El audaz
8.2
31,980
Drama
Eddie Felson (Newman) es un joven arrogante y amoral que frecuenta con éxito las salas de billar. Decidido a ser proclamado el mejor, busca al Gordo de Minnesota (Gleason), un legendario campeón de billar. Cuando, por fin, consigue enfrentarse con él, su falta de seguridad le hace fracasar. El amor de una solitaria mujer (Laurie) podría ayudarlo a abandonar esa clase de vida, pero Eddie no descansará hasta vencer al campeón sin ... [+]
9 de septiembre de 2023
9 de septiembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra maestra de Robert Rossen, escritor antes que director y hombre “maldito” dentro de Hollywood que aprovechó esta historia de perdedores para metaforizar sobre el artista y sus demonios, internos y externos, o por decirlo de otra forma, sobre la relación entre el creador y la maquinaria de Hollywood, o entre el director y el productor.
Una película montada minuciosamente con un sonido perfecto. Destaca la composición de las escenas o puesta en escena y la composición de planos, perfectamente medidos. Un casting perfecto. Me gusta como se mueve la cámara entre las mesas y entre los focos, bailando con el Eddie el rápido, como si estuviera enamorada de él y no pudiera dejarle de seguir, componiendo escenas con ritmo y con elipsis a completar por el espectador, gustándose, sin dejar nada al azar, ni siquiera el propio juego. Una obra que no muestra evidencias sino sugerencias.
Personajes construidos de una forma grandiosa. Una película que ha rejuvenecido y que tiene más importancia ahora que en su momento. El tiempo es el mejor autor y los años han jugado a favor de esta obra de Rossen. Una obra con tintes de cine negro, sin concesiones, dura, seca, eterna.
No se entiende que Paul Newman no obtuviera el oscar. Me gustaría haber visto a Orson Welles en el papel del Gordo de Minnesota.
Una película montada minuciosamente con un sonido perfecto. Destaca la composición de las escenas o puesta en escena y la composición de planos, perfectamente medidos. Un casting perfecto. Me gusta como se mueve la cámara entre las mesas y entre los focos, bailando con el Eddie el rápido, como si estuviera enamorada de él y no pudiera dejarle de seguir, componiendo escenas con ritmo y con elipsis a completar por el espectador, gustándose, sin dejar nada al azar, ni siquiera el propio juego. Una obra que no muestra evidencias sino sugerencias.
Personajes construidos de una forma grandiosa. Una película que ha rejuvenecido y que tiene más importancia ahora que en su momento. El tiempo es el mejor autor y los años han jugado a favor de esta obra de Rossen. Una obra con tintes de cine negro, sin concesiones, dura, seca, eterna.
No se entiende que Paul Newman no obtuviera el oscar. Me gustaría haber visto a Orson Welles en el papel del Gordo de Minnesota.
26 de noviembre de 2006
26 de noviembre de 2006
14 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente, sin más... ¿Qué se podría añadir que no se haya dicho ya sobre esta película?
Una crítica feroz a la busqueda del éxito a toda costa y del culto al dinero; una llamada de atención sobre lo que puede ser verdaderamente valioso en la vida de una persona, y que trae la verdadera felicidad: el amor, y la busqueda y aceptación de uno mismo.
Un drama desgarrador y que emociona como muy pocos pueden. Una maravilla.
Una crítica feroz a la busqueda del éxito a toda costa y del culto al dinero; una llamada de atención sobre lo que puede ser verdaderamente valioso en la vida de una persona, y que trae la verdadera felicidad: el amor, y la busqueda y aceptación de uno mismo.
Un drama desgarrador y que emociona como muy pocos pueden. Una maravilla.
10 de mayo de 2021
10 de mayo de 2021
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pelicula que no ha soportado bien el paso del tiempo. En su momento hecha a la estela de 'La gata sobre el tejado de zinc', no llega sin embargo, ni de lejos al nivel de su predecesora. Está muy sobrevalorada.
El buen trabajo de los actores (no solo de Paul Newman) no consigue cubrir lo flojo del guión. Y el director no pudo, o no supo, sacar más. De hecho, hay que atribuirle el excesivo metraje de la pelicula, a la que le sobran 40'.
El buen trabajo de los actores (no solo de Paul Newman) no consigue cubrir lo flojo del guión. Y el director no pudo, o no supo, sacar más. De hecho, hay que atribuirle el excesivo metraje de la pelicula, a la que le sobran 40'.
15 de agosto de 2007
15 de agosto de 2007
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de las mejores películas de Robert Rossen, un gran guionista, productor y director, que fue un tanto desprestigiado por ser una víctima del senador McCarthy y su “comité de actividades antinorteamericanas”. Pero lo cierto es que estamos ante uno de los grandes creadores, y en esta película, ante uno de sus mejores trabajos.
Fue capaz de convertir una novela de Walter Trevis sobre el, en principio, nada cinematográfico mundo del billar, en una sólida e intensa historia entre “Eddie el relámpago”, un hábil jugador de billar que sobrevive recorriendo el país engañando a incautos en pequeñas partidas de billar, Sara Packasd, una solitaria mujer que quiere ser escritora y a la que su padre le manda dinero todos los meses para mantenerla alejada, y Bert Gordon, un siniestro apoderado que trata de explotar la habilidad y juventud de Eddie.
