Película de las que se le dan francamente bien al actor Will Smith, "Concussion" nos cuenta la historia del forense nigeriano Bennett Omalu, quien descubrió una enfermedad que afectaría a los jugadores de fútbol americano, la encefalopatía traumática crónica, en un momento en el que la Federación Nacional Americana de Fútbol no quería admitir que algo muy grave pasaba a estos deportista profesionales de tal manera que les inducía a acabar con sus vidas. Omalu se haría cargo de los gastos económicos de las pruebas y ensayos que llevó a cabo para diagnosticar esta enfermedad y seguiría adelante con sus afirmaciones y estudios en contra del gigante corporativo americano.

Will Smith no está pasando por su mejor momento personal como muy bien se puede deducir tras el guantazo dado a Chris Rock en la ceremonia de los últimos Oscars pero siempre me ha parecido un hombre más que atractivo y un actor muy bueno y aquí, mimetizándose con el forense, nos deja otra magnífica actuación. Parece ser que tanto él como el director de la película, Peter Landesman, revisaron autopsias llevadas a cabo por Omalu para conocer cada paso y gesto que caracterizaba su trabajo.

Junto a Smith tenemos a la bella Gugu Mbatha-Raw como su mujer, una correcta actriz con un papel muy secundario pero bien llevado, al veterano Albert Brooks y al siempre interesante Alec Baldwin, otro actor que no está pasando por su mejor momento desde el fatal accidente que acabó con la muerte de la directora de fotografía de su última película. David Morse también es uno de los actores a los que podemos ver aquí como uno de los futbolistas directamente afectado por este problema.

Muy entretenida e interesante película que no pasará a la historia como la mejor pero que da a conocer a una figura meritoria de atención y unos hechos que, imagino, habrán incluido posteriormente en la forma de afrontar este deporte que mueve millones de dólares en USA y que levanta pasiones, sólo hay que ver cada año el espectáculo que montan los americanos en torno a la Superbowl.
Recomendable.
Un saludo,
Tess

El gran defecto que tiene esta historia es que finaliza y siento que me ha dejado indiferente y con una jeta parecida a la que tiene Will Smith en la carátula de la película. No sé si yo no he pasado por la película o la película no ha pasado por mí, pero hay algo aquí terriblemente plano y vacío.

No olvidemos que en último término el objetivo del guión es plasmar la lucha de un hombre contra uno de los mayores productos recaudadores de dinero del planeta. Quizá no fuera la lucha que hubiera querido tener el Dr. Bennet Omalu en un principio, pero irremediablemente se acaba convirtiendo en su terrible enemigo por necesidad cuando por culpa de su "ingenua" búsqueda de la verdad se topa con la realidad de las consecuencias que acarrea su novedoso descubrimiento. Quizá por obstinación y cabezonería o quizá por ganas de tocar los huevos cuando siente que se los están tocando a él, decidirá ir a por todas caiga quien caiga y pese a quien pese, luchando por defender sus ideas y los resultados de sus investigaciones. En realidad, esta especie de batalla entre David y Goliat que se nos plantea podría haber dado lugar a un resultado muchísimo más profundo y cargado de sustancia por el debate ético y moral que plantea, pero aquí resulta servirse con aparente superficialidad y falta de ingenio y con una estética que oscila entre la autocomplacencia y la suficiencia. Los diálogos no aportan demasiado al caso a excepción de un par de cortos pasajes que se antojan escasos para lo mucho que se podría haber hablado y discutido y los personajes son caracterizados con brochazo gordo (incluido el de Will Smith).

Resulta poco creíble la presentación un tanto precipitada de sucesivas y rápidas desgracias en tan corto periodo de tiempo al estilo "Bird Box" o cuáles zombis suicidas en "Guerra Mundial Z", algo que se da de bruces con la probabilidad y la estadística y que parece usarse solo como un algo rebuscado pretexto para justificar los resultados del Dr. Omalu y por lo tanto poder mantener el rumbo de la historia.

No sé. No daña a la vista pero ni mucho menos la conquista. Plantea un interesante y duro dilema pero solo pasa de puntillas por él, como con miedo y respeto del "qué dirán". ¡¡MÓJATE DE VERDAD, LANDESMAN!!

“La verdad duele” pues señor Ledesman aplíquese el título a su película, porque en verdad su película si que duele de verla, pero mucho. No sé si se ha creído que con colocar el careto de Will Smith delante de la pantalla ya había suficiente, pero de eso nada. Se necesitan más argumentos para mantener atento y pendiente de las imágenes a un espectador. En la cinta se van amontonando personajes sin sentido ( y para mí jamás lo tendrán porque la he abandonado antes de media hora, no tenía intención de perder el tiempo de mi vida cuando se pueden hacer tantas cosas como correr, nadar, leer, caminar, pintar, comer, tantas y tantas cosas más placenteras que sentarse a ver este engendro porque es el nombre más suave que he encontrado a mano).

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