Creed II: Defendiendo el legado
2018 

6.3
12,642
Drama
Adonis Creed se debate entre las obligaciones personales y el entrenamiento para su próxima gran pelea, con el desafío de su vida por delante. Enfrentarse a un oponente que tiene vínculos con el pasado de su familia solo intensifica su inminente batalla en el ring. Afortunadamente Rocky Balboa está a su lado a lo largo de todo el camino, y juntos se cuestionarán por lo que vale la pena luchar y descubrirán que nada es más importante que ... [+]
12 de enero de 2019
12 de enero de 2019
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al hacer una analogía boxeril para “Creed II: Defendiendo el legado” (2018) -nótese cómo el título era tan obvio que lo anticipamos años antes “Creed” (2015)-, podríamos describirla como un combate predecible que gana por los puntos y en fallo dividido. Es decir, verla es sólo medianamente interesante y recomendable.
Lo anterior se debe a que lo predecible y salirse de la obviedad y los pasajes revisitados es el principal rival a vencer en este tipo de cintas. “Creed II” se reconoce como tal, sabe a que público va pero aún así intenta no luchar contra ese paradigma sino que procura llevarlo con dignidad, sabiendo lo que involucra, si no no estaríamos viendo en las esquinas a Balboa con Drago, que tuvieron esa épica pelea ¡en 1985! por lo tanto, todo es más bien un “revival” actualizado.
En este sentido, se reconoce a sí misma en “Creed II” su débil intento por no darnos “tanta” secuencia repetida que ya sabemos donde va a dar. Lo hace, pero en menor medida al igual que esos melodramas intermedios innecesarios entre peleas. Hay de ello pero lo central son las peleas, dándole a la gente lo que vino a ver; ni el aeropuerto, hotel, comida, nada más importa mucho, por eso si lo que pasa en el cuadrilátero se hace tan central que uno esperaría un golpe en otra dirección o con contextos mejores. ¡Son 2 horas 10 minutos!
Mención para Ivan Drago, tremendo personaje que marcó época, del cual apenas se rasguña tímidamente la superficie cuando podría haber sido él y su hijo, los verdaderos ases bajo la manga de este film. Una desilusión que huele a farra. Ni imaginar que diría el clásico “Micky”, entrenador original de Rocky en los 70’s, si viera a Creed Jr. frente a esa montaña rusa de músculos y tuviera que dar un juicio sobre la forma en que se gesta la película. Porque el rival es eso, musculos y nada más, cuando debió tener más profundidad también debido a los fantasmas de su propio”legado”. Ya en serio, ¿a qué van al cine sino a ver a otro personaje que no sea Drago?
“Creed II” es correcta, en ningún caso brillante sino que apenas efectiva. El boxeo es drama, golpes, luces y sombras pero en esta secuela quedamos con la mueca delatora que su predecesora sin duda llegó más alto. Incluso, podríamos cuestionar la necesidad de una tercera entrega que cierre una trilogía.
Recomendación:
Regular. A diferencia de su predecesora desilusiona su falta de alma.
=Cité de Buyinski= www.buyinski.wordpress.com
Lo anterior se debe a que lo predecible y salirse de la obviedad y los pasajes revisitados es el principal rival a vencer en este tipo de cintas. “Creed II” se reconoce como tal, sabe a que público va pero aún así intenta no luchar contra ese paradigma sino que procura llevarlo con dignidad, sabiendo lo que involucra, si no no estaríamos viendo en las esquinas a Balboa con Drago, que tuvieron esa épica pelea ¡en 1985! por lo tanto, todo es más bien un “revival” actualizado.
En este sentido, se reconoce a sí misma en “Creed II” su débil intento por no darnos “tanta” secuencia repetida que ya sabemos donde va a dar. Lo hace, pero en menor medida al igual que esos melodramas intermedios innecesarios entre peleas. Hay de ello pero lo central son las peleas, dándole a la gente lo que vino a ver; ni el aeropuerto, hotel, comida, nada más importa mucho, por eso si lo que pasa en el cuadrilátero se hace tan central que uno esperaría un golpe en otra dirección o con contextos mejores. ¡Son 2 horas 10 minutos!
