Metrópolis
8.2
39,934
Ciencia ficción. Drama
Futuro, año 2000. En la megalópolis de Metrópolis la sociedad se divide en dos clases, los ricos que tienen el poder y los medios de producción, rodeados de lujos, espacios amplios y jardines, y los obreros, condenados a vivir en condiciones dramáticas recluidos en un gueto subterráneo, donde se encuentra el corazón industrial de la ciudad. Un día Freder (Alfred Abel), el hijo del todopoderoso Joh Fredersen (Gustav Frohlich), el hombre ... [+]
10 de febrero de 2016
10 de febrero de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una revolución en efectos especiales y un guión muy bien elaborado, el hombre se ha dividido en dos clases la clase obrera que vive bajo la tierra y la clase alta que vive en la superficie, un crítica social sobre la automatización ya revolución obrera que llegar a ser esclavizada. La película es una perfecta ejecución de efectos especiales, escenarios y maquetas futurista, sin duda en androide y sus efectos la convierten en una joya del séptimo arte y de la UNESCO como patrimonio de la humanidad. Existen la versión extendida desde el 2001, es sin duda una película actual la cual no se caduca ni pasa de moda, fue el legado dejado a la ciencia ficción donde todas las demás han basado sus argumentos y guiones en esta joya del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Obra maestra, se mantiene joven y fresca digna de ser recordada y vista en cualquier década, sin duda no dejara indiferente a nadie.
20 de mayo de 2017
20 de mayo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi “Metropolis” (Alemania, 1927) dirigida por Fritz Lang y con guion de Thea von Harbou (la segunda mujer de Lang). Estamos ante un monumento del cine, que ha logrado trascender en todos los campos. Antes que nada, pasemos al quid de la cinta: en el futuro, específicamente en el año 2000, el mundo se reduce a megalópolis altamente tecnológicas y divididas en dos clases socio-económicas, los ricos y los pobres. Como es de esperarse, las tensiones entre ambos grupos están en su máximo nivel. En este contexto es que el hijo de un odiado patrón y una mujer humilde venerada por los obreros se conocen. Ahora bien, la cinta, para no dar más información, termina por defender -ante la destrucción de los opuestos- una tercera vía (el corazón) que logre conciliar los intereses de ricos (cerebro) y de los pobres (las manos). Ahora, como ya lo dije, esta cinta es monumento del cine, en general, y del expresionismo, en especial. Incluso, la historia de la propia película, del director y de la guionista, son tan interesantes que uno podría quedarse buscando detalles hasta el infinito. Solo baste mencionar en esta reseña que la película original (que fue un fracaso de taquilla si compara con la inversión que requirió) fue recortada como en 30 minutos (en contra del querer del director) tanto por sus distribuidores en Estados Unidos como en la propia Alemania. Pero en el 2008, específicamente en Argentina, fue descubierta una versión completa de la cinta. Tuve la oportunidad de ver la versión restaurada en el 2010 de esta obra clásica del cine, sin ese odiado recorte de 30 minutos. Otro aspecto a no perder de vista, es el contexto político que rodeó el filme: la disputa entre socialistas y comunistas, de un lado, y la extrema derecha nacionalista, del otro, en una caótica Alemania de los años 20 del siglo pasado. La cinta, claramente, intenta servir de conciliación entre los bandos, al exponerle al auditorio las penurias reales de la clase obrera, pero que la salida de dichas penurias no pasaba por una revolución sino por un “caer en cuenta” de todos los bandos de los excesos de cada cual, gracias a una fuerza intermediadora, que sería el corazón metafóricamente: en este caso, la dupla conformada por el hijo del rico y la mujer venerada. Ya un lector agudo podrá seguir haciendo reflexiones sobre lo acabado de decir, en lo que atañe al valor político de la mediación, de la moderación, de la centralidad, etc. Pasando a otro tema, esta película ha sido clasificada entre las mejores películas del cine silente o cine mudo, pero sus méritos saltan a la vista: la innovación en el manejo de cámaras, las lecciones que dejó (y que hoy día se siguen respetando) al género de la ciencia ficción y el rumbo que marcó para el expresionismo alemán que, paradójicamente, consiguió su mejores frutos en Hollywood de los años 30 del siglo XX. La industria cinematográfica estadounidense se favoreció gracias a la emigración de cineastas austriacos y alemanes que huyeron del nazismo; entre ellos Lang (hijo de una judía), quien huyó dejando atrás a su esposa (afín a las ideas nazistas). Definitivamente, una obra imperdible. 20-05-2017.
