Blancanieves
7.0
21,651
Drama
Versión libre, de carácter gótico, del popular cuento de los hermanos Grimm, que ha sido ambientada en España durante los años 20. Blancanieves es Carmen, una bella joven con una infancia atormentada por su terrible madrastra Encarna. Huyendo de su pasado, Carmen emprenderá un apasionante viaje acompañada por sus nuevos amigos: una troupe de Enanos Toreros. (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2013
7 de marzo de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que empecé a ver la película pensando que iba a ser un "lamentable experimento" pero lo cierto es que poco a poco me fue convenciendo,de manera que lo que pensaba que sería ver los 5 primeros minutos de pelicula se fueron alargando y al final, me ha parecido una película más que aceptable.
No sé cual fue primero, The artist o Blancanieves, pero la primera de ellas sería la innovadora, la que pudiera llevarse el mérito de innovar, volviendo al pasado.
En mi opinión, y tengo recientes algunas películas de cine mudo alemán, bebe bastante de ellas, queriendo acercarse al clásico expresionismo alemán.
Una buena música, buena fotografía y a pesar de que el mundo del toreo no me gusta nada, me ha conseguido mantener pegado a la pantalla hasta el final.
No se si recomendable o no por lo especial de la película, pero desde luego a mi me ha parecido bastante buena, ha superado mis expectativas con creces.
No sé cual fue primero, The artist o Blancanieves, pero la primera de ellas sería la innovadora, la que pudiera llevarse el mérito de innovar, volviendo al pasado.
En mi opinión, y tengo recientes algunas películas de cine mudo alemán, bebe bastante de ellas, queriendo acercarse al clásico expresionismo alemán.
Una buena música, buena fotografía y a pesar de que el mundo del toreo no me gusta nada, me ha conseguido mantener pegado a la pantalla hasta el final.
No se si recomendable o no por lo especial de la película, pero desde luego a mi me ha parecido bastante buena, ha superado mis expectativas con creces.
27 de septiembre de 2012
27 de septiembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Blancanieves es, desde ya, y al margen de que al público le pueda gustar más o menos, una de las películas más especiales que el cine español ha dado en mucho tiempo. Al hablar de ella se pueden hacer las inevitables referencias a The Artist, con la que tiene muy poco que ver. También se puede decir que es la tercera versión de la misma historia que llega este año a los cines tras las lujosas películas protagonizadas por sendas estrellas de Hollywood. Y cualquiera de los dos serían comentarios meramente accesorios que en ningún caso harían justicia a los méritos de una película que se vale por sí sola para llamar la atención de los medios de comunicación, de la crítica, y, esperemos, que del público.
Tras un largo proceso de creación, desde que Blancanieves era solo una idea, ha sido este mes de Setiembre cuando los festivales de Toronto y San Sebastian han puesto en mapa cinematográfico internacional a la segunda película del director Pablo Berger, justo antes de su estreno comercial. Y por lo visto hasta ahora, la película está aprovechando de forma excelente esta exposición mediática.
Pero vamos a lo realmente inportante, que es la película. Blancanieves es, así de entrada, una película atrevida y arriesgada. Nada en ella huele a complacencia y en cambio complace. Desde su apuesta por situar la historia en una época y un entorno muy concretos, hasta su deslumbrante resolución estética, todo en Blancanieves busca transgredir con lo las convenciones del cine actual. Y lo curioso es que esta provocación al espectador consigue el efecto contrario al que se podría esperar, y es que el público se entregue, practicamente sin reservas, a la película.
Carmen es hija de un torero. Nace el día en que su padre su padre sufre una gravísima cogida. Su madre además no supera el parto y muere ese mismo día. Ella pasa su infancia junto a su abuela, mientras que su padre vive alejado al cuidado de una enfermera cuyas intenciones van mucho más allá de las meramente profesionales. Cuando Carmen vuelve a quedarse sola en el mundo, no le queda mas remedio que ir a vivir con su padre, y con su nueva madrastra, ya que la enfermera ha conseguido el objetivo de ser la nueva señora de Antonio Villalta. Instalada en su nueva posición, la madrastra desprecia a la niña hasta el punto de querer acabar con su vida. A partir de aquí la historia sigue el camino marcado por el cuento, cambiando a los enanos leñadores por unos curiosos enanos toreros.
