasta Kurylenko hace un buen papel y eso que creo que viene del mundo del modelaje. En resumen: Muy buena para el guión fácil que tiene.
Una buena historia llena de generosos sentimientos y con una ambientación extraordinaria. Realmente parece que han estado filmando en Albania, igual lo han hecho, no sé, yo aparte de poner su bandera en mi perfil no tengo idea de como es este país perdido de la mano de Dios. El guión crece mucho para el inicio tan rácano que tiene: Un tipo que han tirado a un pozo potable con el cual se abastece a una pequeña población rural. Pues ese inicio tan simplista, pero llamativo sirve para desarrollar una historia de guerra, pero sin guerra y que posee momentos realmente ingeniosos. Y no sólo hablo de las ingeniosas frases del personaje interpretado por un genial Tim Robbins, sino de alguna presentación llamativa (como la de Olga Kurylenko), que da un caríz especial a una historia que parecía no tener una buena chicha. Porque con esa aparición se afianzan lazos sentimentales sin atar y se trabajan más los personajes. Me gustó la existencia de la ayudante de los encargados de sanear el agua, la actriz Mélanie Thierry, porque muestra ese afán por resolver el mundo que una nueva en eso tiene, porque aún no ha chocado con la triste realidad que los envuelve. El film es muy bueno y es recomendable para todo aquel que le gusten las historias de personajes y no tanto de acción. A mí me ha gustado hasta Sergi López, y eso que con lo de ser catalanista ya me caía mal, pero el tipo cumple como miembro externo de este grupo de "potabilizadores de aguas" (por llamarlos de alguna manera), ¡qué hasta habla en Español!.. Francamente me alegra mucho que León de Aranoa, que es español, pueda hacer films tan buenos y con tan buenos actores. Hasta Kurylenko hace un buen papel y eso que creo que viene del mundo del modelaje. En resumen: Muy buena para el guión fácil que tiene.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final es la leche. Que después de tantos giros, vueltas, compras de cuerda y autorizaciones. Sea la lluvia la que saca al muerto del pozo. Es para irse a la cama con ganas de dar gracias por lo bueno que puede hacértelo pasar una película que esté bien contada.
10 de octubre de 2016
10 de octubre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
164/03(04/09/16) Sugestiva propuesta del guionista y realizador Fernando León De Aranoa, que tras cinco años de parón (la última fue “Amador”), un relato en que sigue 24 horas de un grupo de miembros de una ONG (la ficticia “Ayuda sin fronteras”) en la guerra de Bosnia, en el que con una mordaz vis cómica se arremete contra las guerras y contra las absurdas burocracias, rezumando a obras como “MASH” (1970) o “Tierra de nadie” (2001). Un realizador que ha forjado parte de su carrera en la denuncia social de un mundo injusto se acerca ahora a la locura de la Guerra (o reciente post-guerra), donde las huellas del conflicto son visibles en los desolados escenarios y sobre todo en el carácter adusto de sus pobladores. Aranoa guioniza junto a Paula Farias, basándose en la novela “Dejarse llover” de la segunda, acercándonos a las desventuras rutinarias de unos cooperantes veteranos que están de vuelta, intentan ayudar sin demasiado éxito a unas personas que en realidad parecen vivir a gusto en la precariedad, lo hace en su proyecto más ambicioso hasta la fecha, sobre todo por el calibre de los protagonistas, Benicio del toro y Tim Robbins. Se titula como el popular tema de Lou Reed, tema que suena dos veces durante el metraje, y donde Lou Reed suena dos veces. Un día perfecto se inspira en una novela de Paula Farias, “Dejarse llover”.
