Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)
Comedia. Drama
Después de hacerse famoso interpretando en el cine a un célebre superhéroe, la estrella Riggan Thomson (Michael Keaton) trata de darle un nuevo rumbo a su vida, luchando contra su ego, recuperando a su familia y preparándose para el estreno de una obra teatral en Broadway que le reafirme en su prestigio profesional como actor. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2015
11 de enero de 2015
17 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los primeros quince minutos crees que estás antes una película que quiere contar algo de una forma distinta, pero no, es más de lo mismo narrado de una manera tediosa, repetitiva, pretenciosa y discursiva.
Los personajes son totalmente planos, todos sin excepción alguna cuentan lo mismo durante las dos horas que dura el film, destacar lo irrelevante de la mayoría de ellos, que no aportan nada, si acaso metraje y más metraje que queda fenomenal de relleno.
La historia es lineal, sin altibajos, no resulta agradable ni desagradable, algún buen diálogo, alguna genial escena como la del pájaro gigante, criticándose a sí misma y al propio espectador (principal razón por la que le pongo el 5) y ya está, nada más, no busques nada más que no lo hay.
Y como guinda del pastel el final ¿qué nos quiere decir Iñárritu? he leído en una entrevista que quiere que cada uno lo interprete a su manera, es decir que tras dos horas de especular ni siquiera es capaz de terminar la historia o crítica o lo que quiera representar, como excusa queda genial.
Los personajes son totalmente planos, todos sin excepción alguna cuentan lo mismo durante las dos horas que dura el film, destacar lo irrelevante de la mayoría de ellos, que no aportan nada, si acaso metraje y más metraje que queda fenomenal de relleno.
La historia es lineal, sin altibajos, no resulta agradable ni desagradable, algún buen diálogo, alguna genial escena como la del pájaro gigante, criticándose a sí misma y al propio espectador (principal razón por la que le pongo el 5) y ya está, nada más, no busques nada más que no lo hay.
Y como guinda del pastel el final ¿qué nos quiere decir Iñárritu? he leído en una entrevista que quiere que cada uno lo interprete a su manera, es decir que tras dos horas de especular ni siquiera es capaz de terminar la historia o crítica o lo que quiera representar, como excusa queda genial.
23 de mayo de 2017
23 de mayo de 2017
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
De un vistazo en la red, me quedo desconcertado con la cantidad y casi unanimidad de críticas positivas e incluso apasionadas hacia esta película de González Iñárritu, además de sus premios Oscar. Desde Babel, donde el director demostró gran talento como publicista para vender tres largos y tediosos videoclips a la multitud, es que tengo reticencias con él. Ver luego 21 gramos y esforzarme por sintonizar con toda esa poética new age de feria artesanal (otra idea publicitaria: el peso del alma), no hizo más que decidirme a no perder más el tiempo con su siguiente película, Biutiful.
Pero recaí con la tan celebrada Birdman, que arranca con un epígrafe del escritor Raymond Carver que señala que lo único que deseamos, al fin, es ser queridos por los demás. Y parece que la película, a través de su personaje central, fuese a transitar en esa dirección. Pero no. Iñárritu viola el sentido del epígrafe de manera cabal, ya que no parece sentir el menor afecto por ninguno de sus personajes, al contrario, se recrea en exponerlos en toda su mediocridad, estupidez y bajezas, cerrándoles el espacio cada vez más hasta dejarlos, o al menos a su protagonista, interpretado por Michael Keaton, literalmente al borde del vacío, aunque -alma de publicista- todo esté representado con música de fondo y mucha estética producto de su atrofiada imaginación, la del protagonista y la de Iñárritu.
Todo está atrofiado en esta película. Los personajes y su entorno, sus ideales, sus aspiraciones, su comportamiento, pero también está atrofiado el montaje, plagado de discontinuidades temporales tramposas entre la imaginación del protagonista y lo que sucede realmente, lo que genera sólo falsas emociones; la machacona voz en off del protagonista (su lado "Birdman") hace que pierda fuerza su actuación; los pirotécnicos movimientos de cámara en plano secuencia que no cumplen otra función que distraer y no son más que otro subrayado, otra capa a las múltiples distracciones que acuden a la pantalla a cualquier precio: si hace falta poner al baterista que interpreta la música incidental -hacerlo visible-, se lo pone sin más y, encima, tocando en un inesperado cuarto de baño o pasillo, pues queda bien y resulta simpático entre tanta historia y personajes antipáticos y sin la más mínima humanidad. Total -y tal como se ironiza en la película misma- cualquier idiotez puede funcionar, extenderse por los medios de comunicación y ser popular, no importan los golpes bajos. Lo tiene claro Iñárritu, y en esta película abundan, son todos golpes bajos.