30 de mayo de 2017
30 de mayo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pasado 13 de marzo se cumplieron 90 años del estreno de "METROPOLIS" (1927) de Fritz Lang. OBRA ABSOLUTA del Séptimo Arte, es tan actual como entonces: Control de las masas, sometimiento tecnológico, revolución, fanatismo, mal uso en los avances científicos, etc. El placer que tuve HOY, fue volver a ver la versión Integral Restaurada en HD, gracias a los cortes encontrados en Argentina que la completan. El simbolismo de la película es inconmensurable, desde lo ideológico, hasta lo religioso, lo político, económico, y social, con todos los registros cinematográficos: Drama, acción, suspense, aventura, romance, ciencia ficción, terror, mostrando grandes avances para la época, como el ciborg, los implantes, las pantallas planas y las videoconferencias, etc. Una película ESENCIAL para entender el cine de HOY.
RECOMENDADA
Busca la nota en el blog Lecturas Cinematográficas.
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
RECOMENDADA
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3 de enero de 2018
3 de enero de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera palabra que se me viene a la cabeza cuando pienso en Metrópolis es "adelantado a su tiempo" (vale, es una frase, pero no le deis demasiadas vueltas). No soy un fiel seguidor de clásicos del año de la polca, pero sí me he chapado los suficientes como para saber de inmediato que esta cinta, si no fuera por su condición de muda, me hubiera creído que era de los cuarenta o los cincuenta.
Lo más resaltable sin duda alguna es su magistral fotografía. Metrópolis no tiene una trama especialmente apasionante o personajes memorables (más allá del Inventor, denle un Oscar póstumo), pero todo eso se minimiza al lado de un espectáculo visual soberbio. Cada plano esta cuidadísimo, como si el director quisiera darle sentido a cada imagen que sale en pantalla. Esto se ve reforzado por multitud de pequeños detalles que hacen de la experiencia visual algo inolvidable, como puede ser el que los trabajadores accionen las máquinas al ritmo de la banda sonora (que, por cierto, es magnífica).
Pero no es sólo que Metrópolis embelese por su dirección: También lo hace gracias a su universo. El mundo en el que se ambienta la obra está repleto de ideas geniales que actúan como combustible de la mente del espectador, tiene esa "magia" que te atrapa, como la existencia de la "máquina corazón" o que los hijos de los capitalistas vivan en una recreación del Olimpo (lo que justifica la... ¿peculiar? personalidad del protagonista). Es un cúmulo de detalles que te hacen querer saber más y más.
Pero un setting no es lo mismo sin un buen diseño visual, y aquí el dardo vuele a dar en el centro de la diana. Los fondos son bastante toscos y en ciertos momentos se nota que están hechos cartón-piedra, pero se compensa con un diseño magnífico (que alguien le de el Nobel de arquitectura (¿?) al tipo que diseñase la nueva Torre de Babel). Los efectos especiales me sorprendieron gratamente, siguen siendo sólidos aún a día de hoy.
Ahora bien: Con todo lo fascinante que puede ser esta película no está exenta de fallos, y en concreto me gustaría remarcar dos.
El primero es el más simple: El argumento se viene abajo en el último tercio. Directamente la trama se vuelve incomprensible y algunos personajes empiezan a actuar de formas bastante estúpidas*. Perdí por completo el hilo, y como lo personajes tampoco es que me importaran mucho (excepto el inventor, ese tipo es fenomenal) el último fragmento de la cinta se me hizo soso y falto de sustancia. A esto se le suma que la historia ya nos ha mostrado todas esas geniales ideas sobre su universo, por lo que al final todo el peso de mi interés terminó reposando en la dirección. Eso y que la trama hace más de un agujero**
Mi segundo problema son sus temas. La película tiene una frase que dice algo así como "entre la cabeza y las manos debe mediar el corazón". Y vale, suena genial, pero me parece que el escritor pensó primero en lo buen chascarrillo que es y ya más tarde en su sentido. ¿Me está queriendo decir que la razón ha de estar siempre influenciada por un componente emocional, siendo Joh una persona que antepuso la lógica y el progreso a las personas? Pero eso ya está implícito en la definición de "razón", esta siempre debe estar sometida al progreso humano. Al dividir la sociedad en capitalistas y trabajadores Joh sólo estaba siendo egoísta, no usaba la cabeza (en cuyo caso no hubiera construido la ciudad de los trabajadores).
¿Es una crítica al capitalismo y las clases sociales, influenciada por las crisis políticas en la Alemania de la hiperinflación? ¿Entonces a cuento de qué viene ese final?
¿Es un comentario sobre la fallida revolución socialista y de como levantarse sólo lleva al caos?***
Empiezo a pensar que la idea de Metrópolis es la colaboración entre clases independientemente de la opresión que una ejerciera sobre otra. Y vale que soy millenial, y en consecuencia rojo y perroflauta, pero si adscribimos esas ideas al contexto de la Alemania de 1927, ¿Sabéis a qué me suena?