Una muy entretenida cinta, con personajes bien construidos, con diálogos y situaciones muy bien trenzadas, mostrándonos de modo entrañable la cotidianidad de un microcosmos de personajes ya mimetizados con el estado bélico, conviviendo con la muerte, con la violencia latente, con niños con armas, dosificando con equilibrio los momentos de humor, donde predomina lo negro, donde con tono distendido se siembra de antibelicismo los fotogramas, ello sin caer en el panfleto pacifista, sin caer en lo simplista lacrimógeno, se hace con inteligencia, enseñándonos el sufrimiento y padecimiento de los lugareños, pero a la vez exhibiendo su vitalidad y ganas de seguir adelante, ejemplo esa anciana guiando un grupo de vacas por terreno presumiblemente minado. Riéndose con ingenio de la diplomacia burocrática alejada de la realidad que le rodea, haciendo gala de la impotencia que soportan los que intentan auxiliar en medio del horror, topándose con la sinrazón cuasi-kafkiana. Una especie de road-movie de ritmo fluido, donde no paran de pasar cosas, donde surgen amistades, amores, camaradería, vacas (muertas) trampa, pelotas de futbol, vacas anti-minas, perros salvajes salvadores, la pegatina con la metralleta tachada (omnipresente icono de antibelicismo) bragas negras, y más. Ello lo narra Aranoa con un gran sentido humanista, historia de enorme sencillez, pero de incisivos recursos, donde se conjugan el drama y el humor (inteligente), de cómo se puede convivir con naturalidad con el terror del Jinete de la Guerra, donde con tremendo agudeza se puede convertir la búsqueda de una cuerda en una odisea existencialista, recordando a Sisifo (y su condena eterna de tener que arrastrar monte arriba una piedra que cae de la cima y debe volver a arrastrarla arriba, ello maximizado con uno de los fuertes del director-guionista, unos diálogos que desbordan frescura y mucha socarronería. Un relato mordiente donde lo tragicómico, la tensión y la comedia, el horror y el cinismo, el drama y el sarcasmo, se mezcla sin maniqueísmos impostados, todo fluye de modo realista y veraz, te lo crees.
El realizador para humanizar a los protagonistas tienen buen recurso de no hacerlos héroes, los vemos como personas comunes intentando hacer su trabajo altruista como pueden, sin mitificación alguna, lo cual los eleva más, su tono irónico y cínico es claramente un escudo contra las penurias y podredumbre moral que les rodea, para ayudar a de algún modo insensibilizarlos y así poder actuar con objetividad, consiguiendo que sea algo épico encontrar una cuerda, y ello siempre con dignidad nada impostada. Es un retrato de la guerra, pero con la cualidad que no hay tiros, ni explosiones ni violencia física, pero el director consigue que este latente durante todo el minutaje, la guerra parece haber pasado oficialmente, peros sus heridas no están cicatrizadas, los civiles que han convivido con ella no olvidan, reliquias son de esto el gordo muerto en el pozo, los niños con pistola, vecinos que denuncian a vecinos, amenazas de milicianos, una familia ahorcada, las minas de las que nos hablan están sembrados los caminos.
En su defecto cabe achacarle que puede que la trivialidad con que los protagonistas se toman este mundo en guerra puede hacer que el espectador se aleje de lo emocional de la cinta. También algunas subtramas carecen de fuerza motriz y se notan algo metidas con calzador, me refiero al romance que mantuvieron en el pasado Katya y Mambrú, sin química entre ellos, tampoco el goteo de llamadas de la novia de Mabrú resultan realistas, contraponer lo ordinario de nuestro mundo occidental donde lo más importante es escoger el color de las cortinas frente a otro donde lo vital es encontrar una cuerda queda bien sobre el papel, pero la llamadita queda artificiosa y algo maniquea (puede que lo único en el film). También me falta saber algo de B, saber por qué tipos con cultura acaban en medio de un conflicto bélico, alejados de la comodidad de su sociedad, para ayudar a gente desconocida, esto no se explota, pues apenas sabemos, además de B, de todos.
Una muy entretenida cinta, con personajes bien construidos, con diálogos y situaciones muy bien trenzadas, mostrándonos de modo entrañable la cotidianidad de un microcosmos de personajes ya mimetizados con el estado bélico, conviviendo con la muerte, con la violencia latente, con niños con armas, dosificando con equilibrio los momentos de humor, donde predomina lo negro, donde con tono distendido se siembra de antibelicismo los fotogramas, ello sin caer en el panfleto pacifista, sin caer en lo simplista lacrimógeno, se hace con inteligencia, enseñándonos el sufrimiento y padecimiento de los lugareños, pero a la vez exhibiendo su vitalidad y ganas de seguir adelante, ejemplo esa anciana guiando un grupo de vacas por terreno presumiblemente minado. Riéndose con ingenio de la diplomacia burocrática alejada de la realidad que le rodea, haciendo gala de la impotencia que soportan los que intentan auxiliar en medio del horror, topándose con la sinrazón cuasi-kafkiana. Una especie de road-movie de ritmo fluido, donde no paran de pasar cosas, donde surgen amistades, amores, camaradería, vacas (muertas) trampa, pelotas de futbol, vacas anti-minas, perros salvajes salvadores, la pegatina con la metralleta tachada (omnipresente icono de antibelicismo) bragas negras, y más. Ello lo narra Aranoa con un gran sentido humanista, historia de enorme sencillez, pero de incisivos recursos, donde se conjugan el drama y el humor (inteligente), de cómo se puede convivir con naturalidad con el terror del Jinete de la Guerra, donde con tremendo agudeza se puede convertir la búsqueda de una cuerda en una odisea existencialista, recordando a Sisifo (y su condena eterna de tener que arrastrar monte arriba una piedra que cae de la cima y debe volver a arrastrarla arriba, ello maximizado con uno de los fuertes del director-guionista, unos diálogos que desbordan frescura y mucha socarronería. Un relato mordiente donde lo tragicómico, la tensión y la comedia, el horror y el cinismo, el drama y el sarcasmo, se mezcla sin maniqueísmos impostados, todo fluye de modo realista y veraz, te lo crees.