Situar la historia en el entorno taurino de la Andalucía de los años 20 puede parecer un disparate, y seguramente lo sea, pero es un disparate que funciona a la perfección al menos durante buena parte de la película, ya que los símbolos representativos de ese entorno social y cultural ayudan a ensalzar todos esos sentimientos que se esconden tras las palabras que no se escuchan. Es, tal vez, en la última parte de la película, especialmente el epílogo, donde esta comunión perfecta entre la clásica historia y el nuevo decorado encaja de peor manera. De esta forma se llega a un final un tanto desinflado, lejos de los muchos momentos brillantes que se han sucedido a lo largo del metraje.
Donde Blancanieves es un triunfo absoluto es en la arrolladora apuesta estética del director Pablo Berger. Más alla del espléndido blanco y negro, la película atesora una variedad increible de ideas y juegos visuales, que la situan en una posición mucho más aventajada que la del simple, y brillante, homenaje. Blancanieves no juega a ser, directamente es.
Prodigiosa a nivel técnico, la película es una delicia a nivel de ambientación, y caracterización de los personajes, ofreciendo una labor de montaje sencillamente magistral.
Y aunque se trata de una película muda, la música compuesta por Alfonso de Vilallonga, y que acompaña a las imágenes desde el primer al último minuto, habla de manera elocuente por los personajes. Solo con la partitura se podría seguir la historia sin necesidad de los escuetos rótulos.
Mención aparte merece el reparto encabezado por la majestuosa Maribel Verdú. Altiva, despiadada, hilarante, maquiavélica, ridícula son calificativos que le van como añillo al dedo a su madrastra y que ella se encarga de mostrarlos en pantalla. Deliciosa de principio a fin. Junto a ella las dos actrices que interpretan a Blancanieves son espontáneas y preciosas, con una mirada que traspasa la pantalla. No hay que olvidarse tampoco, de entre todos los excelentes actores, de la pasión con que Ángela Molina interpreta a la abuela.
En definitiva, Pablo Berger ha hecho una película única y seguramente irrepetible. Puede que no me parezca magistral, como si la han encontrado muchos, pero las dosis de talento, imaginación y riesgo que se desprenden de ella estan al alcance de muy pocos.
Y además tiene al gallo Pepe, que no me quería olvidar de él, como estrella robaescenas de la función, para redondear una película insólita.
Tras un largo proceso de creación, desde que Blancanieves era solo una idea, ha sido este mes de Setiembre cuando los festivales de Toronto y San Sebastian han puesto en mapa cinematográfico internacional a la segunda película del director Pablo Berger, justo antes de su estreno comercial. Y por lo visto hasta ahora, la película está aprovechando de forma excelente esta exposición mediática.
Pero vamos a lo realmente inportante, que es la película. Blancanieves es, así de entrada, una película atrevida y arriesgada. Nada en ella huele a complacencia y en cambio complace. Desde su apuesta por situar la historia en una época y un entorno muy concretos, hasta su deslumbrante resolución estética, todo en Blancanieves busca transgredir con lo las convenciones del cine actual. Y lo curioso es que esta provocación al espectador consigue el efecto contrario al que se podría esperar, y es que el público se entregue, practicamente sin reservas, a la película.
Carmen es hija de un torero. Nace el día en que su padre su padre sufre una gravísima cogida. Su madre además no supera el parto y muere ese mismo día. Ella pasa su infancia junto a su abuela, mientras que su padre vive alejado al cuidado de una enfermera cuyas intenciones van mucho más allá de las meramente profesionales. Cuando Carmen vuelve a quedarse sola en el mundo, no le queda mas remedio que ir a vivir con su padre, y con su nueva madrastra, ya que la enfermera ha conseguido el objetivo de ser la nueva señora de Antonio Villalta. Instalada en su nueva posición, la madrastra desprecia a la niña hasta el punto de querer acabar con su vida. A partir de aquí la historia sigue el camino marcado por el cuento, cambiando a los enanos leñadores por unos curiosos enanos toreros.
Situar la historia en el entorno taurino de la Andalucía de los años 20 puede parecer un disparate, y seguramente lo sea, pero es un disparate que funciona a la perfección al menos durante buena parte de la película, ya que los símbolos representativos de ese entorno social y cultural ayudan a ensalzar todos esos sentimientos que se esconden tras las palabras que no se escuchan. Es, tal vez, en la última parte de la película, especialmente el epílogo, donde esta comunión perfecta entre la clásica historia y el nuevo decorado encaja de peor manera. De esta forma se llega a un final un tanto desinflado, lejos de los muchos momentos brillantes que se han sucedido a lo largo del metraje.
