Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornioAnimación
2011 

6.7
52,720
Animación. Aventuras
Tintín, un joven periodista dotado de una curiosidad insaciable, y su leal perro Milú descubren que la maqueta de un barco contiene un enigmático y secular secreto que deben investigar. A partir de ese momento, Tintín se verá acosado por Ivan Ivanovitch Sakharine, un diabólico villano que cree que el joven ha robado un valioso tesoro vinculado a un cruel pirata llamado Rackham el Rojo. Pero, con la ayuda de Milú, del cascarrabias ... [+]
19 de noviembre de 2011
19 de noviembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde pequeño, siempre fui un gran admirador de los Tintines. Me leía y releía los cómics de forma casi obsesiva, y aún hoy lo sigo haciendo con la misma ilusión y el mismo gozo. Nada feliz podríamos decir de las adpataciones al cine que se han hecho anteriormente de los tebeos de Hergé, salvo la correcta y leal serie de animación que hizo las delicias de chavales.
Mejores cosas podríamos indicar sobre esta nueva y espectacular versión de Spielberg, que parecía el idóneo, como predestinado, a contarnos una historia del personaje Tintín. No erró al elegir la fastuosa tecnología del 3-D, que parecía adecuada para presentar, de una vez por todas, una buena versión de Tintín. Pero me temo que Spielberg ha caído en la detestable trampa que encierra esa nueva tecnología de las tres dimensiones, esto es, en dejarse llevar por la aparatosidad y el efectismo que ésta conlleva. Y así, Spielberg se aleja de la obra de Hergé, de su "espíritu" (como gustan en decir algunos) para verse arrastrado por un exceso de acción, de espectacularidad, de movimiento y de precipitación. Por cierto, los títulos de crédito iniciales son una verdadera maravilla, un alarde de inventiva y plasticidad.
Afortunadamente, Spielberg se mueve en este terreno como nadie, y a pesar de ese atracón de persecuciones, explosiones, tiros y peleas, sale airoso por un sencillo motivo: porque la labor de adaptar de la literatura al cine no ha de consistir necesariamente en ser fiel a la obra literaria, ni tampoco en "captar el espíritu" de tal novela, cuento, teatro o cómic.
Mejores resultados logrará el director si, escogida la obra literaria, la acerca a sus intereses, a sus obsesiones, a sus temas, a su mundo propio. Juan Marsé opinaba al respecto lo siguiente: "lo que más aprecio de una adaptación cinematográfica es lo mismo que puede hallarse en una película cualquiera con argumento original: su fuerza narrativa, su poder de encantamiento. La fidelidad o
lealtad que el cine le debe a la novela es para mí un asunto secundario”.
Todos conocemos sobradamente cuál es el universo de Spielberg, al que no se le puede culpar precisamente por la carencia de tal. Nadie ignora su atracción por lo fantástico, por lo irreal; su fascinación por lo misterioso, por las ficciones increíbles; su imaginación entusiasta, a raudales, como la de un niño. Y, en gran parte, debe su éxito a la apuesta por esos universos personales, llenos de acción, entretenimiento y diversión.
[continúo en spoiler sin desvelar nada]
Mejores cosas podríamos indicar sobre esta nueva y espectacular versión de Spielberg, que parecía el idóneo, como predestinado, a contarnos una historia del personaje Tintín. No erró al elegir la fastuosa tecnología del 3-D, que parecía adecuada para presentar, de una vez por todas, una buena versión de Tintín. Pero me temo que Spielberg ha caído en la detestable trampa que encierra esa nueva tecnología de las tres dimensiones, esto es, en dejarse llevar por la aparatosidad y el efectismo que ésta conlleva. Y así, Spielberg se aleja de la obra de Hergé, de su "espíritu" (como gustan en decir algunos) para verse arrastrado por un exceso de acción, de espectacularidad, de movimiento y de precipitación. Por cierto, los títulos de crédito iniciales son una verdadera maravilla, un alarde de inventiva y plasticidad.
