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Crash: Extraños placeres

Drama. Thriller Una noche, James Ballard estrella su coche contra el de Helen y ambos son ingresados en un hospital. Lo sorprendente es que inmediatamente después del choque los dos experimentaron una extraña atracción mutua. A partir de entonces, la vida de James se precipitará hacia un mundo oscuro y prohibido, dominado por el peligro, el sexo y la muerte. (FILMAFFINITY)
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15 de junio de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
David Cronenberg es único como pocos a la hora de dirigir películas. Es puro cine de autor. Destacan en sus propuestas los efectos especiales y el maquillaje como elementos principales y la unión de tecnología y ser humano como narrativa principal. En todas sus películas se repite este mismo esquema y concepción de una misma idea, pero particularmente en esta, Cronenberg centra todos sus esfuerzos en priorizar que esta película tenga una tónica erótica-sexual que vaya desembocando sutilmente en la narrativa anteriormente descrita. Lo hace de una manera tan extremadamente exagerada y sugerente que suscita y evoca ese arte-obsesión dentro de la sexualización, llegando a ser provocativa, polémica, excitante y muy sugerente. Y esta es la pretensión que tiene nuestro director durante toda la película, narrar ese arte sexual.

Basada en la novela Crash escrita por J.G. Ballard narra la historia de un grupo de personas obsesionadas por la relación entre el sexo y la violencia en un mundo dominado por la tecnología y la alienación emocional. James Ballard -un director de comerciales de mediana edad- experimenta un accidente automovilístico que despierta en él una fascinación morbosa por las heridas y las colisiones. A medida que explora esta nueva obsesión, Ballard conoce a otros individuos que comparten su devoción por los accidentes automovilísticos, incluyendo a la enigmática Catherine y a su pareja Vaughan, un ex científico obsesionado con recrear accidentes famosos. Poco a poco este grupo se adentra cada vez más en un mundo oscuro y peligroso, donde los accidentes automovilísticos se convierten en actos sexuales y el dolor se mezcla con el placer. A partir de aquí todo lo que les deparará esta filia será una espiral descendente de autodestrucción y decadencia.

Nuestros personajes sufren de enfermedades mentales degenerativas, rebosan esquizofrenia y degeneración acercando esta cinta a un apartado pornográfico. La violencia, el fetichismo (representado por automóviles) y el constante peligro hacen a esta cinta muy única. Muestra escenas explícitas de accidentes, heridas y mutilaciones sexuales, intentando explorar los límites del deseo humano y la atracción hacia lo peligroso.

Es normal que esta película coja un tono pedante de difícil trago, la narrativa no avanza, los personajes no profundizan y en las escenas siempre prima el mismo mensaje, pero, trata temas interesantes a pesar de todo ello como pueden ser la relación entre sexo-violencia, obsesión sexual, la alienación emocional en nuestra sociedad, la tecnología y los coches, la deshumanización y la perdida de identidad, los límites del ser humano, el fetichismo (placer y dolor), la búsqueda de experiencias extremas y la atracción por lo prohibido y los tabúes.

Pero todo esto no salva el gran problema de esta película: el guion. Este mismo carece de profundidad, desde la narrativa hasta los personajes. No es sólida y los personajes parecen meras marionetas para que Cronenberg desarrolle sus filias y obsesiones sexuales (eso sí con un gran resultado a la hora de escenificarlo) que, en el fondo, no terminan de explorar estos temas tan profundos ni las motivaciones-emociones de todos los personajes, no hay un raciocinio. Esto hace que el espectador desconecte, se mantenga distante y su capacidad de interés y sorpresa disminuya exponencialmente. Eso sí, el problema viene en la construcción de personajes porque James Spader, Holly Hunter y Elias Koteas, entre otros, interpretan de manera genuina su papel y su rol transmitiendo ese deseo sexual tan oscuro, no les podemos pedir más.

Y esto francamente es una lástima para una película en la que Cronenberg está técnicamente (una vez más) brillante. La estética fría, deshumanizada y la atmósfera que crea es indudablemente buena, pero la solidez nunca brilla. Emplea una paleta de colores fríos y metálicos, la iluminación es sombría y a menudo se basa en tonos azules y grises y, además, utiliza una composición visual precisa y simétrica para crear un sentido de equilibrio y estabilidad en contraste con la temática perturbadora de la película. Los escenarios que van en sintonía para representar esos choques automovilísticos, esos planos favorecedores... Es cierto que hay metáforas y simbolismos pero se tratan de manera muy superficial por la propia falta de profundidad. Y esto me produce una lastima particularmente, pues es frustante estar ante una película bien realizada que no consigue obtener el resultado al que potencialmente aspiraba.