Mención para Ivan Drago, tremendo personaje que marcó época, del cual apenas se rasguña tímidamente la superficie cuando podría haber sido él y su hijo, los verdaderos ases bajo la manga de este film. Una desilusión que huele a farra. Ni imaginar que diría el clásico “Micky”, entrenador original de Rocky en los 70’s, si viera a Creed Jr. frente a esa montaña rusa de músculos y tuviera que dar un juicio sobre la forma en que se gesta la película. Porque el rival es eso, musculos y nada más, cuando debió tener más profundidad también debido a los fantasmas de su propio”legado”. Ya en serio, ¿a qué van al cine sino a ver a otro personaje que no sea Drago?
“Creed II” es correcta, en ningún caso brillante sino que apenas efectiva. El boxeo es drama, golpes, luces y sombras pero en esta secuela quedamos con la mueca delatora que su predecesora sin duda llegó más alto. Incluso, podríamos cuestionar la necesidad de una tercera entrega que cierre una trilogía.
Recomendación:
Regular. A diferencia de su predecesora desilusiona su falta de alma.
=Cité de Buyinski= www.buyinski.wordpress.com
26 de enero de 2019
26 de enero de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creed ha regresado mucho más maduro que en ‘Creed. La leyenda de Rocky’. En esta ocasión nos encontramos con un boxeador mucho más hecho y convertido en todo un campeón mundial. Mucho más disciplinado, con más confianza y con un talento para el boxeo impresionante, como ya demostró en la precuela, pero llevado al nivel al que Rocky Balboa te puede llevar.
Quizás este sea uno de los principales puntos de la película, la muestra de una estricta base de entrenamientos y la complicada vida de un boxeador de élite: entrenar, comer, recibir paliza, intentar dar paliza, recibir golpes, entrenar… un sin fin de repeticiones en torno a potenciar tu cuerpo y aptitudes. Ahí radica uno de los aspectos fuertes de la cinta de Steven Caple Jr. Pero amigos, esto es Rocky, y como toda la saga ha ido demostrando a su paso, la melancolía, los momentos sentimentales y los aspectos sencillos de la vida que trasmite el señor Balboa son los principales artífices de que la saga es como es y de que se le adore como tal.
Ya con la primera entrega muchos nos sentimos aliviados al ver que se respetaba en cierta medida la esencia de una franquicia cinematográfica que nació allá por 1976. El respeto a la original y a sus pequeños detalles hicieron de ‘Creed. La leyenda de Rocky’ una cinta que acaparó buenas críticas por donde iba, y con su predecesora ocurre lo mismo. La película narra la llegada de un boxeador ruso enorme con unas condiciones y aptitudes pocas veces vistas, y cómo desafía a Adonis en busca de un espectáculo de magnitudes enormes.
La añoranza y las “venganzas” se dan cita por tanto en la película, en la cual los sentimientos más rudos los demuestran ambos entrenadores: Sylvester Stallone y Dolph Lundgren. Su combate del pasado y la muerte de un gran amigo están de por medio, en lo que parece transmitirse en una venganza enfocada en sus pupilos. ¿A qué lleva esto? A un ritmo incesante para contar cosas que muchas veces se ve atropellado con la necesidad de continuar del metraje. La película sin embargo, encuentra los momentos idóneos para mostrar sentimientos, sobre todo derivados de la figura de un Rocky Balboa con más edad, pero con el mismo sentido de la humildad, el respeto y el amor hacia los demás.
Es más impactante que la anterior en cuanto a las opciones que toma de mostrar lo que cuenta. Es decir, el guion resulta más flojo que en la primera entrega de Creed y la mano en el mismo de Stallone se ve en ciertos instantes; al igual que un montaje que a veces baila más de lo debido, pero ‘Creed II: La leyenda de Rocky’ a aumentado el nivel e impacto visual mirando a cumbres más altas.
Los combates son impresionantes, y los pequeños momentos de cámara lenta-puñetazo una delicia que te hará apretar a ti los dientes intentando soportar el puñetazo. Esa fotografía unida a las interpretaciones de los dos veteranos del elenco, de una genial Tessa Thompson cuyo papel se queda en muy poco para todo lo que podía entregar, de Florian Munteanu tan frío como grande y de Michael B. Jordan siendo una montaña rusa de sentimientos hacen de ‘Creed II: La leyenda de Rocky’ una película notable, con mucho que enseñar y con una puerta abierta a hacer tantas entregas como se quieran hacer.
