Haz click aquí para copiar la URL

Crash: Extraños placeres

Drama. Thriller Una noche, James Ballard estrella su coche contra el de Helen y ambos son ingresados en un hospital. Lo sorprendente es que inmediatamente después del choque los dos experimentaron una extraña atracción mutua. A partir de entonces, la vida de James se precipitará hacia un mundo oscuro y prohibido, dominado por el peligro, el sexo y la muerte. (FILMAFFINITY)
Críticas 110
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
8
12 de enero de 2014 2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La visión que David Cronenberg ofrece en Crash, obra literaria homónima escrita por James Graham Ballard, autor de historias extrañas, magnéticas y en ocasiones incomprensibles con una capacidad asombrosa para crear ambientes poéticos y perturbadores a partes iguales, no desmerece para nada la original. Aunque Cronenberg elimina ciertos elementos de humor negro que alberga el relato, así como toda la jerga técnica automovilística, e incorpora sus propios elementos de transmutación de la carne y enfermedad como paso previo al renacer del individuo, el espíritu de la novela queda intacto. De hecho, todas esas obsesiones de alguna forma están también en el espíritu de la novela, como si Ballard estuviera pensando en alguien como el canadiense cuando la escribió. Por tanto, de entrada, una gran adaptación cinematográfica de una novela difícil, malsana y compleja que no dejará indiferente a nadie y obligará a amarla o a odiarla con todas las fuerzas.

El futuro frio, decadente y sin alma que se nos muestra, donde personas de actitud robotizada incapaces de amar y sentir nada por el prójimo, que están en perpetua búsqueda enfermiza de placer que sacie su vacío interior y donde los coches son una materialización de lo rápido que se transforma el mundo debido a la tecnología y nuestra incapacidad (mental y física) como especie para adaptarnos a ello que planteaba Ballard en 1972, parece hoy día una profecía hecha realidad. No cuesta mucho vislumbrar en el actual, frenético y decadente mundo capitalista donde nada nos satisface y continuamente buscamos ese nuevo tótem tecnológico que nos proporcione la anhelada felicidad y paz interior el reflejo real de lo imaginado por Ballard hace más de 40 años.

Cronenberg muestra una carne y sexo enfermizo, perverso, degenerado e hiriente que atrapa a los personajes, y a nosotros como espectadores-voyeurs, en un intento desesperado por conseguir todo aquello que una sociedad post-industrial y aséptica, donde todo está perfectamente estandarizado, les niega sistemáticamente, el simple goce de las cosas naturales de la vida. En este contexto surgen falsos iluminados como Vaughan (Elias Koteas) que corrompen y degradan aún más a los desesperados, ávidos de una luz que marque el camino, empujándolos inexorablemente hacia el lado más oscuro y depravado de su ser. Lo curioso del asunto, es que a pesar del sexo que aparece en pantalla y la viciosa, tortuosa e incómoda erótica que desprende la historia, pocas veces en el cine hemos (disfrutado) asistido a una lección de desvíos y degradaciones tan sensuales. Apenas se visualiza de forma nítida el acto sexual, pero las imágenes que nos presenta Cronenberg son tan poderosas que mutan en nuestra mente transformándose en iconos abyectos, decadentes y obscenos. Gran triunfo del canadiense que se erige como un maestro, casi inigualable en el cine actual, para rodar escenas de alto contenido carnal y depravación de forma tan exquisita y elegante.

El reparto, como suele suceder en el cine de este autor, da el 100% y nos brindan unas actuaciones frías, distantes y ambiguas que encajan a la perfección en la historia, destacando fundamentalmente un perturbador y alucinado Elias Koteas y una sicalíptica Deborah Kara Unger. Desgraciadamente los personajes están esbozados, nunca llegamos a comprender perfectamente todas sus motivaciones y difícilmente podemos congeniar con ninguno de ellos. Sólo podemos acompañarlos en un viaje que no tiene retorno.

