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Drive

Thriller. Acción. Drama. Cine negro Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon, su jefe, que conoce bien su talento al volante, lo mismo le busca directores de cine y televisión que criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver comienza a cambiar el día en ... [+]
Críticas 618
Críticas ordenadas por utilidad
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6
14 de octubre de 2012
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Coches, violencia y dinero cine alternativo? Llamemos a las cosas por su nombre, esta es una película totalmente comercial con un toque indie para satisfacer la nueva moda gafapasta. En mi opinión cine alternativo es el cine de la 2, no esta película, que es candidata perfecta para ser televisada en antena 3 como “El peliculón”.

La historia principal de “Drive” no está mal y la película podría haber estado mucho mejor si no fuera por dos cosas: las interrupciones constantes con escenas totalmente pretenciosas con las que el director parece querer demostrar lo cool y alternativo que es; y una historia de “amor” totalmente inverosímil y vacía en la que no pasa nada; toques que no aportan absolutamente nada, al contrario, enlentecen el film y le dan un toque de “quiero y no puedo”. En definitiva, la peli es entretenida aunque lenta y tiene, para mí, una gran pega, que es la de ser un claro ejemplo de la nueva moda hipster, que supone la paradoja de la moda antimoda.
Además, en cuanto a los actores, Ryan Gosling, no sé cómo, consigue darme la sensación de que sobreactúa con el papel más inexpresivo que existe.
En lo relativo a lo bueno me parece que esta película tiene gran calidad técnica, la fotografía y la banda sonora me han parecido buenas pero, al no acompañarse de un guión del mismo nivel, vemos como resultado escenas emocionalmente vacías que, a mi, lo más que me transmiten es aburrimiento.

En conclusión, la cinta sirve para pasar el rato pero en mi opinión es muy pretenciosa y está totalmente sobrevalorada.
9
2 de enero de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Driver es silencioso, introvertido y serio. También es rápido, astuto e intrépido. Todo lo combina cuando se pone al frente de un volante, bien cuando trabaja como especialista para los grandes estudios de Hollywood, bien cuando orquesta las fugas de cacos y criminales durante la noche. Su compañía más fiel es la de Shannon, un eterno perdedor. Puede que sea por estar a su lado, o puede que no, pero el caso es que Driver no regenta las mejores compañías de L.A.

Y ahí está ella, la dulce Irene. Ésa que le ganará su corazón. Igual que el muchacho, Benicio. Ambos son un salvoconducto para huir de la tristeza más profunda, y él, esto, lo defenderá hasta las últimas consecuencias. Nadie entendió que no lo hacía por dinero, sino por amor. Quedan pocos tipos como él.

Engalanada con una excepcional banda sonora, todo se mueve al compás que escribe Hossein Amini, a partir del material literario de James Sallis, y que dirige, con mucha clase y pulcritud, Nicolas Winding Refn (bravo por quién lo conociera antes de este film). Una factura técnica asombrosa que nos cautiva desde bien pronto, desde que aparecen los primeros títulos de crédito. Un prólogo tenso, frenético, con mucho brío. El aperitivo ideal. Y un reparto que deja a uno totalmente asombrado. Ryan Gosling está sensacional, puede que la mejor interpretación del año. Carey Mulligan, Albert Brooks, Christina Hendricks o Ron Perlman, lo bordan. Pero yo me quedo con el secundario del año, ése que encarna el fracaso y la derrota con la amargura requerida, un magistral Bryan Cranston.