Al partido nacionalsocialista.
Sigue siendo una idea interesante y que no esté de acuerdo con ella no quita su validez, pero no está muy bien llevada. Tratan a los trabajadores como estúpidos y a los capitalistas como hedonistas, y sigo sin saber donde encaja el "corazón" entre "empresarios" y "obreros" más allá de una presa de contención para los segundos.
A pesar de estas dos... dificultades... que tengo con el largometraje, no puedo negar que sea una película magnífica. Está décadas adelantadas a su era, la fotografía es sensacional, está repleta de ideas interesantes en cuanto a la construcción de su universo e incluso se podría afirmar que fue el primer "cyberpunk" de la historia. Y es por todo esto que la recomiendo encarecidamente.
Lo más resaltable sin duda alguna es su magistral fotografía. Metrópolis no tiene una trama especialmente apasionante o personajes memorables (más allá del Inventor, denle un Oscar póstumo), pero todo eso se minimiza al lado de un espectáculo visual soberbio. Cada plano esta cuidadísimo, como si el director quisiera darle sentido a cada imagen que sale en pantalla. Esto se ve reforzado por multitud de pequeños detalles que hacen de la experiencia visual algo inolvidable, como puede ser el que los trabajadores accionen las máquinas al ritmo de la banda sonora (que, por cierto, es magnífica).
Pero no es sólo que Metrópolis embelese por su dirección: También lo hace gracias a su universo. El mundo en el que se ambienta la obra está repleto de ideas geniales que actúan como combustible de la mente del espectador, tiene esa "magia" que te atrapa, como la existencia de la "máquina corazón" o que los hijos de los capitalistas vivan en una recreación del Olimpo (lo que justifica la... ¿peculiar? personalidad del protagonista). Es un cúmulo de detalles que te hacen querer saber más y más.
Pero un setting no es lo mismo sin un buen diseño visual, y aquí el dardo vuele a dar en el centro de la diana. Los fondos son bastante toscos y en ciertos momentos se nota que están hechos cartón-piedra, pero se compensa con un diseño magnífico (que alguien le de el Nobel de arquitectura (¿?) al tipo que diseñase la nueva Torre de Babel). Los efectos especiales me sorprendieron gratamente, siguen siendo sólidos aún a día de hoy.
Ahora bien: Con todo lo fascinante que puede ser esta película no está exenta de fallos, y en concreto me gustaría remarcar dos.
El primero es el más simple: El argumento se viene abajo en el último tercio. Directamente la trama se vuelve incomprensible y algunos personajes empiezan a actuar de formas bastante estúpidas*. Perdí por completo el hilo, y como lo personajes tampoco es que me importaran mucho (excepto el inventor, ese tipo es fenomenal) el último fragmento de la cinta se me hizo soso y falto de sustancia. A esto se le suma que la historia ya nos ha mostrado todas esas geniales ideas sobre su universo, por lo que al final todo el peso de mi interés terminó reposando en la dirección. Eso y que la trama hace más de un agujero**
Mi segundo problema son sus temas. La película tiene una frase que dice algo así como "entre la cabeza y las manos debe mediar el corazón". Y vale, suena genial, pero me parece que el escritor pensó primero en lo buen chascarrillo que es y ya más tarde en su sentido. ¿Me está queriendo decir que la razón ha de estar siempre influenciada por un componente emocional, siendo Joh una persona que antepuso la lógica y el progreso a las personas? Pero eso ya está implícito en la definición de "razón", esta siempre debe estar sometida al progreso humano. Al dividir la sociedad en capitalistas y trabajadores Joh sólo estaba siendo egoísta, no usaba la cabeza (en cuyo caso no hubiera construido la ciudad de los trabajadores).
¿Es una crítica al capitalismo y las clases sociales, influenciada por las crisis políticas en la Alemania de la hiperinflación? ¿Entonces a cuento de qué viene ese final?
¿Es un comentario sobre la fallida revolución socialista y de como levantarse sólo lleva al caos?***
Empiezo a pensar que la idea de Metrópolis es la colaboración entre clases independientemente de la opresión que una ejerciera sobre otra. Y vale que soy millenial, y en consecuencia rojo y perroflauta, pero si adscribimos esas ideas al contexto de la Alemania de 1927, ¿Sabéis a qué me suena?
Al partido nacionalsocialista.
Sigue siendo una idea interesante y que no esté de acuerdo con ella no quita su validez, pero no está muy bien llevada. Tratan a los trabajadores como estúpidos y a los capitalistas como hedonistas, y sigo sin saber donde encaja el "corazón" entre "empresarios" y "obreros" más allá de una presa de contención para los segundos.