Crítica para MAGAZINEMA
Quizás este sea uno de los principales puntos de la película, la muestra de una estricta base de entrenamientos y la complicada vida de un boxeador de élite: entrenar, comer, recibir paliza, intentar dar paliza, recibir golpes, entrenar… un sin fin de repeticiones en torno a potenciar tu cuerpo y aptitudes. Ahí radica uno de los aspectos fuertes de la cinta de Steven Caple Jr. Pero amigos, esto es Rocky, y como toda la saga ha ido demostrando a su paso, la melancolía, los momentos sentimentales y los aspectos sencillos de la vida que trasmite el señor Balboa son los principales artífices de que la saga es como es y de que se le adore como tal.
Ya con la primera entrega muchos nos sentimos aliviados al ver que se respetaba en cierta medida la esencia de una franquicia cinematográfica que nació allá por 1976. El respeto a la original y a sus pequeños detalles hicieron de ‘Creed. La leyenda de Rocky’ una cinta que acaparó buenas críticas por donde iba, y con su predecesora ocurre lo mismo. La película narra la llegada de un boxeador ruso enorme con unas condiciones y aptitudes pocas veces vistas, y cómo desafía a Adonis en busca de un espectáculo de magnitudes enormes.
La añoranza y las “venganzas” se dan cita por tanto en la película, en la cual los sentimientos más rudos los demuestran ambos entrenadores: Sylvester Stallone y Dolph Lundgren. Su combate del pasado y la muerte de un gran amigo están de por medio, en lo que parece transmitirse en una venganza enfocada en sus pupilos. ¿A qué lleva esto? A un ritmo incesante para contar cosas que muchas veces se ve atropellado con la necesidad de continuar del metraje. La película sin embargo, encuentra los momentos idóneos para mostrar sentimientos, sobre todo derivados de la figura de un Rocky Balboa con más edad, pero con el mismo sentido de la humildad, el respeto y el amor hacia los demás.
Es más impactante que la anterior en cuanto a las opciones que toma de mostrar lo que cuenta. Es decir, el guion resulta más flojo que en la primera entrega de Creed y la mano en el mismo de Stallone se ve en ciertos instantes; al igual que un montaje que a veces baila más de lo debido, pero ‘Creed II: La leyenda de Rocky’ a aumentado el nivel e impacto visual mirando a cumbres más altas.
Los combates son impresionantes, y los pequeños momentos de cámara lenta-puñetazo una delicia que te hará apretar a ti los dientes intentando soportar el puñetazo. Esa fotografía unida a las interpretaciones de los dos veteranos del elenco, de una genial Tessa Thompson cuyo papel se queda en muy poco para todo lo que podía entregar, de Florian Munteanu tan frío como grande y de Michael B. Jordan siendo una montaña rusa de sentimientos hacen de ‘Creed II: La leyenda de Rocky’ una película notable, con mucho que enseñar y con una puerta abierta a hacer tantas entregas como se quieran hacer.
Crítica para MAGAZINEMA
27 de enero de 2019
27 de enero de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era la película que más esperaba de 2018. En España, de forma incomprensible, no nos ha llegado hasta finales de enero del 2019.
Y qué decepción. Como amante de la saga Rocky, lo visto en la secuela de "Creed" me ha dejado completamente frío. Tras repasar todas las entregas anteriores, mi sensación es que estamos ante un filme al nivel, más o menos, de lo que fue "Rocky 3" en su momento. De hecho, el esquema argumental es muy similar a aquella película que enfrentó al Potro Italiano frente a Clubber Lang.
Pese a tratarse de un spin-off, es innegable que el principal atractivo de estas nuevas películas ambientadas en el universo Balboa reside, precisamente, en volver a ver al gran personaje ideado por Stallone. Y aquí, además, teníamos el regreso de Iván Drago, el responsable de la muerte de Apollo, padre de Adonis Creed. Pero, ¿qué es lo que nos encontramos? A dos personajes muy desaprovechados.
La relación entre Iván Drago y su hijo Viktor da para muchísimo más. Teníamos la oportunidad de conocer en detalle qué fue del boxeador soviético, sus pensamientos, su obsesión con aquella derrotá en Moscú treinta años atrás... Y, sin embargo, tenemos pocas pinceladas que nos dejan con ganas de mucho más.
Lo mismo puede decirse del personaje de Balboa. Una situación vivida en la primera entrega, aquí no se toca ni de puntillas. Su interacción con Adonis resulta excesivamente tópica y ni siquiera tenemos el clásico "momento Rocky", con algún discurso motivante, de esos que marcan siempre un antes y un después en los personajes de esta saga. Existe otro hilo argumental respecto a él que queda también muy desaprovechado.
