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Hasta que llegó su hora

Western Brett McBain, un granjero viudo de origen irlandés, vive con sus hijos en una zona pobre y desértica del Oeste americano. Ha preparado una fiesta de bienvenida para Jill, su futura esposa, que viene desde Nueva Orleáns. Pero cuando Jill llega se encuentra con que una banda de pistoleros los ha asesinado a todos.
Críticas 205
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10
25 de julio de 2013 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos sabemos que el gènero o subgénero Spaguetti Western nació de la mano de Sergio Leone, con sus esencias màs puras.
En un teatro de marionetas deconstruido por la violencia extrema y la amoralidad.

Para mi Sergio Leone y Sam Peckinpah cambiaron las normas del western, sobre todo Sergio Leone, del que ya conocíamos su trilogía de los dólares: Por un puñado de dólares(1964). La muerte tenía un precio(1965) y El bueno, el feo y el malo(1966), y de lo que se pasò a llamar Spaguetti Western.

Hasta que llegó su hora es una obra maestra de principio a fin, con un ritmo que te da la sensación de que es una danza de la muerte. Y es que todos los personajes del film son conscientes, con excepción de Claudia Cardinale, del hecho que no llegaran al final con vida.
Curioso es que Sergio Leone no querìa realizar otro western, estaba hastiado, y de mala gana accedió. Por eso aquí resume todos sus sentimientos, homenajeando al gènero, en lo que èl consideraba sus funerales. Hay que decir también que el guiòn lo firma Bernardo Bertolucci y Dario Argento, y de hecho les costò lo indecible convencer a Henry Fonda en un papel de malvado, un actor que siempre ha simbolizado justicia y bondad.
Para el papel protagonista de antihéroe, Sergio Leone lo tenía claro, y se decantò por Charles Bronson, el cual era perfecto ya que su rostro reflejaba una perturbadora y amenazadora sonrisa que le hacìa impasible. Un bloque de granito impenetrable.

La música como no podía ser de otra manera estaba a cargo del maestro y maravilloso Ennio Morricone, que cambiarìa el sonido del western para siempre.
Hasta que llegó su hora poseìa un sonido màs elegiàco. Todo se encontraba lleno de fatalismo.
La película es meticulosa, incluso con los mínimos detalles de los decorados y de vestuario, creando un lugar perfecto. No hay que olvidar que se eliminaron bastantes secuencias, aùn así la película se alarga hasta los 170 minutos.
En algunos cines europeos se mantuvo en cartel hasta cuatro años.

Es uno de los mejores western jamas rodados. Como curiosidad "Hasta que llegó su hora" contiene la secuencia de créditos màs larga de la historia del cine.
En definitiva le diò a los creadores del western la confianza de que un western podía ser una gran película. Devoviò algo que antes se había perdido.

Particularmente para mi està entre los 5 o 6 mejores western de la historia, y entre las 25 mejores películas de la historia del cine.
Se trata de un sueño, y el cine es un sueño
8
7 de diciembre de 2014 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta película, Sergio Leone me ha conquistado. Me acabo de percatar que esta hombre tiene muy pocas películas en su haber, una lástima... y sólo he visto su triología del dolar y esta. Pero me parecen una pequeñas joyas a descubrir.

Es un western diferente, muy lento pero muy cuidado. En esta película, se nota muchísimo que cada plano está cuidado al más mínimo detalle. Me ha encantado. Esa tensión, y ya desde el principo con esos minutos de tensión de saber que pasará algo pero no sabes ni qué ni porqué.

Además, es un genio utilizando la cámara. Vaya planos. Tremendo.

Le resto un punto, porque al principio tuvo que matar a animales por hacer una secuencia...
10
17 de enero de 2017 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo dijo mejor que yo Dave Kehr: Sergio Leone viaja a Monument Valley, el paisaje de John Ford. Una posible hipótesis del western: género de los propios y de los emigrados. John Ford imaginó siempre una América de caballeros medievales y no cuesta imaginar que Leone estaba aquí siendo el joven que alguna vez vio "My darling Clementine" en un cine de Italia, antes de ser un cineasta primero de peplums y luego de los llamados spaghettis.

Como ya el spaghetti era un asunto de coproducciones audaces para multicines y su fama permitía salir del marco, Leone hizo una alegoría sobre el nacimiento del capitalismo en los Estados Unidos donde dos pistoleros encarnan el final y una mujer superviviente, el principio.

Hecha de sufrimiento, de tiempo perdido, de renuncia y de manos trabajadoras: así es esta alegoría donde todo termina y se acaba para dejar paso al mundo que ahora conocemos. Leone está más cerca de la acumulación primitiva de Karl Marx que del lugar de machos heroicos de Ford y esa es la gran noticia: gracias a su compadre Morricone, aquí ya en el mejor de sus talentos y versiones, y de unos espléndidos y hermosos Claudia Cardinale, Henry Fonda y Charles Bronson sus planos largos, sus miradas y su casi ausencia de diálogos al estilo convencional, llenan la película.