En conclusión, Crash no es una película fácil, se vuelve algo reiterativa a partir de la hora de metraje y no termina de consumar el gran clímax que desde el principio nos promete, por lo que todos aquellos que no estén dispuestos a embarcarse en un viaje descabellado y sin conclusión al fondo del alma humana, desprovistos de prejuicios, desgraciadamente sólo encontrarán la visión de la carne desnuda, del pubis rasurado, de la herida abierta, del sexo enfermizo, de la necesidad de que los fluidos corporales muten a lubricantes industriales de mecanismos de alta temperatura, sin que exista lógica alguna para ello. Y no se percatarán que todo lo planteado es mucho más profundo e intenso que la necesidad urgente de alcanzar el orgasmo.
9
19 de agosto de 2015 2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo la expereiencia sexual más animal, en la que la carne domina a todo tipo de sentimientos, deseos y demas ropajes nos deja ver al final del acto una luz oscura y sucia, que también somos nosotros. Esa luz es Crash. Soy muy seguidor de Cronenberg y de su cine y junto con Inseparables me parece su mejor película. Dificilísima de abordar y de rodar saliendo airoso. Un viaje alucinante al fondo de la parte que menos nos gusta mirar de nuestra mente. Magistral...y necesaria. Esto,aunque le pese a tantos, también es cine.
10
6 de marzo de 2021 2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leí la novela de Ballard de joven, y aún recuerdo como me impactó. La descarnada malsanidad de los personajes y lo truculento de la historia dejaron huella en mí.

Cuando proyectaron en cine la versión restaurada, fui a verla en Madrid. En la sala estaríamos una docena de personas, y la mayoría íbamos solos. Ballard no es un plato fácil de compartir.

Empezaré diciendo que, en mi opinión, Cronenberg ha capturado completamente la novela y la ha trasladado, sin concesiones ni miramientos, a película. Tanto es así que a partir de ahora no hablaré de película, sino de novela/película.

Y es dificíl definir que tipo de novela/película es Crash. En diversos momentos, Ballard la llamó “cuento con moraleja”, otras veces “himno psicopático”, aunque casi siempre se referia a ella como una novela de ciencia ficción. Mi tesis es que ni la novela es una novela ni la película es una película. Ambas tratan, sí, de narrar una historia, cada una con sus medios: palabras en un caso, imágenes más palabras y música (poca, por cierto) en el otro. Pero ahí acaba la simulitud con las novelas/películas normales. Creo que si tuviera que definir Crash diría que es un cuadro, y si tuviera que nombrar cual me viene a la mente cuando recuerdo Crash, diría: “El Jardín de las Delicias” de Hieronymus Bosch: figuras atormentadas que corren en círculos mientras son masacradas por máquinas perversas… o quizá uno de los retratos de Francis Bacon, esos que al mirarlos te da la sensación de estar delante de alguien que sufre mucho, mucho dolor.

Porque lo importante no es la historia que nos narra la novela/película, ni siquiera lo que hacen o sienten los personajes. Lo que Crash consigue con una fuerza descomunal es que seamos nosotros los que sintamos la angustia y la lujuria, los que tengamos arcadas y se nos revuelvan las tripas. Crash golpea como un gancho al hígado que nos deja sin respiración e impregna la sala de cine del olor del semen y la sangre mezclados con el aceite caliente derramado sobre el asfalto.

Crash consigue todo eso sin dar ni requerir explicaciones ni entendimientos, y eso queridos colegas, esa “cosa” que es capaz de transmitirnos emoción, sentimiento o comprensión de lo más oscuro de la naturaleza humana se llama, sencillamente, obra de arte.

Como toda obra de arte, habrá quien la aprecie y quién la desprecie, pero no dejará indiferente. No hay más que leer el resto de las críticas…

#sígueme en Twitter @ArponeroSanchez, y si te ha gustado no olvides dar un positivo!
7
7 de octubre de 2013 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de que David Cronenberg inventara el concepto de la “nueva carne” en “Videodrome” (1983), como eliminación de las fronteras entre lo orgánico y lo metálico, su filmografía se ha centrado siempre en obras reflexivas y distópicas acerca del ser humano, de sus miedos, pasiones y, sobre todo, patologías físicas y mentales. En “Crash”, por muy escandalosa que le pueda parecer a algunos, sigue las mismas pautas que ha seguido siempre, pero dándoles otra perspectiva. El sexo para Cronenberg es, como la violencia, otra condición natural del ser humano, y la “nueva carne” esta vez tiene su imagen en la dolorosa fusión entre el cuerpo y los amasijos de un coche estrellado.