Y con estos factores negativos, nos queda de la película una trama principal relacionada con Adonis Creed que resulta cansina. Su relación con la pareja, con su madre, sus motivaciones para luchar contra Drago Junior... Nada interesante, exceptuando el que debiera ser el principal drama del personaje, relacionado con un nuevo elemento en la saga.
Para colmo, además de una trama que termina siendo insípida, nos encontramos con una dirección por parte de Steven Caple mucho peor que la que ofreció Ryan Coogler tres años antes. Es un filme sin personalidad, con mucho relleno, y que se hace pesado por momentos.
Mención especial, muy negativa (casi lo peor del filme), a lo referido a la banda sonora. Independientemente de hablar de un spin-off, la primera entrega de Creed respetaba gran parte del trabajo de Bill Conti en el aspecto músical, además de añadir temas nuevos vinculados al personaje principal. Aquí no tenemos nada de eso, sino una banda sonora cargada de insoportable rap. Únicamente, en determinado momento del combate final, podemos disfrutar de la partitura clásica, lo cual hacer subir la calidad de la escena, de manera indudable.
En resumen, estamos ante una oportunidad perdida. Creo que el retorno del apellido Drago merecía mucha más épica. El factor nostálgico no es suficiente para sostener una secuela, ya no sólo de la saga Rocky, sino de la excelente Creed de 2015.
Como curiosidad, decir que la sala estaba llena y que hubo ovación al terminar el filme. Sinceramente, no lo entiendo.
Y qué decepción. Como amante de la saga Rocky, lo visto en la secuela de "Creed" me ha dejado completamente frío. Tras repasar todas las entregas anteriores, mi sensación es que estamos ante un filme al nivel, más o menos, de lo que fue "Rocky 3" en su momento. De hecho, el esquema argumental es muy similar a aquella película que enfrentó al Potro Italiano frente a Clubber Lang.
Pese a tratarse de un spin-off, es innegable que el principal atractivo de estas nuevas películas ambientadas en el universo Balboa reside, precisamente, en volver a ver al gran personaje ideado por Stallone. Y aquí, además, teníamos el regreso de Iván Drago, el responsable de la muerte de Apollo, padre de Adonis Creed. Pero, ¿qué es lo que nos encontramos? A dos personajes muy desaprovechados.
La relación entre Iván Drago y su hijo Viktor da para muchísimo más. Teníamos la oportunidad de conocer en detalle qué fue del boxeador soviético, sus pensamientos, su obsesión con aquella derrotá en Moscú treinta años atrás... Y, sin embargo, tenemos pocas pinceladas que nos dejan con ganas de mucho más.
Lo mismo puede decirse del personaje de Balboa. Una situación vivida en la primera entrega, aquí no se toca ni de puntillas. Su interacción con Adonis resulta excesivamente tópica y ni siquiera tenemos el clásico "momento Rocky", con algún discurso motivante, de esos que marcan siempre un antes y un después en los personajes de esta saga. Existe otro hilo argumental respecto a él que queda también muy desaprovechado.
Y con estos factores negativos, nos queda de la película una trama principal relacionada con Adonis Creed que resulta cansina. Su relación con la pareja, con su madre, sus motivaciones para luchar contra Drago Junior... Nada interesante, exceptuando el que debiera ser el principal drama del personaje, relacionado con un nuevo elemento en la saga.
Para colmo, además de una trama que termina siendo insípida, nos encontramos con una dirección por parte de Steven Caple mucho peor que la que ofreció Ryan Coogler tres años antes. Es un filme sin personalidad, con mucho relleno, y que se hace pesado por momentos.
Mención especial, muy negativa (casi lo peor del filme), a lo referido a la banda sonora. Independientemente de hablar de un spin-off, la primera entrega de Creed respetaba gran parte del trabajo de Bill Conti en el aspecto músical, además de añadir temas nuevos vinculados al personaje principal. Aquí no tenemos nada de eso, sino una banda sonora cargada de insoportable rap. Únicamente, en determinado momento del combate final, podemos disfrutar de la partitura clásica, lo cual hacer subir la calidad de la escena, de manera indudable.
En resumen, estamos ante una oportunidad perdida. Creo que el retorno del apellido Drago merecía mucha más épica. El factor nostálgico no es suficiente para sostener una secuela, ya no sólo de la saga Rocky, sino de la excelente Creed de 2015.
