Matar a un ruiseñor
1962 

8.3
49,824
Drama
Adaptación de la novela homónima de Harper Lee. En la época de la Gran Depresión, en una población sureña, Atticus Finch (Gregory Peck) es un abogado que defiende a un hombre negro acusado de haber violado a una mujer blanca. Aunque la inocencia del hombre resulta evidente, el veredicto del jurado es tan previsible que ningún abogado aceptaría el caso, excepto Atticus Finch, el ciudadano más respetable de la ciudad. Su compasiva y ... [+]
7 de agosto de 2015
7 de agosto de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran adaptación cinematográfica sobre una historia incatalogable y original. “Matar a un ruiseñor” explica una historia de crueldad e injusticia, vista desde la perspectiva de una niña de seis años. Una mirada idealizada y quizá distorsionada, pero pura. Formal y conceptualmente, ésta es una película de juegos, de libertad, de descubrimiento del mundo, de idealización de la figura paterna, pero todo ello para servir de marco a una salvaje atrocidad. Aquí reside la grandeza y el carácter incontestable de clásico que para muchos tiene este film.
El argumento está lleno de aristas y matices, y la puesta en escena de Mulligan es excelente. El ambiente cotidiano en una pequeña localidad rural del Sur de Estados Unidos es de aparente armonía, con la tranquilidad que permite a los niños jugar en plena calle. El hecho de que sea la propia niña quien narra la historia acrecienta el componente casi mítico del personaje de Atticus Finch, una de las mejores creaciones de Gregory Peck. Un triple homenaje al padre o maestro que todos querríamos haber tenido (y que quizá creímos tener durante algún brevísimo momento de nuestra infancia), a quienes pelean cada día por una educación como pilar esencial de nuestro sistema, y a quienes entienden que la lucha por los derechos humanos bien vale que te escupan en la cara alguna vez.
A medida que va evidenciándose el conflicto y la violencia, la tensión se acrecienta, sin dejar por ello de respirarse un clima de veraneo apacible. El discurso antirracista se une a la crítica rotunda a una sociedad pacata y cerrada. La manera en que Atticus Finch recibe y acepta la propuesta de defender a un hombre negro acusado de agresión sexual a una mujer blanca (en una encantadora noche de verano, en el porche de su vivienda), es un estupendo ejemplo de cómo se ha enfocado esta historia. La escena del juicio, llena de tensión, constituye una inusual mezcla de suspense y de viaje iniciático. “Matar a un ruiseñor” establece una conjunción entre la miseria humana y el proceso de aprendizaje que experimentan los niños protagonistas, todo ello con un prisma de normalidad que a todos debería escandalizarnos. La visión infantil de cada detalle de la trama dota a esta obra de un tono mágico impagable, y de una emoción que perdurará siempre.
El argumento está lleno de aristas y matices, y la puesta en escena de Mulligan es excelente. El ambiente cotidiano en una pequeña localidad rural del Sur de Estados Unidos es de aparente armonía, con la tranquilidad que permite a los niños jugar en plena calle. El hecho de que sea la propia niña quien narra la historia acrecienta el componente casi mítico del personaje de Atticus Finch, una de las mejores creaciones de Gregory Peck. Un triple homenaje al padre o maestro que todos querríamos haber tenido (y que quizá creímos tener durante algún brevísimo momento de nuestra infancia), a quienes pelean cada día por una educación como pilar esencial de nuestro sistema, y a quienes entienden que la lucha por los derechos humanos bien vale que te escupan en la cara alguna vez.
A medida que va evidenciándose el conflicto y la violencia, la tensión se acrecienta, sin dejar por ello de respirarse un clima de veraneo apacible. El discurso antirracista se une a la crítica rotunda a una sociedad pacata y cerrada. La manera en que Atticus Finch recibe y acepta la propuesta de defender a un hombre negro acusado de agresión sexual a una mujer blanca (en una encantadora noche de verano, en el porche de su vivienda), es un estupendo ejemplo de cómo se ha enfocado esta historia. La escena del juicio, llena de tensión, constituye una inusual mezcla de suspense y de viaje iniciático. “Matar a un ruiseñor” establece una conjunción entre la miseria humana y el proceso de aprendizaje que experimentan los niños protagonistas, todo ello con un prisma de normalidad que a todos debería escandalizarnos. La visión infantil de cada detalle de la trama dota a esta obra de un tono mágico impagable, y de una emoción que perdurará siempre.