Partiendo por el fracasado y egoísta y egocéntrico protagonista, un ex actor que encarnó al superhéroe Birdman, y busca en su crepuscular adultez… ¿adivinan?… pues que lo quieran, que lo sigan queriendo, y para eso, en lugar de intentar recomponer sus relaciones afectivas, se aboca a relanzar su carrera actoral con una obra de teatro dirigida y actuada por él: una adaptación ni más ni menos que de un cuento del propio Carver. Pero el protagonista no quiere a nadie, no se quiere a sí mismo. Por eso sus relaciones son un desastre: su hija está en recuperación por drogodependencia y apenas se hablan; él corre el riesgo de haber dejado embarazada a una actriz que participa en su obra y que evidencia claros desordenes mentales; le tiende una trampa -más trampas, son todo trampas- a uno de sus actores para que se accidente y no participe en su obra; su mejor amigo está preocupado más por la cantidad de butacas vendidas para el estreno que por la integridad de su amigo (su fuente de ingresos). La única que parece salvarse de tanta mezquindad y mal gusto es una crítica veterana, sobria e incorruptible, y factor decisivo en el éxito o fracaso de las obras teatrales que se presentan en la ciudad.
En un momento de la película, el protagonista, a un día de estrenar su obra, le sale al paso en un bar y le suelta un trillado y patético discurso sobre la supuesta frustración de los críticos frente a los artistas de verdad. La mujer simplemente se aleja del energúmeno, advirtiéndole que no tendrá compasión al escribir su crítica. Pero, como para demostrar todavía más el odio que Iñárritu siente hacia todos sus personajes, al final [alerta de spoiler]
Pero recaí con la tan celebrada Birdman, que arranca con un epígrafe del escritor Raymond Carver que señala que lo único que deseamos, al fin, es ser queridos por los demás. Y parece que la película, a través de su personaje central, fuese a transitar en esa dirección. Pero no. Iñárritu viola el sentido del epígrafe de manera cabal, ya que no parece sentir el menor afecto por ninguno de sus personajes, al contrario, se recrea en exponerlos en toda su mediocridad, estupidez y bajezas, cerrándoles el espacio cada vez más hasta dejarlos, o al menos a su protagonista, interpretado por Michael Keaton, literalmente al borde del vacío, aunque -alma de publicista- todo esté representado con música de fondo y mucha estética producto de su atrofiada imaginación, la del protagonista y la de Iñárritu.
Todo está atrofiado en esta película. Los personajes y su entorno, sus ideales, sus aspiraciones, su comportamiento, pero también está atrofiado el montaje, plagado de discontinuidades temporales tramposas entre la imaginación del protagonista y lo que sucede realmente, lo que genera sólo falsas emociones; la machacona voz en off del protagonista (su lado "Birdman") hace que pierda fuerza su actuación; los pirotécnicos movimientos de cámara en plano secuencia que no cumplen otra función que distraer y no son más que otro subrayado, otra capa a las múltiples distracciones que acuden a la pantalla a cualquier precio: si hace falta poner al baterista que interpreta la música incidental -hacerlo visible-, se lo pone sin más y, encima, tocando en un inesperado cuarto de baño o pasillo, pues queda bien y resulta simpático entre tanta historia y personajes antipáticos y sin la más mínima humanidad. Total -y tal como se ironiza en la película misma- cualquier idiotez puede funcionar, extenderse por los medios de comunicación y ser popular, no importan los golpes bajos. Lo tiene claro Iñárritu, y en esta película abundan, son todos golpes bajos.
