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En primera plana

Drama En el año 2002, un reducido equipo de reporteros de investigación del Boston Globe destapó los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por curas del estado de Massachussets. La publicación de estos hechos, que la archidiócesis de Boston intentó ocultar, sacudió a la Iglesia Católica como institución. (FILMAFFINITY)
Críticas 242
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5
11 de febrero de 2018 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una peli de "periodistas" (un género en sí mismo). Se centra, casi en exclusiva, en el trabajo periodístico, valga la rebundancia. Y se resiente de ello. Me explico: está bien...pero me resultan relativamente atractivas y no pocas veces confusas, las peripecias de estos profesionales para desentrañar "el caso".
Yo creo que cuando toca la fibra es en los aspectos más alejados, en los aspectos humanos de víctimas, agresores e incluso de la repercusión emocional en los periodistas. Aquí lo importante es "el caso" en sí mismo y cómo nos afecta.
Y esto, la verdad, lo toca de refilón. Un poco desaprovechada
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sólo los arrebatos de Mark Ruffalo cuando se desespera por la lentitud o sus reflexiones sobre la fé me provocan empatía.
Qué desaprovechada la historia del cura que sí que habla.
Qué desaprovechadas las víctimas. Hay un momento que el presidente de la asociación de víctimas (otro personaje interesante)...desaparece.
Qué desaprovechada la reacción final de las altas instancias religiosas, que no vemos en ningún momento.
Sólo el trabajo de los periodistas.
Bien, pero poco me parece.
4
21 de marzo de 2018 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevo tanto tiempo sin reseñar nada -¿existe el verbo “reseñar”?-, y se me ha olvidado un poco como se hacía. Joder. Empezaré diciendo que he visto “Spotlight”, e informaré de que se trata de una película muy laureada que se estrenó en 2015 y que habla de un grupo de periodistas que investigan numerosos casos de pederastia por parte de curas católicos. Avisaré que está basada en hechos reales, que está escrita y dirigida por un tal Tom McCarthy, que funcionó super bien en festivales y galas de premios de todo tipo y que está considerada como una de las mejores películas de su año, superando en algunas listas a “El Renacido”, “Room”, “Inside Out”, “It Follows”, “Sicario”, “The Hateful Eight”…

Por lo que siento que me enfrento a una especie de Goliat, y que voy a ser contradicho y atacado por las afables gentes de internet. En fin, la película tiene una de las introducciones más exigentes que recuerdo: mediante un conjunto de conversaciones grabadas sin interés ni profundidad alguna, se nos presenta una trama a base de palabras y diálogos. El resultado es una sucesión surrealista de nombres, sucesos y cargos que es muy difícil de hilar y que, sencillamente, no funciona. No estoy pidiendo que me lo den todo mascado pero, joder, podrían no haber olvidado que están haciendo cine.

Una vez entrados en harina, la obra gana enteros gracias unos personajes muy bien construidos, con unas interpretaciones sorprendentemente estables. Debo destacar a Ruffalo, que sabe comerse cada escena en la que hace acto de presencia con un personaje carismático al que es fácil cogerle cariño. El problema es que “Spotlight” ignora TODO lo que no tiene que ver con la investigación, retratándola con absoluta fidelidad pero obviando cuestiones como el desarrollo de personajes o su actuación como grupo. Existe cierta evolución en el personaje de Keaton, pero es una evolución que apenas sobrepasa lo funcional. Es una lástima, porque habría sido interesante abordar cuestiones como el funcionamiento del grupo o la implicación de los hechos en su religiosidad, un discurso que se puede percibir de fondo y que es muy interesante pero que no va más allá de lo anecdótico: Lo importante aquí es la investigación, como los periodistas destaparon el caso a base de conversaciones y entrevistas. Y eso NO es cinematográfico.

En las victimas de aquellos casos me gustaría parar un poco, porque la obra hace casi más incidencia en ellas que en muchas otras cuestiones. Y es que, verídico o no, sus momentos funcionan muy bien sin recaer en el dramatismo excesivo. La película muestra, con unos excelentes actores secundarios, como afectaron los sucesos a sus vidas personales, como los enfocaron sin terminar de superarlos y como tuvieron incidencia en su espiritualidad y, por tanto, en su forma de ver el mundo. “Spotlight” brilla en esos momentos, porque resulta real sin caer en el mal gusto o en la sensiblería propia de los temas escabrosos que aluden a la infancia. Me sorprende que unos pocos secundarios hayan sido tratados con más cariño que los protagonistas, hasta el punto de que es en sus apariciones cuando la obra nos entrega las mejores conclusiones.

Ahora me tocaría hablar de las cuestiones que no tienen que ver con el guion, pero la obra no destaca demasiado por ninguno de estos puntos. La ambientación es buena y se respira el 2001, pero a nivel de imagen se aboga por una frialdad ABSOLUTA que resulta monótona y desganada. No hay plano ni escena que quede grabada en nuestra retina, no hay secuencia que se preocupe en abordar más de lo que está mostrando. “Spotlight” tiene un tono que bien puede recordar al documental, y se me antoja muy mal escogido.

