VikingosSerie
2013 

Michael Hirst (Creador), Ken Girotti ...
7.5
35,238
Serie de TV. Acción. Drama. Bélico
Serie de TV (2013-2020). 6 temporadas. 89 episodios. Narra las aventuras del héroe Ragnar Lothbrok, de sus hermanos vikingos y su familia, cuando él se subleva para convertirse en el rey de las tribus vikingas. Además de ser un guerrero valiente, Ragnar encarna las tradiciones nórdicas de la devoción a los dioses. Según la leyenda era descendiente directo del dios Odín. Sexta temporada (SPOILER DE LA 5ª): La temporada 6 de Vikings ... [+]
31 de enero de 2017
31 de enero de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni coartada historica, ni que se le parezca, la historia real es que los vikingos eran asi de bestias por que no tenian otra salida para sobrevivir, y si bien han condensado la historia en dos generaciones, la realidad es que a vecees eran mucho peor. La única y pequeña apariencia con juego de tronos es cuando se meten en el terreno del misticismo. Juego de tronos tiene mas personajes, mas entresijos, mas intriga, son dos niveles distintos de produccion. Vikingos es buena, Juego de tronos mejor
8 de julio de 2017
8 de julio de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Y casi con seguridad que lo es!
"Vikingos" puede parecer al ojo humano como otra de las series de carácter medieval que hay hoy en día, como es el caso de "Juego de Tronos". La principal diferencia de esta serie irlandesa es que posee un rigor histórico muy bien acertado, además de una basta información acerca de la cultura vikinga (dioses, héroes, leyendas, rituales...), lo cual hace que sea mucho más realista e interesante; se compone de magníficos personajes, ya que todos tienen una importancia y una aportación en la historia de cada temporada que la hace aún más sólida; los escenarios son perfectos para filmar los múltiples desembarcos vikingos que de la mano de Ragnar Lothbrok deberían suceder.
Sin duda, una de las mejores series que hayan hecho en esta década.
Nota: 9,2/10.
"Vikingos" puede parecer al ojo humano como otra de las series de carácter medieval que hay hoy en día, como es el caso de "Juego de Tronos". La principal diferencia de esta serie irlandesa es que posee un rigor histórico muy bien acertado, además de una basta información acerca de la cultura vikinga (dioses, héroes, leyendas, rituales...), lo cual hace que sea mucho más realista e interesante; se compone de magníficos personajes, ya que todos tienen una importancia y una aportación en la historia de cada temporada que la hace aún más sólida; los escenarios son perfectos para filmar los múltiples desembarcos vikingos que de la mano de Ragnar Lothbrok deberían suceder.
Sin duda, una de las mejores series que hayan hecho en esta década.
Nota: 9,2/10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En la segunda temporada, la escena del águila de sangre que sufre el rey Jarl Borg debido a su severa traición es impresionante. Tétrica, lenta, horrorizante y violenta. Sí señor...
25 de abril de 2021
25 de abril de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con cuantos altibajos se quieran, por otra parte lógicos, dado el número de temporadas —seis, que son ocho—; tal como sucediera con otras grandes series —de "Los Soprano" ("The Sopranos", 1999-2007) a "Juego de tronos" ("Game of Thrones", 2011-2019), pasando por "The Wire" (ídem, 2002-2008) o "Mad Men" (ídem, 2007-2015)—, se ha acabado "Vikingos" y nos hemos quedado un poco huérfanos.
La más célebre creación de Michael Hirst —que no su obra maestra, honor que, a mi juicio, sigue correspondiendo a "Los Tudor" ("The Tudors", 2007-2010)— arrancó hace ocho años con un presupuesto minúsculo, sobre todo en comparación con los dispendios realizados a raíz de empezar a recabar los parabienes de la audiencia. Así, la primera temporada, próxima a una docuficción del Canal Historia —de hecho, su distribuidor original—, contaba con un diseño de producción peligrosamente austero y un villano encarnado por un Gabriel Byrne de opereta, a la satisfacción de cuyos emolumentos debió de dedicarse, encima, buena parte de los exiguos recursos financieros disponibles.