Donde Blancanieves es un triunfo absoluto es en la arrolladora apuesta estética del director Pablo Berger. Más alla del espléndido blanco y negro, la película atesora una variedad increible de ideas y juegos visuales, que la situan en una posición mucho más aventajada que la del simple, y brillante, homenaje. Blancanieves no juega a ser, directamente es.
Prodigiosa a nivel técnico, la película es una delicia a nivel de ambientación, y caracterización de los personajes, ofreciendo una labor de montaje sencillamente magistral.
Y aunque se trata de una película muda, la música compuesta por Alfonso de Vilallonga, y que acompaña a las imágenes desde el primer al último minuto, habla de manera elocuente por los personajes. Solo con la partitura se podría seguir la historia sin necesidad de los escuetos rótulos.
Mención aparte merece el reparto encabezado por la majestuosa Maribel Verdú. Altiva, despiadada, hilarante, maquiavélica, ridícula son calificativos que le van como añillo al dedo a su madrastra y que ella se encarga de mostrarlos en pantalla. Deliciosa de principio a fin. Junto a ella las dos actrices que interpretan a Blancanieves son espontáneas y preciosas, con una mirada que traspasa la pantalla. No hay que olvidarse tampoco, de entre todos los excelentes actores, de la pasión con que Ángela Molina interpreta a la abuela.
En definitiva, Pablo Berger ha hecho una película única y seguramente irrepetible. Puede que no me parezca magistral, como si la han encontrado muchos, pero las dosis de talento, imaginación y riesgo que se desprenden de ella estan al alcance de muy pocos.
Y además tiene al gallo Pepe, que no me quería olvidar de él, como estrella robaescenas de la función, para redondear una película insólita.
28 de septiembre de 2012
28 de septiembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero por obvio que parezca es destacar que las casi dos horas de cinta se hacen cortas. Se trata de un "cuento de cuentos", humanizado y cargado de referencias al cine clásico.Berger despliega un universo visual en el que todo nos puede resultar familiar y nada nos resulta tópico. La direccion de actores es más que notable estando todos los personajes (muchos secundarios estupendos) bien dibujados. La banda sonora está bien pero para el protagonismo que tiene podría estar mejor... hubiera faltado por definir temas, "leit motiv", para los personajes principales pero tiene momentos brillantes sobre todo en la plaza de toros... Y hablando de los toros...logra hablar del tema con tal delicadeza que ni taurinos ni antitaurinos se puedan sentir ofendidos..... En resumen una cinta mas que recomendable y que nos puede representar con muchísima dignidad en los Oscar.
13 de febrero de 2013
13 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que Pablo Berger estuvo mucho tiempo luchando por este proyecto, antes incluso del estreno de 'The Artist' pero a raíz de ello y de las nuevas adaptaciones del cuento Blancanieves, los productores le dieron el visto bueno.
Cuando ví 'The Artist', me pareció muy interesante que fuese muda y tenía sentido su utilización. Pero en 'Blancanieves' es una simple excentricidad de Pablo Berger. Pudo haber sido mas grande siendo en color, el color de Sevilla, las plazas de toros, los trajes de toreros, la gente, todo eso se pierde. Si tuviese un gran juego de claroscuros con su blanco y negro, me callaría pero no es así, se pierde una gran oportunidad.
Abrir el debate de si es correcta la tauromaquia es algo normal después de verla, 'Blancanieves' se centra completamente en el mundo de los toros y el flamenco. A mí particularmente, me desagradan las dos, pero aun así, creo que se debe juzgar a la película como es, si nos ponemos a juzgar los valores morales confundiendolos con los artísticos podríamos decir que 'El nacimiento de una nación' es mala película por la glorificación del Ku Klux Klan.
La narración esta bien llevada y los actores se defiende. La gente sobrevaloraba a Maribel Verdu, no me parece que actué mal pero tampoco lo hace para un Goya. Si tengo que destacar algún papel, los enanos, muy divertidos y bien llevados, pensaba que caerían en el ridículo pero fueron unos personajes muy agradables de ver.