Partiendo por el fracasado y egoísta y egocéntrico protagonista, un ex actor que encarnó al superhéroe Birdman, y busca en su crepuscular adultez… ¿adivinan?… pues que lo quieran, que lo sigan queriendo, y para eso, en lugar de intentar recomponer sus relaciones afectivas, se aboca a relanzar su carrera actoral con una obra de teatro dirigida y actuada por él: una adaptación ni más ni menos que de un cuento del propio Carver. Pero el protagonista no quiere a nadie, no se quiere a sí mismo. Por eso sus relaciones son un desastre: su hija está en recuperación por drogodependencia y apenas se hablan; él corre el riesgo de haber dejado embarazada a una actriz que participa en su obra y que evidencia claros desordenes mentales; le tiende una trampa -más trampas, son todo trampas- a uno de sus actores para que se accidente y no participe en su obra; su mejor amigo está preocupado más por la cantidad de butacas vendidas para el estreno que por la integridad de su amigo (su fuente de ingresos). La única que parece salvarse de tanta mezquindad y mal gusto es una crítica veterana, sobria e incorruptible, y factor decisivo en el éxito o fracaso de las obras teatrales que se presentan en la ciudad.
En un momento de la película, el protagonista, a un día de estrenar su obra, le sale al paso en un bar y le suelta un trillado y patético discurso sobre la supuesta frustración de los críticos frente a los artistas de verdad. La mujer simplemente se aleja del energúmeno, advirtiéndole que no tendrá compasión al escribir su crítica. Pero, como para demostrar todavía más el odio que Iñárritu siente hacia todos sus personajes, al final [alerta de spoiler]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
la influyente crítica se rinde ante los fuegos de artificio que antes daba la impresión de aborrecer. Para generar impacto, la escena final de la obra que estrenaba el patético ex Birdman, tenía que tener sangre de verdad, el disparo tenía que ser genuino y había que jugarse la vida en ello, como pregonaba el esquizofrénico personaje que interpreta Edward Norton, curiosamente todo lo que la narrativa de Raymond Carver elude -el subrayado, la explicación, la explicitación, el exceso- acá se exhibe como una extraña prueba de mérito artístico, y se valida como tal con la capitulación de esta crítica, la única persona que parecía no padecer trastornos mentales. ¿Que Brodway es así? ¿Que Hollywood es así y esta es una genial parodia de todo ese mundo enloquecido y embrutecido por la aprobación virtual o real de los demás? Vale, pero ¿por qué tendría esto que tener algún interés en sí mismo? Los chistecillos privados, las referencias a otros actores, son solo más distracciones, hasta que todo es tan horrendo que ya no queda más que recurrir al paroxismo de hacer hablar al mismo Birdman, al pajarraco superhéroe, de frente a la pantalla, de cara a los espectadores, y humillarlos -humillarnos- con un discurso cargado de desprecio y odio, de rencor e insatisfacción que, simplemente, me parece que nadie merece.
Y es por esto que creo necesario, esta vez, estar en contra. Del todo en contra.
Porque ésta es también una película sobre la crítica, en contra de la crítica, que ridiculiza a la crítica -¡la misma que ahora le rinde honores!-, que ridiculiza y desprecia a los que usan las redes virtuales y se miden en una pantalla, y a los que no también, y finalmente a uno como espectador. ¿Que es una comedia negra, que me la tomo muy en serio? La película se toma muy en serio a sí misma, el calibre de los diálogos, de las reflexiones mentales impúdicamente acá expuestas, son serias, trascendentes, existenciales por mucho que los diálogos en los tejados entre Edward Norton y la rubia de moda que hace de hija drogadicta del protagonista, resulten una parodia. Pero al final, claro, me dirán los más listos, todo lo es. Desde la primera escena que es una parodia, con el protagonista levitando (!) en calzoncillos en una habitación que según la voz en off que escuchamos, apesta a cojones. Qué lindo.
Ok, será una parodia entonces. Solo que sin gracia, sin humor, sin decoro ni delicadeza aunque repleta de grandilocuencia. Y que, desde esa primera escena, apesta a cojones.