El filme reúne perversión física y mental a partes iguales. El sexo explícito es mostrado como una consecuencia enfermiza de un hecho concreto, en este caso las colisiones entre coches. Esas colisiones provocan entre quienes las padecen un deseo irreflenable de buscar el placer, en una simbiosis depravada entre el deseo carnal y el frío metálico de un chasis. La primera escena de la película, con Deborah Kara Unger excitada por el contacto del metal mientras un desconocido la penetra, resume tanto la tónica general del filme como su idea.

Cronenberg mezcla sexo con accidentes como quien relaciona el alcohol con la resaca: una es consecuencia de la otra. Con ello expresa la idea de que el sexo, visto así, es sólo un acto exclusivamente carnal, donde el amor no tiene cabida y por tanto no hay celos de por medio. De hecho, todas las “víctimas” de accidentes se reúnen en una especie de comunidad fraternal donde todos pueden acostarse con todos. Las colisiones son las drogas de estos yonquis mentales, cuya adicción puede llegar a ocasionar el mayor éxtasis orgásmico: la pérdida de la vida en un accidente de coche.

Una parafilia sexual así sólo se le podría ocurrir a Cronenberg, y el público sólo se lo puede perdonar a él. En este sentido, la película es demasiado atrevida; no ya sólo por el alto contenido erótico, tanto de imágenes como de diálogos, sino por lo polémico de su razón de ser: encontrar en el dolor, en las prótesis y en las cicatrices un elemento de placer. Respecto a esto, una de las escenas más explícitas y, quizás, más duras de digerir, es cuando estos yonquis del masoquismo enfermizo toman fotos y se recrean en el lugar de un grave accidente, como si de unos “voyeurs” se tratase.

Las actuaciones siguen el mismo tono irreal y cuasi onírico de la cinta, destacando una Deborah Kara Unger en un permanente estado de excitación. James Spader parece perdido en muchas ocasiones, como si con él no fuera la cosa, y por último Holly Hunter y Elias Koteas demuestran, sobre todo este último, que sus tórridos papeles han sido diseñados para ellos.

Pura perversión Cronenberg. ¿Recomendarla? No me atrevo...
6
1 de diciembre de 2013 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues tal y como lo oyen mis amigos, un sin fin de adjetivos que se le pueden poner a esta oscura visión de David Cronenberg, que se basa en el libro homónimo de J.G. Ballard y que dicho sea de paso causó mucha polémica (no solo por las explícitas escenas de sexo que contenía) sino por el tema que trataba, ni más ni menos que un montón de gente extraña que tiene como principal fetiche ver y hasta participar en choques de automóviles. Bastante loca la idea no?.

Pues loca y todo el gran David Cronenberg se puso al mando de este proyecto y salió relativamente con la frente en alto ya que si bien a algunos no les gustó en absoluto, sin embargo a un grupo de seguidores de este director les llegó a fascinar al igual que otras de su obras que si han tenido el apoyo mayoritario de la crítica especializada.

Del reparto pues quien mejor para interpretar al curioso protagonista que un experto para este tipo de papeles como es James Spader, como siempre correcto. Holly Hunter, Deborah Kara Unger y Rosanna Arquette completan la cuota femenina que sin llegar a lucirse tuvo que exigirse un poco en su respectivo rol. Pero el señor Elias Koteas es quien pone los pelos de punta a cualquiera con una de sus actuaciones más sugestivas y que le queda como anillo al dedo, puesto que hacer de demente y hacerlo tan convincente no cualquiera lo puede hacer, sin llegar a la caricatura.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para