Rompo una lanza por su final. Es maravilloso, sin soltar spoilers, puedo decir que me dejo desolado y es un gran zas al espectador, que no le suele venir mal alguno. Pablo Berger consigue imágenes bellas y planos bastante interesantes en esta reivindicación al cine cañil. Interesante propuesta pero cae por la excentricidad de su creador.
Cuando ví 'The Artist', me pareció muy interesante que fuese muda y tenía sentido su utilización. Pero en 'Blancanieves' es una simple excentricidad de Pablo Berger. Pudo haber sido mas grande siendo en color, el color de Sevilla, las plazas de toros, los trajes de toreros, la gente, todo eso se pierde. Si tuviese un gran juego de claroscuros con su blanco y negro, me callaría pero no es así, se pierde una gran oportunidad.
Abrir el debate de si es correcta la tauromaquia es algo normal después de verla, 'Blancanieves' se centra completamente en el mundo de los toros y el flamenco. A mí particularmente, me desagradan las dos, pero aun así, creo que se debe juzgar a la película como es, si nos ponemos a juzgar los valores morales confundiendolos con los artísticos podríamos decir que 'El nacimiento de una nación' es mala película por la glorificación del Ku Klux Klan.
La narración esta bien llevada y los actores se defiende. La gente sobrevaloraba a Maribel Verdu, no me parece que actué mal pero tampoco lo hace para un Goya. Si tengo que destacar algún papel, los enanos, muy divertidos y bien llevados, pensaba que caerían en el ridículo pero fueron unos personajes muy agradables de ver.
Rompo una lanza por su final. Es maravilloso, sin soltar spoilers, puedo decir que me dejo desolado y es un gran zas al espectador, que no le suele venir mal alguno. Pablo Berger consigue imágenes bellas y planos bastante interesantes en esta reivindicación al cine cañil. Interesante propuesta pero cae por la excentricidad de su creador.
16 de febrero de 2013
16 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que hoy hablar de Blancanieves (mucho antes de verla) me pareció una propuesta pedante y oportunista por partida doble: después de un año en el que alguien se arriesga a hacer una película muda y en blanco y negro y le sale bien pues le llueven los premios, y después de un año en que ya se ha re-visitado un material tan conocido como el cuento de los hermanos Grimm, 2 veces, modernizándolo en su estética, viene este señor, mezcla las dos cosas y hace una versión de Blancanieves muda y en blanco y negro... y encima metiendo el toreo y el flamenco de por medio. ¡Chúpate esa!
Ahora, una vez conocidas las circunstancias pienso que el oportunismo fue casualidad y mala suerte (y también una mala decisión que la academia española la propusiera para el Oscar: ya podía haberle dado 100 vueltas a The Artist: no tenía ninguna posibilidad, la flauta no suena dos veces seguidas) pero respecto a lo de la pedantería no estoy tan seguro: ¿De verdad era necesario hacer esta película muda y en B/N? ¿Para que todo el mundo hable de ella como un experimento curioso? ¿Para que todo el mundo alabe su fotografía? ¿No será más bien una pose para intentar distinguirse de otros en el continente por si acaso no logramos distinguirnos en el contenido? Sinceramente, mientras que en el caso de The Artist no era obligatorio rodarla así pero estaba justificado por la historia que contaba (la transición del mudo al sonoro en el cine) aquí me sigue pareciendo más una pose.
Por supuesto, las cosas que se le deberían suponer a las películas más de un siglo después de su invención, tales como la fotografía, las tiene ¿Me puede alguien decir que película comercial moderna de las que se estrenan en los cines tiene una mala fotografía?. Eso si, como esta es BN pues queda muy cool decir que la fotografía es buena, aunque tengas todos los medios del siglo XXI para iluminar. Mérito tenía hacerlo en 1940 en Ciudadano Kane. ¿Y pseudo-muda? ¿qué aporta? Lo de pseudo es porque la música continua y perfectamente sincronizada con la escena (cuando ponen un disco de pizarra, suena flamenco, cuando se ve tañer las campanas, suena las campanas,...) es un falseamiento de esas proyecciones en las que como mucho había un pianista tocando una pianola para acompañar la proyección. Eso sí, como experimento y para que hablen de ello, queda curioso, aunque cuando te lo han hecho el año anterior empieza a perder su gracia.
En cuanto a la ambientación, también me ha parecido buena, tanto la parte más “realista” como la más “fantasiosa” (el ambiente grotesco y circense).