Afortunadamente, Spielberg se mueve en este terreno como nadie, y a pesar de ese atracón de persecuciones, explosiones, tiros y peleas, sale airoso por un sencillo motivo: porque la labor de adaptar de la literatura al cine no ha de consistir necesariamente en ser fiel a la obra literaria, ni tampoco en "captar el espíritu" de tal novela, cuento, teatro o cómic.
Mejores resultados logrará el director si, escogida la obra literaria, la acerca a sus intereses, a sus obsesiones, a sus temas, a su mundo propio. Juan Marsé opinaba al respecto lo siguiente: "lo que más aprecio de una adaptación cinematográfica es lo mismo que puede hallarse en una película cualquiera con argumento original: su fuerza narrativa, su poder de encantamiento. La fidelidad o
lealtad que el cine le debe a la novela es para mí un asunto secundario”.
Todos conocemos sobradamente cuál es el universo de Spielberg, al que no se le puede culpar precisamente por la carencia de tal. Nadie ignora su atracción por lo fantástico, por lo irreal; su fascinación por lo misterioso, por las ficciones increíbles; su imaginación entusiasta, a raudales, como la de un niño. Y, en gran parte, debe su éxito a la apuesta por esos universos personales, llenos de acción, entretenimiento y diversión.
[continúo en spoiler sin desvelar nada]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Así, Spielberg tiene la valentía de adaptar, de forma libre y creativa, tres cómics en uno: "El secreto del unicornio", "El tesoro de Rackam el Rojo" y "El cangrejo de las pinzas de oro", lo cual enriquece el relato sin caer en confusión argumental (cosa difícil y, por ende, ecomiable). Un factor clave es el divertimento sin límites que el director se obsesiona por ofrecer: no recuerdo películas recientes en las que me haya reído tanto, con elementos vistos y sabidos en el cine del realizador pero que siguen provocando la carcajada (aprovechando la puesta en escena y añadiendo esta vez la torpeza de los hermanos Hernández y Fernández o las borracheras de Haddock); sin dejar, de paso, de homenajearse a sí mismo y su saga de Indiana Jones, a la que también hace un guiño John Williams con su siempre formidable música.
No duda Spielberg en desatender esa investigación laboriosa siempre presente en los cómics, ni titubea en despojarse del tono enigmático que nunca cesaba en Hergé; pero se conserva en el filme la alabanza del valor, la honestidad, la persistencia, la amistad y del sentido de justicia. Spielberg disfruta al transmitirnos la historia de forma endemoniadamente ágil y amena, articulando bien la trama; acierta de pleno en el retrato de Tintín y se equivoca en la figura de Haddock, un personaje irrepetible que en esta película se me antoja pueril, inconsistente, trivial, fallido.
En definitiva, una película que hace gala de algo tan sencillo y tan clásico como contar una historia, consagrando un sentido del ritmo narrativo y un amor por las peripecias difícil de superar. Porque ése es el elemento clave de esta adaptación, que toma un punto de partido afín al mundo de Spielberg y que él reelabora para divertirse y divertirnos a base del objetivo último que, al fin y al cabo, persiguen él y Hergé: el afán y el placer por las aventuras.
No duda Spielberg en desatender esa investigación laboriosa siempre presente en los cómics, ni titubea en despojarse del tono enigmático que nunca cesaba en Hergé; pero se conserva en el filme la alabanza del valor, la honestidad, la persistencia, la amistad y del sentido de justicia. Spielberg disfruta al transmitirnos la historia de forma endemoniadamente ágil y amena, articulando bien la trama; acierta de pleno en el retrato de Tintín y se equivoca en la figura de Haddock, un personaje irrepetible que en esta película se me antoja pueril, inconsistente, trivial, fallido.
