Insidious
5.8
34,250
Terror
Josh (Patrick Wilson), su esposa Renai (Rose Byrne) y sus tres hijos acaban de mudarse a una vieja casa. Pero, tras un desgraciado accidente, uno de los niños entra en coma y, al mismo tiempo, empiezan a producirse en la casa extraños fenómenos que aterrorizan a la familia. (FILMAFFINITY)
21 de junio de 2011
21 de junio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo decir que hacía años que buscaba una película de miedo psicológico de las que creía que ya no se hacían, sin morbo sangriento ni efectos especiales que la hicieran poco creíble. Por fin la encuentro, aunque me haya costado tardar hora y media en dormirme, y despertarme a las 3 de la mañana llamando a mi novio asustada.
Respecto a argumento y guión, muy estilo a Poltergeist, con toques buenos de interpretación y de relativa innovación, pero lo bueno es la sensación que inspira, no tanto la calidad argumental.
Respecto a argumento y guión, muy estilo a Poltergeist, con toques buenos de interpretación y de relativa innovación, pero lo bueno es la sensación que inspira, no tanto la calidad argumental.
22 de junio de 2011
22 de junio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacia tiempo que una película de estas características no me entretenía me recuerda a otras tanto que es su día lo hicieron, Pesadilla en elm street , Poltergeist. De esta película podrían aprender mas de uno ya que con cuatro luces cinco actores y algún que otro malo malísimo te hacen pasar casi dos horas esperando que va a suceder. Solo espero que no hagan segunda parte porque los últimos diez minutos son de ver.
23 de junio de 2011
23 de junio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que reconocer que James Wan es uno de los mayores talentos en el panorama actual del género de terror. A él le debemos la franquicia ‘Saw’ (2004), un inicio prometedor de una carrera cinematográfica, al amparo del ilimitado crédito que da manufacturar una cinta tan rentable como aquélla, con altibajos pero que avanza a buen ritmo, dejándonos cintas meritorias como ‘Insidious’.
En esta ocasión, engloba su historia dentro de la manida temática de las casas encantadas. No obstante, Wan introduce matices de singularidad a su producto, desmitificando y emblandeciendo la dimensión terrorífica de las casas, centrándose más, por tanto, en los inquilinos de la misma como epicentro del terror, aunque manteniéndose, de todos modos, dentro de la línea del tenebrismo espiritual que marca la esencia de esta cinta.
El resultado es más que digno. Terror comercial del bueno, una cinta de esas que engulles con gusto, dada su correcta factura técnica (Wan al cargo), el buen reparto con el que cuenta (Rose Byrne y Patrick Wilson) y la inquietante historia presentada. A pesar de un inicio pausado y convencional, la historia va cogiendo vigor conforme pasan los minutos, impregnándonos un ritmo in crescendo que alcanza su punto álgido en un último cuarto de hora en el que se confunden terror, caricatura y nostalgia, sometiendo, con todo, a nuestro cuerpo y coco a una placentera sesión de sado adrenalínico. Cumple su función con creces. Recomendada.
En esta ocasión, engloba su historia dentro de la manida temática de las casas encantadas. No obstante, Wan introduce matices de singularidad a su producto, desmitificando y emblandeciendo la dimensión terrorífica de las casas, centrándose más, por tanto, en los inquilinos de la misma como epicentro del terror, aunque manteniéndose, de todos modos, dentro de la línea del tenebrismo espiritual que marca la esencia de esta cinta.
El resultado es más que digno. Terror comercial del bueno, una cinta de esas que engulles con gusto, dada su correcta factura técnica (Wan al cargo), el buen reparto con el que cuenta (Rose Byrne y Patrick Wilson) y la inquietante historia presentada. A pesar de un inicio pausado y convencional, la historia va cogiendo vigor conforme pasan los minutos, impregnándonos un ritmo in crescendo que alcanza su punto álgido en un último cuarto de hora en el que se confunden terror, caricatura y nostalgia, sometiendo, con todo, a nuestro cuerpo y coco a una placentera sesión de sado adrenalínico. Cumple su función con creces. Recomendada.
29 de junio de 2011
29 de junio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que a nadie le sorprenda el titular de esta crítica, porque todos en mayor o menor medida, lo hemos hecho gustosos. Aquel partido de fútbol que seguro perdía nuestro equipo, aquella montaña rusa que parece un laberinto de hierros y que parece reírse de la ley de la gravedad...
