La profesora de piano
2001 

7.3
24,421
31 de julio de 2012
31 de julio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra vez Haneke bailando al borde del abismo sin precipitarse, con una maestría insondable. La Pianista es una obra que resulta a veces repulsiva, con la que el espectador se siente violado, y observa con reticencias y curiosidad malsana las atrocidades y desviaciones sexuales que se proyectan en la pantalla. No es una película fácil, ni si quiera agradable, pero el alubión de sentimientos que te hace experimentar, la empatía con los personajes, los increíbles giros de guión y la tormentosa relación entre profesora de piano y alumno que se contempla, hace que a partir de la primera hora seas incapaz de separar la mirada de una pantalla, sintiéndote un vulgar vouyer, pero atrapado por esa sensación entre el placer y el asco que hizo que esta obra ganara el gran premio del jurado en el Festival de Cannes.
Y es aquí, además de la violencia tan habitual en este director austriaco, donde se fragua una cinta en la que tenemos, para empezar, un magnífico personaje protagonista, con una doble vida, una doble moral y una doble sexualidad, la de una rígida y fría profesora de piano que marcada seguramente por años de autorrepresión sexual termina por acudir secretamente a cabinas de sex-shop, practicar el vouyerismo e inclinarse por el sadomasoquismo. La bidisección psicológica de este personaje es realmente encomiable y cruel y resulta apasionante a ojos del espectador, desbordante y atrayente un resultado al que contribuye sin duda la impecable actuación de Isabelle Huppert, que borda un papel complejísimo y redactado a dos velocidades, en ambas, su contribución es exquisita y Cannes se lo reconoció con el premio a la mejor actriz mientras que el de mejor actor se quedó en manos de su compañero de reparto, Benoit Magimel.
Su guión es macabro, enfermizo, tóxico, pero en él se encuentra también la precisión matemática y fría para jugar con los tiempos y asir al espectador por el cuello, una obra de ingeniería como casi siempre en Haneke pero con un problema inevitable, el de tener que cocinar lentamente a los personajes durante los primeros 45 minutos a fuego muy lento, buscándole los matices, ‘introspecionándolos’ (perdón por el palabro que me acabo de inventar) lo que puede derivar en que durante un buen rato acabes hasta el gorro de la música de Schubert y de las clases de piano, pero indiscutiblemente, sin esta preparación previa, sin meterse uno en el mundo que nos plantea, el efecto de la película no sería el mismo, de tal modo que, nos guste o no, terminamos por participar en el juego aberrante de Haneke.
Aviso que no es una película apta para todas las sensibilidades y que, las personas morbosas, tampoco encontrarán exactamente lo que buscan, aunque puede que si encuentren algún premio en esta obra incómoda, pero excelente.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
Y es aquí, además de la violencia tan habitual en este director austriaco, donde se fragua una cinta en la que tenemos, para empezar, un magnífico personaje protagonista, con una doble vida, una doble moral y una doble sexualidad, la de una rígida y fría profesora de piano que marcada seguramente por años de autorrepresión sexual termina por acudir secretamente a cabinas de sex-shop, practicar el vouyerismo e inclinarse por el sadomasoquismo. La bidisección psicológica de este personaje es realmente encomiable y cruel y resulta apasionante a ojos del espectador, desbordante y atrayente un resultado al que contribuye sin duda la impecable actuación de Isabelle Huppert, que borda un papel complejísimo y redactado a dos velocidades, en ambas, su contribución es exquisita y Cannes se lo reconoció con el premio a la mejor actriz mientras que el de mejor actor se quedó en manos de su compañero de reparto, Benoit Magimel.
Su guión es macabro, enfermizo, tóxico, pero en él se encuentra también la precisión matemática y fría para jugar con los tiempos y asir al espectador por el cuello, una obra de ingeniería como casi siempre en Haneke pero con un problema inevitable, el de tener que cocinar lentamente a los personajes durante los primeros 45 minutos a fuego muy lento, buscándole los matices, ‘introspecionándolos’ (perdón por el palabro que me acabo de inventar) lo que puede derivar en que durante un buen rato acabes hasta el gorro de la música de Schubert y de las clases de piano, pero indiscutiblemente, sin esta preparación previa, sin meterse uno en el mundo que nos plantea, el efecto de la película no sería el mismo, de tal modo que, nos guste o no, terminamos por participar en el juego aberrante de Haneke.
Aviso que no es una película apta para todas las sensibilidades y que, las personas morbosas, tampoco encontrarán exactamente lo que buscan, aunque puede que si encuentren algún premio en esta obra incómoda, pero excelente.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
2 de diciembre de 2012
2 de diciembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que no puede dejar indiferente a nadie. Con enorme realismo y dureza, nos cuenta la doble vida de su protagonista.
Por un lado... una mujer fría, obsesa del control y la disciplina, rasgos de su personalidad que se ponen de manifiesto en las clases que imparte como profesora de piano.
Por otro lado... una mujer atormentada emocionalmente, que canaliza una relación disfuncional con su madre, a través de una forma muy peculiar de vivir su sexualidad.
Una película que te deja pensando y analizando todo lo acontecido. Muy recomendable para aquellos que disfruten con emociones fuertes.
Por un lado... una mujer fría, obsesa del control y la disciplina, rasgos de su personalidad que se ponen de manifiesto en las clases que imparte como profesora de piano.
Por otro lado... una mujer atormentada emocionalmente, que canaliza una relación disfuncional con su madre, a través de una forma muy peculiar de vivir su sexualidad.
Una película que te deja pensando y analizando todo lo acontecido. Muy recomendable para aquellos que disfruten con emociones fuertes.
