A Sly no le gustaba el final en el que dejaba a su gran 'alter ego', de modo que pensó que no habría mejor final que uno creado por él mismo. Y, sin embargo, se equivoca sobremanera.

La película se llena de tintes amargos y simplistas, para dejarnos luego con un sabor agridulce en un final descafeinado y pasteloso impropio de un campeonísmo de los pesos pesados.

Se aprecia, sin embargo, el trabajo de Stallone, cuyo físico en la película aguanta el rigor de los años en una medida digamos que decente, incluso el esfuerzo en dignificar con una historia un final que, por la propia concepción de la película, nunca sería honroso, pues es precisamente el darle un final el motivo de la misma.

En resumen, película para fans de la saga a quienes les pueda el recuerdo de la misma frente al sentido crítico. Destinada, en fin, para románticos de Rocky Balboa.

Dicen que las personas al hacernos mayores tendemos a echar la vista atrás, recordando tiempos mejores. Esto se puede aplicar a Stallone quien, al igual que su personaje, apela a la nostalgia del espectador en busca de una gloria ya pasada y tristemente olvidada.
Rocky Balboa más que una película es un homenaje, que Stallone le brinda al personaje que hace años le catapultó a la fama. Un homenaje a Talia Shire ( la Adrian omnipresente en todo el largometraje), a la música de Bill Conti, a la ciudad de Philadelphia, a esas escaleras interminables, a las piezas de carne usadas como "punchings",a los entrenamientos "pre-combate" al son de una música legendaria, a los combates épicos y al mundo del boxeo.
Una película que, sin duda, disfrutarán los fans del "potro italiano". Los demás tendrán que conformarse con una cinta amena y entretenida.
Lo que se le puede negar a Stallone es el mérito de darle un final digno a uno de los mitos del cine moderno.

Rocky Balboa es un personaje entrañable, con pocos matices, fácil de querer. Lo que ves, es lo que hay, porque, ademas, él lo dice. Pero no es un personaje tonto; al contrario, lo que me ha gustado siempre de él es su dignidad. Y el hecho de conocerse a sí mismo y madurar. En esta última película no me ha decepcionado. Pero creo que te tiene que gustar Rocky para verla. Ese debe ser el motivo de que, en una sala pequeña de un cine de una ciudad pequeña, todo el mundo se pusiera a aplaudir cuando acabó la película. Un digno adiós.

Sylvester Stallone ha decidido en esta última entrega de su personaje Rocky rendirle un, yo creo, merecido homenaje. La verdad es que Rocky V no me acabó de convencer, y viendo "Rocky Balboa", creo que ha sido un acierto cerrar así la saga.

Nos guste o no Rocky ha sido un hito en la historia del cine, a mi personalmente me gusta. Pero creo que Rocky V no era un final adecuado teniendo en cuenta la cantidad de seguidores que habían tenido cada una de sus partes, y es que hemos crecido con Rocky y hemos visto "crecer" a Rocky. Bajo mi punto de vista creo que Stallone salda una deuda consigo mismo y cierra la historia de Rocky en una mezcla de emoción y nostalgia bastante intensa y sinceramente muy digna. Y sobre todo dejando clara una cosa, hasta aquí ha llegado la historia de Rocky, se acabó, ahora sí, era obligatorio un homenaje a Rocky Balboa.

Un adiós digno, eso es lo que es esta película. Un homenaje al popular boxeador y a todos sus fans, que nos quedamos con ganas de más tras su anterior despedida en Rocky V. La gente pedía ver de nuevo al potro italiano en un ring y Stallone nos lo ha concedido.

Bien es cierto que en ocasiones la película tiene alma de telefilm, que la subtrama amorosa no es muy creíble y… bueno, y que todos sabemos que es técnicamente imposible que un hombre de 50 años se suba a un ring. Pero amigos míos, es Rocky Balboa, el hombre que no se rindió a lo largo de toda una saga de películas épicas, el hombre que siguió aguantando golpes y avanzando sin quejarse, sin mirar atrás. Estamos hablando del boxeador cinematográfico más famoso de todos los tiempos, le guste a la gente o no.

Podrán criticar a esta película todo lo que quieran, pero es de las veces que mas he disfrutado en una sala de cine. Escuchar el tema de Bill Conti, ver a Rocky subiendo una vez más las escaleras de Philadelphia y aplaudirle a rabiar es de lo más bonito que he visto en el cine. Y el combate final, cuando Poli le dice a Rocky… “Ánimo campeón, es el último asalto de tu vida”… Todo un homenaje a uno de los personajes más populares y entrañables del séptimo arte. Una despedida recíproca y bien merecida.

¡Hasta siempre Potro!