2 de diciembre de 2020
2 de diciembre de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es posible que "Matar a un ruiseñor" sea una de las mejores adaptaciones de la historia del cine. Vemos su historia a través de los ojos de la inocencia de Scout (la hija menor). La cual cuenta la difícil afrenta de Atticus (el padre) que tendrá que lidiar con la ardua tarea de educar a sus hijos solo y defender a un hombre de color acusado de violar a una mujer blanca.
Toda la película es muy dinámica, es super entretenida y deja unos cuantos mensajes al espectador que hacen que reflexione y piense de verdad que es lo correcto.
Las actuaciones son soberbias, sobre todo la de Gregory Peck y la de los 2 hijos. Es una película de visión obligada para todo aquel amante del cine de uno u otro modo. En definitiva, una gran película con una historia que cautivará a propios y extraños.
Toda la película es muy dinámica, es super entretenida y deja unos cuantos mensajes al espectador que hacen que reflexione y piense de verdad que es lo correcto.
Las actuaciones son soberbias, sobre todo la de Gregory Peck y la de los 2 hijos. Es una película de visión obligada para todo aquel amante del cine de uno u otro modo. En definitiva, una gran película con una historia que cautivará a propios y extraños.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
“Eres valiente cuando sabes que estás vencido y de todos modos sigues adelante pase lo que pase"
2 de diciembre de 2023
2 de diciembre de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magistral e inolvidable. Una lección de vida inspirada en el único libro que escribió Harper Lee (supongo que incluyendo reminiscencias autobiográficas).
Ambientada en los años 30 (después de la Gran Depresión americana), es un drama sureño adelantado a su época, desde todas las ópticas posibles, planteando una nueva concepción de la educación y los principios éticos (encarnado por el emblemático abogado tranquilo, Aticus): comprensión, empatía, tolerancia, indulgencia, solidaridad, anti beligerancia, ecuanimidad, reflexión, racionalidad, etc.
Dividida en dos actos:
- En el primero, nos encontramos un marco vitalista y nostálgico de la infancia, a través de las vivencias, miedos y juegos de los dos hijos de Aticus, de 6 y 10 años, y la familia (en ausencia de la madre, aunque se introduce en su lugar la respetable y eficiente criada negra).
- En el segundo acto, tenemos un drama judicial en el que se pone de manifiesto el racismo social y bajeza moral en los pueblos rurales sureños norteamericanos de la época, los abusos de la raza blanca sobre la negra y la tremenda situación de abandono de las personas con discapacidad cognitiva (metáfora del ruiseñor).
En suma, un film muy adelantado que sigue hoy más vigente que nunca en los tiempos de crisis moral y bélica que vivimos.
Recomendable y de obligado visionado, es una obra maestra de incuestionable valor.
Ambientada en los años 30 (después de la Gran Depresión americana), es un drama sureño adelantado a su época, desde todas las ópticas posibles, planteando una nueva concepción de la educación y los principios éticos (encarnado por el emblemático abogado tranquilo, Aticus): comprensión, empatía, tolerancia, indulgencia, solidaridad, anti beligerancia, ecuanimidad, reflexión, racionalidad, etc.
Dividida en dos actos:
- En el primero, nos encontramos un marco vitalista y nostálgico de la infancia, a través de las vivencias, miedos y juegos de los dos hijos de Aticus, de 6 y 10 años, y la familia (en ausencia de la madre, aunque se introduce en su lugar la respetable y eficiente criada negra).
- En el segundo acto, tenemos un drama judicial en el que se pone de manifiesto el racismo social y bajeza moral en los pueblos rurales sureños norteamericanos de la época, los abusos de la raza blanca sobre la negra y la tremenda situación de abandono de las personas con discapacidad cognitiva (metáfora del ruiseñor).
En suma, un film muy adelantado que sigue hoy más vigente que nunca en los tiempos de crisis moral y bélica que vivimos.