El realizador para humanizar a los protagonistas tienen buen recurso de no hacerlos héroes, los vemos como personas comunes intentando hacer su trabajo altruista como pueden, sin mitificación alguna, lo cual los eleva más, su tono irónico y cínico es claramente un escudo contra las penurias y podredumbre moral que les rodea, para ayudar a de algún modo insensibilizarlos y así poder actuar con objetividad, consiguiendo que sea algo épico encontrar una cuerda, y ello siempre con dignidad nada impostada. Es un retrato de la guerra, pero con la cualidad que no hay tiros, ni explosiones ni violencia física, pero el director consigue que este latente durante todo el minutaje, la guerra parece haber pasado oficialmente, peros sus heridas no están cicatrizadas, los civiles que han convivido con ella no olvidan, reliquias son de esto el gordo muerto en el pozo, los niños con pistola, vecinos que denuncian a vecinos, amenazas de milicianos, una familia ahorcada, las minas de las que nos hablan están sembrados los caminos.
En su defecto cabe achacarle que puede que la trivialidad con que los protagonistas se toman este mundo en guerra puede hacer que el espectador se aleje de lo emocional de la cinta. También algunas subtramas carecen de fuerza motriz y se notan algo metidas con calzador, me refiero al romance que mantuvieron en el pasado Katya y Mambrú, sin química entre ellos, tampoco el goteo de llamadas de la novia de Mabrú resultan realistas, contraponer lo ordinario de nuestro mundo occidental donde lo más importante es escoger el color de las cortinas frente a otro donde lo vital es encontrar una cuerda queda bien sobre el papel, pero la llamadita queda artificiosa y algo maniquea (puede que lo único en el film). También me falta saber algo de B, saber por qué tipos con cultura acaban en medio de un conflicto bélico, alejados de la comodidad de su sociedad, para ayudar a gente desconocida, esto no se explota, pues apenas sabemos, además de B, de todos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Benicio del Toro aporta a su rol su habitual carisma y fuerte personalidad, con su punzante mirada te atraviesa, cínico, adusto, flemático, valiente, muy buena su actuación, alegórico su nombre, Mambrú (quien no conoce la canción “Mambrú se fue a la guerra. Qué dolor, qué dolor, qué pena!). Tim Robbins borda su mordaz personaje, con diálogos y frases que son hilarantes, un bufón divertidísimo, apoteósico su monólogo sobre “La capital mundial de la cuerda”, se nota el actor se lo pasó en grande, poseyendo gran química con Del Toro. Olga Kurylenko cumple sin dejar marca alguna, ni frío ni calor. Mélanie Thierry como la novata deja constancia de ternura e idealismo puro, que choca con la cruda realidad. Fedja Stukan como el traductor del lugar aporta una visión seca del escenario, con contención expone humor por su laconismo. Eldar Residovic es el símbolo que tanto gusta poner a Aranoa en sus films, el que será el nexo de unión entre el pasado y el futuro, y lo hará influenciado por un entorno deshumanizado, buena interpretación en su naturalidad.
