Locke
6.3
18,881
Drama
Ivan Locke (Tom Hardy) es un prestigioso capataz de grandes obras que ha tenido que trabajar muy duro para alcanzar su sueño: llevar una buena vida, con un buen trabajo y una familia que le quiere. Sin embargo, un día, en la víspera de su encargo más importante, recibe una llamada que le empuja a tomar una decisión que quizás eche toda su vida por tierra. Desde ese momento tendrá que emprender una peligrosa huida a contrarreloj. (FILMAFFINITY) [+]
25 de septiembre de 2016
25 de septiembre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando un error marca tu vida hay dos formas de afrontarlo. La forma buena no siempre es la que te va a generar mas felicidad ni mucho menos, la mas fácil.
Con un argumento sencillo y prácticamente cámara fija en un primer plano del actor, que demuestra sus cualidades, Locke logra meternos en la historia consiguiendo que empaticemos completamente con el protagonista viendo que no todo es blanco o negro sino que hay tonalidades de grises.
Con un argumento sencillo y prácticamente cámara fija en un primer plano del actor, que demuestra sus cualidades, Locke logra meternos en la historia consiguiendo que empaticemos completamente con el protagonista viendo que no todo es blanco o negro sino que hay tonalidades de grises.
24 de julio de 2017
24 de julio de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pelicula de bajo presupuesto, con un argumento simple y entretenido, un drama que nos envuelve desde el primer minuto.
Esta película nos da un claro ejemplo de lo que es en esencia el cine, dirección, un sólido argumento y actores de primer nivel.
No hay grandes presupuestos ni efectos especiales...cuando hay una buena idea no se les echa de menos..y dura lo necesario..ni más ni menos...una clase de cine que agradezco..
Esta película nos da un claro ejemplo de lo que es en esencia el cine, dirección, un sólido argumento y actores de primer nivel.
No hay grandes presupuestos ni efectos especiales...cuando hay una buena idea no se les echa de menos..y dura lo necesario..ni más ni menos...una clase de cine que agradezco..
28 de febrero de 2020
28 de febrero de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oscuro relato narrado sobre estética réflex, con una interpretación pulídima por parte de Tom Hardy, no encontramos debilidad en su actuación, y eso que aparece en la totalidad de los planos, siendo el único actor físico de la película. El resto de los intérpretes serán voces que asaltan el manos libres del personaje principal.
Ivan Lock, un capataz de obras que está a punto de hacer una de sus mayores obras, debe recorrer la carretera con su coche para llegar a un misterioso destino para así solucionar las acciones que provocó en el pasado. En el transcurso de este camino deberá enfrentarse, a través de una infinidad de llamadas, con la vida que llevaba hasta ese momento, además de lidiar con sus estresada, y ciertamente perturbada, cabeza.
Aquí entra la labor de Steven Knight,crear a través de todo este camino un desarrollo de personaje que deja boquiabierto al espectador, una road movie claustrofóbica con dominantes amarillas y azules. También es un drama psicológico, pues Knight penetra en lo más profundo de la mente de Ivan Lock, y nosotros como audiencia deliramos con él. De esta forma, la cámara acaba representando la carne y la interpretación de Hardy , el pilar básico de la película.
Para ser una road movie y contar con solamente una localización , los espacios del coche están aprovechados en una gran totalidad y fluyen armónicamente junto con las tonalidades. En ningún momento aburre lo que se está viendo, pues el ritmo con el que entran y salen las llamadas es incesante, haciendo que se muy dificil despegar la mirada de la pantalla.
Una película sabiamente narrada, con un final ciertamente abierto que deja cabida para interpretaciones personales. Una obra muy recomendable para amantes del cine de Steven Knight, Tom Hardy y los curiosos que quieran ver propuestas cinematográficas diferentes.
Dirección: 8
Guión: 7
Interpretaciones: 8
Fotografía: 8
Montaje: 6
Diseño de Producción: 8
Diseño de Arte: 7
Sonido: 9
Originalidad:9
Localización: 9
Nota Final: 8,0
Ivan Lock, un capataz de obras que está a punto de hacer una de sus mayores obras, debe recorrer la carretera con su coche para llegar a un misterioso destino para así solucionar las acciones que provocó en el pasado. En el transcurso de este camino deberá enfrentarse, a través de una infinidad de llamadas, con la vida que llevaba hasta ese momento, además de lidiar con sus estresada, y ciertamente perturbada, cabeza.