En definitiva, una película que hace gala de algo tan sencillo y tan clásico como contar una historia, consagrando un sentido del ritmo narrativo y un amor por las peripecias difícil de superar. Porque ése es el elemento clave de esta adaptación, que toma un punto de partido afín al mundo de Spielberg y que él reelabora para divertirse y divertirnos a base del objetivo último que, al fin y al cabo, persiguen él y Hergé: el afán y el placer por las aventuras.
25 de febrero de 2012
25 de febrero de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película sin pretensiones, sin grandes argumentos y sin trampas. Directa, electrizante y alucinante. Spielberg creó un divertimento poderoso, empleó el motion capture de forma muy buena, superando la poca expresividad que está técnica suele otorgar.
En resumen, que nadie se engañe, película para ver y distraerse, no se hace larga, cada quién sabe a lo que va, así que los admiradores del cine para entretener no se quejarán y los que buscan algo más sustancial mejor no se acerquen.
P.D. Casi todo su encanto era el 3D, los que tengan la oportunidad de visionarla de esa forma sabrán a que me refiero.
7.
En resumen, que nadie se engañe, película para ver y distraerse, no se hace larga, cada quién sabe a lo que va, así que los admiradores del cine para entretener no se quejarán y los que buscan algo más sustancial mejor no se acerquen.
P.D. Casi todo su encanto era el 3D, los que tengan la oportunidad de visionarla de esa forma sabrán a que me refiero.
7.
21 de marzo de 2012
21 de marzo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo más que decir, cada vez que la veo vuelvo a mi infancia. Me veo a mi mismo en la moqueta de la habitación leyendo los comics de Herge. Una magnífica película que está a la altura de los libros. Es ágil, con una gran banda sonora que consigue dar un salto de calidad aún mayor.
17 de mayo de 2020
17 de mayo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spielberg no es un maestro por nada. Su proeza para hacer películas de acción sobresalientes es excelsamente conocida por todos. Y en Tintín se ve como una secuela espiritual de lo que antaño fue Indiana Jones. No solo por la acción, el carisma en los personajes, la forma de llevar el ritmo frenético sin frenar y su humor tan ligero que aquí se entremezcla a la perfección con la animación.
Aunque, aquí, lo bonito es que consigue adaptar a la perfección el contenido original de los tebeos de Hergé. Nunca hubiera pensado que Spielberg fuera perfecto para llevarlo a la gran pantalla pero imprime las mismas emociones que las viñetas.
Con todo el guión es bastante endeble y bastante sobre explicado. Entiendo que el público objetivo es infantil pero creo que se pasa de tuerca exponiendo información. Sigue la estela del templo maldito, sin parar la película en ningún momento, lo que la hace imposible de parar de ver.
La animación realista es uno de los puntos dónde la gente discute eternamente. Está sigue la estela realista que su amigo, Zemeckis, ya usó en polar express (2004). A mi no me molesta lo más mínimo, además aquí los gestos y movimientos están simulados a la perfección. El futuro está en esta animación neorrealista para las grandes producciones de Hollywood, y con la industria del videojuego actualizandose técnicamente día a día, los límites serán difusos. Pero volviendo a la película, el objetivo es que la acción no se tome con la seriedad que una versión real necesitará.
Lo que si se nota, es que se ha realizado en esa época en la que toda producción jugaba con el 3D. Aunque no es negativo, hay planos que solamente están para que el 3D sea más evidente.
Aunque, aquí, lo bonito es que consigue adaptar a la perfección el contenido original de los tebeos de Hergé. Nunca hubiera pensado que Spielberg fuera perfecto para llevarlo a la gran pantalla pero imprime las mismas emociones que las viñetas.
Con todo el guión es bastante endeble y bastante sobre explicado. Entiendo que el público objetivo es infantil pero creo que se pasa de tuerca exponiendo información. Sigue la estela del templo maldito, sin parar la película en ningún momento, lo que la hace imposible de parar de ver.