Puesta en escena notable para ayudar al mensaje pacifista, con un valioso diseño de producción de César macarrón (“El espinazo del diablo”, “El milagro de P. Tinto” o “La gran aventura de Mortadelo y Filemón”), recreando los desolados y agrestes Balcanes en Granada, Cuenca y Malaga, con sus montañas tristes, con sus laberínticas y sinuosas carreteras, alegoría de lo complicado de la burocracia y del trabajo de cooperante, esto potenciado por la vibrante fotografía de Alex Catalán (“Grupo 7”, “La isla Mínima” o “El hombre de las mil caras”), hiperlumínica, evocadora, soleada, emitiendo sequedad, adustez, calor, con preciosas tomas aéreas paisajísticas, con subjetivos (turbador con el que se inicia el film, desde el fondo del pozo), primeros planos expresivos sacando lo mejor de las actuaciones, con enérgicas cámara en mano, con tomas de los lugareños que beben del documental verité. Se suma la música de Arnau Bataller (“Rec 4” o “Pulseras amarillas”), acunando el todo distante con el horror, sobresaliendo los temas que suenan, como el “Sweet Dreams”, en la sombría voz de Marilyn Manson, que suena cuando están en la casa derruida, esto en contraste con la voz de Marlene Dietrich entonando, con voz profunda “Where have all the flowers gone?” de Pete Seeger, cuando cae la lluvia que parece arrastrar lo malo que hay en el mundo, también suena “Venus in furs” de Lou Reed, cantada por la Velvet Underground, “Pinhead” de los Ramones, o el “TTT” de los Buzzcocks, aunque curiosamente no se escucha el tema que da título que da títula a la cinta.
Spoiler:
Momentos recordables: B con Sophie ante una vaca muerta en medio de un camino, B postulando teorías sobre lo que hacer para salvar la supuesta mina, chispeante, culminado con el croquis en la libreta; El delirante soliloquio de B "Bienvenidos a la capital mundial de la cuerda"; La vieja tras las vacas haciéndoles estas de detectoras de minas; El tenso tramo en la tienda en que no quieren venderles cuerda a los cooperantes; Otro tenso tramo cuando el grupo ONG es parado por una milicia en un camino; La visita de los cooperantes a un puesto fronterizo para pedirle a un vigilante la cuerda que iza la bandera, el militar dice que lo importante es seguir diciendo a donde pertenece el territorio; La expedición de Mambrú a la casa de Nikola, encontrando a los padres ahorcados; Su poético y hermoso final con la lluvia cuasi-religiosa que lava los pecados del mundo, a ritmo de Lou Reed con su “Where have all the flowers gone?” cantado por Pete Seeger, viéndose al final que el torrente de gau del cielo hace que salga del pozo el cadáver , sin necesidad de cuerda.
Frase para la posterioridad de B "Nadie lleva bragas negras a una zona de guerra".
En conjunto, un buen film, homenaje a los desinteresados cooperantes que deben lidiar altruistamente en medio de guerras en las que arriesgan sus vidas por los necesitados. Fuerza y honor!!!
Puesta en escena notable para ayudar al mensaje pacifista, con un valioso diseño de producción de César macarrón (“El espinazo del diablo”, “El milagro de P. Tinto” o “La gran aventura de Mortadelo y Filemón”), recreando los desolados y agrestes Balcanes en Granada, Cuenca y Malaga, con sus montañas tristes, con sus laberínticas y sinuosas carreteras, alegoría de lo complicado de la burocracia y del trabajo de cooperante, esto potenciado por la vibrante fotografía de Alex Catalán (“Grupo 7”, “La isla Mínima” o “El hombre de las mil caras”), hiperlumínica, evocadora, soleada, emitiendo sequedad, adustez, calor, con preciosas tomas aéreas paisajísticas, con subjetivos (turbador con el que se inicia el film, desde el fondo del pozo), primeros planos expresivos sacando lo mejor de las actuaciones, con enérgicas cámara en mano, con tomas de los lugareños que beben del documental verité. Se suma la música de Arnau Bataller (“Rec 4” o “Pulseras amarillas”), acunando el todo distante con el horror, sobresaliendo los temas que suenan, como el “Sweet Dreams”, en la sombría voz de Marilyn Manson, que suena cuando están en la casa derruida, esto en contraste con la voz de Marlene Dietrich entonando, con voz profunda “Where have all the flowers gone?” de Pete Seeger, cuando cae la lluvia que parece arrastrar lo malo que hay en el mundo, también suena “Venus in furs” de Lou Reed, cantada por la Velvet Underground, “Pinhead” de los Ramones, o el “TTT” de los Buzzcocks, aunque curiosamente no se escucha el tema que da título que da títula a la cinta.
Spoiler:
Momentos recordables: B con Sophie ante una vaca muerta en medio de un camino, B postulando teorías sobre lo que hacer para salvar la supuesta mina, chispeante, culminado con el croquis en la libreta; El delirante soliloquio de B "Bienvenidos a la capital mundial de la cuerda"; La vieja tras las vacas haciéndoles estas de detectoras de minas; El tenso tramo en la tienda en que no quieren venderles cuerda a los cooperantes; Otro tenso tramo cuando el grupo ONG es parado por una milicia en un camino; La visita de los cooperantes a un puesto fronterizo para pedirle a un vigilante la cuerda que iza la bandera, el militar dice que lo importante es seguir diciendo a donde pertenece el territorio; La expedición de Mambrú a la casa de Nikola, encontrando a los padres ahorcados; Su poético y hermoso final con la lluvia cuasi-religiosa que lava los pecados del mundo, a ritmo de Lou Reed con su “Where have all the flowers gone?” cantado por Pete Seeger, viéndose al final que el torrente de gau del cielo hace que salga del pozo el cadáver , sin necesidad de cuerda.