En fin, 'Drive' es la mejor película del 2011. Así como suena. Es solitaria, taciturna, melancólica. También es amarga, áspera. Dulce y conmovedora por momentos. Brutal, violenta y sanguinaria en otros. Siempre dolorosa, profundamente triste. Por encima de cualquier cosa: la mejor película de amor brindada en mucho tiempo.
9
8 de enero de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que confesar que cuando leo muchas críticas positivas sobre una película, cuando me entero que ha recibido muchos premios, y cuando alguien me dice "es la mejor película del año" me suelo poner muy a la defensiva a la hora de verla. Es más: suelo ir con un fusil ametrallador con mira telescópica y cuando me siento en la butaca, estoy esperando para despedazarla. Y así es exactamente como fui a ver la cinta que nos ocupa, y que contra todo pronóstico, me encantó; me pareció una de esas pequeñas joyas en las que un cineasta es capaz de destilar lo mejor de su narrativa a la hora de contar una historia que, bebiendo de clásicos como "Bullit", "Taxi Driver", cualquier cinta de Sergio Leone -y por ende, del universo Tarantino...-, es capaz de trascender a estas y conseguir dar un paso más en la estética y en la propia dramaturgia. Parece mentira que con personajes tan manidos como ladrones de bancos, traficantes, mafiosos, mecánicos y misteriosos desconocidos y con elementos tan clásicos en ecuaciones del cine negro como coches deportivos, robos, ajustes de cuentas y amores imposibles se logre un producto original, que demuestra que no todo está inventado, que aún se puede aportar algo nuevo a la historia del cine. Aunque exista quizás un afán desmedido en la forma, que en muchas ocasiones olvida el trasfondo -como ya pasaban en anteriores películas de este realizador danés como "Bronson" o "Valhalla Rising"-, se da un paso más allá, llenando mucho más el contenido. Además el lirismo audiovisual de este realizador llega a la categoría de auténtico arte, conmovedor, intimista y de un calado emocional realmente turbador. (SIGUE EN SPOILER POR FALTA DE ESPACIO)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El uso de esos elementos tan básicos, pero tan demoledoramente efectivos, consigue dejarnos en muchos casos realmente hipnotizados por la fuerza artística de la expresión; pero lo más alucinante, lo que más me impactó es que toda la contundencia con que Winding Refn utiliza la violencia nos explota cuando menos lo esperamos, de una manera tan fortuita, tan azarosa como la vida misma. Esos matices grises, que tan mal estaban difuminados en "Bronson", ahora llegan al nivel de un cuadro de Monet, en una microscópica escala que sube in crescendo casi sin darnos cuenta: un buen chico trabaja en un taller mecánico. De modales exquisitos, educado, amable y callado, en sus horas libres también realiza tareas de especialista en persecuciones y escenas de accidentes de coches en rodajes de cine y televisión de la ciudad donde vive, nada más y nada menos que Los Angeles. Pero su dominio de los coches llega mucho más allá, ya que también participa en robos, siendo el conductor perfecto, capaz de sacar de cualquier problema a los atracadores de cualquier sucursal o almacén. Claro que su bien ordenada vida, empezará a cambiar cuando descubre a su vecina y su hijito.
No hace falta decir más. No hace falta explicar más. Todo lo demás está en la pantalla, esperando para ser descubierto, y créeme, que lo descubrirás, en uno de los más sorprendentes, preciosos -a pesar de su brutal violencia- y estilísticamente perfectos filmes de los últimos años. Pero por si faltara poco con esa ración de dominio visual, este director consigue tener un nivel actoral de un nivel superlativo, con estrellas clásicas como Albert Brooks, iconos del género como Ron Perlman, y un joven protagonista como Ryan Gosling que rubrican una cinta realmente fantástica. De las que merece la pena ver un mínimo de tres veces, y así apreciar todos los sutiles matices que nos ofrece, a cada plano: si metiéramos en un coctelera a Tarantino, a David Lynch, a Scorsese, a Peckinpah e incluso -y me atrevo a decirlo..- a Kubrick, tendríamos este film, que además emplea de una manera ejemplar la banda sonora.
10
23 de marzo de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Suena cadenciosamente la melodía triste de la conmovedora “nigth call” y en un plano medio se nos muestra de espaldas la figura de nuestro particular antihéroe, dirigiendo un auto, parábola de su propia vida, por la más absoluta soledad de unas calles desiertas, metáfora y síntoma a la vez; sobrio, asiendo firmemente las aristas romas del volante que maneja con especial delicadeza, dirigiéndose calmadamente hacia un destino tan incierto como desconocido, atravesando en silencio las arterias de la acechante ciudad de Los ángeles, con sus resplandecientes luces travistiendo la oscuridad de la noche.
De pronto se corta la imagen anterior mostrándosenos un primer plano de perfil del protagonista, al tiempo que detiene su lujoso vehículo, un primer plano de un individuo con la mirada perdida, trufada de heridas aún abiertas, supurante de un dolor muy reciente, lastrada por el último recuerdo, aún muy vivo e íntimo, de su vida acercándose lentamente hacia el gran abismo de la soledad.
En ese preciso instante se proyectan las letras del título del film en un tono fucsia muy vivo, con ribetes de films de los setenta, llenos de antihéroes y villanos renegados y en lucha constante contra su propio destino. Con ese gesto tan simple, en los primeros compases de esta antiutópica película, el director nos ha trasladado toda la pesadumbre existencial de un individuo desubicado, curtido por los golpes propinados por una jungla caótica de gasolina y asfalto, nos ha trasmitido su impostada dureza, su más íntimo pesar, su estoicismo ante infortunios difícilmente disimulados.
En ese sublime momento, en ese maravilloso instante de cine comprimido, podemos advertir que nos encontramos ante una estimulante descripción del hombre postmoderno, un relato de valores, de huidas y soledades, un silencioso retrato fotográfico de todas esas frustraciones atrincheradas en el rincón más oscuro de nuestro corazón, por el devenir de una vida que no siempre sonríe como hubiésemos deseado.
Nuestro particular héroe, de mirada triste y perdida, como en los mejores westerns, no necesita verbalizar sus íntimas cuitas personales, no precisa de grandes palabras para mostrar todos sus sentimientos; nuestro héroe se hace de miradas y silencios, y sobre todo de gestos, de acciones, de exorcizantes abscesos ultra violentos que en un primer momento pueden desconcertar, que en primer momento pueden provocar rechazo en todas aquellas personas que no se esfuercen en intentar comprenderlo, para qué, de todas formas a estas personas que lo prejuzgan, que no se preocupan en comprenderlo, a nuestro héroe no le interesan, al igual que a ti y a mí.
5
1 de enero de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es imposible leer todo lo que se ha dicho sobre "Drive" hasta el día de hoy, demasiadas letras, demasiadas palabras y al final todo se reduce a unas cuantas ideas. Se trata de una de las películas del actual siglo que más me han recomendado y cuya enorme insistencia es lo que me ha llevado por fin a ponerme delante, para lo cual, no lo negaré, también ha ayudado comprobar que su duración estaba por debajo de las dos horas que ya parecen ser imprescindibles en el cine actual.

