La novia
6.8
15,128
Romance. Drama
Adaptación de "Bodas de sangre", de Lorca. Desde pequeños, Leonardo, el novio y la novia han formado un triángulo inseparable, pero cuando se acerca la fecha de la boda las cosas se complican porque entre ella y Leonardo siempre ha habido algo más que amistad. La creciente tensión entre ambos es como un hilo invisible que no se puede explicar, pero tampoco romper. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2016
8 de febrero de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace mucho tiempo que el cine se ha convertido en un mero negocio: el de vender entradas y palomitas. Por eso es maravilloso, y tan importante, descubrir a esos pocos osados que devuelven al cine a su categoría de arte. Eso es lo que ha conseguido Paula Ortiz, la directora de esta estupenda La novia, en su personalísima adaptación de Bodas de sangre, de Federico García Lorca.
Los mejores momentos de esta intensa adaptación los encontramos cuando la directora se sumerge de lleno en el ambiente opresivo de los dramas lorquianos y cuando da rienda suelta a su creatividad intentando plasmar toda la simbología que posee el texto de Bodas de sangre. También en aquellos momentos en que se rescata el texto original, abrazando la poesía y el lirismo que envuelven a los personajes de fatalidad y tragedia o breves pasajes de amor.
Y de la misma manera que en el maravilloso Macbeth de Justin Kurzel, encontramos en La novia otro original ejercicio visual y estilístico, aferrándose a la simbología de una de las grandes tragedias lorquianas y plasmándola en imágenes, a la vez que renunciando a una ortodoxa adaptación de la obra teatral.
Muchos son los puntos en común de estas dos arriesgadas producciones, si Kurzel contaba con un monstruo de la interpretación como Michael Fassbender, aquí Paula Ortiz ha encontrado a la protagonista perfecta en una Inma Cuesta que realiza un trabajo fantástico. Cuesta expresa todo el dolor, el amor, el anhelo, la culpa y el deseo de su personaje en una interpretación cargada de fuerza e intensidad, en esos ojos que taladran la pantalla y que tan bien ha sabido buscar y seguir la realizadora.
Una lástima que el resto del reparto no esté al nivel de Cuesta. Sobre todo en lo que respecta al personaje de Leonardo, interpretado por Álex García, que si bien cumple a la perfección en el aspecto físico de su personaje, falla completamente a la hora de dar la réplica a la protagonista, con la que no tiene ninguna química, algo fundamental cuando él es el desencadenante de la tragedia en este clásico triángulo amoroso. Igualmente, a Asier Etxeandia, aunque claramente realiza una mejor interpretación que su rival, le falta un poco de fuerza en su papel de agraviado novio. También se echa de menos una actriz de raza que diera vida al personaje de la madre, interpretado aquí por Luisa Gavasa. ¿Qué hubiera creado alguien como Amparo Rivelles, Terele Pávez o Amparo Baró, o un actor masculino que, además de presencia física, supiera interpretar? Nunca lo sabremos.
Aunque tenemos que destacar la espléndida fotografía de Migue Amoedo, en mi opinión creo que es demasiado luminosa para un drama opresivo y fatalista como el de Lorca. Son pequeñas desventajas (aunque cuesta pensar en su magnífica fotografía de esta manera) que desvirtúan ligeramente lo que podría haber sido una obra maestra.
Pero no nos malinterpretes, desde aquí solo podemos dar las gracias a Paula Ortiz por recuperar la obra de uno de nuestros mejores dramaturgos, y por acercarse a ella con su particular visión, creando una original propuesta que te recomendamos encarecidamente disfrutes en pantalla grande.
Lo mejor: la interpretación de Inma Cuesta; la plasmación de la simbología lorquiana y la arriesgada adaptación de uno de nuestros mejores clásicos.
Lo peor: el resto del reparto, especialmente Álex García, no está a la altura de su protagonista.
http://www.bollacos.com/la-novia-sangre-y-fatalidad/
Los mejores momentos de esta intensa adaptación los encontramos cuando la directora se sumerge de lleno en el ambiente opresivo de los dramas lorquianos y cuando da rienda suelta a su creatividad intentando plasmar toda la simbología que posee el texto de Bodas de sangre. También en aquellos momentos en que se rescata el texto original, abrazando la poesía y el lirismo que envuelven a los personajes de fatalidad y tragedia o breves pasajes de amor.
Y de la misma manera que en el maravilloso Macbeth de Justin Kurzel, encontramos en La novia otro original ejercicio visual y estilístico, aferrándose a la simbología de una de las grandes tragedias lorquianas y plasmándola en imágenes, a la vez que renunciando a una ortodoxa adaptación de la obra teatral.
Muchos son los puntos en común de estas dos arriesgadas producciones, si Kurzel contaba con un monstruo de la interpretación como Michael Fassbender, aquí Paula Ortiz ha encontrado a la protagonista perfecta en una Inma Cuesta que realiza un trabajo fantástico. Cuesta expresa todo el dolor, el amor, el anhelo, la culpa y el deseo de su personaje en una interpretación cargada de fuerza e intensidad, en esos ojos que taladran la pantalla y que tan bien ha sabido buscar y seguir la realizadora.
