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La chispa de la vida

Drama. Comedia Roberto (José Mota) es un publicista en paro que alcanzó el éxito cuando se le ocurrió un famoso eslogan: "Coca-Cola, la chispa de la vida". Ahora es un hombre desesperado que, intentando recordar los días felices, regresa al hotel donde pasó la luna de miel con su mujer (Salma Hayek). Sin embargo, en lugar del hotel, lo que encuentra es un museo levantado en torno al teatro romano de la ciudad. Mientras pasea por las ruinas, sufre un ... [+]
Críticas 128
Críticas ordenadas por utilidad
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3
3 de marzo de 2012
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la segunda vez que el bilbaíno me decepciona con una película, la primera vez fueron los Crímenes de Oxford y ahora nos trae esta especie de vídeo turístico de Cartagena.

La película comienza de una forma lenta y aburrida, mostrándonos las miserias del personaje que interpreta José Mota, un publicista de éxito caído ahora en desgracia. Para dar lugar a un accidente que tiene más de absurdo y ridículo que de fortuito. Y es en ese momento cuando piensas que después de esa media hora de truño empezará el Alex de la Iglesia que a todos nos gusta. Pues nada de eso. La película continúa igual de aburrida e intranscendente, hasta el punto de no importar un pimiento lo que le ocurra el personaje protagonista.

Si que es verdad que Jose Mota ha estado a la altura del personaje, interpretando un papel muy realista y natural.

Muchos cameos, sensiblería barata, y un intento de darle un cierto regusto al film de Asesinos Natos de Oliver Stone, con esa crítica pueril a los Mass Media y al morbo gratuito propio de nuestra idiosincrasia.
7
15 de enero de 2012
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que realmente hace que haya calificado a esta película como notable es el hecho de que retrata de una manera sobresaliente cómo es la miseria humana, y eso lo hace con un humor negro y tono general de sainete, que pocas veces se han visto en una película en España. Recuerda, por momentos, y, salvando las distancias al mejor cine de los maestros Buñuel y Berlanga.

Cada personaje en la película tiene asociada una "cualidad" humana; así, el protagonista es un pobre infeliz, que, aunque busca lo mejor para su familia, nunca da una a derechas; el alcalde, y todos los políticos que salen, representan el ansia de poder a toda costa; el médico y la directora del museo representan la soberbia, la búsqueda de reconocimiento a toda costa; los periodistas, el representante, el presidente de la televisión... y hasta el guarda de seguridad gordito, son avaricia pura y dura.....

Y todo ello en contraposición a la mujer del infeliz: ella es la belleza, la dulzura, la lucha sin cuartel, la cordura........ .

Por cierto, muy bien interpretado por Salma Hayek, aunque choque un poco ver a toda una estrella de Hollywood entre tanto actor de televisión en España. Hasta en eso ha acertado Álex de la Iglesia.

En definitiva, a mi entender, una de las mejores películas que se han hecho en España en la última década (y mira que se hacen.......).
4
24 de agosto de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tosca, sin gracia, intrascendente. Alex de la Iglesia parece haber perdido el toque últimamente. "Balada triste de trompeta", dentro de lo grotesco de su propuesta, al menos no dejaba a nadie indiferente, pero "La chispa de la vida" es como una gaseosa disipada, como el refresco que da nombre al título abierto y puesto varias horas al sol.

Lo que nos quieren contar ya lo hizo antes Billy Wilder en "El gran carnaval", y con mucha mejor mano. En este caso, José Mota no puede compararse a Kirk Douglas, está claro, pero es que ninguna de las interpretaciones de la cinta resulta creible, si exceptuamos a un correctísimo Juanjo Puigcorbé y a un comedido Santiago Segura. Antonio Garrido también realiza un trabajo correcto.

La película no funciona como entretenimiento, y como crítica social resulta vulgar. No hay ni un solo momento de brillantez, y este de la Iglesia recuerda por momentos al director de "Los crímenes de Oxford". No dudo de que existan buenas intenciones, pero ninguna parece haber llegado a la pantalla. El guión es predecible y artificial. Todo parece forzado, y a nadie parece importarle demasiado lo que pasa allí.