Por suerte, para "Vikingos" y para sus espectadores, el cuarteto integrado por los entonces desconocidos Travis Fimmel, Katheryn Winnick, Gustaf Skarsgård y Clive Standen —intérpretes, respectivamente, de Ragnar, Lagertha, Floki y Rollo— derrochaba un carisma arrollador. Como en la trillada gráfica de la oferta y la demanda, las curvas de carisma y presupuesto se cruzaron, estableciendo un glorioso punto de equilibrio, a lo largo de la segunda y la tercera entregas. A partir de entonces, y con los sucesivos mutis por el foro de los miembros de aquel simpático cuadro, la serie entraría en un declive no demasiado acusado, pero sí sostenido, hasta una temporada final en dos partes a cuál más decepcionante. Las generosas inyecciones económicas —rayanas, de hecho, en el dopaje olímpico soviético— no lograron hacer remontar el vuelo de unas historias que se resentían indefectiblemente de la ausencia de sus luminosos protagonistas primeros. En comparación, los Bjorn "Ironside", Ivar el Deshuesado, Ubbe Ragnarsson y Harald Cabellera Hermosa palidecen sin remedio. Eso sí, sus sobrenombres son un auténtico "must", sobre todo el de este último.
Con todo, insisto, "Vikingos" se ha erigido merecidamente en un hito de eso dado en llamar —en mi opinión, un tanto abusivamente— "Edad de oro de la TV"; si no al nivel de los referentes antedichos, sí en tanto generadora de una iconografía inconfundible —el muro de escudos, las "shieldmaidens", el "águila de sangre", etc.—, así como una reivindicación (post) moderna y desromantizada, o "deswagnerizada", de aquellos fieros navegantes —y dedicados granjeros y amantísimos esposos y padres, entre otras virtudes tradicionalmente obviadas— que aterrorizaron el orbe durante la Alta Edad Media. Todo lo cual en un formato sumamente entretenido, porque a la medida combinación, marca de la casa, de erotismo y maquiavélicas intrigas palaciegas suma Hirst una docena larga de salvajes batallas, pródigas en hemoglobina, amputaciones y jolgorio "berserker". En fin, un chaparrón de hachas, barbas e hidromiel que ha escampado para siempre y que, a la vista de la deriva del medio, probablemente no se vuelva a desatar.
La más célebre creación de Michael Hirst —que no su obra maestra, honor que, a mi juicio, sigue correspondiendo a "Los Tudor" ("The Tudors", 2007-2010)— arrancó hace ocho años con un presupuesto minúsculo, sobre todo en comparación con los dispendios realizados a raíz de empezar a recabar los parabienes de la audiencia. Así, la primera temporada, próxima a una docuficción del Canal Historia —de hecho, su distribuidor original—, contaba con un diseño de producción peligrosamente austero y un villano encarnado por un Gabriel Byrne de opereta, a la satisfacción de cuyos emolumentos debió de dedicarse, encima, buena parte de los exiguos recursos financieros disponibles.
Por suerte, para "Vikingos" y para sus espectadores, el cuarteto integrado por los entonces desconocidos Travis Fimmel, Katheryn Winnick, Gustaf Skarsgård y Clive Standen —intérpretes, respectivamente, de Ragnar, Lagertha, Floki y Rollo— derrochaba un carisma arrollador. Como en la trillada gráfica de la oferta y la demanda, las curvas de carisma y presupuesto se cruzaron, estableciendo un glorioso punto de equilibrio, a lo largo de la segunda y la tercera entregas. A partir de entonces, y con los sucesivos mutis por el foro de los miembros de aquel simpático cuadro, la serie entraría en un declive no demasiado acusado, pero sí sostenido, hasta una temporada final en dos partes a cuál más decepcionante. Las generosas inyecciones económicas —rayanas, de hecho, en el dopaje olímpico soviético— no lograron hacer remontar el vuelo de unas historias que se resentían indefectiblemente de la ausencia de sus luminosos protagonistas primeros. En comparación, los Bjorn "Ironside", Ivar el Deshuesado, Ubbe Ragnarsson y Harald Cabellera Hermosa palidecen sin remedio. Eso sí, sus sobrenombres son un auténtico "must", sobre todo el de este último.
Con todo, insisto, "Vikingos" se ha erigido merecidamente en un hito de eso dado en llamar —en mi opinión, un tanto abusivamente— "Edad de oro de la TV"; si no al nivel de los referentes antedichos, sí en tanto generadora de una iconografía inconfundible —el muro de escudos, las "shieldmaidens", el "águila de sangre", etc.—, así como una reivindicación (post) moderna y desromantizada, o "deswagnerizada", de aquellos fieros navegantes —y dedicados granjeros y amantísimos esposos y padres, entre otras virtudes tradicionalmente obviadas— que aterrorizaron el orbe durante la Alta Edad Media. Todo lo cual en un formato sumamente entretenido, porque a la medida combinación, marca de la casa, de erotismo y maquiavélicas intrigas palaciegas suma Hirst una docena larga de salvajes batallas, pródigas en hemoglobina, amputaciones y jolgorio "berserker". En fin, un chaparrón de hachas, barbas e hidromiel que ha escampado para siempre y que, a la vista de la deriva del medio, probablemente no se vuelva a desatar.
