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Gigantes de acero

Ciencia ficción. Acción En un futuro no muy lejano el boxeo es robótico: en los combates ya no se enfrentan seres humanos, sino robots humanoides, sofisticadas máquinas diseñadas para luchar. Charlie Kenton, un antiguo púgil que casi llegó a alcanzar la gloria, está pasando una mala racha como promotor de combates. Un día, encuentra un viejo robot desechado y, al comprobar que es un gran boxeador, decide entrenarlo.
Críticas 142
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3
4 de enero de 2015 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acero puro es una película de robots boxeadores donde los robots sirven de adorno comercial para un pastiche infumable.

Los robots y las peleas están bien hechos, en efectos no hay peros que poner, pero el resto está artificiosamente dirigido a crear un drama, poco camuflado en tratar de imitar otras cintas de conflictos padres-hijos y de superación, como Rocky sin ir más lejos. Las actuaciones son bastante malas, empezando por el niño protagonista, que igual parece un panoli que se marca un baile demasiado profesional para su edad. Los protagonistas se reparten por igual el competir con el niño en poner caras como si todavía estuvieran practicando en la escuela de actores. Y la historia es muy mala, si al menos en la publicidad dijeran claramente que es para niños se entendería un poco.

Película poco recomendable, salvo niños fanáticos de los robots... y tal vez ni así.
4
13 de marzo de 2017 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vió la luz "Acero Puro" en las pantallas se nos presentó como un blockbuster de entretenimiento que no pretendía más que ser un pasatiempo efímero para toda la familia. Eso lo admito; "Acero Puro" es un film con escasísimas pretensiones, pero lo cortés no quita lo valiente: Matrix, Star Wars, Terminator, Guardianes de la Galaxia, Capitán América... films de aventuras (algunas para toda la familia) con ciencia-ficción de por medio que tampoco pretendían ser la panacea del Séptimo Arte, sino entretener al personal con fantásticas y emocionantes aventuras... cosa que lograban con gusto para con el espectador. Cosa que lograban, no gracias a una profundidad asombrosa en su guión, sino a su capacidad en cuanto a originalidad, a diversidad en sus recovecos argumentales y sobre todo, al sentido del ritmo en su desarrollo.

De todo esto carece "Acero Puro", y es que incluso para hacer un film festivo de distracción y regocijo hace falta algo de esfuerzo tanto en el guión como en la puesta en escena.

El planteamiento de la cinta es atractivo (aunque no original, pues se basa en el capítulo "Steel" de la serie televisiva de los 60 "The Twilight Zone"): en un futuro no muy lejano los combates de boxeo ya no los realizan los humanos, sino que solo los protagonizan los robots. Y en esto que un entrenador de robots-boxeadores (Hugh Jackman) decide emprender el camino hacia el éxito con un robot viejo y muy usado pero que su hijo pequeño adora. Mezclenle a esto ideas de cintas como "Rocky" (con un final clavado), "Campeón" o "Million Dollar Baby", pero denle un tratamiento superficial, insípido, vacuo, trillado y descafeinado y tendrán "Acero Puro".

La intención del film es buena, no lo niego. Y cumple con su cometido de evasión a ratos... a menos ratos de los que debería. Esos momentos se deben particularmente a sus escenas de acción de excelentes y sensacionales coreografías, unas escenas de luchas y entrenamientos que cogen lo mejor de los animatronics y de los efectos especiales por ordenador. Los diseños de estos robots son distinguidos e imponentes, su sonido intimidante y emocionante, sus movimientos cuidadísimos y muy elaborados, y Shaw Levy rueda estas escenas con energía y pureza.

Pero si una cinta de este tipo le deja todo su ser a los efectos especiales y a su puesta en escena.. cae en el problema de resultar tediosa y anodina al público mínimamente exigente.

Y es que "Acero Puro" no solo tiene una trama revista y demasiado manoseada, es que solo se nutre de tópicos de tebeo tan insustanciales como gélidos y vacíos: el padre gruñón que se irá redimiendo, los malos-malosos, el robot con corazón, el niño sabelotodo y la mujer-florero de adorno, todos ellos viven unos acontecimientos que se desarrollan con gran abulia, infantilismo y apatía... y con escaso interés y astucia. A esto hay que añadirle que el libreto no sabe medir sus tiempos, para ser una cinta de entretenimiento y espectáculo, se alonga sin necesidad en la presentación de personajes: unas secuencias redundantes, moñas y que poco aportan al desarrollo de la trama. Con lo cual hay poco tiempo y espacio para el espectáculo robótico que es la mejor baza de la cinta (y por la que van mis cuatro estrellas, pues en esos minutos el film sabe lucirse y embaucar).

Y, cuando no se dá ese espectáculo, el film puede resultar tedioso para la audiencia adulta (puede que los niños sí disfruten más con esta historia excesivamente simplona, exigua y tacaña). Shawn Levy tampoco es muy ducho a la hora de imprimir ritmo y pulso a las escenas más pasivas. Así que tampoco ayuda. En mi caso "Acero Puro" me aburrió demasiado, estuve a punto de abandonar su visionado por la redundancia y la vacuidad del conjunto, y el final me resultó tan esperado como indiferente (se ve a la legua como va a acabar, como "Rocky" pero más edulcorado).

Los actores por su parte hacen lo que pueden. Hugh Jackman es un intérprete de lo más solvente, pero su personaje es tan caricaturesco y exagerado que, a pesar de la naturalidad y cercanía del actor, no consiguió transmitirme absolutamente nada, Evangeline Lily tiene el personaje de un maniquí, solo el niño Dakota Goyo me resultó algo tierno por momentos... pero esto se debió a la sinceridad y expresividad de la interpretación de Goyo y no a la configuración de su personaje en el guión.

