Vals con BashirAnimación
7.5
23,589
Animación. Drama. Bélico
Documental animado sobre la matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila (Líbano) en 1982. Una noche, en un bar, un viejo amigo le cuenta a Folman una pesadilla recurrente en la que le persiguen siempre 26 perros. Los dos hombres llegan a la conclusión de que la pesadilla tiene que ver con una misión que realizaron para el ejército israelí durante la primera guerra con el Líbano a principios de los años ochenta. A Folman le ... [+]
22 de septiembre de 2010
22 de septiembre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos cosas que cuando conoces esta película, ya te entran rápido: es de dibujos, y va enfocada a un público adulto.
Tecnicamente, la factura es de notable alto. No, esto no es Disney, ni Ghibli. Pero unos planos preciosistas, una gran atención al detalle, un uso más que acertado de los colores y un ritmo en la puesta en escena que varía de lo pausado a lo videoclipero, hace que obviemos rápidamente sus pequeñas carencias. El colorido es simple pero para nada dejado ni mal utilizado; dando la sensación de estar viendo en pantalla un hermoso lienzo de algún artista de comic occidental, en constante movimiento. Hay planos excepcionales; unos soldados disparando en la noche, un protagonista maduro en una playa solitaria. Aún tratando de un tema central de por sí oscuro, es hermoso.
La animación es donde una producción suele evidenciar sus holgados o en este caso, ajustados presupuestos. Y es que se le podría achacar que, precisamente porque ofrece unos personajes y unos ambientes que pretenden ser realistas, sus personajes se mueven de manera algo robótica; les faltan esos gestos que son tan característicos de los humanos. Todos podemos apreciar la diferencia de movimientos entre una persona y un títere movido por hilos; hay una 'sensación de arrastre' que hace que ese títere se mueva de manera un tanto artificial. Esa es la sensación que transmiten los personajes de Vals con Bashir si te centras en su puesta en escena.
La trama en sí, sorprende si no sabemos nada del argumento, y hay que decir que se muestra en pantalla de manera muy efectiva, dando la sensación a ratos de que estamos viendo un mockumentary (documental ficticio, en la linea de The Office o Distrito 9), facilitando la inmersión. ¿Qué ocurre en la cabeza del protagonista? es algo que poco a poco se nos va desgranando, para que lo vayamos digiriendo como un plato bien cocinado. Los personajes son uno de los puntos fuertes de Vals con Bashir, pueden recibir nuestro agrado o repelernos, pero todos ellos tienen sus motivos para actuar como actuan en el entorno en el que estan, apreciables desde nuestro asiento de espectadores.
Mención aparte para el cuidado aspecto sonoro de la película, principalmente el de la banda sonora, en ocasiones dulce y melódica, en ocasiones trepidante, y siempre con un componente armonioso e hipnótico que incrementa la sensación de vernos sumergidos en los recuerdos, los traumas, y los sueños de los personajes mostrados en pantalla. Con un guiño a los tempranos ochenta incluyendo la canción de Enola Gay.
Una película para cualquiera que quiera ver uno de los muchos puntos de vista acerca de los conflictos en oriente medio, con algo de distancia. Ari Folman hizo documentales, y se nota: la puesta en escena es a ratos casi quirúrgica, intenta ser objetiva, e incluso arroja cierto sentimiento de culpa sobre el pueblo israelí. Un intento valiente que se saldó con numerosos premios en varios festivales.
Tecnicamente, la factura es de notable alto. No, esto no es Disney, ni Ghibli. Pero unos planos preciosistas, una gran atención al detalle, un uso más que acertado de los colores y un ritmo en la puesta en escena que varía de lo pausado a lo videoclipero, hace que obviemos rápidamente sus pequeñas carencias. El colorido es simple pero para nada dejado ni mal utilizado; dando la sensación de estar viendo en pantalla un hermoso lienzo de algún artista de comic occidental, en constante movimiento. Hay planos excepcionales; unos soldados disparando en la noche, un protagonista maduro en una playa solitaria. Aún tratando de un tema central de por sí oscuro, es hermoso.