Recomendable y de obligado visionado, es una obra maestra de incuestionable valor.
7 de mayo de 2020
7 de mayo de 2020
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, la historia que cuenta es bastante interesante y te mantiene pendiente durante toda la película, a pesar de su ritmo algo lento. Hay dos hilos en esta historia: la del misterioso Boo y la del drama judicial.
Sin embargo, hay detalles que hacen que no le pueda poner más nota. Al terminarla, me he quedado con la sensación de que me había perdido algo y es que parece que quiere abarcar muchos temas y no le da tiempo a desarrollarlos bien, sobre todo con ese final tan atropellado que te deja con tantas preguntas... La subtrama de la hija y el padre que acusan al negro tampoco está nada desarrollada y es una pena porque podría haber sido más interesante.
Por otro lado, las actuaciones son sobresalientes, especialmente las de los niños.
Recomiendo verla porque es un clásico y en definitiva es interesante, pero supongo que es mejor leerse el libro para enterarse bien de todos los detalles.
Sin embargo, hay detalles que hacen que no le pueda poner más nota. Al terminarla, me he quedado con la sensación de que me había perdido algo y es que parece que quiere abarcar muchos temas y no le da tiempo a desarrollarlos bien, sobre todo con ese final tan atropellado que te deja con tantas preguntas... La subtrama de la hija y el padre que acusan al negro tampoco está nada desarrollada y es una pena porque podría haber sido más interesante.
Por otro lado, las actuaciones son sobresalientes, especialmente las de los niños.
Recomiendo verla porque es un clásico y en definitiva es interesante, pero supongo que es mejor leerse el libro para enterarse bien de todos los detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Era de esperar que perdiera el juicio contra el racismo de entonces, pero la muerte del negro me pareció excesiva.
El "villano" de esta historia está muy desdibujado, el tal Bob Ewell. Está claro que es un maleante, pero prácticamente no sabes nada de él, sólo intuyes que maltrata y abusa de su hija. El caso es que no me pareció muy creíble que quisiera matar a los hijos de Atticus, ¿por qué motivo? Ni siquiera aparece en la escena de la pelea con Boo, te lo tienes que imaginar, al igual que su muerte. Luego Boo aparece por arte de magia detrás de la puerta, Scout le reconoce y todo se resuelve de forma muy precipitada. Sin duda, esto es lo peor de la película. Así como lo mejor son las escenas de los niños merodeando por la casa de Boo por la tensión que consigue transmitir.
El "villano" de esta historia está muy desdibujado, el tal Bob Ewell. Está claro que es un maleante, pero prácticamente no sabes nada de él, sólo intuyes que maltrata y abusa de su hija. El caso es que no me pareció muy creíble que quisiera matar a los hijos de Atticus, ¿por qué motivo? Ni siquiera aparece en la escena de la pelea con Boo, te lo tienes que imaginar, al igual que su muerte. Luego Boo aparece por arte de magia detrás de la puerta, Scout le reconoce y todo se resuelve de forma muy precipitada. Sin duda, esto es lo peor de la película. Así como lo mejor son las escenas de los niños merodeando por la casa de Boo por la tensión que consigue transmitir.
8 de septiembre de 2007
8 de septiembre de 2007
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película cumbre en la historia del cine, una película de culto, y con unos personajes de culto. Si la historia del cine nos ha dado a un personaje de culto ese es Aticus Finch, un personaje verdaderamente imperecedero.
Es una película llena de emoción desde el principio al final, que reflexiona sobre la justicia, la caridad, las personas, la paternidad... Es una película sobre la paternidad, en el personaje de Aticus hay todo un ejemplo de lo que es un padre, un hombre bueno, limpio, bondadoso, alguien que derrocha civilización.
Se habla también de la dignidad, de la humildad, sobre las relaciones entre los padres y los hijos.