Aquí entra la labor de Steven Knight,crear a través de todo este camino un desarrollo de personaje que deja boquiabierto al espectador, una road movie claustrofóbica con dominantes amarillas y azules. También es un drama psicológico, pues Knight penetra en lo más profundo de la mente de Ivan Lock, y nosotros como audiencia deliramos con él. De esta forma, la cámara acaba representando la carne y la interpretación de Hardy , el pilar básico de la película.
Para ser una road movie y contar con solamente una localización , los espacios del coche están aprovechados en una gran totalidad y fluyen armónicamente junto con las tonalidades. En ningún momento aburre lo que se está viendo, pues el ritmo con el que entran y salen las llamadas es incesante, haciendo que se muy dificil despegar la mirada de la pantalla.
Una película sabiamente narrada, con un final ciertamente abierto que deja cabida para interpretaciones personales. Una obra muy recomendable para amantes del cine de Steven Knight, Tom Hardy y los curiosos que quieran ver propuestas cinematográficas diferentes.
Dirección: 8
Guión: 7
Interpretaciones: 8
Fotografía: 8
Montaje: 6
Diseño de Producción: 8
Diseño de Arte: 7
Sonido: 9
Originalidad:9
Localización: 9
Nota Final: 8,0
19 de agosto de 2014
19 de agosto de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es noche cerrada en medio de una carretera. Un coche parece que lleva bastante prisa. El piloto está conduciendo por la izquierda, por lo que inmediatamente es fácil imaginar que probablemente se trata del Reino Unido. Un juego de luces al más puro estilo Drive da paso a una toma en la cabina del conductor, donde vemos a un hombre relativamente joven con aspecto algo desaliñado y en el que brilla un evidente rostro de preocupación. Permanece pensativo delante de un semáforo en verde hasta que el camión de atrás toca por décima vez el claxon, momento en que nuestro protagonista decide pegar un volantazo a la derecha y dirigirse así hacia un destino que cimentará su irremediable camino hacia el fracaso.
Tal hombre no es otro que Tom Hardy, único actor que aparece en carne y hueso en Locke, segunda película del cineasta Steven Knight tras la no demasiado alabada Redención. Pero aquí la cosa se plantea diferente, ya que Knight está ante la típica película que acaece en un único escenario, por lo que la responsabilidad de su éxito o fracaso depende casi en su totalidad de lo elaborado que esté el guión (tanto en sus diálogos como en la capacidad de mantener la intriga) y de lo inspirado de su protagonista. Aspectos en los que, por fortuna, parece que esta película cumple perfectamente.
Pese a que en el inicio creemos que vamos a ver una película muy diferente, teniendo en cuenta los innumerables planos y el trabajo de iluminación que lleva detrás, pronto todo esto se transforma en una serie de conversaciones telefónicas a través del manos libres que el protagonista, Ivan Locke, lleva incorporado en su automóvil. Al estar ante una de esas obras en las que es preferible evitar toda sinopsis posible, evitaremos nombrar cualquier detalle argumental, pero baste con decir que desde la primera llamada descubriremos que el mundo de Locke se cae a pedazos. Familia, trabajo y un error del pasado que ahora pasa factura son los tres focos principales de la película, al menos de manera imaginaria ya que jamás veremos otra cosa que no esté relacionada con el coche del protagonista.
Una de las grandes preocupaciones que arrastra este tipo de proyectos es saber si la trama que nos propone al principio se acabará diluyendo como un azucarillo con el paso de los minutos. Por suerte, Locke mantiene la tensión hasta el final, aunque es difícil considerarla como un thriller al uso, sino que más bien diríamos que mezcla un poco el drama y la intriga. Incluso alguno podría otorgarla el apellido de “psicológico”, aunque a juicio de uno no alcanza los elementos necesarios para ello pese a que ciertos gestos notables de Hardy puedan conducir a ello. En realidad este ritmo está muy bien conseguido, ya que no hay giros de guión demasiado bruscos en el argumento, sino simplemente problemas que van surgiendo y que el protagonista debe ir arreglando a través de la red telefónica, lo que siempre conlleva un punto de desesperación al estar limitado por el conducto meramente oral (desesperación que también se traslada al espectador).
Con Locke estamos por tanto ante una de esas películas que seguramente no haga demasiado ruido en el panorama cinematográfico, pero cuyo visionado se antoja bastante recomendable por saber dotar a un escenario poco dado a demasiadas posibilidades (al menos fuera de lo que se refiera a persecuciones) con una trama en la que el suspense se mantiene intacto a lo largo de los 85 minutos de metraje. Su mayor escollo lo tendrá en la mera percepción que el espectador tenga sobre la película antes y después de su visionado, pero en el lapso del “durante” resulta complicado imaginar que alguien no llegue a disfrutar con lo que le ofrece la obra de Steven Knight.
Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
Tal hombre no es otro que Tom Hardy, único actor que aparece en carne y hueso en Locke, segunda película del cineasta Steven Knight tras la no demasiado alabada Redención. Pero aquí la cosa se plantea diferente, ya que Knight está ante la típica película que acaece en un único escenario, por lo que la responsabilidad de su éxito o fracaso depende casi en su totalidad de lo elaborado que esté el guión (tanto en sus diálogos como en la capacidad de mantener la intriga) y de lo inspirado de su protagonista. Aspectos en los que, por fortuna, parece que esta película cumple perfectamente.
Pese a que en el inicio creemos que vamos a ver una película muy diferente, teniendo en cuenta los innumerables planos y el trabajo de iluminación que lleva detrás, pronto todo esto se transforma en una serie de conversaciones telefónicas a través del manos libres que el protagonista, Ivan Locke, lleva incorporado en su automóvil. Al estar ante una de esas obras en las que es preferible evitar toda sinopsis posible, evitaremos nombrar cualquier detalle argumental, pero baste con decir que desde la primera llamada descubriremos que el mundo de Locke se cae a pedazos. Familia, trabajo y un error del pasado que ahora pasa factura son los tres focos principales de la película, al menos de manera imaginaria ya que jamás veremos otra cosa que no esté relacionada con el coche del protagonista.
Una de las grandes preocupaciones que arrastra este tipo de proyectos es saber si la trama que nos propone al principio se acabará diluyendo como un azucarillo con el paso de los minutos. Por suerte, Locke mantiene la tensión hasta el final, aunque es difícil considerarla como un thriller al uso, sino que más bien diríamos que mezcla un poco el drama y la intriga. Incluso alguno podría otorgarla el apellido de “psicológico”, aunque a juicio de uno no alcanza los elementos necesarios para ello pese a que ciertos gestos notables de Hardy puedan conducir a ello. En realidad este ritmo está muy bien conseguido, ya que no hay giros de guión demasiado bruscos en el argumento, sino simplemente problemas que van surgiendo y que el protagonista debe ir arreglando a través de la red telefónica, lo que siempre conlleva un punto de desesperación al estar limitado por el conducto meramente oral (desesperación que también se traslada al espectador).
Con Locke estamos por tanto ante una de esas películas que seguramente no haga demasiado ruido en el panorama cinematográfico, pero cuyo visionado se antoja bastante recomendable por saber dotar a un escenario poco dado a demasiadas posibilidades (al menos fuera de lo que se refiera a persecuciones) con una trama en la que el suspense se mantiene intacto a lo largo de los 85 minutos de metraje. Su mayor escollo lo tendrá en la mera percepción que el espectador tenga sobre la película antes y después de su visionado, pero en el lapso del “durante” resulta complicado imaginar que alguien no llegue a disfrutar con lo que le ofrece la obra de Steven Knight.
Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
21 de agosto de 2014
21 de agosto de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
O posiblemente la mejor y más interesante propuesta del 2013, llegada de Inglaterra, por parte del interesante guionista Steven Knight, y que dicho sea de paso próximamente se pondrá a sus hombros la dudosa secuela de la decepcionante World War Z, pero que sin embargo se saca de su manga un ingenioso drama psicológico en el que Tom Hardy se luce de principio a fin, completamente solo.
Y ese es uno de los puntales principales por el cual se logra sostener esta cinta, la genial interpretación de Hardy, ni exagerado ni pobre, es justo y contenido, ni más ni menos. El otro puntal es la interesante trama apoyada en un sólido guión, que hace que la imaginación del espectador vuele por las locaciones que unas simples conversaciones proponen.
Es cierto pudo haber sido mucho más y se queda ahí nomás, pero si vamos viendo que la mayor parte de cine comercial nos ofrece secuelas y más secuelas de largometrajes exitosos, o remakes seriamente reprochables y olvidables, la verdad es grato toparse de vez en cuando con filmes como éste.
Y ese es uno de los puntales principales por el cual se logra sostener esta cinta, la genial interpretación de Hardy, ni exagerado ni pobre, es justo y contenido, ni más ni menos. El otro puntal es la interesante trama apoyada en un sólido guión, que hace que la imaginación del espectador vuele por las locaciones que unas simples conversaciones proponen.
Es cierto pudo haber sido mucho más y se queda ahí nomás, pero si vamos viendo que la mayor parte de cine comercial nos ofrece secuelas y más secuelas de largometrajes exitosos, o remakes seriamente reprochables y olvidables, la verdad es grato toparse de vez en cuando con filmes como éste.
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