La animación realista es uno de los puntos dónde la gente discute eternamente. Está sigue la estela realista que su amigo, Zemeckis, ya usó en polar express (2004). A mi no me molesta lo más mínimo, además aquí los gestos y movimientos están simulados a la perfección. El futuro está en esta animación neorrealista para las grandes producciones de Hollywood, y con la industria del videojuego actualizandose técnicamente día a día, los límites serán difusos. Pero volviendo a la película, el objetivo es que la acción no se tome con la seriedad que una versión real necesitará.
Lo que si se nota, es que se ha realizado en esa época en la que toda producción jugaba con el 3D. Aunque no es negativo, hay planos que solamente están para que el 3D sea más evidente.
6 de agosto de 2021
6 de agosto de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si llevar cómics (o tebeos) a la pantalla es siempre complicado, cuando hablamos de personajes que han alcanzado la categoría de ‘míticos’ la cosa se pone especialmente peligrosa. Dando por hecho que haya recursos y talento (si no, apaga y vámonos) el problema no sólo que las expectativas sean altísimas sino que son fluctuantes. Después de años o infancias enteras disfrutando de los personajes sobre papel, cada uno de nosotros les hemos dado forma en nuestra mente con nuestras particularidades y a nuestra manera, por lo que inevitablemente sometemos a los protagonistas de nuestras historietas favoritas a un pormenorizado análisis para determinar si encajan en nuestra concepción. Unos concebimos un Astérix más o menos aventurero o más o menos pícaro; un Mortadelo descerebrado o uno simplemente patoso; un Magneto con mejor o peor corazón… por eso verlos en pantalla, una vez que una tercera persona ha decidido por nosotros y concretado los parámetros de su personalidad o sus poderes, suele dejar a todo el mundo decepcionado al no reconocer en el personaje de la pantalla tal o cual característica con la que contábamos. Y eso suponiendo que se haya respetado en lo posible el canon y no haya habido por medio decisiones o licencias creativas para ‘enriquecer’ al personaje. Luego está el tema de llevar a la pantalla una aventura ya escrita o coger sólo al personaje y meterle en una historia nueva con un entorno nuevo. O el hecho de que hay quienes piensan que respetar el personaje, implica respetar su contexto y sólo se deben adaptar libros o aventuras ya escritas. En ese sentido, si el tebeo o el libro se queda corto ¿se pueden fusionar varios cómics en una película? ¿Y cómo dar con el tono correcto de la obra en general, con las proporciones de comedia, drama o aventura?
En fin, que adaptar cómics parece fácil, que tienes medio camino recorrido, pero en realidad son todo son complicaciones y las formas de cagarla, incontables. Con Tintín ya hubo algún experimento en el pasado con alguna película de dibujos animados sobre alguno de sus volúmenes e, incluso, alguna serie. No guardo buenos recuerdos de ninguna de ellas. Las películas tenían a su favor el ser muy fieles al original, con una relación casi de uno a uno en la traslación de viñetas a fotograma, pero el resultado era acartonado, artificial, de animaciones poco naturales y diálogos que se encontraban con un problema de interpolación: los bocadillos en los cómics traen frases sueltas - generalmente ingeniosas - que encajan en su viñeta, pero no con las siguientes y es el lector el que rellena los huecos. Por tanto, en la adaptación el guionista tiene el trabajo adicional de escribir frases enlazando lo que quedó escrito en la historieta y, claro, lo que en el cómic un conjunto de frases brillantes, en pantalla queda diluido por silencios y frases convencionales. La serie era más de lo mismo, pero peor porque a algún fenómeno se le ocurrió trocear la serie en miniepisodios de 5 minutos de los que los dos primeros eran un resumen del episodio anterior. En tiempos donde el vídeo no estaba al alcance de cualquiera, no había streaming y tenías que organizar tu agenda para estar a tal hora delante de la tele y rezar para que el programa anterior no se extendiese demasiado. Total, un insufrible ejercicio de paciencia… que además no reunía una calidad mínima.