o sin ir más lejos, aquella película que ha aterrorizado a todos nuestros amigos y conocidos, y sin embargo es nuestro siguiente título en la lista. En esa reacción catártica masoquista, tiene mucho que ver la descarga de adrenalina, el someterse voluntariamente a una situación de stress máximo para luego relajarse y pensar que todo ha pasado. El cine, es uno de los pilares del terror contemporáneo; mal entendido en muchas ocasiones y disfrazado con subgéneros menores como el gore, el mayor miedo que uno puede sentir en una sala cinematográfica es aquel que el espectador se imagina, aquel que no ve en la pantalla. Eso es lo que realmente nos da miedo, una sensación incómoda, desagradable, de no saber cuándo ni cómo va a venir aquello que tememos desaforadamente. Kubrick lo entendió perfectamente en "El Resplandor", y Ridley Scott también en "Alien, el octavo pasajero". Por eso es muy difícil a estas alturas que una película provoque realmente miedo: las fórmulas están casi agotadas, y ya hemos visto casi todos los factores posibles (espíritus, demonios, psicópatas, fieras rabiosas...o una combinación de todo lo anterior) para conseguir el miedo del espectador. La película que nos ocupa no es en absoluto un dechado de originalidad, ya que en la ecuación argumental mete una casa misteriosa, un niño en coma, y una serie de fenómenos paranormales de difícil explicación. Para que el entuerto funcione mejor, no utiliza a un protagonista, sino a una unidad familiar como sujeto activo del guión. (SIGUE EN SPOILER POR FALTA DE ESPACIO)
o sin ir más lejos, aquella película que ha aterrorizado a todos nuestros amigos y conocidos, y sin embargo es nuestro siguiente título en la lista. En esa reacción catártica masoquista, tiene mucho que ver la descarga de adrenalina, el someterse voluntariamente a una situación de stress máximo para luego relajarse y pensar que todo ha pasado. El cine, es uno de los pilares del terror contemporáneo; mal entendido en muchas ocasiones y disfrazado con subgéneros menores como el gore, el mayor miedo que uno puede sentir en una sala cinematográfica es aquel que el espectador se imagina, aquel que no ve en la pantalla. Eso es lo que realmente nos da miedo, una sensación incómoda, desagradable, de no saber cuándo ni cómo va a venir aquello que tememos desaforadamente. Kubrick lo entendió perfectamente en "El Resplandor", y Ridley Scott también en "Alien, el octavo pasajero". Por eso es muy difícil a estas alturas que una película provoque realmente miedo: las fórmulas están casi agotadas, y ya hemos visto casi todos los factores posibles (espíritus, demonios, psicópatas, fieras rabiosas...o una combinación de todo lo anterior) para conseguir el miedo del espectador. La película que nos ocupa no es en absoluto un dechado de originalidad, ya que en la ecuación argumental mete una casa misteriosa, un niño en coma, y una serie de fenómenos paranormales de difícil explicación. Para que el entuerto funcione mejor, no utiliza a un protagonista, sino a una unidad familiar como sujeto activo del guión. (SIGUE EN SPOILER POR FALTA DE ESPACIO)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Aunque se utilicen muchos recursos tópicos en este género -como la banda sonora atronadora cuando va a venir el susto de turno, una iluminación algo tramposa para no dejar ver con claridad lo que va a suceder, etc.- finalmente hay que reconocer que funciona. Se pasa muy mal rato, manteniendo una tensión sostenida durante mucho tiempo, e incluso hay algunos giros de guión que provocan sorpresa, contra todo pronóstico. Pero lo que más me ha sorprendido del film, de claro perfil psicológico -que por cierto, es el que más miedo provoca, sin lugar a dudas...- es que el director y guionista sea James Wan, el realizador malayo-norteamericano que fundó en 2004 una de las franquicias de terror más rentables en los últimos tiempos, "Saw". Este giro copernicano que el realizador ha sido realmente alucinante: de crear un imaginario con psicópata incluido y una macabra estructura de torturas y enrevesadas intenciones, a una película clásica de miedo, puro y duro, sin aditivos. Es un salto al vacío no solo arriesgado, sino muy valiente... que se ha saldado muy positivamente. Porque se pasa realmente mal. Muy mal. A pesar de conocer todos esos manidos resortes, todos -me incluyo como amante de este género, masoquísticamente hablando- hemos pegado auténticos saltos en el sillón con esta sencilla pero bien desarrollada historia, si bien hay que reconocer que el planteamiento de la historia es exponencialmente más brillante que su desenlace. Si esa segunda parte se hubiera mejorado, manteniendo el nivel del preámbulo del film, estaríamos ante una de las películas de terror más intensa e interesante de los últimos diez años, pero lamentablemente, las ganas de sorprender han podido más. No obstante, es un título más que recomendable (aprovecho para explicar a todos aquellos que no dominen la lengua de Shakespeare, que "Insidious" en castellano significa Insidioso, o lo que es lo mismo según el diccionario de la Real Academia de la Lengua "malicioso o dañino con apariencias inofensivas), que es perfecto para pasar un muy mal rato en el cine... aunque sea pagando.
10 de julio de 2011
10 de julio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mirad esos del anuncio, vaya pandilla, aterrorizados como los de la Bruja de Blair , ya veréis el miedo que da, ese de la primera fila brinca y se tapa los ojos ... En fin, decidimos ir a reírnos un poco.