Frase para la posterioridad de B "Nadie lleva bragas negras a una zona de guerra".
En conjunto, un buen film, homenaje a los desinteresados cooperantes que deben lidiar altruistamente en medio de guerras en las que arriesgan sus vidas por los necesitados. Fuerza y honor!!!
10 de octubre de 2016
10 de octubre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo que de forma casi unánime se destaca la gran labor actoral realizada por Tim Robbins y Benicio Del Toro. Del primero, me parece una interpretación de lo más ramplona, sin atisbo de organicidad, encorsetado por un guión a base de chascarrillos sin demasiada gracia. Un auténtico macho alfa, con su cinta de tela amarrada a la frente como un Rambo más. Su alusión a las putas y el tono paternalista que utiliza hacia el personaje de Mélanie Thierry, rematan la faena. Dicho tono paternalista es compartido por el otro testosterónico púgil, el tipo frívolo que le hizo la cama al personaje de Olga Kurylenko hacía año y medio (rompiéndole el corazón). El diálogo entre estos dos ciervos de majestuosas cornamentas al respecto de Kurylenko; el 'fóllatela' de Robbins y la sonrisita socarrona de Del Toro (dando a entender que sería pan comido de no ser por estar comprometido) es, cuando menos pueril. Menudos cooperantes llenos de valores de respeto e igualdad ¿O es que acaso son descendientes del Capitan Cook?
Valoro el cine de Aranoa. Pero, me escama el uso ampliamante aceptado de 'cine social'. De tan fácil aplicación si hablamos de un conflicto armado y de la ayuda huminataria de organizaciones sin ánimo de lucro. Pero un cine que quiera ser social, ha de atender a las relaciones de género. Esto es fundamental. ¿Que tratamiento le damos en el cine? ¿Vamos a seguir contratando a la Kurylenko para que haga de mujer cañón? ¿No cabe en la mente de algún director que la Kurylenjo haga un papel en el que nos e aluda a su belleza? 'Del uno al tres, tres'. Otra más. ¿Estos son los cooperantes que se juegan el tipo en conflictos armados? Yo me los encuentro cada mañana tomándose el ligaito en la puerta del bar y fecundando con la mirada a toda mujer que tenga la osadía de cruzarse.
Valoro el cine de Aranoa. Pero, me escama el uso ampliamante aceptado de 'cine social'. De tan fácil aplicación si hablamos de un conflicto armado y de la ayuda huminataria de organizaciones sin ánimo de lucro. Pero un cine que quiera ser social, ha de atender a las relaciones de género. Esto es fundamental. ¿Que tratamiento le damos en el cine? ¿Vamos a seguir contratando a la Kurylenko para que haga de mujer cañón? ¿No cabe en la mente de algún director que la Kurylenjo haga un papel en el que nos e aluda a su belleza? 'Del uno al tres, tres'. Otra más. ¿Estos son los cooperantes que se juegan el tipo en conflictos armados? Yo me los encuentro cada mañana tomándose el ligaito en la puerta del bar y fecundando con la mirada a toda mujer que tenga la osadía de cruzarse.
10 de marzo de 2018
10 de marzo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espléndida peli, con un retrato de los cooperantes que te reconcilia con su labor, tras los aciagos recientes hechos de Haití. Técnicamente correcta, los actores, y el guión la elevan dos peldaños sobre el típico producto de referencia americano, Del toro sigue en su línea, MAGISTRAL, en su personaje de hombre que ha hecho del humor y la liberalidad su coraza para seguir peleando en medio del horror.
1 de mayo de 2021
1 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres cooperantes de una ONG tienen que sacar un cadáver de un pozo durante los últimos días de la guerra de los Balcanes. Con esta excusa el director nos presenta a unos personajes entre hastiados y guasones -genialmente interpretados- en un drama social bélico con tintes de humor negro y mucha sorna. Fernando León de Aranoa acierta en su intento de dar el salto a mercados internacionales rodando en inglés y con actores de renombre, y confirma de buen grado su talento como narrador y realizador
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