Haz click aquí para copiar la URL

Uno, dos, tres

Comedia Época de la Guerra Fría. C.R. MacNamara, representante de una multinacional de refrescos en Berlín Occidental, hace tiempo que proyecta introducir su marca en la URSS. Sin embargo, en contra de sus deseos, lo que su jefe le encarga es cuidar de su hija Scarlett, que está a punto de llegar a Berlín. Se trata de una díscola y alocada joven de dieciocho años, que ya ha estado prometida cuatro veces. Pero lo peor es que, eludiendo la ... [+]
Críticas 125
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
8
1 de noviembre de 2011 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra comedia de Wilder para destacar pero en este caso por debajo de sus obras maestras, aunque la verdad es que los últimos 30 minutos de esta no les tiene nada que envidiar nada a las otras, es el conjunto de la película lo que le hace estar unos escalones por debajo.
Lo mejor sin duda alguna en esta película es el grandioso James Cagney interpretando a McNamara, valla facilidad de palabra la de este señor, que manera de darle a la lengua, ha estado fantástico.
8
4 de diciembre de 2011 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Uno, dos, tres", estrenada en 1961, sólo un año después de "El apartamento". Digámoslo rápido: protagonizada por James Cagney, la película es una maravillosa locura, con un ritmo endiablado, similar al de las screwball comedies de los años treinta. De hecho, Wilder dijo que había intentado rodar la película más rápida del mundo; si no lo consiguió, poco le faltó.

La película se desarrolla en el Berlín dividido durante la guerra fría, y la protagoniza C.R. MacNamara, el director comercial de Coca Cola en Berlín occidental. Es, al estilo de C.C. Baxter, un tipo que ansía lograr el éxito a cualquier precio, y si ello incluye introducir la Coca Cola en el mercado soviético, que así sea. Aunque, eso sí, no a cualquier precio; cuando la delegación soviética le ofrece a cambio del suministro de bebidas una gira gratuita del ballet ruso, MacNamara se muestra tajante: "Nosotros no queremos cultura, sólo dinero".

Sin embargo, el asunto no acaba bien, porque desde la sede de la Coca Cola en Atlanta ("Atlanta es como Siberia, pero con discriminación racial") no ven con buenos ojos que se comercie con la URSS, así que el modo de ascender para MacNamara va a ser más modesto: hacer de canguro de la joven hija del jefe. Lo que en principio parecía tarea fácil se complica al casarse esta con un alemán del este y, más todavía, cuando la joven resulta estar embarazada.

En "Uno, dos, tres" encontramos el húmor ácido propio de Wilder, que no deja títere con cabeza, y aunque algunos chistes están descontextualizados en este momento, siguen conservando toda su carga irónica. Así, el leal Schlemmer afirma no haberse enterado de nada durante la guerra, ya que trabajaba en el metro. "¿Adolf qué?", dice impertérrito, aunque cuando MacNamara proclama la movilización general en la empresa, suspira "Ah, por fin como en los viejos tiempos". Otto, el joven alemán oriental con el que se casa Scarlett es una sátira del joven comunista de la época, ansioso de derrocar al capitalismo y creyente en la superioridad moral e intelectual de la URSS. Se niega a que su hijo crezca como un capitalista, así que su joven enamorada le asegura que "le daremos una educación neutral, y cuando sea mayor de edad podrá decidir por sí mismo si es un capitalista o un comunista rico". Tampoco faltan las diatribas contra los Estados Unidos o, más concretamente, sobre el prototipo sureño, personalizado en el jefe de MacNamara. Acerca de él le advierte Scarlett a Otto que "si te habla de la guerra civil, di que quedó en empate", asegurándole que el que los comunistas odien a los yanquis no es ningún impedimento para ella, porque "en el Sur todos odiamos también a los yanquis".