Y es que, por ir concluyendo, el cine es cine, personas; y nos brinda un conjunto de recursos que bien utilizados pueden aportar interés y transcendencia a una historia. “Spotlight” los obvia, los olvida, durante el guion y durante la puesta en escena. El resultado es una película asquerosamente fría y sorprendentemente densa que olvidarán con facilidad aquellas personas a las que la historia no les impacte. Y creedme, pese a la dureza de su contenido, es fácil que no impacte por el tratamiento. Ahora me pregunto: cuando haces una película, ¿prima su fidelidad a los hechos o su funcionalidad como obra? No olvidemos que estamos hablando de cine, personas, no de periodismo.
3
4 de enero de 2016
12 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
...no me parece excepcional. Podía haber sido un poco más larga y abarcar otras historias, profundizar más en las que mostró, y, siendo completamente sinceros, el monólogo de Ruffalo se sintió falso y muy forzado. Si tuviera que elegir entre «Spotlight» y otro filme que se enfocó en lo mismo, no dudaría en decir que «Silence in the house of God» es muchísimo mejor: http://www.filmaffinity.com/es/film589933.html

P.D.: Si el año pasado no gañó Keaton su Oscar, con esta película no lo merece. Ninguno de los involucrados, si llegamos a ese punto.
10
13 de febrero de 2016
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que a la concurrencia no le ha gustado tanto como a mí esta película. La encuentro bien acabada, bien diseñada, necesaria, interesante: mi favorita al Oscar a la mejor película de este año, no porque crea que se lo van a dar sino porque yo se lo daría.

Mark Ruffalo, Michael Keaton y Rachel McAdams están sensacionales los tres, al igual que el que hace de director que no es otro que el Cotton o algo así de Scream, al que culpan del asesinato de la madre de Neve Campbell en la primera de la saga: las vueltas que da la vida.

En resumen: si te preguntas qué peli ver esta noche, no lo dudes: salvo que seas muy católico... Porque sales con la mente de un anarquista de julio del 36... Luego se te pasa, no te preocupes.
6
6 de febrero de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película cuyo tema es el real hallazgo periodístico de una serie inconexa de sacerdotes católicos que antaño tuvieron comportamientos relacionados con la pederastia merece ser analizada no sólo como film sino también por su contenido y enfoque ético y/o moral.

Como cine, no hay duda de que se trata de una película plana, lineal, como de encargo, sin que, en el fondo, nadie del equipo se la crea. La interpretación es anodina, sin alma, quizás con la excepción de Mark Ruffalo. La banda sonora parece un plagio de ‘Expediente X’, tratando inutilmente de dar una emoción a un exceso de metraje notablemente apagado. La fotografía y ambientación asemeja más a un telefilm de tarde que a una obra con pretensiones.

Es, repito, el contenido, la historia, quien, en mi opinión, ha impulsado su éxito, por estar realizada en una época -ésta, la nuestra- donde el linchamiento mediático es politicamente correcto aun cuando se trate de enjuiciar acontecimientos de un pasado con reglas éticas y morales considerablemente distintas. Los rótulos informativos del final indican claramente de qué estamos hablando.

Porque la historia trata de un grave problema social, la pederastia -muy a menudo intencionadamente confundido con la pedofilia- que tiene interrelaciones muy profundas con la psicopatología y sus distintos tratamientos; con los códigos etico-morales de cada cultura; con la injusta generalización; con la defensa grupal; etc. Pero ya es doctrina común que los psiquiátricos deben de desaparecer en aras de una culpabilidad criminal indubitada para todo aquél que se conduzca inaceptablemente para el común.

La postura del director es, en tal aspecto, claramente anticlerical, generalizadora del mal, criminalizadora del comportamiento y complacientemente partidaria de extender la demonización a la Iglesia católica, es decir, a toda su comunidad.

Lo cual choca frontalmente con el carácter esencialmente personal de toda criminalidad y con la lógica defensa familiar o comunitaria de la rehabilitación psicopatológica y reinserción social del miembro enfermo. Algo que sí parecía entender el propio periódico investigador en su momento pero que después, pasados los años, convierte en una caza indiscriminada encaminada a lograr, rentabilizar, la falsa primicia.

Quizás este nuevo y linchador enfoque social esté también favorecido por la petición de perdón por parte del Papa, todo un grave error que contribuye, especialmente, a que la Iglesia -ahora, qué casualidad,la católica, mañana cualquier otra- se vea obligada a rendir unas cuentas particulares de las que no es responsable y de una reacción colectiva que se podrá compartir o no pero que ha tenido su sentido.

Para colmo y en línea con la solicitud del papal perdón, la estructura clerical de la Iglesia ha reaccionado ante la película inundándola de aplausos y no quejándose, en absoluto, de que en ella no apareza siquiera un buen católico con su intacto uso de razón.

Film televisivo, plano, anticlerical y, obviamente, con alma laicista [6 sobre 10]

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2016/02/06/spotlight-2015-de-thomas-mccarthy/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Fíjense en la cantidad de imágenes de las que se deriva que el director está romando la parte por el todo.

Venga iglesias con parques y coros infantiles, y frases de culpabilidad generalizada.
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