Una lástima que el resto del reparto no esté al nivel de Cuesta. Sobre todo en lo que respecta al personaje de Leonardo, interpretado por Álex García, que si bien cumple a la perfección en el aspecto físico de su personaje, falla completamente a la hora de dar la réplica a la protagonista, con la que no tiene ninguna química, algo fundamental cuando él es el desencadenante de la tragedia en este clásico triángulo amoroso. Igualmente, a Asier Etxeandia, aunque claramente realiza una mejor interpretación que su rival, le falta un poco de fuerza en su papel de agraviado novio. También se echa de menos una actriz de raza que diera vida al personaje de la madre, interpretado aquí por Luisa Gavasa. ¿Qué hubiera creado alguien como Amparo Rivelles, Terele Pávez o Amparo Baró, o un actor masculino que, además de presencia física, supiera interpretar? Nunca lo sabremos.
Aunque tenemos que destacar la espléndida fotografía de Migue Amoedo, en mi opinión creo que es demasiado luminosa para un drama opresivo y fatalista como el de Lorca. Son pequeñas desventajas (aunque cuesta pensar en su magnífica fotografía de esta manera) que desvirtúan ligeramente lo que podría haber sido una obra maestra.
Pero no nos malinterpretes, desde aquí solo podemos dar las gracias a Paula Ortiz por recuperar la obra de uno de nuestros mejores dramaturgos, y por acercarse a ella con su particular visión, creando una original propuesta que te recomendamos encarecidamente disfrutes en pantalla grande.
Lo mejor: la interpretación de Inma Cuesta; la plasmación de la simbología lorquiana y la arriesgada adaptación de uno de nuestros mejores clásicos.
Lo peor: el resto del reparto, especialmente Álex García, no está a la altura de su protagonista.
http://www.bollacos.com/la-novia-sangre-y-fatalidad/
21 de febrero de 2016
21 de febrero de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos muy acostumbrados a oír la palabra "cantautor" en el mundo de la música. Sin embargo en cine se habla de realizadores y directores. Está claro que para que una película funcione, tienen que participar muchas personas, pero tiene que haber alguien que le ponga alma, que le dé forma, que sepa elegir con quién trabajar y transmitir sus ideas.
Creo que Paula Ortiz es una "cine-autora", si se permite la expresión. La música, el decorado, la localización, el vestuario... Todo está cuidadosamente escogido para conseguir un conjunto que tiene forma y fondo a la vez. Se siente ese efecto de "estar dentro del cuadro" que permite acercar una obra como la de Lorca.
Personalmente agradezco que se apueste por estas fórmulas sin las cuales muchos clásicos de la literatura, caerán en el olvido. Y no lo llamaría adaptación, porque no se queda en eso. Es más bien una ampliación. Algo que da nuevas dimensiones a las palabras de un poeta. Un resultado que seguro hasta él hubiera aplaudido.
Por criticar algo, no suele convencerme la mezcla de antiguo y moderno en cuanto a ambientación. Elementos como el estilo del grupo que toca en la boda me sacan por un momento de la atmósfera lorquiana.
Aún así, pienso que los Goya no han sido justos con este film. No he visto "Truman", pero sí "Una pistola en cada mano", de la cual dice ser sucesora. A mi modo de ver, o mucho la mejora, o realmente la Academia se ha quedado corta.
Creo que Paula Ortiz es una "cine-autora", si se permite la expresión. La música, el decorado, la localización, el vestuario... Todo está cuidadosamente escogido para conseguir un conjunto que tiene forma y fondo a la vez. Se siente ese efecto de "estar dentro del cuadro" que permite acercar una obra como la de Lorca.
Personalmente agradezco que se apueste por estas fórmulas sin las cuales muchos clásicos de la literatura, caerán en el olvido. Y no lo llamaría adaptación, porque no se queda en eso. Es más bien una ampliación. Algo que da nuevas dimensiones a las palabras de un poeta. Un resultado que seguro hasta él hubiera aplaudido.
Por criticar algo, no suele convencerme la mezcla de antiguo y moderno en cuanto a ambientación. Elementos como el estilo del grupo que toca en la boda me sacan por un momento de la atmósfera lorquiana.
Aún así, pienso que los Goya no han sido justos con este film. No he visto "Truman", pero sí "Una pistola en cada mano", de la cual dice ser sucesora. A mi modo de ver, o mucho la mejora, o realmente la Academia se ha quedado corta.
17 de abril de 2016
17 de abril de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La novia no es una película convencional. Quien esté dispuesto a verla ha de ir con otros ojos que los que usa normalmente para ver cine, porque La Novia es poesía en movimiento. El resultado: lo narrativo se sacrifica en pos de lo estético, pero si lo aceptas o vas preparado para que esto ocurra, no te decepcionará, ya que las imágenes y los sonidos de la cinta de Paula Ortíz estremecen los sentidos.
