Por méritos propios, y viendo como está hoy día el panorama en nuestro cine (sobre todo en lo que a humor se refiere), "Airbag" se ha mantenido en una posición privilegiada dentro de un género que no ha encontrado sus mejores ejemplos en España: la comedia de acción (pff, no voy a decir lo que pienso de "Torrente"...).
(Y quien no esté de acuerdo que se calle, porque si no van a haber hondonadas de ostias aquí, ¿eh?).

A ver, el concepto es el concepto, y para qué engañarnos, el de esta película cabe una servilleta de papel; de hecho, hay un momento en el que el bueno de Elejalde nos hace un breve y perfecto resumen: "Yo perdí mi anillo de compromiso en el culito de una mulatita preciosa, el sr. Villambrosa lo encontró, casualmente, y yo lo vengo siguiendo puticlub tras puticlub". Claro como el agua, pero así es: tres jóvenes que pertenecen a la alta sociedad vasca, Konrado, Paco y Juan José, se pegan una despedida de soltero como Dios manda porque este último se casa en breve (qué originales los de "Resacón en Las Vegas", ¿eh?).
Por desgracia, Vanessa, una prostituta muy lista, le roba (empleando un método la mar de original) su valiosa alianza, la misma que le es quitada por su jefe, Villambrosa, un peligroso hombre de negocios. Los tres amigos, que deciden no volver a casa hasta haber recuperado el anillo, acabarán viviendo una aventura de proporciones colosales entre mafiosos portugueses y gallegos, matones de tres al cuarto, políticos pederastas, guardias civiles con muy mala uva, casinos de lujo, prostitutas, armas, dinero para dar y tomar y airbags llenos de cocaína.

Será por ese regusto a evasión disparatada en la onda de Robert Rodríguez que tanto me chifla, por la gracia que hace el ver enfrentarse a muerte a gangsters españoles de distintas comunidades, por ver a Paco Rabal, Karlos Arguiñano, Santiago Segura y Maria de Medeiros, que está para comérsela, compartiendo protagonismo...o quizás porque la vi en vídeo con 15 años y me dejó en estado de "shock", pero "Airbag" mola, y mucho, y el ver cómo aguanta el tipo veintiún años después de su estreno es algo digno de elogio.
Seamos sinceros, ¿conocería el gran público a Juanma Bajo Ulloa de no ser por "Airbag"? Yo creo que no. Y la clave es que ahí mismo quiso llegar el director, al gran público, para librarse del encasillamiento de cineasta oscuro e intimista al que estaba sometido por sus trabajos anteriores, "La Madre Muerta" y "Alas de Mariposa", dos obras muy interesantes de su filmografía; con la idea de desmarcarse de ese cine de autor, Ulloa unió fuerzas con el actor Karra Elejalde y Fernando Guillén Cuervo para el guión, encontrando posteriormente financiación gracias a ese cocinero tan cachondo al que aún vemos en nuestros televisores llamado Karlos Arguiñano.

Lo de esta película fue todo un acontecimiento en nuestro país. Realizada al margen de los grandes estudios (aunque contara con la participación de TVE), gozó de un notable presupuesto y un reparto coral, algunas de sus grandes bazas para acabar triunfando en cines. Aun sin la bendición de los críticos ni de la prensa mediática, que condenaron a "Airbag" al ostracismo y la defenestraron sin piedad, se acabó convirtiendo en el film español más taquillero jamás realizado, sólo superado, justo un año después, por ese monumento al mal gusto llamado "Torrente" capitaneado por Santiago Segura.
Ulloa, Elejalde y Guillén Cuervo concibieron, con muy mala leche, una extravagante parida "tarantiniana" engarzada en el universo de Francisco Ibáñez donde cabían las influencias del cine independiente salido de la costilla de "Pulp Fiction", del humor tan patrio y ácido de Berlanga, del estilo de Álex de la Iglesia y del cine de acción americano que tanto pitaba en los '90. "Airbag" fue un soplo de aire fresco, una propuesta excitante, original y divertida a la vez que transgresora y políticamente incorrecta (hoy en día hubiera sido imposible estrenarla), donde no sólo se ofrecían dos horas frenéticas de humor grueso y acción sin límites, sino una dura crítica a temas como la corrupción política, la televisión, la Iglesia, la prostitución o la alta sociedad, aunque siempre desde una perspectiva cómica (Ulloa se mofa de la Guardia Civil y hasta de las telenovelas (¡!) ).