Los desorbitados ojos azules de la hija del protagonista, enajenada, mirando hacia el cielo, buscando en él a su hombre-padre-pájaro, en el plano final, son otra muestra de la habilidad publicitaria de Iñárritu, pero otra muestra también de que su fondo es vacío, de su artificialidad y, sobre todo, de su mal gusto. ¿Dónde está la diversión? ¿En su supuesto humor negro, en el collage de imágenes superpuestas como anuncio de MTV? ¿Dónde la conexión, la empatía? Hay personajes intrigantes (en el sentido que le daba mi abuela: "no te fíes de éste, es un intrigante") pero carentes del más mínimo misterio, unívocos, atrapados por su estúpido comportamiento y circunstancias. ¿Está dirigida acaso a los muy mediocres, a los muy miserables y sin vida? ¿Son ellos quienes deben sentirse aludidos? ¿La idea es incitarlos a que salten al vacío desde un edificio, que el suicidio es la única salida? ¿La idea es aliviar a todos aquellos que no necesitan desesperadamente que los quieran al señalarles que, en efecto, hay algunos o muchos que sí lo necesitan? Una película, en suma, decididamente maliciosa, envenenada, que no quiere a nadie y cargada de rencor que, sin embargo, ha conquistado, por lo que veo, tanto a la crítica como al público. ¿Estamos todos locos? ¿González Iñárritu es un vidente y está en lo cierto al escupírnoslo en la cara? Creo que no. Espero y confío que no.
Y es por esto que creo necesario, esta vez, estar en contra. Del todo en contra.
Porque ésta es también una película sobre la crítica, en contra de la crítica, que ridiculiza a la crítica -¡la misma que ahora le rinde honores!-, que ridiculiza y desprecia a los que usan las redes virtuales y se miden en una pantalla, y a los que no también, y finalmente a uno como espectador. ¿Que es una comedia negra, que me la tomo muy en serio? La película se toma muy en serio a sí misma, el calibre de los diálogos, de las reflexiones mentales impúdicamente acá expuestas, son serias, trascendentes, existenciales por mucho que los diálogos en los tejados entre Edward Norton y la rubia de moda que hace de hija drogadicta del protagonista, resulten una parodia. Pero al final, claro, me dirán los más listos, todo lo es. Desde la primera escena que es una parodia, con el protagonista levitando (!) en calzoncillos en una habitación que según la voz en off que escuchamos, apesta a cojones. Qué lindo.
Ok, será una parodia entonces. Solo que sin gracia, sin humor, sin decoro ni delicadeza aunque repleta de grandilocuencia. Y que, desde esa primera escena, apesta a cojones.
Los desorbitados ojos azules de la hija del protagonista, enajenada, mirando hacia el cielo, buscando en él a su hombre-padre-pájaro, en el plano final, son otra muestra de la habilidad publicitaria de Iñárritu, pero otra muestra también de que su fondo es vacío, de su artificialidad y, sobre todo, de su mal gusto. ¿Dónde está la diversión? ¿En su supuesto humor negro, en el collage de imágenes superpuestas como anuncio de MTV? ¿Dónde la conexión, la empatía? Hay personajes intrigantes (en el sentido que le daba mi abuela: "no te fíes de éste, es un intrigante") pero carentes del más mínimo misterio, unívocos, atrapados por su estúpido comportamiento y circunstancias. ¿Está dirigida acaso a los muy mediocres, a los muy miserables y sin vida? ¿Son ellos quienes deben sentirse aludidos? ¿La idea es incitarlos a que salten al vacío desde un edificio, que el suicidio es la única salida? ¿La idea es aliviar a todos aquellos que no necesitan desesperadamente que los quieran al señalarles que, en efecto, hay algunos o muchos que sí lo necesitan? Una película, en suma, decididamente maliciosa, envenenada, que no quiere a nadie y cargada de rencor que, sin embargo, ha conquistado, por lo que veo, tanto a la crítica como al público. ¿Estamos todos locos? ¿González Iñárritu es un vidente y está en lo cierto al escupírnoslo en la cara? Creo que no. Espero y confío que no.
21 de enero de 2015
21 de enero de 2015
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo siento. No debo haber entendido nada, mareado por el olor a pedantería y presunción que emanaba de la pantalla. Buenos actores y buenas interpretacions no han conseguido diluir en mi olfato unos diálogos imposibles de personajes compitiendo para ver quien tiene el ego más gordo. Ni un ápice de empatía con ellos.