No hay que olvidar que la película se basa en una magistral novela de Harper Lee, sinceramente una de las mejores que yo he leído y en la mejor época. Fue la única novela que escribió su autora y por la que ganó el premio puzciler. Podemos decir que el guión de esta película es todo un resumen de la novela, pero sin embargo la película no es esclava de la novela, sino que está llena de inventivas. Como por ejemplo esa magistral escena, una de las mejores de toda la película, cuando los niños están en la cama para dormirse y se hacen preguntas sobre su madre, al tiempo que la cámara se aleja por la ventana y vemos a Aticus sentado en el porche, escuchando a sus hijos. Esto es propio de la película, y es maravilloso. Ese rostro de Aticus que expresa soledad, el rostro de alguien que echa de menos, que aunque tiene a sus hijos, siente que una gran parte de su vida se le ha ido.
Hay que destacar la dirección. Robert Mulligan trató con respeto y admiración lo que tenía en sus manos; una novela extraordinaria, unos actores portentosos y un buen guión. Y todo esto lo dirige desde una modestia admirable.
Por supuesto hay que destacar a Gregory Peck, en este, sin ningún género de dudas, el mejor papel de su filmografía. Fue gracias a esta interpretación por la que ganó un oscar, y teniendo además unos competidores muy difíciles. Pero es que francamente dio una lección de interpretación. También hay que señalar a Robert Duvel, que su corta aparición tiene una presencia tan llamativa.
También se llevó un oscar la decocción, y es que francamente la ambientación está tan conseguida, tan familiar, tan entrañable. Cuando la decoración es capaz de recrear el aroma de toda una época, eso es una obra de arte.
Y por último destacar la música de Elmer Brestein, entra dentro de esa lista de las mejores y más hermosas partituras que se han escrito para el cine. La banda sonora es la poesía hecha música.
Todo esto es lo que hace que esta película sea una obra maestra; el guión, los actores, los diálogos, los decorados, la música... Hacen que este canto del ruiseñor sea eterno, y que siempre va a más... Es el canto de la vida, es el canto del ruiseñor.
Es una película llena de emoción desde el principio al final, que reflexiona sobre la justicia, la caridad, las personas, la paternidad... Es una película sobre la paternidad, en el personaje de Aticus hay todo un ejemplo de lo que es un padre, un hombre bueno, limpio, bondadoso, alguien que derrocha civilización.
Se habla también de la dignidad, de la humildad, sobre las relaciones entre los padres y los hijos.
No hay que olvidar que la película se basa en una magistral novela de Harper Lee, sinceramente una de las mejores que yo he leído y en la mejor época. Fue la única novela que escribió su autora y por la que ganó el premio puzciler. Podemos decir que el guión de esta película es todo un resumen de la novela, pero sin embargo la película no es esclava de la novela, sino que está llena de inventivas. Como por ejemplo esa magistral escena, una de las mejores de toda la película, cuando los niños están en la cama para dormirse y se hacen preguntas sobre su madre, al tiempo que la cámara se aleja por la ventana y vemos a Aticus sentado en el porche, escuchando a sus hijos. Esto es propio de la película, y es maravilloso. Ese rostro de Aticus que expresa soledad, el rostro de alguien que echa de menos, que aunque tiene a sus hijos, siente que una gran parte de su vida se le ha ido.
Hay que destacar la dirección. Robert Mulligan trató con respeto y admiración lo que tenía en sus manos; una novela extraordinaria, unos actores portentosos y un buen guión. Y todo esto lo dirige desde una modestia admirable.
Por supuesto hay que destacar a Gregory Peck, en este, sin ningún género de dudas, el mejor papel de su filmografía. Fue gracias a esta interpretación por la que ganó un oscar, y teniendo además unos competidores muy difíciles. Pero es que francamente dio una lección de interpretación. También hay que señalar a Robert Duvel, que su corta aparición tiene una presencia tan llamativa.
También se llevó un oscar la decocción, y es que francamente la ambientación está tan conseguida, tan familiar, tan entrañable. Cuando la decoración es capaz de recrear el aroma de toda una época, eso es una obra de arte.
Y por último destacar la música de Elmer Brestein, entra dentro de esa lista de las mejores y más hermosas partituras que se han escrito para el cine. La banda sonora es la poesía hecha música.
Todo esto es lo que hace que esta película sea una obra maestra; el guión, los actores, los diálogos, los decorados, la música... Hacen que este canto del ruiseñor sea eterno, y que siempre va a más... Es el canto de la vida, es el canto del ruiseñor.
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