Como curiosidad, decir que la sala estaba llena y que hubo ovación al terminar el filme. Sinceramente, no lo entiendo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me interesa la relación padre-hijo de los Drago. Se dan pinceladas, vemos lo que piensa Víktor de la situación tras la aparición de su madre (cameo de Brigitte Nielsen) y, al final, el propio Iván Drago vive una especie de redención tras la derrota de su hijo. Merecían mucho más protagonismo.
Ni rastro del cáncer de Rocky en la primera entrega. Le vemos tomar una pastilla en su primera aparición, y caso cerrado. De nuevo, se trata la relación con su hijo. Tenemos también cameo de Milo Ventimiglia, retomando su papel de "Rocky Balboa", pero al igual que con los Drago, es puro relleno.
Ni rastro del cáncer de Rocky en la primera entrega. Le vemos tomar una pastilla en su primera aparición, y caso cerrado. De nuevo, se trata la relación con su hijo. Tenemos también cameo de Milo Ventimiglia, retomando su papel de "Rocky Balboa", pero al igual que con los Drago, es puro relleno.
29 de enero de 2019
29 de enero de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Rocky ha vuelto! Es lo primero que podemos exclamar todas aquellas personas que hemos disfrutado con este icónico personaje, sin embargo aquí no es el protagonista, el protagonista como se pudo ver en la película anterior es Adonis Creed, hijo del carismático Apollo Creed que quedó bien definido en la anterior película.
Michael B. Jordan la verdad es que hace un buen papel, se nota que es un actor con talento y con futuro, que nos deja una interpretación digna de esta saga que con sus más (Rocky 1 y Rocky 3) y sus menos (Rocky 5),que ha sabido encandilar a todo el mundo.
Esta secuela de Creed continúa con los sucesos de la anterior. Creed ahora es un boxeador con fama, con proyección y un boxeador que está a la altura de las circunstancias, pero en su camino se encontrará con alguien inesperado, con alguien del pasado que en el horizonte ve un título por el que pelear, y no es ni más ni menos que Viktor Drago. Púgil éste, hijo del mítico Iván Drago, al cuál pudimos ver en Rocky 4.
Y es aquí donde me gustaría hacer un poco de énfasis. Dolph Lundgren ha sido un actor bastante denostado, siempre se le ha visto como un actor de acción de relleno que podía hacer cualquier tipo de película testosterónica, y que siendo totalmente honestos no lució en Rocky 4, sin embargo aquí vemos a un Iván Drago al cuál se le ha arrebatado todo, el cuál no tiene nada, y que Dolph Lundgren le logra dar matices francamente buenos. La historia de un ídolo soviético caído.
Y aquí tengo que añadir que el protagonismo lo roba (aunque con pocas palabras) Iván Drago, que brilla en esta película, y que además, nos trae de vuelta a un personaje clave de esta franquicia.
Me gustaría también destacar a Florian Monteanu (Viktor Drago) que tiene una preparación física bestial y que sin duda ha trabajado el papel. Tanto él como Michael B. Jordan hacen lucir y parece que son "boxeadores", ya que personalmente su trabajo bajo el ring, aunque no es de profesional no es malo.
¿Y qué pasa con el amigo Stallone? Pues parece que el hombre está en la película pero acertadamente, ya que esto es Creed, se mantiene en un discreto segundo plano pero aparece cuándo más se le necesita. Siempre se ha tachado de cortito a Stallone, pero para la posteridad ha dejado dos personajes icónicos. Rocky y Rambo, del cuál dentro de poco se estrenará una nueva entrega.
Bajo mi punto de vista, y cerrando esta crítica sin spoilers, diré que es una película que nos ofrece lo mejor del boxeo. Que está bien rodada, que el sonido es francamente bueno, que está bien dirigida, y con la que vas a pasar un buen rato. Se echa de menos en algún momento la charanga de Rocky, sin embargo, como bien he mencionado se ha querido dejar en un segundo plano a Rocky, ya que con esta nueva franquicia de Creed se le quiere dar el protagonismo a Adonis.
Otra cosa que me ha fascinado es que todo el Staff de HBO Boxing rondaba por la película, mención especial a Michael Buffer con su "Let's get ready to rumble", eso le da a la película un aire de realismo increíble, cosa que yo por ejemplo he disfrutado.
