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En la casa

Drama. Comedia. Intriga Un profesor de literatura francesa, desalentado y hastiado por las insulsas y torpes redacciones de sus nuevos alumnos, descubre entusiasmado que, por el contrario, el chico que se sienta al fondo de la clase, muestra en sus trabajos un agudo y sutil sentido de la observación. Este chico, que se siente extrañamente fascinado por la familia de uno de sus compañeros, escribirá, animado por el profesor, una especie de novela sobre esa ... [+]
Críticas 173
Críticas ordenadas por utilidad
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6
20 de marzo de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta película, Ozon consigue manipular al espectador a su antojo, al igual que el protagonista hace con el resto de personajes. Durante todo momento juega al despiste.
El único punto fuerte por el que resaltaría este filme sería por su espléndida capacidad de narrar con una voz en off a lo largo de toda la trama, enlazando cada cosa visualmente y manteniendo el interés del espectador durante todo momento.
La música es la adecuada; pone en tensión y es sugerente en los momentos indicados pero no sobresale.
Al principio juega con la velocidad de la música, cuanto más rápida, más rápido los planos.
En cuanto a la fotografía es espléndida, buenísimas composiciones en muchas de las secuencias.
El ritmo sólo se mantiene al principio.
Es una pena que el final no está a la altura de toda la narración acontecida. Se espera un último punto de giro que satisfaga las necesidades de final del espectador.
Ozon también juega con el tiempo del filme y lo hace con nota sobresaliente.
Las interpretaciones de los personajes no son muy destacables a excepción del personaje de Claude.
Es curioso que durante toda la trama, hubiese cierto parecido a la película, estrenada el mismo año, Rubby Sparks.
Hay un intertexto a La ventana indiscreta (1954) de Alfred Hitchcock al final de la película, donde Claude y su profesor están sentados en un banco mirando al edificio de enfrente.
No es de negar que el filme sea interesante pero le faltaban algunos ingredientes para conseguir ponerle la guinda al pastel.
8
14 de julio de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que esta película tiene que ser un auténtico placer para cualquier profesor que ame su profesión y si ya halamos de profesor de literatura ya tiene que ser el no va más. Es una delicia escuchar las conversaciones entre el inmenso Fabrice Luchini y el joven pero increíblemente maduro en su actuación, Ernst Umhauer o entre Luchini y la exquisita Kristin Scott Thomas. A quien le guste la escritura y la lectura, la enseñanza y el buen cine lo tiene todo para disfrutar aquí. Ya el director frnacés, Ozon, al que suelo seguir, nos volvía locos con la mezcla de realidad y ficción en su anterior trabajo, "Swimming pool", y aquí lo vuelve a hacer de forma exquisita. No conocía a Fabrice Luchini hasta esta película y me ha encantado su manera de ponerse en la piel de ese profesor de literatura prepotente y repelente, pero inmensamente culto. Disfruto como siempre hago de una bilingüe Kristin Scott Thomas, como la mujer de este profesor que se encarga de sacar a flote una galería sin mucho futuro. Es un placer escuchar cómo se desenvuelve de bien con el francés. Y por último pero no por ello menor, ese joven descubrimiento del rubio Ernst Umhauer con un descaro increíble para su juventud a la hora de hacer frente a estos dos grandes actores. Por allí pasa también la esposa del director Roman Polanski, la rubia Emmanuelle Seigner, una actriz que no me gusta nada pero que aquí no llega a estar tan mal como en otros trabajos anteriores, afortunadamente. Os recomiendo verla, sin duda.
Un saludo,
Tess
6
8 de agosto de 2017 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra teatral de Juan Mayorga, El chico de la última fila, debe de ser una golosina para cualquier director escénico, pues la dinámica sucesión de escenas en diferentes escenarios, a los que nos conducen vertiginosamente los propios personajes con un mero cambio de interlocutor o de tema de sus diálogos, supone un reto para la creatividad de cualquier profesional, y la coherencia del conjunto está garantizada por la solidez de la obra. François Ozon traslada este modelo de narración a los recursos habituales del cine y se permite incluso imitar en dos o tres ocasiones el recurso teatral, haciendo que los personajes aparezcan y hablen en una determinada escena aunque en realidad “no están ahí”. Mayorga es probablemente el mejor autor teatral español de este joven siglo (lo que imagino que es tan poco significativo como decir que uno es el mejor futbolista de Libia o Albania) y esta es una de sus obras más consistentes, fruto de su peculiar formación “bipolar” como matemático y filósofo-literato. La película, aunque se llama adaptación libre, apenas varía más que algunos detalles de la trama, sobre todo en la última parte, buscando crear (tal vez innecesariamente) un mayor impacto en algunos momentos y en su conclusión. En lo esencial, asistimos a la misma historia-juego, donde un alumno adolescente con habilidades literarias fascina a su profesor de lengua con jugosas redacciones en las que documenta con espíritu de literatura-verité sus avances reales hacia la cuarentona estupenda Emmanuelle Seigner, madre de otro alumno de la clase. El profesor no sabe resistirse a la tentación de disfrutar y facilitar en lo que puede la labor de esa especie de cámara voyeur humana, una cámara que no sólo muestra sino que crea lo que muestra y que también se puede volver contra el que la utiliza.
8
4 de septiembre de 2017 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un profesor de literatura sigue con fascinación el relato que su alumno más aventajado le escribe, por capítulos, sobre sus incursiones en la vida familiar de uno de sus compañeros de clase. El poder seductor del estudiante despertará al voyeur que anida en su mentor, estableciéndose entre ambos un peligroso juego de espejos.

Uno de los mejores films de François Ozon, si no el mejor, basado en la obra teatral 'El chico de la última fila' de Juan Mayorga, que supone un ejercicio de metaficción donde realidad y fantasía se entremezclan hasta confundirse. El desarrollo argumental, culto a la par que provocador, encierra un humor sutil y malicioso que se ceba con el arte moderno, mientras que las espléndidas interpretaciones rematan esta joya del cine francés del siglo XXI.



"Continuará."
8
28 de agosto de 2019 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
François Ozon tiene un merecido reconocimiento dentro del cine de autor francés actual. 'Frantz' fue la primera obra que descubrí de Ozon y ya me cautivó lo bien hecha que estaba, así que aprovecho para recomendárosla a todos los que disfrutéis con el cine de este señor.

'En la casa' es original, es inventiva, y sienta como un soplo de aire fresco al narrar una historia que no se parece a ninguna otra, o al menos dentro de las que yo he visto. Es cierto que en el caso de 'Frantz' estamos ante un remake, y en este caso hablamos de una obra de teatro adaptada al cine, pero ello no quita mérito a un cineasta capaz de plasmar estas historias con tanta eficacia y maestría en pantalla.

Realidad mezclada con fantasía, la vida cotidiana alterada por la pluma. Atrapa desde un primer momento, y sin darnos cuentas estamos disfrutando de la experiencia voyeur o deseando ver qué ocurre a continuación. Su desenlace puede gustar más o menos, pero el último plano es maravilloso y se queda en la retina.

Dentro de las numerosas interpretaciones, yo me quedo con la conclusión de como nos alimentan las historias, los libros, las películas, y como podemos llegar a necesitarlas en algún momento de nuestras vidas por muy distintas razones.
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