¿Y en cuanto al contenido? ¿Qué? Pues debo decir que es una propuesta original, por muy contradictorio que eso parezca al estar hablando de una historia que lleva siendo contada varios siglos. La idea de enlazar el mundo de los toreros y las tonadilleras con el mundo de Blancanieves, los enanitos y la madrastra es toda una ocurrencia, que además le sale bien al director. La historia es coherente, entretenida, y no sólo no pierde la esencia del cuento, sino que le es fiel. Puede que no supere, para mi gusto personal, a The Artist (entre otras cosas porque la historia que contaba la francesa me interesaba personalmente más que la que cuenta la española), pero la iguala o al menos se le aproxima bastante, eso es cierto.
Por supuesto, y pese a estar por encima de la media de lo que se estrena habitualmente (tanto en cine español como en general) no es una película perfecta, y tiene sus altibajos: Por ejemplo, mientras que la primera parte es realmente muy buena, para mi gusto en la segunda mitad, la de los enanitos, pierde fuelle, no se muy bien el porqué pero no tiene el ímpetu del principio. También personalmente me hubiese gustado un poco más de de ambiente gótico o expresionista de ciertas escenas del cortijo, ya que aunque está esbozado, pero me gustaría que hubiesen profundizado.
Curiosamente, la parte en la que es menos fiel al cuento es el final, y es un detalle que me gusta. Ese final, apartado del clásico y típico Príncipe Azul, o Encantador o como se llame me gusta.
En resumidas cuentas: bien hecha, entretenida, y muy interesante: merece la pena ser vista.
Ahora, una vez conocidas las circunstancias pienso que el oportunismo fue casualidad y mala suerte (y también una mala decisión que la academia española la propusiera para el Oscar: ya podía haberle dado 100 vueltas a The Artist: no tenía ninguna posibilidad, la flauta no suena dos veces seguidas) pero respecto a lo de la pedantería no estoy tan seguro: ¿De verdad era necesario hacer esta película muda y en B/N? ¿Para que todo el mundo hable de ella como un experimento curioso? ¿Para que todo el mundo alabe su fotografía? ¿No será más bien una pose para intentar distinguirse de otros en el continente por si acaso no logramos distinguirnos en el contenido? Sinceramente, mientras que en el caso de The Artist no era obligatorio rodarla así pero estaba justificado por la historia que contaba (la transición del mudo al sonoro en el cine) aquí me sigue pareciendo más una pose.
Por supuesto, las cosas que se le deberían suponer a las películas más de un siglo después de su invención, tales como la fotografía, las tiene ¿Me puede alguien decir que película comercial moderna de las que se estrenan en los cines tiene una mala fotografía?. Eso si, como esta es BN pues queda muy cool decir que la fotografía es buena, aunque tengas todos los medios del siglo XXI para iluminar. Mérito tenía hacerlo en 1940 en Ciudadano Kane. ¿Y pseudo-muda? ¿qué aporta? Lo de pseudo es porque la música continua y perfectamente sincronizada con la escena (cuando ponen un disco de pizarra, suena flamenco, cuando se ve tañer las campanas, suena las campanas,...) es un falseamiento de esas proyecciones en las que como mucho había un pianista tocando una pianola para acompañar la proyección. Eso sí, como experimento y para que hablen de ello, queda curioso, aunque cuando te lo han hecho el año anterior empieza a perder su gracia.
En cuanto a la ambientación, también me ha parecido buena, tanto la parte más “realista” como la más “fantasiosa” (el ambiente grotesco y circense).
¿Y en cuanto al contenido? ¿Qué? Pues debo decir que es una propuesta original, por muy contradictorio que eso parezca al estar hablando de una historia que lleva siendo contada varios siglos. La idea de enlazar el mundo de los toreros y las tonadilleras con el mundo de Blancanieves, los enanitos y la madrastra es toda una ocurrencia, que además le sale bien al director. La historia es coherente, entretenida, y no sólo no pierde la esencia del cuento, sino que le es fiel. Puede que no supere, para mi gusto personal, a The Artist (entre otras cosas porque la historia que contaba la francesa me interesaba personalmente más que la que cuenta la española), pero la iguala o al menos se le aproxima bastante, eso es cierto.