Crash es una película provocativa que no gustará a todo el mundo, con un apartado técnico muy interesante pero escaso en su intento de exploración narrativa y la reflexión que podamos ejercer tras su visionado. Aun así, su enfoque violento y sexual hacen a esta cinta única como pocas por lo que si te interesan estos temas recomiendo verla. Simplemente debes aceptar que esta será una experiencia difícil de disfrutar o difícilmente apreciable pero en la que Cronenberg ha cuidado y priorizado que veamos su mensaje.

¿Es posible que sea la película más perturbadora que haya visto?. Muy probablemente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo mejor de la película, aparte de su apartado técnico como bien he mencionado, es sin duda la conexión de los personajes. Y me refiero a la atadura que tienen todos y el como cada uno se ve representado. Un grupo de esquizofrénicos y depravados que les gusta compartir experiencias al mayor riesgo posible, sin importar lo que pase.

James realmente es Peter y Deborah es realmente Holly o Cheryl. Todos tienen el mismo destino y, paradójicamente, todos son iguales. Y ahí está la metáfora, están en una misma realidad temporal pero son mismas personas en diferentes cuerpos, atrapados por un deseo sexual inmenso y una tecnología devastadora. Todo lo que les depara es muerte y destrucción, pero a unos les acaba llegando antes y a otros más tarde, un viaje del que dificilmente escaparán, pues Deborah ha tenido suerte de sobrevivir al último accidente, ¿pero al siguiente? Al siguiente acabará muriendo.

Mientras tanto, que disfruten de sus placeres íntimos. El ser humano es depravado por naturaleza. Y como bien representa Cronenberg en otras películas, como por ejemplo La mosca, somos meros animales.
6
15 de junio de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Una espléndida realización... y una temática propia de un psicópata. No me gusta Cronoenberg, siempre refleja temas que muestran lo peor... Y lo malo es que, cuando se muestra pasión por contenidos como el de esta película, la gente puede terminar imitando a sus protagonistas. Es increíble lo bien hecha que está, lo bien dirigida, montada (nunca mejor dicho) interpretada... y, sin embargo, al final, deja la sensación de que la mierda (este es un refrán hispano ) es mejor no removerla. La ví por primera vez hace años y me dije a mi mismo que no la volvería a ver. Propósito incumplido... pero que reafirma el horror que anida en las mentes enfermas. Porque muestra la locura y lo peor del ser humano, la crueldad, la falta de conciencia... hasta donde puede llegar la banalidad mezclada con sadismo y masoquismo... Y algo peligroso para la sanidad mental: lo muestra en personas, aparentemente normales e incluso atractivas. No me gusta este juego, no me gusta este tipo de adrenalina, no me gusta a lo que suele jugar Cronenberg, el desnortado talento de Cronenberg. Qué buenos actores y actrices también, pero hay que tener estómago para aceptar interpretar el espanto que nos muestra la pantalla. Hay quien puede ver algo ejemplarizante, que muestra la superficialidad de una sociedad desalmada y caída en lo más bajo y degradante, el pozo más oscuro del alma. Lo malo es que yo tengo dudas de sí Cronenberg tiene sueños o no como los de los intérpretes. Si le gusta lo que, consciente o inconscientemente, propone.
9
7 de diciembre de 2009 2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Camina nuestra carne por vericuetos de deseo, pasión, amor, egoísmo... y tendrás suerte si la tuya ha decidido seguir los caminos convencionales. Porque a veces la carne en los seres humanos se desvía transitando por terrenos oscuros, pasadizos, atajos que desembocan en el dolor, en la sangre, tal vez en la aberración. Esa carne que en cada individuo busca su identidad, que no es otra que la obtención del placer, bifurcado en tantas direcciones como cuerpos, sencillo sólo cuando se encuentra en línea recta pero tan complicado cuando el sexo no quiere, no puede si no mostrarse desde la diferencia, la exclusión, el tabú y la marginación.

Se mueve mi carne por la vía más transitada, la considerada dentro de los márgenes aunque siempre habrá quien tenga límites aún más pequeños, pero mirando fuera de ellos se me abren mundos extraños que puedo observar desde la barrera con un punto equidistante entre la incredibilidad, el morbo y el asombro. No quiero experimentarlos, sé que no son para mí pero puedo acercarme a ellos como un voyeur, ajeno a la participación pero abierto a conocer aunque solo sea con la superficialidad del que observa los diferentes caminos que mi naturaleza no podría si no rehuir y rechazar.

Y en esta película retorcida y lúgubre de una intensidad casi perversa donde la carne solo se realiza a través de la colisión apocalíptica entre el sexo y la velocidad hasta llegar a un orgasmo bizarro provocado mediante accidentes automovilísticos, miro y asisto perplejo a lo que me parece un esperpéntico espectáculo de barraca de feria, de cuerpos desnudos que se buscan entre hierros y kilómetros, y sin embargo tal vez tan parecidos a mi cuando persigo el placer en el cómodo camino que ha escogido mi carne.