Así que todo parecía indicar que mejor dejar las cosas como están y no sacar a Tintín, al Capitan Haddock y al resto de compañeros de su apacible refugio de papel cuando llega Spielberg e inicia lo que parecía ser el desafío a largo plazo de llevar cada volumen de aventuras a una película de animación 3D, con actores de primerísima fila usados para la captura de movimientos, en lo que resulta un formato que encaja perfectamente con la naturaleza del proyecto. El resultado está a la altura de las expectativas: con su habitual maestría para contar historias con un ritmo altísimo, incluso siendo una especide de eposodio cero que requiere presentaciones y contextos, Spielberg logra llevar “El Secreto del Unicornio” al cine con un elevadísimo nivel de proximidad al cómic, con una extraordinaria calidad técnica y de una manera agradable de ver, propia del siglo XXI.
Desgraciadamente el proyecto no tuvo continuidad por motivos que desconozco (se habló de Peter Jackson para retomarlo) aunque no pierdo la esperanza de que alguna plataforma de streaming lo retome en algún momento. Una serie de episodios de hora y media es lo que Tintín se merece, con esa atractiva mezcla de aventura y divulgación que nos hizo soñar a niños de varias generaciones con viajes por todo el mundo (y parte del espacio). Quién sabe. Si hoy en día se hacen series de casi cualquier cosa...
En fin, que adaptar cómics parece fácil, que tienes medio camino recorrido, pero en realidad son todo son complicaciones y las formas de cagarla, incontables. Con Tintín ya hubo algún experimento en el pasado con alguna película de dibujos animados sobre alguno de sus volúmenes e, incluso, alguna serie. No guardo buenos recuerdos de ninguna de ellas. Las películas tenían a su favor el ser muy fieles al original, con una relación casi de uno a uno en la traslación de viñetas a fotograma, pero el resultado era acartonado, artificial, de animaciones poco naturales y diálogos que se encontraban con un problema de interpolación: los bocadillos en los cómics traen frases sueltas - generalmente ingeniosas - que encajan en su viñeta, pero no con las siguientes y es el lector el que rellena los huecos. Por tanto, en la adaptación el guionista tiene el trabajo adicional de escribir frases enlazando lo que quedó escrito en la historieta y, claro, lo que en el cómic un conjunto de frases brillantes, en pantalla queda diluido por silencios y frases convencionales. La serie era más de lo mismo, pero peor porque a algún fenómeno se le ocurrió trocear la serie en miniepisodios de 5 minutos de los que los dos primeros eran un resumen del episodio anterior. En tiempos donde el vídeo no estaba al alcance de cualquiera, no había streaming y tenías que organizar tu agenda para estar a tal hora delante de la tele y rezar para que el programa anterior no se extendiese demasiado. Total, un insufrible ejercicio de paciencia… que además no reunía una calidad mínima.
Así que todo parecía indicar que mejor dejar las cosas como están y no sacar a Tintín, al Capitan Haddock y al resto de compañeros de su apacible refugio de papel cuando llega Spielberg e inicia lo que parecía ser el desafío a largo plazo de llevar cada volumen de aventuras a una película de animación 3D, con actores de primerísima fila usados para la captura de movimientos, en lo que resulta un formato que encaja perfectamente con la naturaleza del proyecto. El resultado está a la altura de las expectativas: con su habitual maestría para contar historias con un ritmo altísimo, incluso siendo una especide de eposodio cero que requiere presentaciones y contextos, Spielberg logra llevar “El Secreto del Unicornio” al cine con un elevadísimo nivel de proximidad al cómic, con una extraordinaria calidad técnica y de una manera agradable de ver, propia del siglo XXI.
Desgraciadamente el proyecto no tuvo continuidad por motivos que desconozco (se habló de Peter Jackson para retomarlo) aunque no pierdo la esperanza de que alguna plataforma de streaming lo retome en algún momento. Una serie de episodios de hora y media es lo que Tintín se merece, con esa atractiva mezcla de aventura y divulgación que nos hizo soñar a niños de varias generaciones con viajes por todo el mundo (y parte del espacio). Quién sabe. Si hoy en día se hacen series de casi cualquier cosa...
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