13 de agosto de 2024
13 de agosto de 2024
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, a ver por dónde empezamos a destripar esto de los vikingos. Todavía estoy recuperándome del cansancio, el hastío, la decepción y el soberano esfuerzo que me ha costado terminarla. No se si merezco la medalla de chocolate, unas orejas de asno o un hueso por haber sido tan cabezón y cazurro de no haberla plantado al final de la cuarta e interminable temporada. Ahí ya me tenía pinta de que el tema se iba a despeñar cuesta abajo y sin frenos. Pero no, me he metido las seis temporadas como buen gilipollas que soy esperando algo absurdo. Que la cosa remontara y no se fuese a la mierda como era visto.
Bueno, como disculpa diré que a quién no le apetecía una buena serie de vikingos como tenía pinta de que podía ser. A mi me apetecía y mucho. Y al principio ahí estábamos, muy a bordo del drakkar de Ragnar y colegada. Y sí, al principio daba el pego. Diría que en sus tres primeras temporadas. Buena factura, buena ambientación, vestuario, fotografía, bien dirigida y sobre todo con unos buenos personajes que se van perfilando según avanza la serie. Destaca el bueno de Ragnar, líder natural, carismático, ambiguo, inteligente y con una visión nueva del futuro de su pueblo. Pero ahí estaban también Ladgerda, Rollo, Floki, Athelstan, Aslaug y algunos más con también unos antagonistas de buen nivel como Haraldson, Horik, Jarl Borg, el rey Ecbert y alguno más que se me olvidará. También nos cuentan una historia con varias tramas y con pies y cabeza. Todo parece con sentido y con buen rumbo entre luchas internas y ganas de conquista. Cierto que tampoco era perfecta, mucho capítulo de relleno, situaciones estiradas más de lo deseable, algunas lagunas de guión y una tendencia al folletín de folleteo la lastraban un poco, pero nada que no se pudiera perdonar. Ojalá mantuvieran ese nivel de bien o notable incluso de la tres primeras temporadas.
Pero no es así, por lo menos en mi opinión y además, para joderla más a fondo alguien tuvo la brillante idea de hacer temporadas de 20 capítulos. A la ya fuerte sensación de que los que van al timón no tienen ni idea de adonde van, de que improvisan el rumbo según la corriente del día, se le une estirar todo al límite para rellenar esa veintena de episodios. Asistiremos a la lenta y estirada hasta el aburrimiento agonía del gran líder, que pasa de ser carismático a un coñazo que ya aburre con sus tics, su parloteo y su sobreactuación junto con su querido Floki, que aburre tanto o más que el líder y aún está más sobreactuado y una Ladgerda con nuevas inclinaciones amorosas y reina de las amazonas vikingas de la noche a la mañana. Y cuando por fin la palma el amado líder es como si tiraran de la cadena del inodoro. Todo se va a la mierda.
Empezando con los hijos de Ragnar que carecen totalmente de carisma o fuerza para sostener la serie. El único podría ser Björn piel de hierro, pero su personaje está desdibujado y perdido, claramente desaprovechado. La tendencia controlada al rollo telenovela de folleteo se acaba descontrolando. Palman personajes principales y los sustitutos no dan la talla. Giros y alianzas inverosímiles sacados de la manga. El tema espacio temporal y cronológico se lo pasan por el forro. Según cuadre, un drakkar hace el camino a Wessex en 2 meses o 10 minutos. Empiezan a surgir subtramas a cada cual más pobre que no hacen más que cortar el ritmo de una historia principal que ya va dando tumbos. Las chorradas de Rollo en Francia, el muermo de los locos viajes de Floki en Islandia, los paseos fugaces por España, por Oriente Próximo, por América, puro relleno, el despropósito total que es el personaje de Ivar sin huesos allí por donde pasa aunque se crea un dios y sus esperpénticas peripecias por Rusia para acabar de rematarlo, la interminable cantidad de parloteo y relleno sin que pase nada relevante, los folletines de cama, los follones de poder y un revuelto de idas y venidas que se sacan de la manga sin un criterio ni una idea clara de a donde se va, improvisando sin rubor. Si, hay algunos chispazos de épica, alguna buena batalla, alguna muerte memorable, algún capítulo que merece la pena, algún diálogo decente pero parecen gotas de luvia en el vasto océano.