Dura, fácilmente detestable, tal vez incomprensible, tiene de todas maneras la fuerza propia de su director y si consigues entrar en ella puede ser que consiga fascinarte aunque una vez finalizada solo quieras mirarte a ti mismo y olvidarte por un tiempo de los demonios que se esconden más allá de tus propias fronteras allí donde el placer de otros se convierte en un terreno desconocido mientras hace palpitar las entrañas de la carne accidental.

https://corazonesenelprecipicio.blogspot.com
9
4 de mayo de 2012 2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ocurrencia de encontrar un nexo fetichista entre la violencia, despersonalización y desmembramiento de los accidentes de tráfico y el deseo y el acto sexual parte de la imaginación de un escritor llamado J.G.Ballard.
Esta temática se convierte en un posmoderno punto de partida filosófico, en aras de la creatividad y de la exploración del lado oscuro del ser humano. Probablemente el propio Ballard habría reconocido lo absurdo del tema en sí, independientemente de las viscerales emociones que pueda llegar a suscitar.
Lo que hizo Cronenberg fue limitarse a llevarlo a la práctica adaptándolo en forma de película. No debe ser nada fácil pero a mi juicio lo logra, y tiene un ritmo y una exposición bastante comprensibles una vez nos hacemos a la idea de su extraña y enfermiza temática.
Tanto por el lado del erotismo sadomasoquista e hipersexual de los personajes como por el de los terribles accidentes de automóvil se trata de una película muy fuerte e inquietante, que puede herir la sensibilidad de no pocos espectadores.
Con todo, el resultado está logrado pese a lo escabroso y absurdo de la temática, y eso depende del buen hacer del director. Los actores hacen sus papeles creíbles, dejándose envolver por la oscura y casi dolorosa atmósfera que logra el film.
Como comentaba una crítica que leí en esta página, no era de esperar que nos saliese con una de Indiana Jones. Afortunadamente, pues como esta película no hay otra.
8
24 de junio de 2012 2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A quienes no les gusta la película suelen tener en común que en su interior florecen sentimientos de desprecio, asco y repulsión; comunes adjetivos que utilizan para describir la película. Resulta curioso que una película que su tonalidad se mueve por esas tesituras tuviera que provocar otro tipo de sensaciones, la película cumple con su propósito, inquietar, escandalizar... una colisión directa. Por lo contrario, el hecho de que la película te guste no quiere decir que no despierte en tu interior ese tipo de sentimientos, pues algo en común que une tanto a quienes la repudian como quienes la disfrutan, es que consigue desconcertar.

El reparto está muy bien seleccionado la actuación de los actores es la ideal para la película, su dirección es muy precisa, el juego de miradas, las expresiones indolentes, la forma en la que dialogan, todo está pensado para la construcción del tono de la película, que en su conjunto final consigue provocar una serie de sensaciones que distan mucho de lo agradable.
La dirección fotográfica de Peter Suschitzky es tan sutil como desbordante. No se basa solo en conseguir tonalidades azuladas y combinaciones de colores fríos, va mucho más allá, desde sombras y luces expresivas, hasta sutiles reflejos sobre los personajes. Está pensado para crear conceptos, despertar sensaciones y construir ideas; todas relacionadas con la temática de la película, tan integradas que no destacan por encima de otros elementos. La banda sonora es inquietante y perturbadora, ecléctica en función a la película, contiene aquello que se quiere transmitir al público pero que resulta de difícil asimilación por lo abrupta que resulta la propuesta.

A parte de recibir un premio especial del jurado en Cannes, la película consiguió en los premios Genie de 1996, lo que vendría a ser el equivalente de los Oscar en Canadá, los premios a la mejor fotografía, mejor dirección, mejor montaje, mejor guión adaptado, mejor montaje sonoro y la Bobina de Oro; también consiguió una nominación en 1998 por parte de la Motion Picture Sound Editors al mejor montaje sonoro. A partir de su estreno, la película sufrió censura en gran parte del mundo, en Estados Unidos sufrió recortes y en Inglaterra directamente se prohibió su estreno. Lo curioso es que en España se pudo ver la versión íntegra, es posible que tal como están las cosas en la actualidad ni la estrenasen. Crash es una película complicada para recomendar, no porque resulte compleja para su entendimiento, aunque si lo puedan ser las re-lecturas que ofrece, es una película de la que si escarbas sacas mucho más de lo que piensas, sobre todo por la calidad cinematográfica que esconde. También es cierto que para disfrutar de muchos de los elementos de Crash tienes que conocer el recorrido de Cronenberg y tener una cierta afinidad, pero eso no es excusa para quedarse en la superficie de Crash, hay que indagar más, levanta su capó y toquetea su motor, te mancharás, pero descubrirás cosa nuevas.
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