28 de enero de 2013
28 de enero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Haneke es un director que siempre consigue perturbar mi mente como ningún otro director sabe hacerlo. Las imágenes hipnóticas, fascinantes y dolorosas de sus películas perduran en mi cabeza. "La pianista" me ha dejado huella, más que la violenta "Funny games" o la que tal vez sea su obra maestra definitiva, "La cinta blanca". Es una cinta que no olvidaré fácilmente y que me lleva a profundas reflexiones.
Como en el resto de su filmografía, el director austríaco se tira al vacío sin paracaídas y consigue sobrevivir con mucha solvencia. Haneke se mueve en la tristeza y en la miseria de la condición humana como pez en el agua. En esta ocasión nos cuenta la historia de Erika una prestigiosa pianista que como forma de evasión a la educación represiva a la que le somete su madre, con la que mantiene una relación que navega entre el amor y el odio, acude a sex shops y cines porno para satisfacer su satisfacción sexual fuertemente contenida. Erika es fría, inexpresiva, introvertida y calculadora y solo un atractivo alumno que se enamora perdidamente de ella consigue nublarle la mente y romper con su hieratismo. A partir de aquí la profesora de piano sufrirá un tremendo trastorno psicológico que le llevará a luchar contra unos sentimientos hasta ahora dominados por su enorme inteligencia.
La película cuenta con un magnífico guión con giros argumentales realmente sorprendentes. Mi cara de asombro en varios momentos de la cinta debe de haber sido digna de enmarcar. Ello se de debe en gran parte al estupendo trabajo de Isabelle Huppert, a la que podemos ver también como secundaria en la reciente "Amor", que logra una sobrecogedora interpretación. Haneke plasma todas las emociones reprimidas en su rostro en continuos planos largos y acompañados o bien de la música de piano o de solemnes silencios, muy habituales en su particular forma de filmar. Si quieres vivir una experiencia intensa y vital a la hora de ver cine no tengo ninguna duda: el plan idóneo es perderse por la provocadora y sórdida filmografía del magistral cineasta europeo.
Como en el resto de su filmografía, el director austríaco se tira al vacío sin paracaídas y consigue sobrevivir con mucha solvencia. Haneke se mueve en la tristeza y en la miseria de la condición humana como pez en el agua. En esta ocasión nos cuenta la historia de Erika una prestigiosa pianista que como forma de evasión a la educación represiva a la que le somete su madre, con la que mantiene una relación que navega entre el amor y el odio, acude a sex shops y cines porno para satisfacer su satisfacción sexual fuertemente contenida. Erika es fría, inexpresiva, introvertida y calculadora y solo un atractivo alumno que se enamora perdidamente de ella consigue nublarle la mente y romper con su hieratismo. A partir de aquí la profesora de piano sufrirá un tremendo trastorno psicológico que le llevará a luchar contra unos sentimientos hasta ahora dominados por su enorme inteligencia.
La película cuenta con un magnífico guión con giros argumentales realmente sorprendentes. Mi cara de asombro en varios momentos de la cinta debe de haber sido digna de enmarcar. Ello se de debe en gran parte al estupendo trabajo de Isabelle Huppert, a la que podemos ver también como secundaria en la reciente "Amor", que logra una sobrecogedora interpretación. Haneke plasma todas las emociones reprimidas en su rostro en continuos planos largos y acompañados o bien de la música de piano o de solemnes silencios, muy habituales en su particular forma de filmar. Si quieres vivir una experiencia intensa y vital a la hora de ver cine no tengo ninguna duda: el plan idóneo es perderse por la provocadora y sórdida filmografía del magistral cineasta europeo.
17 de marzo de 2013
17 de marzo de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica historial de amor y pasión con escenas románticas y entrañables así como una atmósfera idílica y artística.
¿Que no estáis de acuerdo?
Disculpad pero alguien tenía que añadir los "efectos especiales" y me he tomado esa licencia para que os quede un mejor sabor de boca a quienes todavía pensáis que este mundo es maravilloso y donde todo es de color de rosa.
Con los giros de guión la película se vuelve por momentos tragicomedia al generarse situaciones tan alocadas, grotescas e imprevisibles, pero todas ellas magníficamente tejidas con solidez, tensión e impermeabilidad.
¿Que no estáis de acuerdo?
Disculpad pero alguien tenía que añadir los "efectos especiales" y me he tomado esa licencia para que os quede un mejor sabor de boca a quienes todavía pensáis que este mundo es maravilloso y donde todo es de color de rosa.
Con los giros de guión la película se vuelve por momentos tragicomedia al generarse situaciones tan alocadas, grotescas e imprevisibles, pero todas ellas magníficamente tejidas con solidez, tensión e impermeabilidad.
8 de abril de 2013
8 de abril de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Haneke siempre me pasa lo mismo: nada más acabar de ver sus películas no se si éstas me encantan o las odio. Tras digerirlas y reposarlas, el balance siempre suele ser positivo. Con esta película no iba a ser menos, por lo que terminé de verla en auténtico estado de shock. Por lo tanto, recomiendo la película, eso sí, lanzando un aviso a navegantes sobre la crudeza de la historia y de algunas imágenes, por lo que no todos los estómagos la soportarán.
Como observación general sobre el director austriaco, lo que más me gusta es lo bien que construye personajes poco convencionales, turbadores, repugnantes a la par que atrayentes. Con el personaje de La pianista lo vuelve a conseguir con matrícula de honor.
Como observación general sobre el director austriaco, lo que más me gusta es lo bien que construye personajes poco convencionales, turbadores, repugnantes a la par que atrayentes. Con el personaje de La pianista lo vuelve a conseguir con matrícula de honor.
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