Esta es la película que Leone nació para contar y una de las mejores de la historia del cine, acaso una de mis tres favoritas.
8
7 de enero de 2019 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo que por definición es imposible hacer, y creo que es una tarea titánica y absolutamente quimérica a la que se enfrentó el gran Sergio Leone tras haber rodado el que para mí es el mejor «Spaghetti Western» de todos los tiempos: «El bueno, el feo y el malo». ¿Cómo hacer para volar más alto que el mismo cielo? ¿Era posible acaso estirar y extremar todavía más los códigos estéticos que el propio Leone había inventado tras agigantarlos hasta lo inverosímil en aquella obra cumbre? La factura, el esmero y la enorme laboriosidad con la que está llevada adelante «Hasta que llegó su hora» demuestran que lo intentó por todos los medios. Muchas de las excelentes reseñas que he leído acerca de ella en esta web ponderan el logro, acuñando «Hasta que llegó su hora» como la obra maestra final del gran Leone. Me parece una opinión muy válida y harto respetable, pero no es la sensación que yo tengo. De hecho creo que Sergio, ante la imposibilidad de superar lo insuperable, claudicó ante su propio genio y entendió que la mejor solución era dar un pequeño paso atrás, suavizando sus propios códigos cinematográficos. Así y todo, y como Leone sigue siendo Leone y Morricone sigue siendo Morricone, lo que salió fue una película soberbia que se acerca mucho a lo que yo considero una obra maestra.

Las reglas del juego expositivo siguen siendo las mismas, y demos gracias por ello: primeros planos de rostros sudorosos y grasientos, moscas zumbonas, planos detalle de manos acercándose a las pistolas, botas pisando polvo innominado, miradas intensas, intercambios de gestos, movimientos de manos fugaces que la cámara apenas parece captar; todo esto combinado con impresionantes panorámicas de estaciones ferroviarias maltrechas o a medio construir y tomas interiores de salones que parecen medio enterrados en la incuria del desierto. Un villano que (tengo que decirlo) por momentos me dio más repelús que el mismo Sentencia, gracias a la aparición de un Henry Fonda inesperadamente escalofriante. La parquedad de Bronson anuncia todo el tiempo una venganza añeja en forma de carcoma del alma. La socarronería de Robards y su amargura lo convierten en uno de los malandrines más entrañables del género. Y una espectacular Cardinale, de abrumadora belleza, redondea el mejor personaje femenino que Leone haya tenido jamás.

La historia se vuelve un ápice más compleja que en sus anteriores obras, en parte debido a la inclusión del progreso como factor argumental; la llegada al lejano Oeste de los «caballos de hierro» otorga un nuevo matiz, como en «El bueno, el feo y el malo» lo había otorgado la Guerra de Secesión. Leone se muestra una vez más como un hábil enlazador de tramas, que resuelve con un guion, como siempre, muy breve y conciso, y valiéndose de su estilo radical basado en la perfecta conjunción entre unas imágenes poderosísimas y una música épica espectacular.

Todo son elogios, como veis. Entonces… ¿qué pinta ese 8 tan miserable y mezquino en mi calificación? ¿Qué es lo que hace que no la considere la obra cumbre de Leone o incluso un poco más? Como fan del director italiano, ¿qué me impide elevarla hasta los altares cinematográficos? Creo que en este sentido pesa demasiado la influencia que sobre mi ánimo cinéfilo ejerció «El bueno, el feo y el malo», obra que considero perfecta y redonda en todos sus aspectos. «Hasta que llegó su hora», siendo, como digo, una película monumental, me da la sensación de estar algo menos consolidada, e incluso de faltarle un poco (sólo un poco) de la fuerza a la que Leone me tiene acostumbrado. Quizá esta impresión cambie con los sucesivos visionados y termine embelesándome tanto o más que la gloriosa aventura de Walach, Eastwood y Van Cleef. De momento, no obstante, toda mi consideración y mi admiración, pero con la reserva de saber que, desde siempre, fue imposible superar lo insuperable.
9
10 de enero de 2021 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas veces se duda de cuándo una película es obra maestra. Para mi ésta lo es. Por la sencilla razón de esos planos tan bien elaborados (sobre todo al principio), esa música de Morricone y esa fotografía simbolizando la dureza de esa época.
No trata de gustar con un final feliz, con amor entre personajes ni nada. Se limita a contar una historia con bastante buen guión.
¿Puede que le sobren algunos minutos y que algún personaje acabe en momento cansando un poco? Sí. Pero eso no quita que sea una joya.
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