Porque uno no va a ver una de terror sino es esperando esa risa floja, nerviosa, que le sale para romper el mal cuerpo, la tensión. Sin embargo, es tan difícil conseguirlo desde hace tanto ... Bueno, tenemos las tripejas de Saw, pero no es lo mismo (básicamente porque a mí, en particular, no me gustan las tripejas. Es un recurso demasiado fácil, demasiado orgánico, diría yo, aunque sea original la forma de destripe).
Vale: casa encantada (al parecer), familia numerosa, niños, madre sufrida, música espasmódica, escalera, sombras siniestras, medium y espíritus que huyen por el rabillo del ojo. Y "ná" más. Esos son los mimbres de Insidious.
Y uno piensa, con perdón: pues vaya mierda. Ya la he visto medio millón de veces antes. Tuvimos Poltergeist, Al final de la escalera, Los otros, Pesadilla en Elm Street, La Maldición y el Ente. ¿Va James Wan a mostrarme un espectáculo diferente? Pues NO.
Pero increíblemente (por lo menos en la primera mitad de la película), y ya en los créditos iniciales, a uno se le congela la sonrisa cínica en los labios y empieza a transformarse en la muy-nerviosa de "si el tío de mi izquierda vuelve a saltar del susto, se me sale el corazón por la boca". Es decir, con los ingredientes archi-conocidos de toda la vida, con unos espíritus más simples que una careta de carnaval, mucho polvo de talco y labios rojos, esta película DA MIEDO, DA MAL ROLLO y DEJA MAL CUERPO.
Así que la he disfrutado como una enana. Ese contraste extraño, esos movimientos tras los protagonistas (magníficos Rose Bryne y Patrick Wilson), esa música taquicárdica, esos walkies para bebés, esas puertas que se abren ...
Insidiosamente buena.
Porque uno no va a ver una de terror sino es esperando esa risa floja, nerviosa, que le sale para romper el mal cuerpo, la tensión. Sin embargo, es tan difícil conseguirlo desde hace tanto ... Bueno, tenemos las tripejas de Saw, pero no es lo mismo (básicamente porque a mí, en particular, no me gustan las tripejas. Es un recurso demasiado fácil, demasiado orgánico, diría yo, aunque sea original la forma de destripe).
Vale: casa encantada (al parecer), familia numerosa, niños, madre sufrida, música espasmódica, escalera, sombras siniestras, medium y espíritus que huyen por el rabillo del ojo. Y "ná" más. Esos son los mimbres de Insidious.
Y uno piensa, con perdón: pues vaya mierda. Ya la he visto medio millón de veces antes. Tuvimos Poltergeist, Al final de la escalera, Los otros, Pesadilla en Elm Street, La Maldición y el Ente. ¿Va James Wan a mostrarme un espectáculo diferente? Pues NO.
Pero increíblemente (por lo menos en la primera mitad de la película), y ya en los créditos iniciales, a uno se le congela la sonrisa cínica en los labios y empieza a transformarse en la muy-nerviosa de "si el tío de mi izquierda vuelve a saltar del susto, se me sale el corazón por la boca". Es decir, con los ingredientes archi-conocidos de toda la vida, con unos espíritus más simples que una careta de carnaval, mucho polvo de talco y labios rojos, esta película DA MIEDO, DA MAL ROLLO y DEJA MAL CUERPO.
Así que la he disfrutado como una enana. Ese contraste extraño, esos movimientos tras los protagonistas (magníficos Rose Bryne y Patrick Wilson), esa música taquicárdica, esos walkies para bebés, esas puertas que se abren ...
Insidiosamente buena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Entonces, esa segunda mitad, con el carrusel y el demonio Sith, no sé ... Hay un intervalo donde el film pierde fuelle, se confunde, creo, y se sale del camino correctísimo que llevaba.
Deja de dar miedo, porque el demonio rojo con su organillo y toda la parafernalia barroca, que tanto le gustan a Wan, rompen el hilo que tan bien cosía las escenas y el argumento. Una pena.
Se recupera ligeramente con el final, por otro lado, bastante previsible, pero no es lo mismo, porque ya nos hemos despertado del mal-estupendo sueño que sufríamos hasta el momento.
Aún así, un 7.
Hay que disfrutarla, porque son ya escasas estas películas que aún asustan a los que nos gusta el cine de terror.
Deja de dar miedo, porque el demonio rojo con su organillo y toda la parafernalia barroca, que tanto le gustan a Wan, rompen el hilo que tan bien cosía las escenas y el argumento. Una pena.
Se recupera ligeramente con el final, por otro lado, bastante previsible, pero no es lo mismo, porque ya nos hemos despertado del mal-estupendo sueño que sufríamos hasta el momento.
Aún así, un 7.
Hay que disfrutarla, porque son ya escasas estas películas que aún asustan a los que nos gusta el cine de terror.
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