Por supuesto, y pese a estar por encima de la media de lo que se estrena habitualmente (tanto en cine español como en general) no es una película perfecta, y tiene sus altibajos: Por ejemplo, mientras que la primera parte es realmente muy buena, para mi gusto en la segunda mitad, la de los enanitos, pierde fuelle, no se muy bien el porqué pero no tiene el ímpetu del principio. También personalmente me hubiese gustado un poco más de de ambiente gótico o expresionista de ciertas escenas del cortijo, ya que aunque está esbozado, pero me gustaría que hubiesen profundizado.
Curiosamente, la parte en la que es menos fiel al cuento es el final, y es un detalle que me gusta. Ese final, apartado del clásico y típico Príncipe Azul, o Encantador o como se llame me gusta.
En resumidas cuentas: bien hecha, entretenida, y muy interesante: merece la pena ser vista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
P.D.:
Habrán observado que no he hablado de toros, ni de la polémica taurina-auntitaurina: Yo no juzgo las películas (o los libros, o la música) por como casen con mis ideas, sino que trato de ceñirme a su calidad intrínseca. En el caso de esta creo que trata el tema desde una perspectiva totalmente neutra. Por supuesto que no es antitaurina, pero desde luego no creo que sea protaurina ni que haga apología de la tauromaquia. Este no es más que el escenario, la historia que cuenta es otra, la de la madrastra y la princesita huérfana y desterrada. Se podría haber contado ambientada en un circo de tres pistas y hubiese sido la misma historia, pero el director ha elegido ambientarla en el mundo del toreo. Y por supuesto que tienen que salir corridas de toros en una película ambientada entre toreros. Es como si no salieran escenas de un concierto en un estadio en una película sobre una banda de rock. Ahora bien, si para rodar esas escenas se aprovecha y se meten unas cámaras en un concierto de verdad (una corrida de verdad) o si monta todo con extras, atrezzo y público generado por ordenador supongo que ya es cuestión del realismo que le quieras dar y del dinero que tengas para tu producción. Y si en este caso los toros se lidiaron y se mataron de verdad o no, sinceramente ni lo se ni me importa. No creo que le añada ni le quite valor ni calidad a la película. Y encima no es ilegal que yo sepa matar a un toro dentro de una lidia, es decir ateniéndose a un reglamento. Eso ya va en las convicciones del director y el resto del equipo que trabaja en una película, y en si quieren arriesgarse a perder un segmento de público que antepondrá sus convicciones antitaurinas antes de pagar una entrada para ver una película y poder juzgarla. (Iba a poner el ejemplo de una escena en la que se exigiera fumar y los protagonistas fuesen no fumadores y contrarios al tabaco, pero curiosamente, esto si que sería ilegal.)
Habrán observado que no he hablado de toros, ni de la polémica taurina-auntitaurina: Yo no juzgo las películas (o los libros, o la música) por como casen con mis ideas, sino que trato de ceñirme a su calidad intrínseca. En el caso de esta creo que trata el tema desde una perspectiva totalmente neutra. Por supuesto que no es antitaurina, pero desde luego no creo que sea protaurina ni que haga apología de la tauromaquia. Este no es más que el escenario, la historia que cuenta es otra, la de la madrastra y la princesita huérfana y desterrada. Se podría haber contado ambientada en un circo de tres pistas y hubiese sido la misma historia, pero el director ha elegido ambientarla en el mundo del toreo. Y por supuesto que tienen que salir corridas de toros en una película ambientada entre toreros. Es como si no salieran escenas de un concierto en un estadio en una película sobre una banda de rock. Ahora bien, si para rodar esas escenas se aprovecha y se meten unas cámaras en un concierto de verdad (una corrida de verdad) o si monta todo con extras, atrezzo y público generado por ordenador supongo que ya es cuestión del realismo que le quieras dar y del dinero que tengas para tu producción. Y si en este caso los toros se lidiaron y se mataron de verdad o no, sinceramente ni lo se ni me importa. No creo que le añada ni le quite valor ni calidad a la película. Y encima no es ilegal que yo sepa matar a un toro dentro de una lidia, es decir ateniéndose a un reglamento. Eso ya va en las convicciones del director y el resto del equipo que trabaja en una película, y en si quieren arriesgarse a perder un segmento de público que antepondrá sus convicciones antitaurinas antes de pagar una entrada para ver una película y poder juzgarla. (Iba a poner el ejemplo de una escena en la que se exigiera fumar y los protagonistas fuesen no fumadores y contrarios al tabaco, pero curiosamente, esto si que sería ilegal.)
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