No tienen ni puta idea de adonde van pero nos calzan 3 temporadas con nada más y nada menos que 60 capítulos de tira palante y a lo que salga, lo cuadramos sobre la marcha si tal. Y todo para estirar el chicle hasta un final de los más ridículos y poco memorables que pueda recordar en una serie. Justo lo que nadie desearía para ir al Valhalla tranquilo. Ni de lejos merecía el esfuerzo llegar hasta ahí y el camino fue infumable desde la tercera temporada.
Un 7 hasta la tercera y un 1,5 el resto. Lo dicho, había que echarle un par de pelotas para acabar este fiasco anunciado o ser muy tonto para no ver venir que iban como pollos sin cabeza. Me inclino por la segunda opción y hasta me diría a mi mismo ese jodido,… te lo dije. Pero apetecía una buena serie de vikingos. Ya llegará ese día.
Pd.- A la nueva esa de Vikingos Valhalla le pueden dar mucho por saco de mi parte...
Y antes de que se me olvide, a los que gusten de la vikingada y aún no la hayan visto, recomendar sin duda The Last Kingdom. Quizás no tenga un protagonista con el carisma de Ragnar pero en cuanto a todo lo demás le pasa la mano por la cara a esta sin duda. Y sobre todo, la historia que cuenta siempre sabe a donde va y nunca pierde el rumbo, quizás porque está basada en una saga literaria que llega a buen puerto con alguien al timón.
Bueno, como disculpa diré que a quién no le apetecía una buena serie de vikingos como tenía pinta de que podía ser. A mi me apetecía y mucho. Y al principio ahí estábamos, muy a bordo del drakkar de Ragnar y colegada. Y sí, al principio daba el pego. Diría que en sus tres primeras temporadas. Buena factura, buena ambientación, vestuario, fotografía, bien dirigida y sobre todo con unos buenos personajes que se van perfilando según avanza la serie. Destaca el bueno de Ragnar, líder natural, carismático, ambiguo, inteligente y con una visión nueva del futuro de su pueblo. Pero ahí estaban también Ladgerda, Rollo, Floki, Athelstan, Aslaug y algunos más con también unos antagonistas de buen nivel como Haraldson, Horik, Jarl Borg, el rey Ecbert y alguno más que se me olvidará. También nos cuentan una historia con varias tramas y con pies y cabeza. Todo parece con sentido y con buen rumbo entre luchas internas y ganas de conquista. Cierto que tampoco era perfecta, mucho capítulo de relleno, situaciones estiradas más de lo deseable, algunas lagunas de guión y una tendencia al folletín de folleteo la lastraban un poco, pero nada que no se pudiera perdonar. Ojalá mantuvieran ese nivel de bien o notable incluso de la tres primeras temporadas.
Pero no es así, por lo menos en mi opinión y además, para joderla más a fondo alguien tuvo la brillante idea de hacer temporadas de 20 capítulos. A la ya fuerte sensación de que los que van al timón no tienen ni idea de adonde van, de que improvisan el rumbo según la corriente del día, se le une estirar todo al límite para rellenar esa veintena de episodios. Asistiremos a la lenta y estirada hasta el aburrimiento agonía del gran líder, que pasa de ser carismático a un coñazo que ya aburre con sus tics, su parloteo y su sobreactuación junto con su querido Floki, que aburre tanto o más que el líder y aún está más sobreactuado y una Ladgerda con nuevas inclinaciones amorosas y reina de las amazonas vikingas de la noche a la mañana. Y cuando por fin la palma el amado líder es como si tiraran de la cadena del inodoro. Todo se va a la mierda.