En fin, a este drama deportivo de luchas de robots le falta menos pereza y más audacia y perspicacia en su guión (esto no es "Star Wars" precisamente). Pues las florituras visuales no son suficientes como para empapar de atención al espectador (no solo en "Acero Puro", sino en cualquier film de estas características). A pesar de que el espectáculo visual compensa en parte el error de su desacertado desarrollo argumental... no es suficiente. El nivel de "Acero Puro" es de telefilm de sobremesa, con unos personajes sin desarrollo, con una trama hueca, fatua y previsible, y con un compás y equilibro en su desarrollo torpe, "Acero Puro" se hace larga, pesada y hasta aburrida (¿eran necesarias 2 horas para contar esto? ¡He visto capítulos de Super Sentai de 20 minutos que transmiten más!) No es un film de entretenimiento culpable que volvería a ver otra vez.

No la recomiendo (solo para un público que tenga un día muy muy poco exigente). Si se busca una aventura para toda la familia con ciencia-ficción, mejor ponerse una entrega de "Star Wars", "Transformers", "Jurassic Park", o "Guardianes de la Galaxia" (2014), "Big Hero 6" (2014) (¡esa si que presenta un buen relato con relación de niño y robot de por medio) o cualquier cinta de la MARVEL. Sin lugar a dudas se disfrutará muchísimo más del género.

Lo peor: Su guión, su desarrollo y su falta de brío, resolución e intrepidez
Lo mejor: La plasticidad del film (correcta, aunque no memorable fotografía), su diseño de producción y sobretodo sus efectos especiales.
6
20 de agosto de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como película de boxeo usa todos los tópicos que ya hemos visto multitud de veces en producciones similares, tirando de la épica pugilística habitual, vista sobre todo en la saga Rocky, lo cual se podría considerar o bien una alarmante falta de originalidad o mirándolo por el lado positivo, un rebuscado homenaje futurista.

En cuanto a la relación de Hugh Jackman con su hijo ficticio se agradece que no hayan querido buscar la lágrima fácil continuamente y que el niño, lejos de ser repelente como suele ser costumbre, llega a caer bien y todo. En resumen, a pesar de tener ciertos altibajos debido a sus más de dos horas de duración resulta menos ridícula e interesante de lo que a priori pueda parecer.

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6
10 de octubre de 2011
9 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué tu mente va un paso adelante a la trama? ¿Qué las lagrimas te las quieren sacar de una forma casi forzada? ¿Qué algunos diálogos son planos? ¿Qué la historia es idéntica en muchos aspectos a Rocky? Pues a todo lo anterior sí, pero de que te la pasas bien en el cine disfrutándola con tus palomitas y refresco también es cierto. Los robots están excelentes y la ambientación no exagera, además de que las escenas de lucha están bien logradas y en ciertos momentos sientes como si tú mismo quisieras entrar a darte golpes con el robot enemigo.

¿Qué logra sacar por momentos ese niño que todos llevamos dentro? Si rotundo.
7
4 de diciembre de 2011
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rápido, Pliskin, define esta película con cuatro ideas:
1) ¿Recuerdan Rocky? Vale.
2) Cambien a Sylvester Stallone y a Apollo Creed por una galería de robots boxeadores.
3) Añadan un toque familiar en forma de tándem padre-hijo (Jackman & Goyo, respectivamente) como base protagonista.
4) Y, para terminar, varios mensajes positivos de fondo: todo lo grande nace de los pequeños comienzos; no hay meta que merezca la pena si no hay esfuerzo de por medio; un hijo no es evaluable económicamente; los refrescos Dr.Pepper potencian en cuestión de horas las habilidades de programación informática a la par que unas desesperadas ganas de hacer bailes absurdos; apuesta todo tu dinero contra un tipo que lleve una cresta punky postiza, ganarás seguro; y unos cuantos más que os dejo averiguar a vosotros mismos.

Bajas expectativas tenía yo con esta Acero Puro, y franca sorpresa me ha dado. Da lo que se espera de ella. Una película sencilla, sin retruécanos ni complejidad argumental. Es previsible, sí, pero no es un timo comercial -tos, tos, Super 8, tos, tos-. Aquí entras a ver robots zurrándose en un ring, y es lo que te vas a hartar de ver. Conté fácilmente una veintena de robots, algunos de ellos francamente bien diseñados. Desgraciadamente, el púgil protagonista no se lleva la palma en este sentido, pero resulta justificable desde un punto de vista argumental -repito: Todo lo grande nace de pequeños comienzos-.

En resumen, una película bastante entretenida, con muchas y buenas secuencias de boxeo cibernético, un Hugh Jackman que a medio gas se sobra para sostener la película sin que caiga en un sinsentido y un mensaje de fondo que, desde luego, comparto al 100%.

Pegas que le puedo poner -con toque "pliskiniano"- en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A) ¿Dakota Goyo es un nombre? ¿O una venganza personal?
B) Si el robot imita los gestos de la gente que hay a su alrededor... ¿Cómo es que, en mitad del Madison Square Garden, no le da un cortocircuito con todo el mundo haciendo aspavientos y sólo emula los gestos de Jackman? o_O.
C) El villano japonés cobra por palabras. Y usa un fijador de pelo BRUTAL.
D) ¿Dónde se vende el Dr.Pepper?
E) Hay un parecido sospechoso entre el niño protagonista y Justin Bieber... Odio a Justin Bieber...
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