Su inicio es para ponerse a temblar, se nos presenta tras un volante al hombre cuya historia no tardaremos en descubrir mientras aparecen unos títulos de crédito iniciales en ese impecable color rosa. El virtuosismo de este hombre sin nombre como conductor queda fuera de lugar, es su carta de presentación, no hay dudas sobre el punto de partida.

A partir de ahí las formas con las que "Drive" está hecha quedan al mismo nivel de la trama, es decir, la innovación de un estilo diferente para explicar la brutalidad y la violencia son el objeto del juicio general que hace que algunos se posicionen en contra y otros a favor de esta rara realización. Porque la historia nos es contada de forma rara, no me corresponde a mí ser tajante porque mi opinión se encuentra a medio camino de los dos extremos, pero lo más evidente es que en esta película hay algo más que una trama de cine negro, hay un personaje cuya identidad apenas conocemos (nada de su pasado) y una historia de amor con un fondo de dudosa credibilidad.

A mí los silencios del protagonista y su aparente abulia me ha provocado algún bostezo, puestos a ser prosaicos prefiero los gritos y la pasión a la mirada puesta en el infinito y a la escasez de verborrea. Tiene su carisma, no lo niego, cuando va a por uno de los malos con un martillo en la mano, en la escena del ascensor y cómo no, al volante, pero creo que se le ha dado más bombo del necesario, porque la película está bien, pero no es para tanto. Y la verdad, enamorarse de la vecina así, al menos tal y como nos lo enseñan, es algo que no me cuadra...

En definitiva muchas palabras, demasiadas, para algo que estando bien, no deja de ser un entretenimiento correcto, muy lejos para mí de ser un gran título.
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