Por último, me gustaría destacar el doblaje de este filme al castellano. Mil gracias Ricardo Solans por prestar tu voz a Rocky.
A nivel de guión hay varias cosas que no me han gustado, que os dejaré en la zona de Spoilers.
Como conclusión: Creed 2 es una buen película. Tiene acción, tiene emoción y tiene frases para hacerte pensar. Si eres fan de la saga te va a encantar, aunque vas a ver y vivir un símil total con Rocky 4, si por el contrario eres alguien joven que todavía no ha visto Rocky 4 ¿A qué esperas? jajajajaja.
Sin duda una película recomendada y que te gustará si eres fan y amante del boxeo.
Michael B. Jordan la verdad es que hace un buen papel, se nota que es un actor con talento y con futuro, que nos deja una interpretación digna de esta saga que con sus más (Rocky 1 y Rocky 3) y sus menos (Rocky 5),que ha sabido encandilar a todo el mundo.
Esta secuela de Creed continúa con los sucesos de la anterior. Creed ahora es un boxeador con fama, con proyección y un boxeador que está a la altura de las circunstancias, pero en su camino se encontrará con alguien inesperado, con alguien del pasado que en el horizonte ve un título por el que pelear, y no es ni más ni menos que Viktor Drago. Púgil éste, hijo del mítico Iván Drago, al cuál pudimos ver en Rocky 4.
Y es aquí donde me gustaría hacer un poco de énfasis. Dolph Lundgren ha sido un actor bastante denostado, siempre se le ha visto como un actor de acción de relleno que podía hacer cualquier tipo de película testosterónica, y que siendo totalmente honestos no lució en Rocky 4, sin embargo aquí vemos a un Iván Drago al cuál se le ha arrebatado todo, el cuál no tiene nada, y que Dolph Lundgren le logra dar matices francamente buenos. La historia de un ídolo soviético caído.
Y aquí tengo que añadir que el protagonismo lo roba (aunque con pocas palabras) Iván Drago, que brilla en esta película, y que además, nos trae de vuelta a un personaje clave de esta franquicia.
Me gustaría también destacar a Florian Monteanu (Viktor Drago) que tiene una preparación física bestial y que sin duda ha trabajado el papel. Tanto él como Michael B. Jordan hacen lucir y parece que son "boxeadores", ya que personalmente su trabajo bajo el ring, aunque no es de profesional no es malo.
¿Y qué pasa con el amigo Stallone? Pues parece que el hombre está en la película pero acertadamente, ya que esto es Creed, se mantiene en un discreto segundo plano pero aparece cuándo más se le necesita. Siempre se ha tachado de cortito a Stallone, pero para la posteridad ha dejado dos personajes icónicos. Rocky y Rambo, del cuál dentro de poco se estrenará una nueva entrega.
Bajo mi punto de vista, y cerrando esta crítica sin spoilers, diré que es una película que nos ofrece lo mejor del boxeo. Que está bien rodada, que el sonido es francamente bueno, que está bien dirigida, y con la que vas a pasar un buen rato. Se echa de menos en algún momento la charanga de Rocky, sin embargo, como bien he mencionado se ha querido dejar en un segundo plano a Rocky, ya que con esta nueva franquicia de Creed se le quiere dar el protagonismo a Adonis.
Otra cosa que me ha fascinado es que todo el Staff de HBO Boxing rondaba por la película, mención especial a Michael Buffer con su "Let's get ready to rumble", eso le da a la película un aire de realismo increíble, cosa que yo por ejemplo he disfrutado.
Por último, me gustaría destacar el doblaje de este filme al castellano. Mil gracias Ricardo Solans por prestar tu voz a Rocky.
A nivel de guión hay varias cosas que no me han gustado, que os dejaré en la zona de Spoilers.
Como conclusión: Creed 2 es una buen película. Tiene acción, tiene emoción y tiene frases para hacerte pensar. Si eres fan de la saga te va a encantar, aunque vas a ver y vivir un símil total con Rocky 4, si por el contrario eres alguien joven que todavía no ha visto Rocky 4 ¿A qué esperas? jajajajaja.
Sin duda una película recomendada y que te gustará si eres fan y amante del boxeo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay varias cosas que me gustaría poner que no me han gustado.
La primera de ellas es que esta película es un calco de Rocky 4, y eso si eres fan de la saga te puede echar para atrás.
A nivel boxístico tengo que decir que en el combate final, el árbitro debería de haber parado la pelea, en boxeo no se consiente un castigo tan extremo, y que el campeón debería de haber sido Drago.