La cinta se apoya sobre unos cimientos de mucho talento, pero se derrumba porque algo no ha funcionado bien. De hecho, ha funcionado mal, y hasta el supuesto mensaje que intenta trascender se ofrece de una forma burda y poco meditada. Todo es explícito, hasta el hecho de que la localización sea un antiguo teatro romano. Al final, no hay ni comedia ni tragedia, no sientes ninguna empatía por los personajes, y lo peor de todo, no te importa nada de lo que ocurre en la pantalla.
4
20 de mayo de 2012 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este experimento, salido del director del Laberinto del Fauno y muchas otras, nos rodea con este film, en el que se exponen muchos argumentos conocidos, pero más bien problemas, la interpretación de Mota es buena, pero ni mucho menos llegando a despuntar, intentando consolar al espectador, algo que nunca consigue, el no, mas que nada la propia expectación, la de Hayek,.. podría ser un poco más dramática, pero su papel es pobre, muy pobre, la película pone en cuestión valores éticos, que ahora mismo ya no son reconocidos, pero el problema principal es el lema por el que se mueve este mundo tan injusto:
-La pasta o la vida

Si..tanta película para esto, pero es así , así como las múltiples incoherencias, que ocurren en el film, pero que exceptuando en que en un Citröen ZX, que tiene el sistema de cierre como un Mercedes, y que el viaje Madrid-Cartagena se hace en menos de 5 horas seguidas, sin que te pare un regimiento de la guardia civil.., pues..como que lo demás es bastante usual en un país como este, excepto el comportamiento de los médicos, que en este país es excelente, en la película no es que consigan el efecto deseado.
Por cierto, tiene mérito que un director galardonado y del propio país no sepa situar las ciudades, ni a España y mucho menos al guion, que ni mucho menos parece un guion de horas y días de trabajo, sino de minutos sentado en el WC.
6
19 de enero de 2012 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Álex de la Iglesia también tiene que estar harto. Hastiado de la baja moral imperante, de la inoperancia de gobierno y oposición, de que a nivel mundial, los que han metido al mundo en una crisis sigan siendo los únicos que se libran, de ver a gente con carpetas llenas de folios con su nombre y fotografías, entrando en grandes edificios sin alma donde las sonrisas cotizan a la baja.

Una buena idea cae en sus manos y la adapta, le da su toque mágico y trae un espéctaculo esperpéntico, el teatro de Cartagena, resonancias romanas, el espectáculo de gladiadores conoce la tele-basura. Asimismo, una apuesta arriesgada, José Mota y Salma Hayek, ¿funcionaría ese cóctel? Misteriosamente, aunque me encanta Mota en su vertiente de showman, me he quedado más con el personaje de Salma, la mexicana se saca uno de sus mejores trabajos, contenida, firme; Mota está bien, correcto, pero me falta algo, no sé si ha sido un reto excesivo para su primer papel serio. O puede ser simple subjetivismo mío.

Tiene la atmósfera insana de otros filmes de este genial cineasta de personalidad arrolladora, pero me sorprende encontrar errores impropios de su pluma. ¿Cuál es la distancia entre Madrid y Cartagena? Tanto la esposa como los hijos del protagonista llegan excesivamente pronto al lugar de los hechos, aunque en el teatro vivamos algunos diálogos memorables.

A nivel de actuaciones de secundarios, quizás cometa una herejía, pero casi fastidia que un actor de la talla y calidad de Juan Luis Galiardo sea tan histriónico, con lo que sabe y maneja la escena, su personaje de político inepto y trepa es divertido, pero no te lo llegas a creer. Creo que Álex no le ha controlado en sus excesos, hubiera redundado mejor en el trabajo de éste, por otra parte, puntal de la escena española. Todo lo contrario para Blanca Portillo, serena, controlando sus momentos y bailando con un personaje muy poco atractivo y a la que ella da chispa (valga el contexto).

En cuanto a otros, las escenas que deberían ser casi mefistofélicas del personaje de "Johny", no me cuadran con el divertido Fernando Tejero, hubiera hecho un cambio, vemo más a Antonio de la Torre como el personaje que iría y a Tejero quedándose entre bastiadores. Asimismo, el personaje de Puigcorbé (gran actor también) es otro personaje estereotipado, me ha sorprendido ver que las críticas negativas estaban atinadas en el hecho de que los buenos son muy buenos y los malos, muy malos. Eso es casi inconcebible en una obra de Álex, siempre tan barrocas, tan monstruosamente geniales y complejas.

Me quedo con la puesta en escena, la buena intención de la idea y el magnífico reparto que hay alrededor (no solamente el omnipresente Santiago Segura, sino esos espléndidos guardias del museo), el deseo de gritar cosas con voz clara y alta...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero creo que a Álex le ha faltado ese daimon, tal vez cansado aún de su etapa en la Academia y luchas en diferentes riñas, ha habido más panfleto que cine, más técnica que dejarse llevar por la situación del partido.

No es decepción, porque este señor volverá a hacer grandes películas, como siempre, pero aquí podía haber clavado un poco más el réquiem por esta jodida crisis, y se queda en un grito indignado.

El problema es que a Álex de la Iglesia hay que exigirle como a Álex de la Iglesia. Y en esta ocasión, bajo mi humilde opinión, no pasa el listón más complicado, el suyo.
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