Tal como la hace la poesía de Lorca.
Tal como la hace la poesía de Lorca.
5 de septiembre de 2016
5 de septiembre de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
F. Lorca es como William Shakespeare, es un clásico y como tal todas las obras que se llevan al cine de el simplemente son muy difíciles de llevar porque, a modo mi modo de ver, tienen que ser lo mas fieles al texto al espíritu de la obra, al contexto de la misma...., con lo que se permiten pocas re-interpretaciones o modificaciones.
En este caso se hace una obra teatral grabada como una película pero que no deja de ser una obra de teatro interpretada con bastante buen gusto y bien dirigida, tiene buena fotografía.... Pero que no deja de ser, ni de tener la estructura ni la forma de una obra de teatro.
No voy a juzgar si es bueno o malo hacer una película de esa manera, pero valga esta critica si se quiere como aviso para aquellos que no la han visto.
En este caso se hace una obra teatral grabada como una película pero que no deja de ser una obra de teatro interpretada con bastante buen gusto y bien dirigida, tiene buena fotografía.... Pero que no deja de ser, ni de tener la estructura ni la forma de una obra de teatro.
No voy a juzgar si es bueno o malo hacer una película de esa manera, pero valga esta critica si se quiere como aviso para aquellos que no la han visto.
6 de noviembre de 2017
6 de noviembre de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La novia" es una versión arriesgada y hasta temeraria en los tiempos que corren del clásico de Federico García Lorca "Bodas de sangre".
Su directora, Paula Ortiz, construye una propuesta cargada de un lirismo arrebatador y de una viscelaridad palpable. Desde mi humilde punto de vista, creo que hace justícia a la obra de Lorca. Se trata de una sencilla y a la par trágica historia de amor a tres bandas que sirve de telón de fondo a unas imágenes tan poderosas como poéticas.
Notables interpretaciones, entre las que descataría las de Inma Cuesta, Carlos Álvarez-Novoa y, especialmente, Luisa Gavasa. Estéticamente es muy bella, con una gran fotografía. La dirección es muy innovadora y arriesgada. La ambientación, las localizaciones y los decorados son perfectos, como el vestuario y el maquillaje. Sin duda, es muy recomendable.
Si mi nota es "solo" un 6 es porque creo que la belleza que la envuelve resulta tan apabullante que la historia acaba pasando a un segundo plano.
Se usa con demasiada facilidad la cámara lenta, por ejemplo, como cuando se rompen cristales e inundan la pantalla, como en "Origen" de Christopher Nolan. O las vueltas en el baile, acompañada de una canción algo cansina (ahí fue el momento en el que pensé que se entraba en un bucle), en el que directamente temí marearme. Lo onírico tiene una gran importancia, restándole, a mi modo de ver, algo de profundidad a la historia, lo que dificulta la identificación con los personajes.
La historia es sencilla. Se comprende enseguida, pero parece estar al servicio de las bellas imágenes y no al revés. Los personajes se definen por unos trazos gruesos, lo que acaba afectando su credibilidad, puesto que es blanco o negro. No hay grises. Si se pasa esto por alto, es una buena experiencia. Muy lorquiana.
Su directora, Paula Ortiz, construye una propuesta cargada de un lirismo arrebatador y de una viscelaridad palpable. Desde mi humilde punto de vista, creo que hace justícia a la obra de Lorca. Se trata de una sencilla y a la par trágica historia de amor a tres bandas que sirve de telón de fondo a unas imágenes tan poderosas como poéticas.
Notables interpretaciones, entre las que descataría las de Inma Cuesta, Carlos Álvarez-Novoa y, especialmente, Luisa Gavasa. Estéticamente es muy bella, con una gran fotografía. La dirección es muy innovadora y arriesgada. La ambientación, las localizaciones y los decorados son perfectos, como el vestuario y el maquillaje. Sin duda, es muy recomendable.
Si mi nota es "solo" un 6 es porque creo que la belleza que la envuelve resulta tan apabullante que la historia acaba pasando a un segundo plano.
Se usa con demasiada facilidad la cámara lenta, por ejemplo, como cuando se rompen cristales e inundan la pantalla, como en "Origen" de Christopher Nolan. O las vueltas en el baile, acompañada de una canción algo cansina (ahí fue el momento en el que pensé que se entraba en un bucle), en el que directamente temí marearme. Lo onírico tiene una gran importancia, restándole, a mi modo de ver, algo de profundidad a la historia, lo que dificulta la identificación con los personajes.
La historia es sencilla. Se comprende enseguida, pero parece estar al servicio de las bellas imágenes y no al revés. Los personajes se definen por unos trazos gruesos, lo que acaba afectando su credibilidad, puesto que es blanco o negro. No hay grises. Si se pasa esto por alto, es una buena experiencia. Muy lorquiana.
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