Por último a nivel de guión, no se hace a un campeón creíble cuando te han dado una paliza y te han enviado a un hospital durante 3 meses y te han hecho polvo, mientras que Drago sigue tan campante (y sin el título porque ha sido descalificado), aquí se podría haber orquestado algo mejor. Un ejemplo. Creed después de haber estado hecho polvo y de que Viktor Drago sea campeón, se pone a entrenar bajo la sospecha de que no es el mismo boxeador y que está en una situación muy difícil en el que la gente ya no cree en él. Sin embargo, viene a él el ojo del tigre y logra vencer todas las adversidades, colocarse como primero del mundo, y ganarle a Drago.
Para mí estas tres cosas han hecho que la película me haya sacado un poco fuera de juego, aún así, reconozco que es digna de verla y que tiene cosas que me han encantado, como por ejemplo que no sea una película tan dramática como la anterior.
Tiene un 7. Me ha gustado bastante.
La primera de ellas es que esta película es un calco de Rocky 4, y eso si eres fan de la saga te puede echar para atrás.
A nivel boxístico tengo que decir que en el combate final, el árbitro debería de haber parado la pelea, en boxeo no se consiente un castigo tan extremo, y que el campeón debería de haber sido Drago.
Por último a nivel de guión, no se hace a un campeón creíble cuando te han dado una paliza y te han enviado a un hospital durante 3 meses y te han hecho polvo, mientras que Drago sigue tan campante (y sin el título porque ha sido descalificado), aquí se podría haber orquestado algo mejor. Un ejemplo. Creed después de haber estado hecho polvo y de que Viktor Drago sea campeón, se pone a entrenar bajo la sospecha de que no es el mismo boxeador y que está en una situación muy difícil en el que la gente ya no cree en él. Sin embargo, viene a él el ojo del tigre y logra vencer todas las adversidades, colocarse como primero del mundo, y ganarle a Drago.
Para mí estas tres cosas han hecho que la película me haya sacado un poco fuera de juego, aún así, reconozco que es digna de verla y que tiene cosas que me han encantado, como por ejemplo que no sea una película tan dramática como la anterior.
Tiene un 7. Me ha gustado bastante.
29 de enero de 2019
29 de enero de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que el subtitulo dado a la película en España (La leyenda de Rocky) no lleve lugar a engaño. Esta no es una película de Rocky, aunque su trama parta de lo que ocurría en Rocky IV y las consecuencias de ese combate. Naturalmente que si la película funciona es por eso, aunque no se le saque suficiente jugo.
Lo cierto es que me esperaba más de ese encuentro entre Drago y Rocky, y lo que en un principio parece apuntar a un duelo psicológico de dos personajes heridos por las consecuencias de aquel combate, donde Drago no deja de ser una victima, al final se salda en una pelea de buenos contra malos donde presentan a Drago como un cabrón al incitar a su hijo al juego sucio.
Luego, la subtrama de Creed con su novia, que ocupan gran parte de la trama, están para relleno ya que ni aportan, ni interesan lo más mínimo.
Sin embargo, Stallone se regala dos momentos excelentes (quiero creer que son idea suya): uno al principio, con su imagen viéndose difuminada a través de un espejo y otra, el doble final donde, por una parte es capaz de emocionarme hasta las lágrimas; y por otro, me traslada al final de Centauros del desierto. También le digna lo que hace con Drago al hacer prevalecer el amor contra el odio y el orgullo.
Lo cierto es que me esperaba más de ese encuentro entre Drago y Rocky, y lo que en un principio parece apuntar a un duelo psicológico de dos personajes heridos por las consecuencias de aquel combate, donde Drago no deja de ser una victima, al final se salda en una pelea de buenos contra malos donde presentan a Drago como un cabrón al incitar a su hijo al juego sucio.
Luego, la subtrama de Creed con su novia, que ocupan gran parte de la trama, están para relleno ya que ni aportan, ni interesan lo más mínimo.
Sin embargo, Stallone se regala dos momentos excelentes (quiero creer que son idea suya): uno al principio, con su imagen viéndose difuminada a través de un espejo y otra, el doble final donde, por una parte es capaz de emocionarme hasta las lágrimas; y por otro, me traslada al final de Centauros del desierto. También le digna lo que hace con Drago al hacer prevalecer el amor contra el odio y el orgullo.
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