De acuerdo, yo seré el raro. La película tiene no sé quantas nominaciones a los Óscar y yo sólo veo egocentrismo de actores regodeándose en el egocentrismo de los actores. Más allá de los profesionales del cine y el teatro, dudo que la película llegue a comunicar algo a la gente corriente como yo. Como añoro al director áspero y salvaje de "Amores perros", al director profundamente oscuro de "21 g." o al director de reflexiones globales en "Babel". En fin, película para consumo de profesionales del cine o del teatro, que conduce otra vez a los Óscars hacia el autohomenaje. Aunque puestos a elegir prefiero la inconsistencia del homenaje al cine mudo que supuso "The artist".
De acuerdo, yo seré el raro. La película tiene no sé quantas nominaciones a los Óscar y yo sólo veo egocentrismo de actores regodeándose en el egocentrismo de los actores. Más allá de los profesionales del cine y el teatro, dudo que la película llegue a comunicar algo a la gente corriente como yo. Como añoro al director áspero y salvaje de "Amores perros", al director profundamente oscuro de "21 g." o al director de reflexiones globales en "Babel". En fin, película para consumo de profesionales del cine o del teatro, que conduce otra vez a los Óscars hacia el autohomenaje. Aunque puestos a elegir prefiero la inconsistencia del homenaje al cine mudo que supuso "The artist".
18 de noviembre de 2014
18 de noviembre de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cómo empezar a criticar uno de las películas que en mi criterio ya se ha convertido en una de las mejores propuestas de este extraño 2014, con altibajos, pero "Birdman", sin duda ya está entre los más altos, por su dirección, interpretaciones, fotografía y sobre todo por su mensaje: la reinvención y la salvación emocional si se puede lograr, aunque es muy difícil, pero se pueden lograr.
Empecemos por la dirección, brillante el señor González Iñarritu otra vez, pero con la diferencia de que en esta ocasión no cuenta varias historias paralelas o cruzadas; es un solo relato, pero sólido de principio a fin y "sazonado" con un humor negro al cual no nos tenía acostumbrados, si tomamos en cuenta que es el mismo director responsable de mostrarnos su cruel y triste "trilogía del dolor".
Continuemos con las interpretaciones, poniendo algunos (si no son muchos) escalones por arriba a un magistral Michael Keaton, en el rol protagónico más importante que haya tenido en los últimos 20 años, aprovechandolo como nunca y realizando una actuación digna de ser tomada en cuenta para cualquier festival próximo. Sin exagerar, está impagable, está impecable y en gran forma aún. Si hace poco fue Bruce Dern demostrando virtuosismo, ahora es el turno de Michael Keaton, pero punto y aparte obviamente.
Y quien le sigue es otro grande, llamado Edward Norton, quien últimamente (y por fortuna) esta llevando su carrera por rumbos independientes junto a Wes Anderson, se destaca también y haciendo la contraparte del primero de muy buena manera.
Ahora quienes están de soporte también ponen su "granito de arena" y de que manera pues son de lujo en su mayoría, Zach Galifianakis (interesante participación), Naomi Watts, en otra correcta colaboración junto al director mexicano y Emma Stone con una mirada y presencia que sorprenden.
Como siempre el "Chivo" Emmanuel Lubezki con su toque genial y justo también se luce y como siempre es mención aparte.
Empecemos por la dirección, brillante el señor González Iñarritu otra vez, pero con la diferencia de que en esta ocasión no cuenta varias historias paralelas o cruzadas; es un solo relato, pero sólido de principio a fin y "sazonado" con un humor negro al cual no nos tenía acostumbrados, si tomamos en cuenta que es el mismo director responsable de mostrarnos su cruel y triste "trilogía del dolor".
Continuemos con las interpretaciones, poniendo algunos (si no son muchos) escalones por arriba a un magistral Michael Keaton, en el rol protagónico más importante que haya tenido en los últimos 20 años, aprovechandolo como nunca y realizando una actuación digna de ser tomada en cuenta para cualquier festival próximo. Sin exagerar, está impagable, está impecable y en gran forma aún. Si hace poco fue Bruce Dern demostrando virtuosismo, ahora es el turno de Michael Keaton, pero punto y aparte obviamente.
Y quien le sigue es otro grande, llamado Edward Norton, quien últimamente (y por fortuna) esta llevando su carrera por rumbos independientes junto a Wes Anderson, se destaca también y haciendo la contraparte del primero de muy buena manera.