Creo que lo dicho anteriormente da buena cuenta del tono general de "Uno, dos, tres". Sin duda, una de las mejores películas de Wilder.
8
11 de diciembre de 2013 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
UNO, DOS, TRES, de Billy Wilder, realizada después de CON FALDAS Y A LO LOCO y EL APARTAMENTO, y antes de IRMA LA DULCE, es una de las creaciones más redondas, vibrantes y divertidas de la filmografía de este director. Rodada en 1961,contó en su reparto con un protagonista, James Cagney, recordado especialmente por sus papeles de gangster y experto en personajes de cine negro, no por ello deja de sorprender la elegancia y el humor con los que dota en esta pelicula al personaje de MacNamara, delegado de la CocaCola en Berlín Occidental. El título de esta película es tan redondo como la realización de la misma y se comprueba desde la primera secuencia que el ritmo al que nos va a someter responde al de una coreografía medida al milímetro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mi momento favorito es el final, cuando MacNamara, su mujer y sus hijos, se dirigen a la máquina expendedora de Coca Cola, y a él le dispensa una Pepsi Cola. Genial.
9
24 de noviembre de 2014 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tienes dos opciones. Pasar de esta película del año 1961 basándote en estúpidos prejuicios tales como la antigüedad y el blanco y negro, o admitir que estamos ante una de las joyas de la corona de la comedia en general, y de Billy Wilder en particular (de quién oiréis hablar mucho por Generación Friki). La grandeza de “Uno, dos, tres” para mí es que es la única película sobre post-guerra ambientada en Berlín que puedo ver con una permanente sonrisa en la cara.

Durante la Guerra Fría, el señor MacNamara (un brillantísimo James Cagney), eficiente y próspero jefe de ventas de Coca-Cola en Berlín, casado con la irónica Phyllis (Arlene Francis), con enormes sueños de grandeza a punto de cumplirse, ve como su mundo se tambalea cuando recibe el encargo de cuidar de la frívola Scarlett (Pamela Tiffin), la hija adolescente de su jefe, y ésta se enamora de un joven y prometedor comunista, de nombre Otto Piffl (Horst Buchholz).

En un año lleno de controvertidas noticias sobre pruebas atómicas, Kennedys que toman posesión de su cargo, experimentos espaciales (Yuri Gagarin viajando al espacio y cosas parecidas); Billy Wilder decide dirigir “Uno, dos, tres”, una sátira política, con una gran abundancia de referencias históricas como pocas veces encontraremos en el mundo del cine, como colofón al notición que supuso la condena del nazi Adolf Eichmann, y para hacer sombra a Luis Buñuel, que estrenaba “Viridiana” (sin comentarios). Por si fuera poco, el propio Muro de Berlín se erigió en medio del rodaje, con los evidentes problemas que eso supuso para la película. Vamos, que el hecho de que sea una comedia atemporal y para todos los públicos no impide que sean necesarios ciertos conocimientos de Historia del S.XX para poder disfrutarla y comprenderla.

Lo que nos encontramos con “Uno, dos, tres” es una ácida comedia que se mofa de todo lo que en aquella época era sagrado tanto para comunistas, como para capitalistas…hasta tiene tiempo para meterse sobradamente con los nazis (si ahondáis en la biografía de Wilder entenderéis el porqué). Sociedad, economía, cultura, corrupción, amor, mundo empresarial…todo es desgranado humorísticamente de forma nada sutil para criticar la situación en la que se vivía y los ideales, muchas veces extremistas, que adoptaban las personas. Por ello, cada personaje (caricaturizado) adopta un rol que da sentido y organiza la trama de tal forma que sólo tienes que sentarte a disfrutar porque el argumento está tan bien hilado y fluye con tanta soltura, que podrías pensar que es una comedia ligerita de esas que tanto abundan hoy en día. Eso sí, el ritmo es tan frenético que mi recomendación es que estés muy atento para no perderte ningún gag. ¿Quién dijo que el cine antiguo tenía un ritmo lento?

Fragmento extraído de www.generacionfriki.es
9
11 de febrero de 2016 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Billy Wilder es uno de los pocos directores de la historia del cine que se ha ganado el calificativo de Genio, con mayúscula. En el género de la comedia, sólo Woody Allen le puede hacer sombra, aunque de lejos.

Esta película no está, según los sesudos críticos, entre sus obras maestras, pero para mí lo es tanto como "Con faldas y a lo loco", "El apartamento", "Irma la Dulce" o "Avanti". Es Wilder en estado puro: argumento divertidísimo, diálogos descacharrantes y ese toque justo para el gag en su momento oportuno que distingue a los más grandes de los que no lo son. Y no se pierdan a James Cagney, uno de los más famosos "gansters" de Hollywood, bordando un papel cómico que nada tiene que ver con aquellos papeles que le hicieron famoso. Añadimos un elenco de secundarios (que en realidad no lo son tanto) que roza la perfección y ahí tenemos la obra maestra.

Imprescindible, sin duda.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para