La película comienza con la ambición de Eddie al querer enfrentarse con “el gordo de Minessota”, todo un maestro del billar, en una agotadora partida de 25 horas.
Es una película que habla de la soledad, de los perdedores, de la suerte, de un modo de buscarse la vida que se extingue... Eddie como un perdedor nato, Sarah como una chica insegura que no quiere volver a estar sola. Y Bert Gordon, que domina a Eddie con facilidad sin importarle hacer cualquier cosa para ello. Es una historia dramática de alguien que intenta demostrarse que no es un perdedor, alguien que en la vida ha sido un perdedor, y que ahora no quiere serlo también en el billar, y por ello no le importa nada. Es todo un drama de personas perdidas, sobretodo de Eddie, que intenta buscarse la vida que cada vez va siendo mas difícil dedicarse, y que intenta ser feliz.
Hay que destacar el guión, que es francamente portentoso, firmado también por el propio Robert Rossen. No hay que olvidar que fue un destacado dramaturgo que dejó el teatro por el cine y se fue consolidando como un reputado guionista que trabajó para Michael Curtiz, Lewis Milestone, Raoul Walsh...
Y por su puesto destacar a Paul Newman, que yo creo que es uno de los actores más grandes que ha dado la historia del cine, cualquier plano de él, primero o medio, es todo un portento, es el de alguien que habla sin decir nada, alguien con una mirada espectacular. En definitiva, una obra maestra, y por supuesto imprescindible.
Fue capaz de convertir una novela de Walter Trevis sobre el, en principio, nada cinematográfico mundo del billar, en una sólida e intensa historia entre “Eddie el relámpago”, un hábil jugador de billar que sobrevive recorriendo el país engañando a incautos en pequeñas partidas de billar, Sara Packasd, una solitaria mujer que quiere ser escritora y a la que su padre le manda dinero todos los meses para mantenerla alejada, y Bert Gordon, un siniestro apoderado que trata de explotar la habilidad y juventud de Eddie.
La película comienza con la ambición de Eddie al querer enfrentarse con “el gordo de Minessota”, todo un maestro del billar, en una agotadora partida de 25 horas.
Es una película que habla de la soledad, de los perdedores, de la suerte, de un modo de buscarse la vida que se extingue... Eddie como un perdedor nato, Sarah como una chica insegura que no quiere volver a estar sola. Y Bert Gordon, que domina a Eddie con facilidad sin importarle hacer cualquier cosa para ello. Es una historia dramática de alguien que intenta demostrarse que no es un perdedor, alguien que en la vida ha sido un perdedor, y que ahora no quiere serlo también en el billar, y por ello no le importa nada. Es todo un drama de personas perdidas, sobretodo de Eddie, que intenta buscarse la vida que cada vez va siendo mas difícil dedicarse, y que intenta ser feliz.
Hay que destacar el guión, que es francamente portentoso, firmado también por el propio Robert Rossen. No hay que olvidar que fue un destacado dramaturgo que dejó el teatro por el cine y se fue consolidando como un reputado guionista que trabajó para Michael Curtiz, Lewis Milestone, Raoul Walsh...
Y por su puesto destacar a Paul Newman, que yo creo que es uno de los actores más grandes que ha dado la historia del cine, cualquier plano de él, primero o medio, es todo un portento, es el de alguien que habla sin decir nada, alguien con una mirada espectacular. En definitiva, una obra maestra, y por supuesto imprescindible.
28 de enero de 2009
28 de enero de 2009
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tuvo que fallecer Paul Newman para que yo descubriera esta joya. Una película que te cuenta una historia dura, de ambición y de sueños rotos. De gloria y muerte. Paul Newman actúa tan bien como Eddie Felson juega al billar, y eso es decir mucho. Nos encontramos ante una película con la que, los que busquen un entretenimiento sin más, una peli deportiva, la encontrarán. Pero es difícil no ir más allá. Es difícil no ver dentro de Eddie Felson.
Recuerdo el humo de las salas de billar, recuerdo a Newman cabizbajo, incapaz de parar de jugar, desenfrenado, fuera de control. Recuerdo a Minnesota Fats jugar durante horas y horas, y perder y ganar y perder contra Eddie (¡qué duelo!). Hay también un encuentro en una cafetería, un romance desganado y pasional al tiempo; y un tipejo sin escrúpulos moviendo hilos y contando billetes.
Me vienen a la cabeza victorias, pero sobre todo, derrotas. Dolorosas derrotas.
Recuerdo el humo de las salas de billar, recuerdo a Newman cabizbajo, incapaz de parar de jugar, desenfrenado, fuera de control. Recuerdo a Minnesota Fats jugar durante horas y horas, y perder y ganar y perder contra Eddie (¡qué duelo!). Hay también un encuentro en una cafetería, un romance desganado y pasional al tiempo; y un tipejo sin escrúpulos moviendo hilos y contando billetes.
Me vienen a la cabeza victorias, pero sobre todo, derrotas. Dolorosas derrotas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Recuerdo una chica, una habitación y sangre. La sangre del fracaso.
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