A pesar de estas dos... dificultades... que tengo con el largometraje, no puedo negar que sea una película magnífica. Está décadas adelantadas a su era, la fotografía es sensacional, está repleta de ideas interesantes en cuanto a la construcción de su universo e incluso se podría afirmar que fue el primer "cyberpunk" de la historia. Y es por todo esto que la recomiendo encarecidamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*Joh Fredsen deja a los obreros hacer lo que les dé la gana para así usar la fuerza contra ellos. ¿Entonces donde está la policía una vez se han rebelado? ¿Por qué deja que aniquilen la máquina corazón, acabando así con todo el sustento de la ciudad? ¿Por qué deja que el hombre-máquina siga yendo a bailar con los capitalistas, a pesar de que obviamente a estos se les está pirando la cabeza?
**¿Soy el único que piensa que la "ciudad de los capitalistas" es mucho más grande que "la ciudad de los trabajadores"? ¿Cómo se sostiene el sistema entonces?
¿Por qué los de abajo pueden subir y viceversa, teniendo en cuenta las obvias posibilidades de revuelta? ¿Por qué Joh no hace nada mientras su ciudad se va a la mierda en el último tercio? ¿Cómo es que los obreros no se lanzan a por Joh en la escena de la catedral, teniendo en cuenta de que él les ha hecho sufrir tanto (independientemente de que hubiesen dejado de creer en el hombre-máquina)? ¿Y qué pasa con todo el mundo una vez acabada la película, teniendo en cuenta que la ciudad de los trabajadores y las máquinas están completamente destruidas?
Y puede que aquí me saltéis al cuello porque al parecer es una especie de icono en la comunidad cinéfila, ¿Pero quién puñetas es Moloch?
***¿Pero no fue por culpa del hombre-máquina, manejado por capitalistas, el que impulsó una rebelión destructiva?
**¿Soy el único que piensa que la "ciudad de los capitalistas" es mucho más grande que "la ciudad de los trabajadores"? ¿Cómo se sostiene el sistema entonces?
¿Por qué los de abajo pueden subir y viceversa, teniendo en cuenta las obvias posibilidades de revuelta? ¿Por qué Joh no hace nada mientras su ciudad se va a la mierda en el último tercio? ¿Cómo es que los obreros no se lanzan a por Joh en la escena de la catedral, teniendo en cuenta de que él les ha hecho sufrir tanto (independientemente de que hubiesen dejado de creer en el hombre-máquina)? ¿Y qué pasa con todo el mundo una vez acabada la película, teniendo en cuenta que la ciudad de los trabajadores y las máquinas están completamente destruidas?
Y puede que aquí me saltéis al cuello porque al parecer es una especie de icono en la comunidad cinéfila, ¿Pero quién puñetas es Moloch?
***¿Pero no fue por culpa del hombre-máquina, manejado por capitalistas, el que impulsó una rebelión destructiva?
14 de abril de 2018
14 de abril de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar de "Metrópolis" es hablar de la primera película considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, como el Vaticano, la Gran Muralla china o el Parque Natural de Doñana. Es hablar de una obra de arte muy adelantad a su tiempo por su estética y visión, fue un desastre en taquilla, y es hablar de una de las películas más influyentes de la historia del cine.
Aviso para navegantes, esta película tiene los rasgos identificativos del cine de los años 20 y para un espectador que no esté necesariamente familiarizado con este estilo, puede ser que la experiencia se atragante más de una vez. Al margen de que sea cine mudo, y que el único sonido que se escuche durante toda la película sea la banda sonora, el ritmo de narración es totalmente distinto al que se ofrece en el cine de finales del siglo XX, parece incluso que ni sigue la estructura de tres actos con introducción, nudo y desenlace, la historia transmite todo tipo de emociones y reflexiones más que seguir un orden narrativo determinado con su causa y consecuencia; visto desde otra perspectiva, esta película es una oportunidad, un maravilloso descubrimiento para el que se quiera aventurar en este cine, capaz de envolverte y que se haga imposible apartar los ojos de la pantalla hasta que termine.
Aviso para navegantes, esta película tiene los rasgos identificativos del cine de los años 20 y para un espectador que no esté necesariamente familiarizado con este estilo, puede ser que la experiencia se atragante más de una vez. Al margen de que sea cine mudo, y que el único sonido que se escuche durante toda la película sea la banda sonora, el ritmo de narración es totalmente distinto al que se ofrece en el cine de finales del siglo XX, parece incluso que ni sigue la estructura de tres actos con introducción, nudo y desenlace, la historia transmite todo tipo de emociones y reflexiones más que seguir un orden narrativo determinado con su causa y consecuencia; visto desde otra perspectiva, esta película es una oportunidad, un maravilloso descubrimiento para el que se quiera aventurar en este cine, capaz de envolverte y que se haga imposible apartar los ojos de la pantalla hasta que termine.
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