La animación es donde una producción suele evidenciar sus holgados o en este caso, ajustados presupuestos. Y es que se le podría achacar que, precisamente porque ofrece unos personajes y unos ambientes que pretenden ser realistas, sus personajes se mueven de manera algo robótica; les faltan esos gestos que son tan característicos de los humanos. Todos podemos apreciar la diferencia de movimientos entre una persona y un títere movido por hilos; hay una 'sensación de arrastre' que hace que ese títere se mueva de manera un tanto artificial. Esa es la sensación que transmiten los personajes de Vals con Bashir si te centras en su puesta en escena.
La trama en sí, sorprende si no sabemos nada del argumento, y hay que decir que se muestra en pantalla de manera muy efectiva, dando la sensación a ratos de que estamos viendo un mockumentary (documental ficticio, en la linea de The Office o Distrito 9), facilitando la inmersión. ¿Qué ocurre en la cabeza del protagonista? es algo que poco a poco se nos va desgranando, para que lo vayamos digiriendo como un plato bien cocinado. Los personajes son uno de los puntos fuertes de Vals con Bashir, pueden recibir nuestro agrado o repelernos, pero todos ellos tienen sus motivos para actuar como actuan en el entorno en el que estan, apreciables desde nuestro asiento de espectadores.
Mención aparte para el cuidado aspecto sonoro de la película, principalmente el de la banda sonora, en ocasiones dulce y melódica, en ocasiones trepidante, y siempre con un componente armonioso e hipnótico que incrementa la sensación de vernos sumergidos en los recuerdos, los traumas, y los sueños de los personajes mostrados en pantalla. Con un guiño a los tempranos ochenta incluyendo la canción de Enola Gay.
Una película para cualquiera que quiera ver uno de los muchos puntos de vista acerca de los conflictos en oriente medio, con algo de distancia. Ari Folman hizo documentales, y se nota: la puesta en escena es a ratos casi quirúrgica, intenta ser objetiva, e incluso arroja cierto sentimiento de culpa sobre el pueblo israelí. Un intento valiente que se saldó con numerosos premios en varios festivales.
20 de diciembre de 2010
20 de diciembre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película creo que realmente nos muestra la verdad acerca de lo que son las guerras y los conflictos bélicos... me hizo recordar una frase que leí en un libro de Reverte.. "Territorio Comanche":
"Una auténtica historia de guerra nunca es moral. No instruye, ni alienta la virtud, ni sugiere modelos de comportamiento, ni impide que los hombres hagan las cosas que siempre hicieron. Si una historia de guerra parece moral, no la creáis."
Aunque se presenta como una historia real, y no busca ser un sermón político para el espectador, llega a calar hondo en la mente del mismo y a hacerle reflexionar sobre el comportamiento de países como Israel, sobretodo después de terminar la película.
En resumen, una película para reflexionar.
"Una auténtica historia de guerra nunca es moral. No instruye, ni alienta la virtud, ni sugiere modelos de comportamiento, ni impide que los hombres hagan las cosas que siempre hicieron. Si una historia de guerra parece moral, no la creáis."
Aunque se presenta como una historia real, y no busca ser un sermón político para el espectador, llega a calar hondo en la mente del mismo y a hacerle reflexionar sobre el comportamiento de países como Israel, sobretodo después de terminar la película.
En resumen, una película para reflexionar.
21 de junio de 2011
21 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con “Vals con Bashir” el director Ari Folman ha sabido retratar con buenas dosis de originalidad, valentía y talento la matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila (Líbano) de 1982*, en la que es ya considerada como una de las más impactantes películas de animación de los últimos tiempos.
Rodada en formato documental, retrata a un hombre lleno de pesadillas que trata de buscar de forma obsesiva a sus antiguos compañeros en el ejército, al sufrir un lapsus de memoria sobre unos hechos de los que tuvo que ser consciente y que llevaron a que miles de refugiados palestinos fueran ejecutados por parte de falangistas cristianos libaneses.
Estamos por tanto ante un ajuste de cuentas con su espantoso pasado. Su particular forma de pedir perdón ante lo injustificable abriéndonos las puertas a unos recuerdos (propios y ajenos) sepultados por vergüenza, que nos llevarán a un escenario infernal recreado con crudeza e intuible veracidad.
Rodada en formato documental, retrata a un hombre lleno de pesadillas que trata de buscar de forma obsesiva a sus antiguos compañeros en el ejército, al sufrir un lapsus de memoria sobre unos hechos de los que tuvo que ser consciente y que llevaron a que miles de refugiados palestinos fueran ejecutados por parte de falangistas cristianos libaneses.