Empezando con los hijos de Ragnar que carecen totalmente de carisma o fuerza para sostener la serie. El único podría ser Björn piel de hierro, pero su personaje está desdibujado y perdido, claramente desaprovechado. La tendencia controlada al rollo telenovela de folleteo se acaba descontrolando. Palman personajes principales y los sustitutos no dan la talla. Giros y alianzas inverosímiles sacados de la manga. El tema espacio temporal y cronológico se lo pasan por el forro. Según cuadre, un drakkar hace el camino a Wessex en 2 meses o 10 minutos. Empiezan a surgir subtramas a cada cual más pobre que no hacen más que cortar el ritmo de una historia principal que ya va dando tumbos. Las chorradas de Rollo en Francia, el muermo de los locos viajes de Floki en Islandia, los paseos fugaces por España, por Oriente Próximo, por América, puro relleno, el despropósito total que es el personaje de Ivar sin huesos allí por donde pasa aunque se crea un dios y sus esperpénticas peripecias por Rusia para acabar de rematarlo, la interminable cantidad de parloteo y relleno sin que pase nada relevante, los folletines de cama, los follones de poder y un revuelto de idas y venidas que se sacan de la manga sin un criterio ni una idea clara de a donde se va, improvisando sin rubor. Si, hay algunos chispazos de épica, alguna buena batalla, alguna muerte memorable, algún capítulo que merece la pena, algún diálogo decente pero parecen gotas de luvia en el vasto océano.
No tienen ni puta idea de adonde van pero nos calzan 3 temporadas con nada más y nada menos que 60 capítulos de tira palante y a lo que salga, lo cuadramos sobre la marcha si tal. Y todo para estirar el chicle hasta un final de los más ridículos y poco memorables que pueda recordar en una serie. Justo lo que nadie desearía para ir al Valhalla tranquilo. Ni de lejos merecía el esfuerzo llegar hasta ahí y el camino fue infumable desde la tercera temporada.
Un 7 hasta la tercera y un 1,5 el resto. Lo dicho, había que echarle un par de pelotas para acabar este fiasco anunciado o ser muy tonto para no ver venir que iban como pollos sin cabeza. Me inclino por la segunda opción y hasta me diría a mi mismo ese jodido,… te lo dije. Pero apetecía una buena serie de vikingos. Ya llegará ese día.
Pd.- A la nueva esa de Vikingos Valhalla le pueden dar mucho por saco de mi parte...
Y antes de que se me olvide, a los que gusten de la vikingada y aún no la hayan visto, recomendar sin duda The Last Kingdom. Quizás no tenga un protagonista con el carisma de Ragnar pero en cuanto a todo lo demás le pasa la mano por la cara a esta sin duda. Y sobre todo, la historia que cuenta siempre sabe a donde va y nunca pierde el rumbo, quizás porque está basada en una saga literaria que llega a buen puerto con alguien al timón.
4 de diciembre de 2013
4 de diciembre de 2013
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La temática de los vikingos siempre ha suscitado mi interés y cuando descubrí esta serie gracias a FilmAffinity me di cuenta de que era algo diferente. Todo es magnífico en esta serie, su anuncio publicitario con hachas hundiéndose al son de Fever Ray mientras un grupo de aguerridos vikingos rema como uno solo a bordo de sus drakkars, su ambientación y la magistral actuación de Travis Fimmel del que he de reconocer que me ha sorprendido.
Al tratarse de una serie de Canal Historia, queda patente con que mimo se han reproducido la sociedad, los paisajes y las costumbres vikingas; y al menos en mi opinión, es un fiel reflejo de la sociedad vikinga de aquellos siglos. Además debemos de ser conscientes del increíble potencial de esta serie. Michael Hirst, autor de la exitosa Los Tudor y director de Vikingos ha dejado entrever su gran ambición de continuar con la serie basándose en otros caudillos vikingos o incluso en los innumerables y no menos célebres hijos de Ragnar Lodbrok.
En cualquier caso, parece que tendremos Vikingos para rato. Cosa que celebro, pues ya espero impacientemente la segunda temporada de la misma. Larga vida a Ragnar Lodbrok.
Al tratarse de una serie de Canal Historia, queda patente con que mimo se han reproducido la sociedad, los paisajes y las costumbres vikingas; y al menos en mi opinión, es un fiel reflejo de la sociedad vikinga de aquellos siglos. Además debemos de ser conscientes del increíble potencial de esta serie. Michael Hirst, autor de la exitosa Los Tudor y director de Vikingos ha dejado entrever su gran ambición de continuar con la serie basándose en otros caudillos vikingos o incluso en los innumerables y no menos célebres hijos de Ragnar Lodbrok.
En cualquier caso, parece que tendremos Vikingos para rato. Cosa que celebro, pues ya espero impacientemente la segunda temporada de la misma. Larga vida a Ragnar Lodbrok.
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