Fernando Guillén Cuervo, Alberto San Juan y un irreconocible Karra Elejalde están geniales como el trío protagonista, siendo acompañados por esos inolvidables Paco Rabal, Santiago Segura, Albert Pla, Luis Cuenca y Maria de Medeiros, cada cual impagable en su respectivo papel, y seguidos de una retahíla de caras conocidas que es de órdago, desde Pilar Bardem a Rosa María Sardá pasando por Juanjo Puigcorbé, Alaska, Javier Cansado, David Trueba, Javier Bardem o Rossy de Palma, algunos autoparodiándose sin compasión (¡pero si hasta aparecen los integrantes de Barricada encarnando a los esbirros de Souza!).
Para terminar, dos conceptos: A) -Mención especial merece Manuel Manquiña, magistral en la piel del bruto y melancólico Pazos, quien se lleva algunas de las mejores frases.
B)- "Airbag", colorista, excesiva, esperpéntica, surrealista, cínica hasta la médula, con un clímax explosivo y una banda sonora acojonante, permanece, pese a su estupidez y su mal gusto, como una de las más grandes comedias españolas.

...y cuidao, que igual os viene la "C)".

Airbag se convierte, con la figura de "Manquiña", en una buena recreación de lo que es el humor norteño con su explicidad y sus rasgos de familiaridad que rozan lo "morriñento", en el buen sentido de la palabra.
Una locura, sin pies ni cabeza, con la que me he reido como nunca! Conclusión: Objetivo cumplido.

Años antes de que las torrentadas arrasaran en taquilla, se estrenó esta película que fue un éxito comercial y creó una buena legión de fans debido a su carácter rompedor con el estilo habitual del cine español. Airbag es una suerte de "road movie", una comedia irreverente con tintes de acción, breves escenas de sexo y desnudos, algo de humor absurdo y algunos cameos de famosillos de la época, destacando la primera escena con Karlos Arguiñano.

Su guión está bien elaborado, pero la duración del metraje es excesiva. Dos horas se hacen muy largas y existen varias escenas que no aportan nada o que se alargan sin sentido, por lo que el entretenimiento sufre algunas intermitencias y la construcción narrativa pierde fuelle. De esta forma puede cansar al espectador. Ahora bien, también existen algunos diálogos ingeniosos como en la escena en la que dos guardias civiles hacen el alto a los protagonistas.

Respecto a las interpretaciones, hay que destacar la evolución del personaje protagonista encarnado por Karra Elejalde. De ser un pardillo tímido pasa a ser el líder del trío de pringados que se ve envuelto en una trama de mafiosos, coca y corrupción. También hay que destacar a un Paco Rabal como malo malísimo y a una Rosa María Sardá que encaja muy bien en el papel de fría marquesa. Santiago Segura está muy poco aprovechado, aunque deje una frase para la posteridad propia de su humor gamberro y personaje de Torrente: "la culpa es de los padres que las visten como putas".

Por otra parte, la banda sonora está compuesta de canciones bastante buenas, incluyendo pegadizos temas de rock. En definitiva, todos estos elementos configuran una obra que gustará al público adolescente. En aquél tiempo me encontraba en el instituto y me encantó. El paso de los años ha hecho que ya no la vea igual, pero sigue siendo un título recomendado de ver. De hecho, si nos dan a elegir entre cualquiera de Torrente y esta cinta, no cabe duda que lo más acertado es quedarse con la presente.

Por lo que me habían contado esta película me haría partirme de risa muchísimo, que era humor absurdo, del que me gusta, pero sin embargo sólo ha conseguido hacerme reír en momentos puntuales. Tal vez el problema ha sido que he estado demasiado pendiente de encontrarle lógica a los personajes y a lo que hacían, cosa que me parece poco menos que imposible, entre otras cosas porque hay DEMASIADOS personajes.
No cometáis el mismo error que yo, no importa el argumento, lo que importa es el viaje surrealista de puticlub en puticlub persiguiendo a un mafioso, las escenas hilarantes y sin sentido que salen una tras otra, los personajes que son verdaderas caricaturas andantes que actúan de manera incomprensible, los tiroteos y las persecuciones dignas de Mortadelo y Filemón y las muestras de valor idiota que vemos realizar a algunos personajes principales.
Lo dicho, mejor verla con unos amigos y dispuestos a reíros porque no es una película al uso.

Considero que es de las mejores películas cómicas de este país e incluso, decir que fue pionera en este sentido de comedia a las que luego vinieron detrás muchas mas como Torente...
Muy entretenida y divertida, una gran obra maestra.