Estamos por tanto ante un ajuste de cuentas con su espantoso pasado. Su particular forma de pedir perdón ante lo injustificable abriéndonos las puertas a unos recuerdos (propios y ajenos) sepultados por vergüenza, que nos llevarán a un escenario infernal recreado con crudeza e intuible veracidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
* La matanza de Sabra y Chatila fue uno de los episodios más dramáticos de la guerra de oriente próximo que tuvo su origen en la invasión, por parte del gobierno israelí, de una de sus franjas de seguridad del norte con el recurrido propósito de "protegerse" de las milicias palestinas. El entonces ministro de Defensa, Ariel Sharon, pasó rápidamente a la ocupación de todo el territorio libanés hasta la capital, Beirut, con el objetivo de imponer a su aliado, el líder de las Falanges Cristianas Bashir Gemayel, como presidente del país. Durante la matanza, que duró 48 horas, los soldados de Tel Aviv se limitaron a abrirles el paso y observar, sin impedir ni un disparo. Incluso, durante la noche, les iluminaban el cielo con bengalas para facilitar la carnicería a los derechistas libaneses.
Ari Folman, director de “Vals con Bashir”, fue uno de los militares israelitas que observaron aquel genocidio.
Ari Folman, director de “Vals con Bashir”, fue uno de los militares israelitas que observaron aquel genocidio.
12 de octubre de 2011
12 de octubre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver "Vals con Bashir" y me ha parecido magnífica (de 8). No sólo es una social con trasfondo bélico, es una película que deconstruye las distintas estrategias que tiene la mente para asimilar hechos que nos ponen al límite. Magistral... por algo los israelíes son los mejores en el estudio del estrés postraumático.
28 de octubre de 2011
28 de octubre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película que narra diversos aspectos de la guerra del Líbano de 1982 y las matanzas de los campos de refugiados palestinos a manos de las milicias cristianas con la connivencia del alto mando israelí.
Conviene remarcar que es una película de un director judío y que más que una denuncia a fondo de famosa matanza, donde queda bastante claro el vergonzoso papel de Israel en el asunto, es una critica general antibelicista sin más y siempre desde un punto de vista.
El aspecto diferenciador es el formato de animación que hoy por hoy es cada vez más completo y mejor, siendo uno de los medios donde aún se puede uno sorprender.
La animación está muy conseguida, con una forma muy diferente de la japonesa, logra transmitir muy bien las sensaciones de los personajes y los rostros están verdaderamente logrados. El movimiento esta bastante poco logrado en algunos personajes, aunque no afecta en absoluto.
La música y su interacción en gran cantidad de escenas es otro de los puntos fuertes de la película. La trama mantiene el interés hasta el desenlace final.
En mi opinión es al final donde falla un poco, ya que toma un giro verdaderamente dramático (no es para menos) que no concuerda con el resto del estilo en general más ligero de critica antibelicista. Pasando de durilla pero con sus momentos de relajación y hasta cómicos a muy dura. Te deja verdadero mal cuerpo.
En conjunto una película notable y una buena critica a los conflictos bélicos, sus aberraciones y consecuencias. Valiente mea culpa del director israelí.
Conviene remarcar que es una película de un director judío y que más que una denuncia a fondo de famosa matanza, donde queda bastante claro el vergonzoso papel de Israel en el asunto, es una critica general antibelicista sin más y siempre desde un punto de vista.
El aspecto diferenciador es el formato de animación que hoy por hoy es cada vez más completo y mejor, siendo uno de los medios donde aún se puede uno sorprender.
La animación está muy conseguida, con una forma muy diferente de la japonesa, logra transmitir muy bien las sensaciones de los personajes y los rostros están verdaderamente logrados. El movimiento esta bastante poco logrado en algunos personajes, aunque no afecta en absoluto.
La música y su interacción en gran cantidad de escenas es otro de los puntos fuertes de la película. La trama mantiene el interés hasta el desenlace final.
En mi opinión es al final donde falla un poco, ya que toma un giro verdaderamente dramático (no es para menos) que no concuerda con el resto del estilo en general más ligero de critica antibelicista. Pasando de durilla pero con sus momentos de relajación y hasta cómicos a muy dura. Te deja verdadero mal cuerpo.
En conjunto una película notable y una buena critica a los conflictos bélicos, sus aberraciones y consecuencias. Valiente mea culpa del director israelí.
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