Ahora quienes están de soporte también ponen su "granito de arena" y de que manera pues son de lujo en su mayoría, Zach Galifianakis (interesante participación), Naomi Watts, en otra correcta colaboración junto al director mexicano y Emma Stone con una mirada y presencia que sorprenden.
Como siempre el "Chivo" Emmanuel Lubezki con su toque genial y justo también se luce y como siempre es mención aparte.
11 de enero de 2015
11 de enero de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si el año pasado fue su compatriota Alfonso Cuarón el que se sacó un as de la manga con ‘Gravity’, este año, con el tour de force que se ha marcado Alejandro González Iñárritu, ha conseguido el mismo efecto. Empiezan las quinielas para los Oscars y está claro que ‘Birdman’ parte en la parrilla de salida con bastante ventaja.
Es que es una gozada, una pasada, la culminación de la apoteosis que surge del mejor montaje posible, de la mejor dirección artística disponible, del elenco de actores más entregado que existe y de una expertísima dirección de actores. Todos los amantes del cine, o aquellos que sueñan con dirigir una película o cortometraje algún día, están de enhorabuena porque ‘Birdman’ está un escalón por encima del resto de películas de la cartelera.
Más allá de lo que nos están contando, hay películas obligadas a pasar a la historia por la manera en la que son contadas. A todos nos viene a la cabeza, por ejemplo, ‘Memento’ por ser la historia del hombre sin memoria, pero también por ser una película contada desde el final hacia el principio. Algo así va a suceder con ‘Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)’ que será mostrada en un futuro en las escuelas de cine. Su manera de contarnos la película, hace que el espectador no tenga ni un solo momento de tregua: largos planos secuencia entrelazados entre sí de tal modo que te costará adivinar donde están realizados los cortes. Como una gran obra teatral sin descanso.
Y lo del reparto es de otra galaxia: Michael Keaton (sobresaliente), Emma Stone, Edward Norton (¡bienvenido en tu vuelta amigo!), Zach Galifianakis, Naomi Watts, Andrea Riseborough, Amy Ryan… todos están a un nivel espectacular.
Muy difícil tienen el resto de candidatas a los Oscar superar el nivel que ha expuesto Iñárritu (que se había quedado un poquito atrás con su anterior trabajo ‘Biutiful’) aquí. Una maravillosa y perfecta sátira sobre el mundo del espectáculo repleta de humor que no os podéis perder. Y ojito a la discusión en el bar entre la crítica y el personaje de Keaton con unos diálogos muy mordaces en el que ambos personajes se acaban lanzando verdades como puños.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com
Es que es una gozada, una pasada, la culminación de la apoteosis que surge del mejor montaje posible, de la mejor dirección artística disponible, del elenco de actores más entregado que existe y de una expertísima dirección de actores. Todos los amantes del cine, o aquellos que sueñan con dirigir una película o cortometraje algún día, están de enhorabuena porque ‘Birdman’ está un escalón por encima del resto de películas de la cartelera.
Más allá de lo que nos están contando, hay películas obligadas a pasar a la historia por la manera en la que son contadas. A todos nos viene a la cabeza, por ejemplo, ‘Memento’ por ser la historia del hombre sin memoria, pero también por ser una película contada desde el final hacia el principio. Algo así va a suceder con ‘Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)’ que será mostrada en un futuro en las escuelas de cine. Su manera de contarnos la película, hace que el espectador no tenga ni un solo momento de tregua: largos planos secuencia entrelazados entre sí de tal modo que te costará adivinar donde están realizados los cortes. Como una gran obra teatral sin descanso.
Y lo del reparto es de otra galaxia: Michael Keaton (sobresaliente), Emma Stone, Edward Norton (¡bienvenido en tu vuelta amigo!), Zach Galifianakis, Naomi Watts, Andrea Riseborough, Amy Ryan… todos están a un nivel espectacular.
Muy difícil tienen el resto de candidatas a los Oscar superar el nivel que ha expuesto Iñárritu (que se había quedado un poquito atrás con su anterior trabajo ‘Biutiful’) aquí. Una maravillosa y perfecta sátira sobre el mundo del espectáculo repleta de humor que no os podéis perder. Y ojito a la discusión en el bar entre la crítica y el personaje de Keaton con unos diálogos muy mordaces en el que ambos personajes se acaban lanzando verdades como puños.
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